Jorge Cruz, Caracas, 16
de abril de 2011
Una de las
estrategias de supervivencia que hemos optado los animales sociales, los que
vivimos en manadas, es crear una estructura de poder y autoridad. Siempre nos
organizamos en función de un líder, que es el vocero y quien guía y/o da las
pautas para la ruta a seguir. Ejemplos hay muchos, desde los primates,
equinos, incluso los insectos como hormigas, abejas, avispas…
Los
beneficios que genera esta posición son muchos, que compensan los riesgos; la cual provoca luchas intestinas
por estar en el tope.
Nosotros
los humanos no escapamos a esa forma de organizarnos, siempre necesitamos que
alguien tome la iniciativa y el resto de la manada sigue la propuesta, no
siempre son exitosas como también puede suceder que en el camino hay remplazo
(me viene a la mente lo que leí sobre los sobrevivientes de los Andes, era un
equipo deportivo que se transportaba en un avión y tuvo un accidente en las
cumbres de la cordillera de Los Andes, un entrevistado comentó que en un
principio se delegó el liderazgo al capitán del equipo, pero al poco tiempo fue
sustituido por otro que fue el que llevó al grupo a encontrar su regreso a
casa).
Ahora puede
también suceder que el que está en el poder utiliza artimañas para mantenerse,
de eso hay miles de ejemplos:
- Control de información, se alega que los opositores al régimen en el poder no dice la verdad, que la tergiversan; por ello es necesario crear un sistema comunicacional que sea quien se encargue de difundir “la verdad”, que a su es el encargado de difundir los contenidos que el gobierno de turno quiere, mientras se persigue e incluso cierra los que no están bajo control.
- Rehacer la historia y héroes. Se hace necesario el crear una nueva simbología: nuevas fechas “patrias”, reciclaje de figuras que tuvieron una relevancia menor por conveniencia que ahora lucen como dioses impolutos, cambios en los símbolos patrios (bandera, escudo, entre otros), rescritura de la historia y así por el estilo.
- Represión, desde la más suave, inhabilitación política, hasta la cárcel, que a su vez tiene variantes: detención por delitos NO políticos, como corrupción, sexuales o cualquier otro que se pueda recabar y justificar como trasgresor (en muchos casos son fraguados, pero quien tiene el poder también tiene la justicia sin venda en los ojos) hasta los directamente políticos como en una actividad de protesta o apresamiento por una protesta en la cual no estuvo presente pero se acusa de ser el instigador. Recientemente tenemos varios ejemplos, en Libia Gadafi ha tildado de Terroristas los que se oponen y como tal se puede permitir el lujo de masacrar la población (se sabe que quien tiene el armamento de calidad y un ejercito es el tirano en el poder, por ello ha podido tomar y solo retroceder cuando las fuerzas de la OTAN arremeten contra sus tanques y aviones); otro ha sucedido en China, se detuvo al artista Weiwei y se ha alegado que no es por cuestiones políticas sino administrativas, eufemismos que esconden la persecusión contra la disidencia.
- Apropiación del lenguaje. Quizás el ejemplo más claro es de Joseph Stalin que escribió un artículo sobre la neutralidad del lenguaje, ampliamente utilizado en los medios que estudian la lingüística, cuyos fines están más que demostrados. En Venezuela tenemos infinidad de ejemplos: escuálidos, palabra utilizada para denigrar a los opositores; rojo rojito, simpatizantes del gobierno; proceso, cuando se intenta describir el “cambio”; entre otras.
- Intolerancia, crear grupos de choque que van a acosar o producir violencia física, caso resiente en Venezuela con la agresión a un grupo de enfermeros que mantienen una protesta por varios días, siendo que protestar es legal y está incluso planteado en la Constitución como tal; hasta el acoso como el no permitir trabajar a quien tiene el conocimiento técnico pero no está de acuerdo con las decisiones gubernamentales, también podemos sumar el chantaje, en Venezuela, luego de una recolección de firmas para aprobar un revocatorio contra el presidente, a algunas personas que tenían amigos en el gobierno con cierto poder, se el acercaron ofreciendo trabajo a cambio de decir públicamente que habían sido engañados, que su firma había sido una coacción y alegatos similares. Estos grupos de choque (que incluyo a los grupos armados como los existentes en el 23 de Enero) pueden actuar sin control, por lo cual no es que necesariamente sean mandados directamente a perseguir, sino por decisiones de sus líderes inmediatos que consideran que así pueden ayudar al poder.
La lista
puede crecer, pero creo que con esta podemos visualizar las formas que el que
está en el poder utiliza para mantenerse.
Lo dicho
hasta ahora me lleva a otro punto la participación y protagonismo del “pueblo”.
Como he expuesto, tendemos a delegar las
decisiones, a que se ejerza el poder de forma representativa, por ello cuando
hablamos de protagonismo o participación, generalmente nos referimos a los líderes
de los grupos que se conforman en los diversos niveles, ellos son los voceros y
quienes realmente participan en las convocatorias, en algunos casos acompañados
por algunos miembros de su “manada”, que casi como regla son los que tienen
intereses directos en la estructura de poder o son sus lugartenientes.
Una de las
características del proceso actual es aludir que está siendo respaldado por el
pueblo o peor aún que el presidente puede hacer y decir lo que sea, porque él
lo hace en nombre del pueblo o que él es el pueblo en si mismo. Por lo que
señalé antes, esto es un discurso político, pero que no es real, no es que habla
como pueblo o que es el pueblo, es solamente una manera de apropiarse de un
simbolismo.
Además, se
habla de algo tan inasible como pueblo, soberano, poder constituyente para esconder
que se gobierna en nombre de ciertos grupos; es decir, no significa que sea la
totalidad de la población, son los grupos cercanos al poder, son esa llamada
boliburguesía que grandes provechos ha sacado en nombre de la “revolución”. Es un juego con el lenguaje, pero de alta
carga política que evade el problema al generalizar y banalizar el concepto, como
una vez dijo Ryszard Kapuscinski: “Hay otra manipulación, más sutil, que es mostrar lugares donde hay
hambre, no las zonas de la pobreza, porque
los primeros son pequeñas colonias cuyo problema se puede solucionar enviando
aviones con alimentos y ya nos quedamos satisfechos; en cambio, la pobreza es
más universal, no sabemos cómo arreglarlo, plantea interrogantes centrales
sobre el sistema y angustias irresueltas”.
Cualquiera comenzaría pensar que yo estoy en contra
de la participación o protagonismo, nada más distante, yo creo en el
empoderamiento, pero no como discurso político. Yo creo que para poder hacer
empoderamiento tenemos que aminorar la información asimétrica; en otras
palabras, es con la distribución más uniforme de información que se puede hacer
que el “pueblo” escoja a los líderes idóneos.
Nunca se me olvida que días antes del viernes
negro, 18 de febrero de 1983, un amigo pidió prestado a todo el mundo dinero,
desde pequeñas cantidades a mayores, todo ello lo convirtió en dólares, que
pocos días después se había duplicado y pudo cambiar una parte para pagar las
deudas y tener una ganancia sin mucho esfuerzo gracias al manejo de información
privilegiada, esto es asimetría en la distribución de información.
En resumen, no es perverso tener un líder y un régimen
representativo, es algo que es innato a nuestra animalidad, lo que se convierte
en perverso es intentar mantenerse en el poder cuando no es el más apto, como
también es perverso controlar la circulación de información con la excusa que
no dice la verdad, porque el que está en el poder tampoco la dice, son
solamente versiones, constructos para explicar y/o justificar su permanencia o
acceso al poder, reprimir la distribución de información es contribuir a que la
información asimétrica siga creciendo, lo que me lleva a afirmar que el fin real del poder es perpetuarse, no
procurar su cambio y menos aún a liderar una revolución, como se vocifera en
Venezuela.
Solo
lograremos un cambio cuando se permita que la información sea más equitativa,
cuando se rompan con los controles que no permiten la transparencia de la
gestión pública o privada. Solo seremos otro país cuando se pueda tener acceso
a los datos sobre servicios sin que sean desactualizados (muchos de ellos no
son publicados sino años después o peor aún, PDVSA no dice cual es el real
volumen de producción o consumo interno de gasolina o su costo de producción desde
hace varios años), o en el caso que no se puede dar información si no se tiene
autorización, lo cual no es más que una alcabala para no dar información o no
permitir el acceso a fuentes de información y solo permitir la que genera el
gobierno en el momento y la que sea seleccionada. Solamente hay empoderamiento cuando hay manejo de información, el
resto es discurso vacío que solamente busca permanecer en el poder.
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