Wednesday, March 18, 2020

¡QEPD! ¡Estabas en la orilla!


Jorge Cruz, Caracas, 18 de febrero de 2020

Nos prometieron tantas cosas nuevas, cambios, revolución y otras ilusiones más, lo real es que terminamos peor que cuando se inició la “transformación”.

Se impulsó a la participación, era un gobierno que sustituía la representatividad por la participación, lo real fue neutralizar al movimiento popular.

El movimiento vecinal, feminista, LGTB, cooperativo, entre otros, fueron absorbidos o cooptados, la combatibidad que habían tenido en los años previos al chavismo decayó, una gran mayoría fueron presas de la venta de ilusiones de lograr reivindicaciones que no pasaron del papel, al solamente estar presentes en la Constitución, pero que no se cumplen, en algunos casos se llegó a tener una legislación favorable, pero sin reglamentos, por lo que quedaron como letra muerta y, además, con el control social existente, más aún se les ha limitado.

Uno de los grupos más guerreristas fueron los indígena, con algunas ONG de mucha fuerza como CONIVE, Kuyujani, Coica, entre otras, casi todas ellas han disminuido su potencial, algunas, incluso, se les ha perseguido de manera taimada, pero efectiva. No podemos olvidar que dos de sus luchas anteriores al chavismo, como fueron las llamadas Tendido Eléctrico en la Gran Sabana y La Reserva Forestal de Imataca, ambas en campaña política para la presidencia de Hugo Chávez, se comprometieron a respaldar las reivindicaciones de los indígenas y ambientalistas, al asumir el poder se traicionó tal promesa, en pocas palabras comenzó mal el gobierno y, a la larga, ha demostrado sus propias intenciones.

La Constitución incluyó un capítulo sobre lo ambiental, de allí al hecho hay mucho techo que no se ha recorrido, sino retrocedido. El último golpe a la mesa ha sido el proyecto del Arco Minero del Orinoco, que fue aprobado y se está ejecutando sin Estudios de Impacto Ambiental y Sociocultural, tal como lo reglamente la Constitución.

En términos de infraestructura, la historia es similar. Muchas propuestas, luego de asumir el poder, proyectos en cantidad, el resultado son miles de obras sin concluir, mucho dinero sin paradero conocido (o tal vez si), las vías que existían están en pésimo estado, edificios que han sido invadidos lucen como pordioseros, otras edificaciones abandonadas a la buena de dios, el resultado es triste, es el reino de las troneras o capas de fachadas que parecen rompecabezas que le faltan piezas. Solo un ejemplo: se propuso un gran plan ferrocarrilero que iba a cubrir partes importantes del país, al día de hoy solo hay un tramo operativo, es decir, de varios miles de kilómetros que estaban en el plan inicial, solo hay 41,5 en funcionamiento, en diversos lugares de la geografía nacional se pueden ver pilares de lo que sería un sistema, ahora es solo una hojarasca.

Los servicios fue otra promesa más, se anunciaba que iban a ser de calidad: agua, luz, telefonía (con internet incluido). Para ilustrar un solo servicio: agua. Desde el año 2009, posiblemente algunos recuerdan que Chávez sugirió el bañarse con taparas, comienza el suplicio, ya para el 2010 se mejoró, pero la alegría fue de tísico, en el 2014 se comienza un racionamiento progresivo hasta el día de hoy, en un principio solo eran unas pocas horas de corte, luego fue remplazado por lo contrario, solamente dos veces al día, en la mañana y la tarde, en estos momentos solamente, donde resido, se recibe, cuando contamos con suerte, un poco más de media hora por semana. ¡Sobran las palabras!

La salud es uno de los aspectos más precarios. En el año 2004 se dio comienzo a la Misión Barrio Adentro, con centros de atención primaria en diversos lugares de la geografía, fue de un impacto político inusitado, se daba respuesta a una de las necesidades con mayor deficiencia; pero todo eso se ha ido a la historia, solo recuerdos de un pasado “feliz”. Desde hace ya varios años, los seguros privados no dan sino para pagar a medias una consulta, no se puede pensar en unos exámenes de laboratorio y menos aún una intervención quirúrgica. El Seguro Social es un servicio que da lástima, generalmente no tienen medicinas, son cientos de casos de muertes por falta de tratamientos y/o fármacos.

Derechos humanos, uno se los más sonados “logros” en la Constitución, fue el incluir hasta derechos de tercera generación (primera: civiles y políticos; segunda: económicos, sociales y culturales; y tercera: justicia, paz y solidaridad). Sin embargo, como se puede percibir por lo antes descrito, no ha sido más que letra muerta.

En lo económico, se nos ha vendido en diversas ocasiones que seremos una potencia mundial, que gracias al petróleo, por tener las mayores reservas del planeta, seríamos la envidia. Los desatinos han sido de marca mayor, el chavismo emerge como respuesta a una crisis en los 80 y 90, pues ahora estamos en condiciones peores a esos años, hemos retrocedido al menos unas 80 décadas, según especialistas.

Quizás lo más evidente ha sido la política monetaria. Por un lado, la moneda ha perdido ocho ceros, es decir, se ha devaluado cien millones de bolívares, esa fallida política, que alimentada por emisión permanente de dinero inorgánico, más un déficit fiscal, ha llevado al país a tener, por más de dos años una hiperinflación (impuesto indirecto que paga especialmente los que menos recursos tiene, pero que a su vez arrastra a otros sectores a la pauperización).

Un reciente informe de uno de los organismos de las Naciones Unidas (Programa Mundial de Alimentos) afirmó que 1 de cada 3 venezolanos padece inseguridad alimentaria, a ese terrible dato tenemos que sumar los que no tienen medicina; en pocas palabras, el chavismo ha repartido muerte por hambre y enfermedades.

La expropiación de empresas agrícolas, fundos, edificios, terrenos y compañías diversas, sumado a ello el subsidio a importaciones, que hicieron que productos nacionales costaran más que los foráneos, generando que los empresarios huyeran despavoridos, que la inversión privada casi desapareciera y que nuestros hogares y despensas sufrieran desabastecimiento. Ello ha provocado que la casi se dependa exclusivamente de lo que ingresa por puertos, sean terrestres o marítimos. En un principio se dependía de las divisas que  por las ventas del oro negro el país recibía, pero al suceder algo similar con esta industria, disminuyeron los dólares, que aunado a restricciones para negociar afuera por el Estado, se giró hacia permitir que los privados trajeran rubros variados y así dar la apariencia de abastecimiento.

Con la agricultura y cría de animales ha sucedido algo similar, nos prometieron tanto y tan seguido, con nombres rimbombantes como Nudes, Fundos Zamoranos, gallineros verticales, entre otros; todos ellos no han pasado que ser eso ¡pasado! Luego de expropiaciones, invasiones, destrucción de áreas productivas para justificar invasiones. Antes hubo momentos en los cuales exportábamos arroz y escasamente hoy llega a cubrir un 20% de la demanda nacional. Todo no pasó de ser más que un show, un acto de magia fallido.

Voy a tocar un último punto, que no debería ser él, porque faltarían otros, pero llega el cansancio de tanto repetir la triste historia: producción. Se nos dijo en diversas ocasiones que íbamos a ser una potencia, que exportaríamos incluso. Los números de la desaparición de empresas es espeluznante, quedan luego de 20 años en el poder, menos de un cuarto del parque industrial, que significó a su vez la perdida de trabajo de miles de personas, mucho talento que migró.

Como hemos podido apreciar, la soledad y los parlamentos que se llevó el viento es lo único que queda con vida, un país arrasado, con pequeños oasis; una nación con los dos extremos, a su vez los más vulnerables, como población mayoritaria; un cementerio de proyectos que nunca supieron lo que era cortar la cinta.

Por ello debemos hacer un gran esfuerzo en hacer salir a esos vocingleros, buenos para nada, esos que experimentaron tanto y tan seguido, con el derroche y desaparición de recursos incluidos, para terminar con el suspiro final en la orilla, porque la ceguera ideológica no les permitió aprender a nadar.

Ahora, andan intentando enmendar sus errores, tantas veces señalados, permiten que la iniciativa individual sea la que dirija la economía, el dólar es casi libre, como sorpresa de hace pocos días, pidieron dinero a un ente del cual despotricaron (FMI) y llenaron de tantos adjetivos a quienes en algún momento su dedo índice apuntó como la ruta.

Hay que rescatar el poder de esos sátrapas, veo como vía la democrática: elecciones, y comenzar con nuevos modelos la reconstrucción e innovación de esa ave que parece muerta, que el sudor de muchos hará nuevamente que respire aire fresco y el brillo en sus ojos llenará nuestra cantimplora de esperanzas y sueños.


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