Saturday, September 10, 2011

Sobre liderazgo y algo más

Jorge Cruz, Caracas, 16 de abril de 2011
Una de las estrategias de supervivencia que hemos optado los animales sociales, los que vivimos en manadas, es crear una estructura de poder y autoridad. Siempre nos organizamos en función de un líder, que es el vocero y quien guía y/o da las pautas para la ruta a seguir. Ejemplos hay muchos, desde los primates, equinos, incluso los insectos como hormigas, abejas, avispas…
Los beneficios que genera esta posición son muchos, que compensan los  riesgos;  la cual provoca luchas intestinas por estar en el tope.
Nosotros los humanos no escapamos a esa forma de organizarnos, siempre necesitamos que alguien tome la iniciativa y el resto de la manada sigue la propuesta, no siempre son exitosas como también puede suceder que en el camino hay remplazo (me viene a la mente lo que leí sobre los sobrevivientes de los Andes, era un equipo deportivo que se transportaba en un avión y tuvo un accidente en las cumbres de la cordillera de Los Andes, un entrevistado comentó que en un principio se delegó el liderazgo al capitán del equipo, pero al poco tiempo fue sustituido por otro que fue el que llevó al grupo a encontrar su regreso a casa).
Ahora puede también suceder que el que está en el poder utiliza artimañas para mantenerse, de eso hay miles de ejemplos:
  • Control de información, se alega que los opositores al régimen en el poder no dice la verdad, que la tergiversan; por ello es necesario crear un sistema comunicacional que sea quien se encargue  de difundir “la verdad”, que a su es el encargado de difundir los contenidos que el gobierno de turno quiere, mientras se persigue e incluso cierra los que no están bajo control.
  • Rehacer la historia y héroes. Se hace necesario el crear una nueva simbología: nuevas fechas “patrias”, reciclaje de figuras que tuvieron una relevancia menor por conveniencia que ahora lucen como dioses impolutos, cambios en los símbolos patrios (bandera, escudo, entre otros), rescritura de la historia y así por el estilo.
  • Represión, desde la más suave, inhabilitación política, hasta la cárcel, que a su vez tiene variantes: detención por delitos NO políticos, como corrupción, sexuales o cualquier otro que se pueda recabar y justificar como trasgresor (en muchos casos son fraguados, pero quien tiene el poder también tiene la justicia sin venda en los ojos) hasta los directamente políticos como en una actividad de protesta o apresamiento por una protesta en la cual no estuvo presente pero se acusa de ser el instigador. Recientemente tenemos varios ejemplos, en Libia Gadafi ha tildado de Terroristas los que se oponen y  como tal se puede permitir el lujo de masacrar la población (se sabe que quien tiene el armamento de calidad y un ejercito es el tirano en el poder, por ello ha podido tomar y solo retroceder cuando las fuerzas de la OTAN arremeten contra sus tanques y aviones); otro ha sucedido en China, se detuvo al artista Weiwei y se ha alegado que no es por cuestiones políticas sino administrativas, eufemismos que esconden la persecusión contra la disidencia.
  • Apropiación del lenguaje. Quizás el ejemplo más claro es de Joseph Stalin que escribió un artículo sobre la neutralidad del lenguaje, ampliamente utilizado en los medios que estudian la lingüística, cuyos fines están más que demostrados. En Venezuela tenemos infinidad de ejemplos: escuálidos, palabra utilizada para denigrar a los opositores; rojo rojito, simpatizantes del gobierno; proceso, cuando se intenta describir el “cambio”; entre otras.
  • Intolerancia, crear grupos de choque que van a acosar o producir violencia física, caso resiente en Venezuela con la agresión a un grupo de enfermeros que mantienen una protesta por varios días, siendo que protestar es legal y está incluso planteado en la Constitución como tal; hasta el acoso como el no permitir trabajar a quien tiene el conocimiento técnico pero no está de acuerdo con las decisiones gubernamentales, también podemos sumar el chantaje, en Venezuela, luego de una recolección de firmas para aprobar un revocatorio contra el presidente, a algunas personas que tenían amigos en el gobierno con cierto poder, se el acercaron ofreciendo trabajo a cambio de decir públicamente que habían sido engañados, que su firma había sido una coacción y alegatos similares. Estos grupos de choque (que incluyo a los grupos armados como los existentes en el 23 de Enero) pueden actuar sin control, por lo cual no es que necesariamente sean mandados directamente a perseguir, sino por decisiones de sus líderes inmediatos que consideran que así pueden ayudar al poder.
La lista puede crecer, pero creo que con esta podemos visualizar las formas que el que está en el poder utiliza para mantenerse.
Lo dicho hasta ahora me lleva a otro punto la participación y protagonismo del “pueblo”.  Como he expuesto, tendemos a delegar las decisiones, a que se ejerza el poder de forma representativa, por ello cuando hablamos de protagonismo o participación, generalmente nos referimos a los líderes de los grupos que se conforman en los diversos niveles, ellos son los voceros y quienes realmente participan en las convocatorias, en algunos casos acompañados por algunos miembros de su “manada”, que casi como regla son los que tienen intereses directos en la estructura de poder o son sus lugartenientes.
Una de las características del proceso actual es aludir que está siendo respaldado por el pueblo o peor aún que el presidente puede hacer y decir lo que sea, porque él lo hace en nombre del pueblo o que él es el pueblo en si mismo. Por lo que señalé antes, esto es un discurso político, pero que no es real, no es que habla como pueblo o que es el pueblo, es solamente una manera de apropiarse de un simbolismo.
Además, se habla de algo tan inasible como pueblo,  soberano, poder constituyente para esconder que se gobierna en nombre de ciertos grupos; es decir, no significa que sea la totalidad de la población, son los grupos cercanos al poder, son esa llamada boliburguesía que grandes provechos ha sacado en nombre de la “revolución”.  Es un juego con el lenguaje, pero de alta carga política que evade el problema al generalizar y banalizar el concepto, como una vez dijo Ryszard Kapuscinski: “Hay otra manipulación, más sutil, que es mostrar lugares donde hay hambre, no las zonas de la pobreza,  porque los primeros son pequeñas colonias cuyo problema se puede solucionar enviando aviones con alimentos y ya nos quedamos satisfechos; en cambio, la pobreza es más universal, no sabemos cómo arreglarlo, plantea interrogantes centrales sobre el sistema y angustias irresueltas”.
Cualquiera comenzaría pensar que yo estoy en contra de la participación o protagonismo, nada más distante, yo creo en el empoderamiento, pero no como discurso político. Yo creo que para poder hacer empoderamiento tenemos que aminorar la información asimétrica; en otras palabras, es con la distribución más uniforme de información que se puede hacer que el “pueblo” escoja a los líderes idóneos.
Nunca se me olvida que días antes del viernes negro, 18 de febrero de 1983, un amigo pidió prestado a todo el mundo dinero, desde pequeñas cantidades a mayores, todo ello lo convirtió en dólares, que pocos días después se había duplicado y pudo cambiar una parte para pagar las deudas y tener una ganancia sin mucho esfuerzo gracias al manejo de información privilegiada, esto es asimetría en la distribución de información.
En resumen, no es perverso tener un líder y un régimen representativo, es algo que es innato a nuestra animalidad, lo que se convierte en perverso es intentar mantenerse en el poder cuando no es el más apto, como también es perverso controlar la circulación de información con la excusa que no dice la verdad, porque el que está en el poder tampoco la dice, son solamente versiones, constructos para explicar y/o justificar su permanencia o acceso al poder, reprimir la distribución de información es contribuir a que la información asimétrica siga creciendo, lo que me lleva a afirmar que el fin real del poder es perpetuarse, no procurar su cambio y menos aún a liderar una revolución, como se vocifera en Venezuela.
Solo lograremos un cambio cuando se permita que la información sea más equitativa, cuando se rompan con los controles que no permiten la transparencia de la gestión pública o privada. Solo seremos otro país cuando se pueda tener acceso a los datos sobre servicios sin que sean desactualizados (muchos de ellos no son publicados sino años después o peor aún, PDVSA no dice cual es el real volumen de producción o consumo interno de gasolina o su costo de producción desde hace varios años), o en el caso que no se puede dar información si no se tiene autorización, lo cual no es más que una alcabala para no dar información o no permitir el acceso a fuentes de información y solo permitir la que genera el gobierno en el momento y  la que sea seleccionada. Solamente hay empoderamiento cuando hay manejo de información, el resto es discurso vacío que solamente busca permanecer en el poder.

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