Jorge Cruz, Caracas 9 de octubre de 2013
No sé qué palabras utilizar para describir el sentimiento que despierta
en mi cuando escucho, especialmente a quien está al frente del
gobierno, que los problemas actuales son por la existencia de la burguesía.
Siento o veo tanta hipocresía. Me surgen tantas dudas, preguntas que cualquier respuesta lo que hace es generar nuevas.
Voy a señalar dos puntos que pueden dar luz sobre mis divagaciones.
Se utiliza como respaldo teórico al marxismo (diría más como discurso
estridente y vacío). Lo real es que esa propuesta no explica (ni ha
explicado) lo que sucede en la vida real, es un discurso político y más
nada. Por un lado nos habla de que el motor de la historia ha sido la
lucha de clases, nada más distante de la realidad. Lo cual redujo la
historia a dos clases enfrentadas: esclavos-esclavistas, señores-siervos
y la última dualidad, burgués- proletario. Los otros grupos son
considerados insignificantes y anexos a alguno de ellos; p.e. la pequeña
burguesía a los capitalistas y los lumpenproletarios a los
trabajadores. Con ello se negaron grupos poderosos que conquistaron y
sometieron comunidades, hasta lo hoy llamados países (los Sátrapas en la
India, los mongoles con Gengis Kan especialmente, los romanos y su
imperio); eran etnias o grupos de comunidades que aliados dominaron y
explotaron grandes extensiones de territorio y sus habitantes. Todos
ellos eran una mezcla de “clases” que se unían para someter y obtener
beneficios de ello. Allí se encontraban generales y soldadesca, señores y
siervos o esclavos, todos unificados en busca de riqueza del saqueo o
el sometimiento a otros y de los recursos que los territorios tenían.
Por otro lado, tampoco nos ayuda a explicar a los movimientos como
feministas, diversidad sexual, religiosos, partidos políticos,
indígenas, entre otros; todos ellos son cruzados por diversas “clases”,
son agregados de grupos sociales que se unen para luchar por sus
derechos y, en algunos casos, para asumir el poder (sea de forma
pacífica o violenta). Su nexo son la pertenencia a una comunidad y su
respectiva cultura; esta última actúa como pegamento de tan diferentes
intereses, orígenes o riqueza. No es la clase las que los motoriza, son
sus derechos como grupo. Algunos incluso han propuestos nuevas formas de
formas de vida, como p.e. el Sumak Kawsay de los grupos quechua del
altiplano andino.
Finalmente, no explica la preponderancia del
sector servicios sobre la producción o explotación a los trabajadores
(se utilizan robots en muchas fábricas). Los sectores medios son los que
han crecido, los trabajadores han reducido su número en buena parte de
la industria, solo algunas ramas como construcción, alta tecnología (por
su rápido cambio y obsolescencia)… necesitan de ejércitos humanos en
sus espacios. Los servicios como educación, generación de innovación,
diseño, mercadeo y otros similares son los que dominan el mercado
empleador.
En pocas palabras, es una teoría que no nos sirve
para diagnosticar y menos aún debe ser el puntal para planificar el
futuro de una nación.
Pero allí no termina mis preocupaciones.
Cuando se dice que hay que combatir a la burguesía me emerge una
pregunta: ¿Cuál? La tradicional o la nueva, que tiene en su filas a
familiares de muchos de los que actualmente regentan el Estado (hace
poco circuló la hoja del pago de cuotas al IVSS de uno de los hijos de
Maduro, en la cual se veía que ganaba, lo declarado, más de Bs. F.
100.000, es decir, más de 25 veces un salario mínimo con su Cesta Ticket
sumado). Ni decir del presidente de la Asamblea Nacional, si pudo
regalarle por los 15 años a la hija de Hugo Chávez una camioneta que
estaba en el mercado a cerca de unos Bs.F. 300.000, cuánto será lo que
puede ganar por todas sus corruptelas. Esto son solo dos de los muchos
que están enquistados en el gobierno y que por nada del mundo quieren
perder, de allí sus ladradas de socialismo y otros ismos alimentados por
no se sabe que teorías.
En resumen, la hipocresía de quienes
detentan el poder crea en mi más interrogantes que respuestas,
especialmente porque ese discurso incendiario está basado en una teoría
que no nos explica la realidad actual, pero esconde sus reales
intenciones Mantenerse en el poder.
Es una realidad como la
que nos retrata Ignacio Ávalos en su artículo que apareció hoy 9 de
Octubre en El Nacional “El viaje del presidente Maduro es la
consecuencia de no haber descifrado los signos de los tiempos. De no
enterarse en qué códigos viene expresado el siglo XXI y haber mirado con
más atención el siglo XIX. De haber jugado a la ideología y soslayar la
realidad. De haber dejado intacta la esencia de nuestra condición
rentista. De haber ceñido la estrategia de desarrollo social al reparto
poco cuidadoso de la riqueza petrolera. De haber militarizado la gestión
de lo público. De asumir la política como voluntarismo, es decir,
cuestión de testículos y ovarios. De creer que un país puede ser dos
países distintos y hasta enfrentados, que el diálogo es debilidad y la
negociación traición. De ocultar las estadísticas o manipularlas y
volverlas propaganda. En fin, la consecuencia de evadir siempre la
responsabilidad respecto a los errores cometidos y trasladarla a
terceros.” (En: http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=992977 )
No hay lucha de clases, hay un partido en el poder, con diversas clases
en él, que pretende mantenerse con venta de discursos e ilusiones.
¡¡Me provoca vómito tanta hipocresía!!
No comments:
Post a Comment