Jorge Cruz,
Caracas 19 de marzo de 2020
Un ejercicio para
entender que puede pasar en el futuro es crear posibles escenarios. En
Venezuela muchos se preguntan por el futuro y como se pudiera dar un cambio de
gobierno. En este texto voy a analizar tres posibles, dos son locus interno y
un locus externo. El interno tiene variables que se pueden manejar, el externo,
no, ya que dependen del afuera.
Primer escenario: fuerzas externas realizan operaciones militares
para derrocar o provocar la caída del régimen.
Aquí hay dos
posibles vías: una sería un ataque centrado en lugares específicos, se le ha
llamado una operación quirúrgica, que asesina o arresta a los que están en el
poder o un grupo importante de ellos. La segunda es una invasión general con un
ejército de miles de hombres.
Ambos requieren
de la aprobación de un o unos presidentes foráneos, no de la oposición
venezolana en sí.
Lo puntos fuertes
que tendrían: grupos de militares profesionales y con equipos y armas de alta
tecnología. Los débiles: requiere que haya cierto nivel de respaldo por, al
menos, un presidente (que pudiera ser el de los EE.UU:) o una coalición donde
pueden jugar diversos, desde los fronterizos: Colombia y Brasil hasta el los
miembros del Grupo de Lima. Lo que se ha mostrado hasta este momento es que hay
consenso, pero en el sentido contrario, son partidarios de vías no violentas
(creo que pudieran haber dos razones: costos y lo que es bueno para la pava, es
bueno para el pavo, ningún gobernante quiere que esa espada de Damoclés esté
sobre ellos). Otra gran debilidad: costos, las dos operaciones requieren de una
fuerte inversión, donde los implicados quisieran ver un “reembolso” ; de todos
los países de América que pudieran participar, solo el coloso del norte pudiera
estar con tales intereses, por el petróleo, pero si revisamos la historia,
realmente ellos han estado adquiriendo el oro negro sin necesidad de un gasto
de este tipo.
Segundo escenario: La oposición busca la ruta de la violencia, arma
ejército o contrata mercenarios.
Si es con
personal venezolano, lo primero que salta a la vista es que la población actual
es de los dos extremos, tercera edad o cercano a ella y menores de edad, armar
un ejército de esta naturaleza, da pena, solo en el cine se podría ver el
enfrentamiento de dos grupos de milicianos (chavista y oposición).
La otra
alternativa es contratar a mercenarios, los problemas son de dos tipos: costos
y como mercenarios respaldan al mejor postor, no son garantía de lealtad.
Como vemos los
pro y contras de este escenario son contados, el dinero que pudiera estar
implicado es enorme y una victoria de milancianos de bando y bando es
chaplinesco.
Tercer escenario: la democrática. Este es el que ha estado
generalmente en boga por la dirigencia de la oposición. Se habla de un Consejo
Nacional Electoral independiente, de elecciones libre y no solamente de unas
elecciones parlamentarias, que por ley corresponden a este año su renovación, sino presidenciales
también.
Cuales serían la desventajas
y ventajas: las primeras, participar en las condiciones actuales, sin cambio en
el CNE es altamente riesgoso, las garantías de unas elecciones transparentes
son escazas, pero queda el dilema ¿Se perderá el único espacio que tiene la
oposición? (Con todo y la tramoya de una AN paralela como ahora existe). Se ha
armado un arsenal de trampas que es como caminar en campo minado. A pesar de
cantar que son ilegales todas las figuras electas: presidente, ANC,
gobernadores y alcaldes con sus respectivos consejos, ellos, aparados en las
armas, siguen usurpando el poder. Otro punto en contra son los militantes de la
“oposición” que critican y no actúan, esos que están escudados por un dedo en
la pantalla. Sus campañas son de un anarquismo total, no les gustan los
dirigentes, que para el chavismo, frotándose las manos de placer, dice los
enemigos de mis enemigos son mis amigos.
Ventajas, se
podría demostrar que la fuerza está del lado de la oposición, que un alto
porcentaje quiere que se vayan del poder. En el hipotético caso que se elijan
nuevas autoridades para el ente árbitro de las votaciones, se debe realizar una
campaña de persuasión a los electores que si se puede ganar sin utilizar otros
escenarios.
En conclusión:
los dos primeros tienen implícitos violencia, las guerras tienen fecha de
inicio y no de final, pudiera ser de corto tiempo, como el caso Panamá y el
apresamiento de Noriega, como de varios años, actualmente Siria.
Los costos son
elevados y la pregunta es quién estaría dispuesto a financiar tal movimiento de
recursos, pero además, entre mayor es la inversión mayor será lo que desean a
cambio; ¿Qué puede ofrecer un país destruido sin ir a una guerra? ¿Sus recursos
naturales? ¿Seguiremos en la misma ruta que profundizó el chavismo? Hay que
tomar en cuenta que los estadounidenses tiene una producción de petróleo en
alza, que en poco tiempo exportarían, por lo cual ¿Será atractivo para ellos
invertir en algo que ya genera ganancias sin un guerra de por medio?
Por ello, considero
que la opción real, no de ilusiones como las dos primeras, es la número tres.
Debemos trabajar para que ello ocurra, presionar para que se cumplan los pasos
que exigen los líderes de la oposición y las naciones que lo secundan.
Participar en
elecciones es la hoja de ruta, ¡no debemos perder el norte!