Thursday, October 24, 2013

Seguro, nada seguro




Jorge Cruz, Caracas, 23 de Octubre de 2013
Dice la sabiduría popular que lo único seguro es la muerte, pero para tener un momento, mientras estemos vivos, seguros de vivir dignamente  es preferible tener un seguro; un seguro que nos trate decentemente, que nos sirva para tener atención médica, un retiro justo y sin sobresaltos.

Venezuela no tiene un seguro social que se acerque a ello, aún después de 15 años en el poder un gobierno que se ha autotitulado defensor de los derechos de los trabajadores. Es una tarea pendiente según lo que alegan sus defensores.

Muchos de los supuestos beneficios sociales que ha adelantado el gobierno no han resultado en tal, se quedan en una tarea pendiente.

La educación, se crearon misiones diversas y se abrieron nuevas universidades, pero significó el acoso y deterioro de la universidades anteriores; con la salud igual, Misión Barrio Adentro, solucionó un vacio, pero se abandonaron los hospitales, el resultado lo sabemos, los MBA no pueden, porque no se crearon para ello, atender muchos de los problemas de salud y en los hospitales no ha con que; la producción expropiaron empresas de todo tipo, ahora importamos mucho más que antes, ya que ninguna de las nacionalizadas está produciendo como debe, entre otros desafueros. Pura tarea pendiente.

Regresando al seguro. Es injusto por diversas razones. La primera que pudiera señalar es que aún continúan pagándose por separado la pensión y la jubilación. La pensión es la que asigna el Seguro Social, salario mínimo, aunque te descuentan un porcentaje de lo que percibes (segunda injusticia) y la jubilación es la que asigna por cantidad de años acumulados en un sitio de trabajo privado o similar cantidad en cualquier ente del Estado. Si has trabajado en varios lugares privados o una combinación de privados y públicos que no alcances el mínimo requerido en el público, pues nunca somos jubilados. Los independientes nunca se jubilarán.

Tenemos dos injusticias entonces una división que hace atractiva ser funcionario público, porque siempre acumulas, sin importar si cambias de ente y la segunda se te descuenta para el SS un monto de tu salario real y se te devuelve solamente el salario mínimo existente.

Allí no terminan, si bien es cierto que un número importante de nuestras personas mayores no tenían pensión, no se justifica que la primera oleada de personas que fueron pensionadas fueran aquellas que no habían completado las cuotas, por lo tanto, se les abrió la posibilidad de pagar el faltante, que muchas personas con dificultad o incluso préstamos pudieron realizar; para luego pensionar a todas las personas sin haber cancelado ni una sola cuota. Si la idea era llevar a todas las personas mayores a una pensión no era necesario que las sometieran a tal penuria de conseguir dinero de donde no se tenía.

Voy a finalizar con otro punto, no el último que existe, para cancelar las pensiones se está utilizando dinero del fisco, no es un dinero autogenerado por el SS; con ello se desvían recursos que pudieran ser utilizados en otros fines o programas al pago de pensiones. Esto tiene otro problema, el país está en cada nuevo censo reflejando que cada vez es mayor el promedio de edad de la población es 26 año, en el anterior era de 23; si existiera un política coherente se utilizaran estos años para que todos los activos (incluso buhoneros, como independientes) cotizaran y el SS pudiera ir acumulando para los años donde sea más vieja la población. No es como una opción, lo último que se ajustó en la Ley del Trabajo vigente, sino obligatorio. Pero hablar de planificación para un gobierno que se ha caracterizado por la improvisación, las ideas que vienen a media noche, el actuar pensando en las elecciones próximas, es como pedir mucho.

Por todo lo anterior, cuando me hablan que este es un gobierno que tiene en mente a la población, de hacer énfasis en lo social, me da un ataque de risa; lo concreto es que ha sido un gobierno que hace obras con fines electorales, adornadas de mucha verborrea (ahora hasta con un interlocutor que se expresa de tal forma que habla de cosas “mal decías”.

En conclusión, se ha intentado construir un país paralelo y solo se ha logrado que se convierta en un país de tareas pendientes, parece ser que la única tarea realmente pendiente, ante tanto desastre, es cambiar de gobierno.

Wednesday, October 9, 2013

¿Lucha de clases o enfrentamientos de culturas?

Jorge Cruz, Caracas 9 de octubre de 2013

No sé qué palabras utilizar para describir el sentimiento que despierta en mi cuando escucho, especialmente a quien está al frente del gobierno, que los problemas actuales son por la existencia de la burguesía.

Siento o veo tanta hipocresía. Me surgen tantas dudas, preguntas que cualquier respuesta lo que hace es generar nuevas.

Voy a señalar dos puntos que pueden dar luz sobre mis divagaciones.

Se utiliza como respaldo teórico al marxismo (diría más como discurso estridente y vacío). Lo real es que esa propuesta no explica (ni ha explicado) lo que sucede en la vida real, es un discurso político y más nada. Por un lado nos habla de que el motor de la historia ha sido la lucha de clases, nada más distante de la realidad. Lo cual redujo la historia a dos clases enfrentadas: esclavos-esclavistas, señores-siervos y la última dualidad, burgués- proletario. Los otros grupos son considerados insignificantes y anexos a alguno de ellos; p.e. la pequeña burguesía a los capitalistas y los lumpenproletarios a los trabajadores. Con ello se negaron grupos poderosos que conquistaron y sometieron comunidades, hasta lo hoy llamados países (los Sátrapas en la India, los mongoles con Gengis Kan especialmente, los romanos y su imperio); eran etnias o grupos de comunidades que aliados dominaron y explotaron grandes extensiones de territorio y sus habitantes. Todos ellos eran una mezcla de “clases” que se unían para someter y obtener beneficios de ello. Allí se encontraban generales y soldadesca, señores y siervos o esclavos, todos unificados en busca de riqueza del saqueo o el sometimiento a otros y de los recursos que los territorios tenían.

Por otro lado, tampoco nos ayuda a explicar a los movimientos como feministas, diversidad sexual, religiosos, partidos políticos, indígenas, entre otros; todos ellos son cruzados por diversas “clases”, son agregados de grupos sociales que se unen para luchar por sus derechos y, en algunos casos, para asumir el poder (sea de forma pacífica o violenta). Su nexo son la pertenencia a una comunidad y su respectiva cultura; esta última actúa como pegamento de tan diferentes intereses, orígenes o riqueza. No es la clase las que los motoriza, son sus derechos como grupo. Algunos incluso han propuestos nuevas formas de formas de vida, como p.e. el Sumak Kawsay de los grupos quechua del altiplano andino.

Finalmente, no explica la preponderancia del sector servicios sobre la producción o explotación a los trabajadores (se utilizan robots en muchas fábricas). Los sectores medios son los que han crecido, los trabajadores han reducido su número en buena parte de la industria, solo algunas ramas como construcción, alta tecnología (por su rápido cambio y obsolescencia)… necesitan de ejércitos humanos en sus espacios. Los servicios como educación, generación de innovación, diseño, mercadeo y otros similares son los que dominan el mercado empleador.

En pocas palabras, es una teoría que no nos sirve para diagnosticar y menos aún debe ser el puntal para planificar el futuro de una nación.

Pero allí no termina mis preocupaciones. Cuando se dice que hay que combatir a la burguesía me emerge una pregunta: ¿Cuál? La tradicional o la nueva, que tiene en su filas a familiares de muchos de los que actualmente regentan el Estado (hace poco circuló la hoja del pago de cuotas al IVSS de uno de los hijos de Maduro, en la cual se veía que ganaba, lo declarado, más de Bs. F. 100.000, es decir, más de 25 veces un salario mínimo con su Cesta Ticket sumado). Ni decir del presidente de la Asamblea Nacional, si pudo regalarle por los 15 años a la hija de Hugo Chávez una camioneta que estaba en el mercado a cerca de unos Bs.F. 300.000, cuánto será lo que puede ganar por todas sus corruptelas. Esto son solo dos de los muchos que están enquistados en el gobierno y que por nada del mundo quieren perder, de allí sus ladradas de socialismo y otros ismos alimentados por no se sabe que teorías.

En resumen, la hipocresía de quienes detentan el poder crea en mi más interrogantes que respuestas, especialmente porque ese discurso incendiario está basado en una teoría que no nos explica la realidad actual, pero esconde sus reales intenciones Mantenerse en el poder.

Es una realidad como la que nos retrata Ignacio Ávalos en su artículo que apareció hoy 9 de Octubre en El Nacional “El viaje del presidente Maduro es la consecuencia de no haber descifrado los signos de los tiempos. De no enterarse en qué códigos viene expresado el siglo XXI y haber mirado con más atención el siglo XIX. De haber jugado a la ideología y soslayar la realidad. De haber dejado intacta la esencia de nuestra condición rentista. De haber ceñido la estrategia de desarrollo social al reparto poco cuidadoso de la riqueza petrolera. De haber militarizado la gestión de lo público. De asumir la política como voluntarismo, es decir, cuestión de testículos y ovarios. De creer que un país puede ser dos países distintos y hasta enfrentados, que el diálogo es debilidad y la negociación traición. De ocultar las estadísticas o manipularlas y volverlas propaganda. En fin, la consecuencia de evadir siempre la responsabilidad respecto a los errores cometidos y trasladarla a terceros.” (En: http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=992977 )

No hay lucha de clases, hay un partido en el poder, con diversas clases en él, que pretende mantenerse con venta de discursos e ilusiones.

¡¡Me provoca vómito tanta hipocresía!!

¡¡Ahí va un partido!! ¡¡Qué le vaya bien!!

Jorge Cruz, Caracas 23 de Septiembre de 2013
Mi ateísmo o agnosticismo hace que todo aquello que huele, noto, palpo, oigo o saboreo como religioso o militancia ciega me causa rechazo. Mi primera reacción es engrincharme como un gato, huir despavorido, sentir urticaria subiendo por mi cuerpo; no lo puedo evitar. Posteriormente lo analizo.

Sé que pertenecer a un partido (para mí es muy similar a iglesia o religión) tiene sus ventajas: se pertenece a una comunidad, se fortalece el sentido de pertenencia e identidad, se tiene un sentido a la vida (hay un futuro que promete el partido), se esconden los miedos propios y debilidades en el grupo, se crean lazos de amistad nuevos (en las iglesias se incluso llegan a llamarse hermanos o para el que “dirige” el rebaño: padre); en pocas palabras se crea o se es feligresía de una comunidad con su cultura.

También tiene sus perjuicios: si por un lado se integra a un nuevo grupo, por el otro se excluye al que no se considera parte de su comunidad. Puede comenzar con simple desprecio por lo que comenta, hasta llegar a cortar la comunicación (se le borra como amigo en Facebook o cualquier otra red de intercambio), se proyectan todos los males hacia el otro (el otro es el causante de todos los problemas que surjan, se convierte en el chivo expiatorio). Así se rompen amistades de años, matrimonios, comunidades (he visto comunidades indígenas divididas), hasta un país. Porque todo se simplifica a dos bandos: los que simpatizan con mi grey o los que no, por ello, no se aceptan puntos intermedios, todos los que no están conmigo están contra mí, el mundo se convierte en una dualidad.

Peor aún es cuando se respalda la desaparición física, ya sea por emigración (ese si no les gusta váyanse) o por la muerte. No existe el diálogo, solo debe prevalecer los dictados del partido.

Como resultado de ello, la justicia (siempre está de los que tienen el poder, ya sea político y/o económico) pasa de una exclusión a otro tipo de exclusión; ella sirve para castigar a los “pecadores”, los agentes del mal, los apátridas, los vendidos a entes extranjeros…

Si hay incomunicación o incluso violencia, la culpa es del otro. Quien la provoca son los que no están con mi partido. La intolerancia es la invitada de honor.

Esto opera porque las culturas, si bien son un elemento integrador, también son una barrera que evita las fugas. Si por un lado te permite crecer, por el otro te prohíbe crecer más de los debido, todo tiene que ser dentro de los límites de lo permisible. Se debe evitar los saltos de talanquera, porque merman al partido de miembros e imagen. Todo debe estar dentro de los “principios y valores” que ha generado el partido.

Para ello es necesario el control de la información: el partido es quien emite la verdad, lo que viene del otro lado es simple saboteo, mentiras, inventos para destruir la “realidad” que se está construyendo.

No voy a caer en extremismo y afirmar que todos los partidos tienen esa tendencia TAN excluyente, algunos o en algunos momentos apelan al fanatismo, al rebaño que repite como un MP3, especialmente si están en una etapa de crecimiento, otros buscan su expansión con exclusión (siempre presente), pero sin atacar para acabar o desaparecer al otro como premisa fundamental.

Esta última manifestación, intentar desaparecer al otro, son propios de movimientos que desean permanecer en el poder por largo rato, con tendencias monopolizadoras, son antiparticipación, la mayor contradicción y fin último de los monopolios es acabar con la competencia o participación de otros. En pocas palabras, son antidemodráticos, no se desea la pluralidad, aunque se manifieste como principio, son tendientes o directamente una dictadura; ejemplos hay muchos y todos con resultados nefastos y dolorosos por lo costos humanos: los nazis, los fascistas, los bolcheviques son posiblemente los más sonados, pero no los únicos, porque podemos mirar a diversos países de todo el planeta, por solo citar unos pocos: Medio Oriente, África, América y Asia.

En resumen, los partidos son la negación de lo que manifiestan: antimonopolio, democráticos, pluralista, laicos; o lo pudieran ser, pero solamente para los que realizan dichas actividades dentro de las líneas del partido, bajo la dictadura del partido. Los derechos son pisoteados en nombre de los derechos de los simpatizantes, que son los que cuentan.

La actitud de sus militantes es despectiva contra todos los otros y justifica o intenta justificar los actos de su partido, aun cuando van en contra de sus principios personales, siempre se tendrá una excusa a la mano para validar los aciertos, pero especialmente los desaciertos. Hay un temor enorme de sentirse apartado, de expulsión, de no pertenencia, aunque ello pueda, en sus momentos de reflexión, significar estar claro que se están haciendo mal las cosas, se autojustifica con un después se podrá corregir (no sé porque me parece tan similar a los argumentos de los tecnologistas, que pueden notar un problema causado por una tecnología, pero alegan que se puede solventar con otro invento).

El colmo de su religiosidad es cuando aparecen profetas o apóstoles, los cuales son seguidos con una devoción que no dista mucho de los dioses. Les recomiendo para entender esto la lectura del artículo del Dr. Enrique Alí González Ordosgoitti: Del Profeta Chávez al Apóstol Capriles. La Dimensión Religiosa en la Lucha Política en Venezuela, en http://ciscuve.org/?p=3782 .

Prefiero a los movimientos: amorfos, en permanente cambio, con pocas metas, pero claras, plenos de energías, donde todos se escuchan y respetan, donde la tolerancia es aún enorme.

No puedo negarlo, cada vez que escucho de un partido, me cruzo para la acera de enfrente.

Sunday, September 22, 2013

La velocidad de la naturaleza

Jorge Cruz, Caracas 20 de Septiembre de 2013
Una de las grandes enseñanzas que me ha dado mi cruce de conocimientos con los temas ambientales ha sido entender que la naturaleza tiene su ritmo, su velocidad de cambios; el cual es muy diferente del  que queremos imprimir nosotros los animales humanos.
Ha habido mucha arrogancia de nuestra parte, mucha muestra de somos los machos alfa de la naturaleza,  tenemos un inmenso poder y podemos hacer lo que nos venga en gana, porque siempre habrá una solución tecnológica o idea genial que lo solventará.
Esa visión antropocéntrica también la hemos extendido hacia nuestro congéneres de especies, los otros humanos. Permanentemente, los que están en el poder dan muestras de tales “superioridades”.
Lo real es que la naturaleza es lenta en sus cambios, generalmente van a mucha menor velocidad que un caracol, el resto aún más lento, toman más tiempo del que nuestra vida individual quisiéramos.
Pero no solamente es lenta, sino es quien realmente tiene el sartén por el mango. Ella, cada cierto tiempo, nos somete a cambios bruscos: terremotos, huracanes, tormentas eléctricas, entre otro. Siempre nos pasa la factura, tarde o temprano. Su velocidad se impone, queramos o no.
En esos cambios violentos quedan son pedazos de un pasado desperdigados, donde ella posteriormente pone orden y nosotros participamos en esa recomposición.
Cuando queremos demostrar lo contrario, gritar que somos superiores, lo hacemos temporalmente y luego viene un recordatorio. Yo recuerdo que en el año 1982 estuve en Manaos, Brasil, de allí partía una autopista a dos canales por ambas vías hacia Porto Belo, al sur de la primera ciudad, hacia el corazón de la selva. Unos diez años después era solamente un recuerdo, la naturaleza se había “devorado” esa faraónica iniciativa. Hoy es solamente un recuerdo de una idea fallida.
Con bastante frecuencia aparecen ideas tan estruendosas como un relámpago, algunas se les ha llamado revolución, porque supuestamente significan cambios drásticos, por ejemplo la revolución verde, que iba a solucionar el problema del hambre en el planeta por un aumento significativo de la producción, eran semilla que incrementaban la cantidad de las mismas por mata y, con ello, el rendimiento por hectárea sembrada;  unas cuantas década después, realmente solo ha revolucionado los bolsillos de cierta transnacionales.
También en lo social hemos llamado revoluciones a diversos movimientos: la francesa, la rusa, entre otras.
Todas ellas han terminado como la autopista Manaos- Porto Belo: reagrupando algunas nuevas figuras en el poder (reacomodos, gatopardismo), algunos nuevos machos alfa en el cenáculo; pero migajas, sobras para los que verdaderamente necesitan de los cambios.
Muchas de ellas comienzan con mucha arrogancia: hay que destruir TODO lo “viejo”, hay que imponer nuevas formas de hacer las cosas. La Revolución Verde es un gran ejemplo de ello: se crearon nuevas especies de cereales, se confiscaban las especies tradicionales y se imponía, hasta  por la fuerza, las nóveles. Al final, no se ha acabado con el hambre, se han destruidos especies que pudieran dar beneficios en el futuro, se han homogenizado las especies disponibles para el cultivo, los campesinos sufre con los cambios y los poderosos hacen grandes negocios.
Eso me hace recordar unas declaraciones de un indígena estadounidense que leí hace mucho tiempo; decía algo parecido a esto: el hombre occidental comienza con un toque de tambor y al poco tiempo cambia, luego cambia otra vez, y otra vez y nuevamente; al final se olvidó porque tocaba, cuál era sonido original, es un cambio permanente que no tiene son ni ton.
Así andamos, de cambio en cambio, sin son ni ton, cada cierto tiempo aparece una nueva ilusión, un acto de magia novel, una prestidigitación que sorprende a sus seguidores.
Ayer fueron las cooperativas, después los núcleos endógenos, posteriormente los Consejos Comunales, ahora son las Comunas. Es una historia sin fin, experimentos y más proyectos, propuestas y planes, crecen como los hongos, pero no son hongos son simples inventos que generalmente se quedan en derroches de dinero (que alguien se guarda en sus bolsillos) y la nota de cierre de capítulo: luego de tanto movimiento, que lamentablemente tienen más de tintes electorales,  poco es lo que ha mudado.
Es que la naturaleza tiene su ritmo y nosotros como animales seguimos los ritmos de ella. Nos rebelamos, pataleamos, gritamos, desordenamos; ella, como toda madre condescendiente, permite y luego acomoda el cuarto a su manera.
Los cambios que destrozan todo a su paso, solo dejan desolación o estantes vacíos.


Sunday, August 25, 2013

Pobres leyes o ¿no?



Jorge Cruz, Caracas, 14 de agosto de 2013
Hace ya algún tiempo un amigo me dijo una de esas frases que te dejan mucha enseñanza: “Si  un hombre no cumple una ley, es un pobre hombre, pero si hay una ley que nadie cumple es una pobre ley”.
Tal vez parezca existencial la afirmación, pero a lo largo de mi recorrido por este amado planeta y en especial Venezuela, he leído, comentado, participado en debates sobre leyes. Muchas de ellas, para no decir la mayoría, no han servido para aguantar libros en un estante porque no tiene tanto volumen para  dicha labor, pero si quedan tragando polvo y cada cierto tiempo, cuando conviene, es sacada de su marasmo; es decir, nuestro cuerpo legal está pleno de pobres leyes.
He expresado lo anterior porque cada vez con más frecuencia escucho o leo leyes que me parecen innecesarias desde sus orígenes o que no se pueden aplicar por razones que voy a exponer más adelante.
Para comenzar, esa visión que TODO se tiene que legislar es un desperdicio de recursos: humanos,  económicos, de tiempo, etc. las razones son varias, voy a enumerar dos: toda ley tiene costos en su ejecución y para su ejecución se necesitan adaptar el Estado a esta nueva situación.
Vamos con mi primer argumento. Cualquier acción tiene su impactos, positivos y negativos, ninguna acción es absolutamente positiva ni negativa, sino una combinación de ambas. Lo que a corto plazo luce como positivo, el largo tiende a desmentirlo o lo contrario.
Esto significa que cuando se aprueba una ley se tienen que medir sus impactos, entre ellos está los recursos para resarcir o minimizar los impactos negativos. En pocas palabras, no es solamente discutir sobre los beneficios de una ley, aparentes en muchos casos o menores de lo esperado en otros tantos,  sino de los costos asociados en su ejecución.
Mucho mayor es el costo o dañino el hacer que aparezcan leyes en la Gaceta Oficial, sin reglamentos para la implementación de algunos de sus artículos, porque allí se genera un gran vacío que es alimento para la corrupción o injusticia: la discrecionalidad de quien la aplica es lo que prima, por lo que se puede sancionar a favor o en contra, si hay una compra de “conciencia” o solamente se usa para castigar a quienes me adversan o tengo que ajusticiar como un hecho de venganza o ejemplo para otros.
El segundo caso es otro vicio: no hay preparación en las instancias del Estado para la entrada en vigor de una ley, en ellas reina la premura, se necesitan leyes para ayer (lo cual demuestra que muchas veces se legisla con un objetivo de castigar y no de gobernar), por lo que se aprueban hoy y mañana aparecen publicadas en la GO, con lo cual se hace que sean de aplicación inmediata.
Voy a utilizar un ejemplo hipotético para demostrar ello. Se decreta una ley sobre el grado de pureza de debe tener el agua que debe considerarse potable. Para ello se necesitan equipos que sirvan para medir los estándares requeridos, personal técnico que pueda hacerse cargo de los equipos de medición, laboratorios, con sus espacios, reactivos, vehículos para el traslado del personal y sus equipos, vestimenta especial para evitar la contaminación del personal, y otros, solamente tomando en cuenta la ejecución del cumplimiento de la ley, se suma a ello la parte penal, grupos de jueces que se encarguen de procesar a los que incurran con denunciados como faltantes a la ley, cárceles para apresar a quienes sean hallados culpables, personal para retener a los denunciados, desde el momento de su captura hasta su retención en un recinto penitenciario, entre otros.  Como podemos observar, hay una cantidad de inversiones que tiene que realizar el Estado, como también los entes o individuos privados, para poder hacer que una ley pueda ser cumplida.
Otro aspecto también que se suma, una ley no es eterna, por lo que requiere de ser evaluada y monitoreada para medir su efectividad y eficiencia; ya que con el pasar de los años, se transforma en una carga por inadecuada o que su accionar fue inútil por no tener suficientes recursos para su ejecución.
Yo puedo decir que en el país hemos sido líderes en legislación sobre algunos aspectos, por ejemplo,  recuerdo cuando estuve en Río de Janeiro, Brasil, por la Cumbre de la Tierra, participantes de ONG de varios países latinos se me acercaron para solicitarme les enviara diversas leyes, éramos  considerados los líderes en lo ambiental en ese momento; también ha sucedido en cuanto a derechos humanos, aunque también nos hemos convertido en líderes del no acatamiento de la legislación. Yo miro con envidia a diversos países por sus logros legislativos y reales en el cumplimiento, posteriores a los nuestros pero que si se ejecutan.
Sin embargo, hay otras áreas donde no hemos avanzado, a pesar de lo necesario, hemos visto leyes aprobadas que no son tan apremiantes.
Pongo un ejemplo, nuestro retiro laboral. En el país existe un doble ingreso luego del retiro: la pensión que nos otorga el Seguro Social y la jubilación que se da por la cantidad de años (desde los 20 en el sector público o en la empresa privada a los 30); en principio ahora todos podremos percibir una pensión, pagando cuotas o no (primera injusticia para el que trabajo, que le restaron parte de sus ingresos para cumplir con sus cuotas), pero la jubilación es aún más injusta, si alguien trabajó por su cuenta puede (ahora) cotizar si lo desea, pero advertencia es para cumplir con las cuotas del SS, que hasta el momento es para todos;  si trabajó para varias empresas privadas o combinación de privada e independiente, no se acumula por lo que no tiene derecho a una jubilación; el único caso que permite ingresos o que no sea continuos o en lugares diferentes es como funcionario del Estado, allí si se acumula el tiempo de servicio para que a partir de los 20 pueda tener el derecho a la otra remuneración.
Esta justa unificación (pensión y jubilación juntas y acumulativas al retiro, sin importar donde se trabajó) que debió ser una de las banderas del gobierno actual, con 14 años en el poder, no ha sido prioritaria y no vemos intensiones de cambio en el futuro próximo.
Ahora menciona una ley que no creo que se debió discutir y menos aún aprobar por intrascendente: la lactancia materna. Quiero aclarar que estoy absoluto partidario de la lactancia materna, mi hija y su madre compartieron esa experiencia, algo que hubiera deseado poder también yo ser participe (la naturaleza no me lo permite), si el argumento principal es que muchas madres dejan de amamantar a sus hijos por las fórmulas, se puede combatir con una campaña a favor de dar pecho, sin necesidad de una ley o más aún de tanto alboroto en los medios. Yo escasamente he visto que la ley se esté aplicando, porque más que legislar es cuestión de enseñar sobre las ventajas de la leche y su convivencia entre madre e hijos.
En resumen, debemos preguntarnos si tenemos que tener leyes para reglamentar la TODO en la vida, hay muchas, leyes que no debieron ser aprobadas o ser prioritarias, por el contrario otras que si debieron tener espacio por lo necesarias y justas no han corrido con igual suerte.
Lo que me parece peor es percibir que muchas de nuestras leyes no se aplican, que solamente son utilizadas para castigar cuando me conviene discrecionalidad; que muchas otras no tengan reglamentos, nuevamente discrecionalidad; que no se estudien concienzudamente sus impactos: que no se monitoreen y menos aún evalúen; que creamos que la única vía para poder vivir en sociedad es por medio de leyes escritas, dando poco peso a la jurisprudencia (por ejemplo)…
Necesitamos reales leyes con sus costos y tiempos de entrada en vigencia. Cuando una ley queda para adornar bibliotecas no cumple con su cometido, sino que es una pobre nación con ilegalidad permanente.



Monday, July 29, 2013

Seguimos en lo mismo, aunque digamos lo contrario



Jorge Cruz, Caracas 25 de julio de 2013
“La mona aunque de seda se vista mona se queda”, esta sabiduría popular se puede aplicar a los gobiernos que se tildan de progresistas en Latinoamérica.

Voy a señalar dos puntos que argumenten porqué hago esa afirmación.

Uno de los discursos más comunes de tales gobiernos es su soberanía, su independencia con respecto a los países de mayor poder tecnológico, en especial aquel que titulan como imperio: EE.UU.; pero esta “libertad de acción” también la extienden a los entes que utilizan los países poderosos para dominar: Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización del Comercio mundial. Ellos alegan que pueden actuar así gracias a que se están creando nuevos centros de poder, para ello señalan los países miembros del BRIC (Brasil, Rusia, India y China).

Quiero hacer una aclaratoria, yo digo titulan como imperio, porque para mi los reales titiriteros son las transnacionales y los países simple marionetas.

Por otro lado, en los años ochentas en Latinoamérica padecimos una serie de medidas llamadas como de shock macrofiscal, estás medidas eran parte de la lista de acciones que debían tomar los países que necesitaban ayuda financiera del FMI; casi paralelamente el BM comenzó a diseñar otra lista de acciones post shock.

Muchas de las recomendaciones del BM eran programas sociales, ya que el shock generaba fuertes protestas o resistencias por parte de la población y era necesario poder aplacar tales demandas, muchas de ellas con alta violencia incluida, para no comprometer la gobernabilidad de nuestras naciones y con ello la tasa de ganancia de las transnacionales.

En este siglo hemos visto que casi la totalidad de Latinoamérica se ha recuperado y muchas de ellas tienen buenos resultados en su economía, a pesar de la crisis mundial desde el año 2008. En la gran mayoría hemos visto que la llamada clase media ha recuperado su vitalidad y los sectores de menores recursos han mejorado, lo cual ha significado una reducción de los índices de pobreza e inclusos menor desigualdad de ingresos (el índice Gini, que mide la brecha de ingresos entre los sectores sociales, ha disminuido).

Surgen preguntas: ¿qué ha influido en esa estabilidad y mejora de la economía en Latinoamérica? ¿Qué tipos de productos han permitidos esa “bonanza”?

Voy a comenzar por responder la última: básicamente nuestras naciones se han dedicado a la explotación de minerales. La nueva reconfiguración que se está dando en el planeta exige que los países poderosos tecnológicamente continúen al frente, pero para ello necesitan de materias primas, minerales, que deben provenir de los menos poderosos, entre ellos Latinoamérica.  Es por este motivo que incluso naciones con escaso pasado minero, p.e. Argentina y Uruguay, están embarcadas en tales tipos de actividades y por ende, incrementado la presencia de ellos en la balanza de pagos. Este nuevo periodo se le ha llamado neoextractivismo, recordando mucho el primer periodo de la conquista española.

Esto es algo que podemos comprobar en todos los países de Suramérica, sin distinción de si son progresistas o no: Colombia, Perú, Chile (no progresistas) o Venezuela, Ecuador, Bolivia (progresistas). En los cuales una buena tajada del motor de la economía viene de la explotación minera, que puede variar entre un 60% Chile y Colombia a un 90% Venezuela (no incluyo Argentina y Uruguay, porque la minería es aún pequeña con relación a los sectores agropecuarios.

Ha influido en ello los altos precios de los minerales, gracias también a la demanda de ellos, no solamente de los países de tecnología poderosa, sino también de los llamados BRIC, en especial China.

En resumen, hemos visto que todos los países están en un periodo de relativa “estabilidad” económica y social, sin distinción si son progresistas o no (con ello no quiero decir que no ha habido protestas en cada nación, sino que en líneas generales ha habido mayor tranquilidad);  también he señalado que todos han ejecutado programas sociales, con diversos nombres, para su identificación, pero en el fondo son similares de nación a nación; por último, he afirmado que estamos en una etapa de explotación de minerales(neoextractivismo). Es decir, TODOS han seguidos los mandatos de los países poderosos o entes que son su avanzada (FMI, BM…), aquí no hay distinción si son progresistas o no: gestionar sus gobiernos con programas sociales que aminoren las protestas e incrementen su gobernabilidad y todos tienen que aportar materias primas, en especial minerales con escaso valor agregado.

En pocas palabras, queda en entredicho eso de que hay gobiernos progresistas, porque al final actúan similares a sus pares que no lo son.  Me hago otra pregunta ¿por qué lucen tan similares a pesar de su discurso “más” social, que incluso la constitución de Ecuador señala otro camino: Sumak Kawsay? La respuesta es sencilla, realmente ninguno ha abandonado los principios de la cultura occidental (madre de los pensamientos capitalistas y socialistas), ninguno ha tomado el camino que señala el Sumak Kawsay o Buen Vivir, que implicaría mirar hacia esos valores que están relativamente presente en nuestra cultura latina (la cultura occidental no es uniforme) y que están muy vivos en las culturas de nuestros indígenas. De otra manera seguiremos siendo una Mona vestida de seda.