Sunday, October 18, 2020

¡Ábrete sésamo! Y las narrativas

 Jorge Cruz, Caracas, 6 de octubre de 2020.

 

¡Ábrete sésamo!

Creo que la mayoría de quienes leen esto ha escuchado o leído Las Mil y Una Noche, esa gran cantidad de narraciones inverosímiles que plenaron nuestros primeros años o juventud. Entre ellos está uno que destaco con esta frase: Alí Baba y los 40 Ladrones.

Esas dos palabas que al ser pronunciadas transforman, para el resto de la historia, a un simple mortal en héroe, se abre una puerta que significa nuevos comienzos.

Así como esas cortas letras pueden cambiar a una persona, similar conducta sucede con las narrativas, nos convertimos en “esclavos” de creencias, visiones de mundo, formas que filtran nuestra manera de crear nuestra propia realidad y de actuar en conformidad a ella. Quiero que se entienda que no es una actitud pasiva, sino que recreamos nuestra percepción y luego generamos acciones acordes a ella.

Lucha de Clases y orgasmos.

Recientemente escribí sobre palabras mágicas¹, esas oraciones que son unas muletillas que nos permiten explicar todo o solventar un impase, para quien la usa y que produce orgasmos intelectuales en quienes la leen o escuchan. Entre ellas señalé Luchas de Clases, fue acuñada por Karl Marx, él es el principal culpable de ello, pues le endilgó el ser, nada más y nada menos que “partera de la historia”.

García Pelayo nos dice que hay dos visiones enfrentándose: “Una mirada a la realidad política circundante nos revela inmediatamente su carácter ambivalente. En efecto, tal mirada nos muestra, de un lado, que la política se despliega en la tensión, el conflicto y la lucha, sea entre conjuntos o constelaciones de Estados, sea entre estados particulares, sea, dentro de éstos, entre partidos, camarillas, intereses e ideologías; la política se nos muestra desde esta perspectiva como una pugna entre fuerzas o grupos de fuerzas, y, por tanto, dominada por el dinamismo. De otro lado, que tal lucha normalmente se justifica por su referencia a una idea o un sistema axiológicos, y que en medio de ella late el intento de encontrar un orden cierto de convivencia bajo cuya forma se desarrolle el fluir de los actos en los que transcurre la vida política.”²

En pocas palabras, el mundo político tiene dos metodologías para su accionar: opta por el conflicto armado o por la negociación, el procurar acuerdos. Como vemos el marxismo ha tenido como premisa el primero.

Este acercamiento, a su vez, esconde una pleitesía a lo militar, la guerra como forma de acercarse al poder y quienes lo pueden ejecutar, con mayores posibilidades de triunfo, son los profesionales de ello: las Fuerzas Armadas, sino es el eufemismo: “el pueblo en armas”, es decir, guerrilla. Las protestas o la participación de los civiles es solamente para alcanzar que los hombres de armas se sumen y poder cambiar la cúpula que está en el poder.

La segunda vía es generar consensos, donde se logran sentar en una mesa los adversarios políticos y trazar planes maestros para la nación o cualquier otro espacio territorial, los cuales se respetaran, aunque cuando asuman el poder cada quien le imponga su impronta. En breve: hay una estrategia acordada, pero en lo táctico cada uno actuará con libertad para llegar a ella. Muchas veces la táctica resulta errada y es en las votaciones cuando se castiga sus faltas.

La independencia y su influencia

Muchos de los proceso de independencia del régimen español, en Latinoamérica, se tuvo por procesos insurreccionales, con militares al frente, esa “marca de fábrica” ha sido como un fantasma que permanentemente acosa dichas naciones, en algunos con mayor presencia que otros, en muchas han sido ellos quienes asumen las riendas de las nuevas repúblicas y cada cierto tiempo aparecen otra vez en el poder.

Quizás este “nacimiento” ha determinado lo que se ha llamado la impronta, no nos desprendemos de una idolatría por los militares.

Por otro lado, también ha sido pasto para el rebaño del marxismo. Como ya he mencionado, esta tendencia política asume como bandera la lucha de clases, la guerra, el conflicto como partera o motor de la historia.

Lucha de clases y consensos

Veamos si esta premisa es cierta. Cualquier revisión de la historia desde la aparición del ser humano, por somera que sea, nos da como resultado que han sido más lo tiempos de paz, donde los acuerdos reinan. Algunos me argumentarán que las desigualdades e inequidades están allí presentes, ciertamente, pero de allí a afirmar que son esas diferencias las que han hecho la historia es negar que los consensos han tenido mayor presencia en los pueblos, que un número importante de los adelantos han sido creados bajo estos momentos, aunque un porcentaje de ellos sean para los espacios de guerra.

Con ello quiero decir que el KM falseó la historia al hacer énfasis en lo más vendible (solo basta leer los medios y notaremos que el crimen vende, que la prensa amarillista tiene un gran público ávido por consumirlo) y, peor aún, que como consecuencia de ello, hay una idolatría por lo militar.

Si aún se tiene dudas, recomiendo revisar cuales países han tenido una estabilidad en casi todos los ámbitos: económico, social, ambiental…, por ejemplo, los nórdicos. Tales naciones sufrieron por la vecindad, invasiones de los nazis o rusos, pero ha sido sus consensos los que han hecho que salgan adelante y actualmente tienen una calidad de vida de las mejores del planeta. Pregunto nuevamente ¿ha sido la lucha de clases la que ha llevado a estas naciones a esos estándares de vida?

Ya lo he mantenido en mis últimos artículos, uno ya citado aquí y otro que lleva por título: Fanatismo religioso y laico (I)³ las narrativas son las que dominan nuestra visiones, ellas mutan con el tiempo, algunas veces en 180° u otras con mucha menor intensidad o sutiles, nunca nos mantenemos indemnes a los cambios, por más que intentemos hacer una resistencia cultural.

En síntesis, el discurso del marxismo ha falseado la realidad o, para ser más exactos, ha dicho verdades a medias, ha utilizado una narrativa que vende muy bien, de allí su popularidad. Los conflictos, aunque presentes no han sido los dominantes en el devenir del ser humano y menos aún en el movimiento de cambios. Ciertamente que las guerras destruyen, que luego se debe construir o reconstruir, pero si hacemos un balance, no se construye durante una conflagración, sino en los lapsos posteriores.

Debemos pensar como lo expresa Rodolfo Izaguirre:  “Somos al mismo tiempo luz y tinieblas y por nuestras venas navegan complacidas y sonrientes la tiranía y la conciliación, los vientos del despotismo y los frescos aires de la vida en libertad que mecen suavemente a las almas cuando prefieren el sosiego antes que las asperezas del rencor.4

Si queremos parecernos al cuento del inicio, deberíamos copiar su método: utilizar una narrativa diferente a la usual para abrir puertas, investigar sobre la narrativa que hemos practicado, si valoramos más la caza de enemigos sobre firmar planes a futuro, si favorecemos a los que andan con armas y vestidos de camuflaje sobre los principios ciudadanos… Yo seguiré abogando por los consensos, ellos nos garantizan que unidos podamos construir, que en los debates reine el respeto, que el país pueda decir como una sola voz: ¡Vamos a realizar nuestros sueños en conjunto! ¡Esa es la ruta!

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Notas:

¹ Cruz, Jorge (2020) Palabras mágicas y no tanto. En: www.jorgecruzo.blogspot.com

² García Pelayo, Manuel (1968) Idea de la política. En: https://larrycamacho.jimdofree.com/app/download/9142106470/Garc%C3%ADa_Pelayo_IDEA_DE_LA_POL%C3%8DTICA.pdf?t=1541639189

³ Cruz, Jorge (2020) Fanatismo religioso y laico (I). En: www.jorgecruzo.blogspot.com

4 Izaguirre, Rodolfo (2020) ¡Soy la luz!. El Nacional, 18 de octubre de 2020. En:

https://www.elnacional.com/papel-literario/la-apologia-a-la-guerra-como-control-ideologico-en-venezuela/

Wednesday, October 7, 2020

Palabras mágica y no tanto

Jorge Cruz, Caracas, 07 de octubre de 2020

Hay palabras mágica, no estoy hablando de Abracadabra o similares, ¡NO! Me refiero a ciertas palabras o frases que generan orgasmos mentales, nada que ver con el sexo.

Una de las expresiones del fanatismo es lo que algunos autores han llamado posverdad, es decir, expresiones en los cuales lo importante es la emocionalidad que despiertan en el interlocutor más que la verdad en si.

Ciertos términos que son casi de uso obligatorio para demostrar que se milita en x partido o iglesia y, del otro lado, los lectores que llegan a éxtasis de júbilo al escucharlas o leerlas.

Lo interesante es el juego que tienen en lo imaginario esas palabras, parecen una ruleta, puede caer en cualquier número. Por ejemplo, IMPERIO, para algunos  hay momentos en los cuales lo sobrevaloran y asemejan a un dios: controla todo y está en todas partes, es un todopoderoso ente maligno que huele a azufre; también se le devalúa: con todo su poder no ha acabado con la producción de droga en Colombia; para otros es el amigo beneficioso, el redentor, el que puede quitar y vencer al enemigo; unos sueñan con vivir en su territorio por su prosperidad; otros lo ven como un invasor que hay que aborrecer.

Como vemos hay posiciones opuestas, en algunos casos con expresiones generalizadoras, de poca sustancia. Hay una tendencia maniquea, que simplifica el contenido y su análisis, se va de un extremo al otro, se pasa de endilgar poderes supremos y luego a ser un hazme reír.

Veamos como pasa en la vida, no en los discursos: Venezuela y su relación con el imperio, sobre todo desde que el chavismo asumió el poder.

Por un lado, se le acusa de todos los males que sufre dicha nación. Desde que los obreros petroleros se organizaron y poco después surge el Partido Comunista, se habla de una inminente invasión para apropiarse del oro negro (años 40 del siglo pasado), este discurso se arreció una vez que Chávez asume el poder, pasan los días, semanas y años y aún no llega el lobo. Lo más patético es que durante todos estos más de 20 años bajo el mandato del chavismo, por un lado se acusa de estar tramando un envío de tropas con sus maquinarias, por el otro, se siguió vendiendo el petróleo que es la energía que mueve esa maquinaria (una imagen que nos desnuda lo falso de tal narrativa); tenemos dos puntos más aún, desde el año 2012 hasta principios del 2019, quien surtió de gasolina, en ese momento esta nación bajó a niveles mínimos su producción interna, fue el propio imperio y, además, se acusa de ser el causante de los malos servicios, el deterioro económico, entre otros, por un bloqueo.

Puedo afirmar de lo anterior, uno, el ángel de la guarda de la revolución chavista fue el imperio, él era el mayor comprador de la energía fósil venezolana, antes del gobierno de teniente coronel y siguió así hasta principio de 2019, por decisión de los gringos. Ha sido la principal y casi única fuente de ingreso o financiamiento que ha tenido el Estado. Cuando necesitó gasolina, allí estuvo presente para garantizar que no se parara el país. Por otro lado se han utilizado las Órdenes Ejecutivas emanadas por el gobierno yanqui para acusar del bloqueo y los males, las primeras OE estaban dirigidas a personas, es en el año 2015 se emite la primera que va dirigida personas en específico, posteriormente vienen otras del mismo tenor; el cambio se produce en el año 2018 cuando se persigue a la moneda tipo bitcoin, Petro. Es en el año 2019 cuando se aplican medidas que restringen directamente a empresas del Estado. Entonces, el bloqueo al Estado es de reciente data, las penurias viene desde largo rato afectando todo el territorio.

Como podemos percibir, los interlocutores de esta dicotomía viven en un mundo esquizofrénico. Traigo a colación un artículo que claramente refleja ello, cito este porque es reciente, se puede tomar muchos otros que aparecen en medios dominados por el chavismo u otros que en algún momento fuero y ahora tiene una línea muy abierta, ese aparece en el portal de Aporrea, titulado: Crónica de una muerte anunciada a la industria petrolera venezolana.

Andrés Giussepe¹, comienza describiendo  los errores de gerencia, la fuga de divisas (no se señala corrupción, por algo será), entre otros males, pero al momento de buscar al culpable, aparece la palabra mágica, no está de manera explícita, así escribió:

“Seguidamente, vino el Decreto de Obama de 2015 y el bloqueo financiero internacional a nuestro país, empeorado la situación fiscal nacional. En cinco años, la producción petrolera fue cayendo, pasando 2,5 millones de barriles diarios en el 2015 a menos de 600.000 barriles diarios en 2020.”

Como lo mencioné anteriormente, este decreto fue destinado a incautar bienes, congelar cuentas y otras medidas como que nadie puede hacer negocios con ellos porque son considerados culpables de siete (personas), claro del cogollo, de los cercanos a la cúpula.

Por otro lado, se pasa de largo sobre algo que venía desde hace tiempo, la caída de la producción en el 1999 cuando Chávez asume el poder la producción estaba por los 3,5 millones, según palabras de este autor, para el 2015 ya se producía un millón menos.

En pocas palabras, se acomodan los datos, se evitan temas y se dan cambios del relato por tener que cumplir son sus lectores y allegados.

Pero lo más importante es pronunciar cada cierto tiempo las palabras mágicas. Son palabras que van directo a nuestras emociones, por lo cual no hay una digestión posterior, sino se asimilan y repiten con actos de fe.

Porque al final como lo he afirmado en un texto de mi autoría:

También está el que cree en lo allí anunciado, no confirma, no analiza, solamente acepta como cierta la afirmación, tiene fe en la fuente.

Estos son los fanáticos, los que pueden llegar a defender sin importar lo que defienden, es una reacción instintiva de tribu.” (Cruz, Jorge, 2020)²

Son comportamientos emocionales, algunas veces parecen racionales, pero realmente es solo un revestimiento.

Parte de la explicación nos las trae Carrillo-Batalla³:

“(..) Cabe destacar que antes de la guerra, la estrategia comunicacional consistía en crear enemigos externos –entre ellos, quienes estuvieron detrás de la firma del Tratado de Versalles–, así como adversarios internos del pueblo alemán, dando lugar a fuertes resentimientos históricos y a un antisemitismo de graves consecuencias para la humanidad.

Por los detalles nos podemos imaginar de quienes se habla, es la Alemania de la entre guerra, con Joseph Goebbels como el titiritero que manejaba una grupo de palabras mágicas. Que generaban, por un lado regocijo escucharlas, por reforzar el sentido de tribu, y, en el otro sentido, una odio profundo contra los adversarios que se transforman en enemigos. Los tiempos no han cambiado, tampoco las metodologías para difundir, aunque si los métodos y medios disponibles.

Quiero que quede claro que hay un grupo de términos e ítems que generan esas convulsiones de placer: burguesía, pequeña burguesía, extracción de plusvalía, explotación del hombre por el hombre, superestructura, lucha de clases, entre otros. También están los que han caído en desuso, como por ejemplo: me rememora el título de un interesante libro de André Gorz  Adiós al Proletariado y, por supuesto, la dictadura del proletariado.

En resumen, hemos visto como hay palabras o frases que su aparición en un texto escrito o expresión oral puede generar clímax en el público cautivo, estas son diferentes a lo que se ha llamado neolenguaje, el cual tiene que ver con la resemantización de conceptos, usados como eufemismos, minusvaloración o subestimación de los contrincantes y de la realidad en la cual están inmersos.

Estos vocablos tienen como función principal el amalgamar al redil bajo un lenguaje propio e íntimo, como también se usan de dardos o balas contra los contrarios. Muchos de ellos están presentes en las obras de Carlos Marx, el gran gurú, otros en autores posteriores, seguidores de este judío alemán. El neolenguaje apunta más bien a una simplificación o a romantizar la situación que se vive.

Por último, no es exclusivo de esta corriente, en la acera de enfrente hay otra batería de palabras que cumplen con un uso similar. Esto pudiera ser objeto de otro texto, que por los momentos no está en mi agenda.

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¹Giussepe, Andrés (2020) Crónica de una muerte anunciada a la industria petrolera venezolana. En: https://www.aporrea.org/energia/a295336.html

²Cruz, Jorge (2020) Fanatismo religioso y laico (I). En: www.jorgecruzo.blogspot.com

³Carrillo-Batalla, Vicente ( Sobre la posverdad. El Nacional.https://www.elnacional.com/opinion/sobre-la-posverdad/

Friday, October 2, 2020

Aunque la mona se vista de seda…

Jorge Cruz, Caracas, 1 de octubre de 2020

Una de las características del ser humano es que crea narrativas y entes, que posteriormente van a determinar sus conductas. Este rasgo, según Nuval Yoah Harari en su libro: Sapiens, Una breve historia del ser humano¹, nos diferenció del resto de los animales.

Así, hemos creado instituciones como Nike, que en físico no existe pero tiene “personalidad” jurídica, también hemos creado papeles que nos sirven para las transacciones o uno en el cual hemos depositado muchas de nuestras responsabilidades, ya que en su nombre se administran nuestros recursos; se crean cuerpos armados que nos reprimen, defienden de foráneos o utilizamos para invadir; hay personas que actúan en su nombre como intermediarios para solventar disputas, entre otras acciones. Estoy hablando del Estado.

Todas estas “figuras” se mantienen mediante acuerdos o consensos, para lo cual es necesario el crear argumentos que justifiquen su existencia.

No es solamente que utilizamos herramientas o extensiones de algunos de nuestros órganos, sino que hay todo un alegato, cargado de símbolos, lenguajes e identidades que se aceptan como propias; en breve, estoy hablando de cultura en el más amplio sentido del concepto.

Todo partido político crea su propio discurso, su narrativa que amalgame a sus simpatizantes, pueda capturar a nuevos miembros y evite las fugas (saltos de talanqueras, como se le llama en Venezuela).

Estos discursos, gracias a la mercadotecnia, cada vez nos vende más ilusiones. Generalmente es más charlatanería que realidad, como dice la sabiduría popular: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.

 El chavismo prometió la construcción de un sistema y un hombre nuevo, de llevar a ser una potencia planetaria… ¿Cuáles son realmente los resultados?

Comencemos por intentar definir esta corriente.

Tres tipos de chavismo:

Los enchufados, los cuales están respaldando por los beneficios, especialmente económicos.

Los ideológicos, son los que han militado en partidos simpatizantes del marxismo, que aún creen que se puede realizar una revolución ¿del proletariado?, que las posturas anti gringas son reales y definitorias, que el caos y desgobierno es por culpa de terceros, especialmente el imperio…

Los miedosos, que son los que respaldan o votan a favor por temor a que les quiten algunos beneficios, tales como las bolsas clap, los bonos en el carnet de la patria, la pensión…


El venezolano

La cultura del venezolano está muy enraizada por las bondades de la naturaleza con la nación: petróleo, esta energía fósil ha permitido que el Estado creciera exageradamente bajo su sombra y los políticos, empresarios y la población en general se han adaptado a los vicios que ello crea.

Por este motivo, un alto porcentaje de la población siempre ha deseado que exista un gran papá dador, que sea el que reparte y pone orden en la casa; los políticos lo vieron como una oportunidad de ganar indulgencias con el reparto de muchas cosas, tales como materiales para vivienda; servicios subsidiados o sin costo alguno; controles cambiarios en diversos momentos desde los años 70, se puede afirmar que el precio del dólar dependía de los deseos de los que detentaban el poder, entre otros.

Quizás la mayor muestra de esta tendencia se refleja en la seguridad social, la pensión  y la jubilación, para muchos parecieran sinónimos, en Venezuela no lo es. Son cercanos, pero no lo son. La pensión, adjudicada por el Seguro Social, se lograba con una cotización por apenas 14 años y medio, de forma cumulativa (no importa donde se trabajó) y el pago ha representado un salario mínimo, hasta el día de hoy. La jubilación se alcanza por servicios en un ente del Estado por carrera administrativa, a partir de los 20 años, con porcentajes crecientes del salario devengado en los últimos años de servicio, también dependiendo de la cantidad de años acumulados. En una empresa privada se puede afirmar que son contados los casos que jubilan, en muchos casos no se logra porque se tiene que acumular una cantidad de años en una misma compañía o, en su defecto, que pertenezcan al mismo holding, normalmente superior a los 25 años, por otro lado, es demasiado oneroso para una empresa poder sostener un grupo de jubilados por varios años.

Como podemos notar se ha beneficiado con esta legislación o diferenciación al Estado, si deseas una jubilación o un ingreso mayor a un salario mínimo, la opción es el Estado.

Al aparecer el chavismo, ninguno de esos rasgos desaparecieron sino que se radicalizaron: El rentismo del petróleo se profundizó; el papa Estado creció en un intento de monopolizar o secuestrar hasta la ciudadanía; el populismo con los “regalos” para comprar conciencias se acrecentó, se ha jugado con el rol del salvador, se pone a la población en necesidades extremas y luego aparece el mandatario brindando ayuda; el presidencialismo, otro fuerte arraigo que han aprovechados los partidos que han estado gobernando, se transformó en idolatría, culto al macho alfa; el militarismo, variante siempre latente de lo anterior, se hizo presente con fuerza; actuar en todos los ámbitos como si el oro negro fuera para siempre, el mito de que es ilimitado o tal vez limitado, pero con las mayores reservas mundiales (no se menciona que es extrapesado, que la hay cambios que hacen que este tipo de energía poco a poco se hace menos necesaria), por lo cual se distribuía, tanto dentro como fuera, sin miramientos y robaba a manos llenas.

En pocas palabras, bajo un discurso de participación y reivindicación de los más necesitados solo se afianzó la cultura que ha estado presente en el venezolano por casi un siglo y, para poco bien, lo más nefasto de tales procederes.

El hombre nuevo es una diáspora que deambula  por carreteras en búsqueda de un porvenir que fue destruido, como también de profesionales que dejan en alto su nacionalidad; el ser nuevo es un cogollito que pasó décadas intentado asumir el poder, que ahora en él utilizas para aflorar su resentimiento y vengarse con las mismas armas y discursos de quienes sustituyó, con un temor profundo de perder las mieles que ahora disfruta porque sabe que hay una justicia internacional que le espera en la bajada; el neohumano oficialista es un  gran mendigo que espera poder sobrevivir como nunca, desde el siglo pasado, con las migajas que reparten, muchas veces, con productos de pésima calidad; en fin, el novel sapiens chavista es un ente que vive en una narrativa ilusoria, en un edén mental, mientras hace malabares para poder llegar con vida al día siguiente, no solo por el hambre o una dieta llena de carbohidratos, sino porque los servicios de salud están en su mínima expresión.

En resumen, por mucho que los simpatizantes oficialistas intenten revestir su discurso con reivindicaciones, casi todas nunca cumplidas, pero peor es la involución ha etapas anteriores a la aparición del petróleo, porque hasta con este rubro casi han acabado; que los que detenten el poder hagan alardes de estar supuestamente peleando contra el imperio y sus acólitos (nacionales e internacionales), aunque cada cierto tiempo llaman para que los inviten a la Casa Blanca; por respaldar movimientos en pro de la justicia social, las costuras se ven cuando se visualiza hacia lo interno (quizás por ello siempre está la evasiva de hablar de afuera, sin ruborizarse de la viga que tienen en el propio ojo); con sus alocuciones sobre explotación del hombre por el hombre en otras naciones, no comenta que aquí los empleados y trabajadores del Estado ganan un dígito en dólares, mientras que las contadas empresas (capitalistas y extractoras de plusvalía pagan más de 50 veces ese monto); por mucho tiempo acosaron, persiguieron o expropiaron a empresas venezolanas, con el discurso de ser capitalistas, cuando por otro lado se permitía el ingreso de transnacionales como Odebecht, entre varias decenas que tienen su centro de operaciones o nacieron en Brasil especialmente, aunque rusa, chinas y otra nacionalidades; que coptaron gran parte de los movimientos reivindicativos para aplacarlos y poder gobernar sin barreras, ahora ya no hay dinero para callar, como tampoco un verbo que convenza, por lo que se reparte es terror; se han propuesto monopolizar todos los poderes para poder actuar sin controles.

Como se puede percibir ha sido un cháchara cargada de una mentira tras otra, una prosperidad y cambios que no pasaron de ser más que eufemismos para esconder su reales intenciones: acceder al poder y aferrarse a él contra viento y marea, dejando a su paso solo una república destruida.

Una gran lección aprendida es que, no hubo mutaciones, ni transformaciones, ni cambios solo gatopardismo, que no se propusieron cambiar, sino asaltar el poder y como resultado se tiene que: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Cita:

¹ Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens, A Brief History of Human KindVintage Books.

Saturday, July 18, 2020

Fanatismo religioso y laico (y IV)


Estando en una reunión dos amigos simpatizantes del oficialismo en Venezuela expresaron que NINGÚN gobierno había construido viviendas para sectores populares, NINGÚN presidente había realizado algo como la Gran Misión Vivienda, yo sólo les pregunté donde se habían criado, uno en los bloques del Cementerio y el otro en Caricuao, a lo cual repliqué nuevamente: ¿Entonces, nunca se habían construido viviendas de interés social? Obnubilados por el discurso, donde la envidia juega un rol importante, niegan las obras de los que son los adversarios de su militancia o fanatismo, para sólo señalar un punto de sus expresiones. Su fanatismo es del tipo religión civil, que desarrollé en el anterior texto.

Es decir, se tiende a cometer el error de escuchar un discurso y luego, lanzar sin analizar, se actúa como los MP3, reproducir lo que está grabado hasta el cansancio.

Se compran narrativas, como si fuese un producto adquirido en un mercado. Como se confía en el producto (les recomiendo leer una artículo anterior de mi pluma: Confianza y expectativas: dueto económico)¹ no se mira las recomendaciones, ingredientes…  solo se usa.

Lo que describo arriba se da por algo que los sicólogos han llamado distorsión cognitivas. Explico lo que ello significa: “Las distorsiones cognitivas son aquellas maneras erróneas que tenemos de procesar la información, es decir, malinterpretaciones de lo que ocurre a nuestro alrededor, generando múltiples consecuencias negativas.” ² Por este motivo, estos amigos olvidaron sus orígenes, las narrativas adoptadas provocan esas deformaciones de lo percibido o experimentado.

Otro aspecto a rescatar o resaltar del primer ensayo es que el fanatismo existe cuando hay una explicación finalista, no es un medio que se adapta o cambia. Los procesos pueden variar, las metas no, el fanático no percibe esos pasos intermedios, sino solo conclusiones, su creencia es la explicación de todo y es única e irrevocable, no hay medias tintas.

¿Quiénes son presas fáciles del fanatismo?
Todas aquellas personas que se sienten vulnerables y sin poder, proyectan esas deficiencias en los que lideran su tribu, en los cuales se endorsa el rol de salvador(es). La vulnerabilidad puede aparecer en un momento de la vida de alguien: muerte de un ser querido, crisis económica, pérdida de trabajo, una gran incertidumbre, mezcla de las anteriores…, posteriormente esta etapa o hecho puede desaparecer, aunque ya el permanecer en la zona de confort que ha creado el nuevo estado o pertenencia, el pertenecer a una tribu provoca un costo moral alto abandonarlo, por ello es una decisión cuesta arriba. El sólo pensar en la pérdida de ese estado, hace brotar el luto. El cambio, a su vez, es una fuente de angustia y ansiedad. Sucede lo que Rodolfo Izaguirre expone: “La perplejidad plantea la tensión que una persona siente cuando se encuentra entre dos opciones y ambas están totalmente sujetas a su moralidad.”³

Nuval Yoah Harari en un libro citado en el anterior artículo no señala: “(…) Un orden natural es un orden estable. No hay ninguna probabilidad de que la gravedad deje de funcionar mañana, aunque la gente deje de creer en ella. Por el contrario, un orden imaginado se halla siempre en peligro de desmoronarse, porque depende de mitos, y los mitos se desvanecen cuando la gente deja de creer en ellos.” 4; es decir, los fanatismos siempre están en la cuerda floja, en un equilibrio riesgoso.

Sin embargo, cuando la narrativa comienza a fallar, se utiliza la cultura del miedo y en última instancia el terror para mantener el control y la feligresía. El terror es aceptado a regañadientes, pero mientras no se vean claras otras alternativas será la forma de control. Tal como nos afirma este mismo autor: “(…) Los ejércitos, las fuerzas policiales, los tribunales y las prisiones trabajan sin cesar, obligando a la gente a actuar de acuerdo con el orden imaginado.” 5 y nos culmina, más adelante en este mismo texto diciendo: “(…) un orden imaginado solo puede mantenerse si hay grandes segmentos de la población (y en particular grandes segmentos de la élite y de las fuerzas de seguridad) que creen realmente en él.” 6

Porque al final los fanáticos tienen creencias, no ideas o razonamientos. Las explicaciones están inmersas en un cúmulo de credos y dogmas.

Se puede superar ese miedo, sí, pero se debe estar consciente que ello significa salir de esa zona de confort que da la militancia, sea religiosa (laica o escolástica), es replantearse que les han vendido la ilusión de un adversario que posiblemente sea un AMIGO, en mayúscula, porque el mundo en realidad no está hecho de blanco y negro, de enemigos y aliados, sino de amigos que tienen diferentes puntos de vista. El mundo es mucho más complejo que un maniqueísmo ideologizado.
Para mejor precisión conceptual lo que he nombrado en el inicio de esta serie como fanatismo lo voy a identificar así: el de menor arraigo lo podemos llamar: simpatizante, el de mediano como militante y el extremo como fanático en sí.

Sintetizando
A manera de conclusión de este grupo de reflexiones en capítulos he querido demostrar que el fanatismo, para responder a por qué y cómo necesita una narrativa, ese discurso unificador y justificador de sus acciones, en el primero. En la segunda entrega presenté como uno de los sentimientos más importantes en la unificación es la envidia, la cual puede ser para beneficios de los miembros en su empatía con el afuera o como pegamento que refuerza su sentido de grupo y ataca el otro. La tercera tuvo como objetivo mostrar que para el accionar del grupo es necesario algo más que un discurso o un sentimiento, es explotar el imaginario por medio de un sentir de grupo: la tribu, donde el todo es más que la suma de sus partes, un conglomerado que busca medio responder a sus miedos o preguntas sin respuestas, las cuales he unido bajo el concepto de religión (valga la aclaratoria, se puede pertenecer a más de una “religión”, como pertenecemos a más de una tribu: la del vecindario, la de la iglesia, la de los compañeros de trabajo…). En este último he querido señalar que tanto la narrativa, el sentimiento de envidia, como esa masa de feligreses comienza a transformar su visión de la realidad, la llamada distorsión cognitiva.

Como podemos visualizar el rol fundamental del fanatismo es jugar con los sentimientos, buscar respuestas innatas, explotar lo instintivo o animal que hay en nosotros.

Quiero aseverar que el último estado del fanático, el extremo, es el más peligroso, en él las narrativas forjan eso que llaman distorsión cognitiva en su máxima expresión, es un finalista a ultranza, cuando habla es para ser eco de lo escuchado por sus partidarios, es un consumidor neto de la “propaganda” que adentro se genera, su ceguera puede desembocar en masacres.

Sin embargo, los otros dos niveles no se pueden descartar porque al sentir “ataques” en alguno de sus aros de identidad van a responder con similar encono. Ninguno está inmune a participar en actos contrarios a los que sus principios dictan. Quizás el ejemplo más ilustrativo es el nacionalismo, los liderazgos saben que la envidia contra el otro manejada de manera acertada puede hacer que todos esos fanáticos “descarriados” o medianamente distantes vuelvan al redil al tocar la tecla de una invasión, entre otras opciones venidas del otro, el “extranjero” o apatrida.

Tal como mencioné en el anterior texto, lo importante es entender que no hay enemigos dentro de la nación o cualquier otro espacio del aro de identidad, sino visiones diferentes; que las críticas de esos otros son valiosas para poder avanzar, muchas veces señalan alternativas, errores, amplían el espectro de acercamiento…

Por último, he querido demostrar que el fanatismo nutre las religiones y lo contrario, es un círculo de mutua retroalimentación; como también que hay religiones en el estricto sentido del término, pero que hay otros ámbitos no adoradores de divinidades que realizan conductas similares, que los disparadores son de similar origen, tales como la envidia, sostenida por narrativas que justifican sus actos y crean el orden imaginado que menciona HNY y, a su vez perversiones en la forma de asumir la realidad.

Está de cada uno de nosotros el tender puentes y reconstruir lo destruido, con  un fanatismo cercano a cero y alta empatía. Debemos limpiarnos de la contaminación o entropía que las narrativas, la envidia, las religiones, en fin, el fanatismo generan en nuestra vidas; debemos reusar, reciclar y reconstruir nuestras creencias para convivir mejor.
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Notas:

¹ Cruz, Jorge (2020) Confianza y Expectativas: Dueto Económico. En: www.jorgecruzo.blogspot.com

² La mente es maravillosa (2019) ¿Qué son las distorsiones cognitivas?  07-01. En:

https://lamenteesmaravillosa.com/que-son-las-distorsiones-cognitivas/

³ Izaguirre, Rodolfo (2020) Incertidumbre. El Nacional, 14-06. En: https://www.elnacional.com/opinion/incertidumbre/  Revisado el 14-06-2020.

4 Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens, A Brief History of Human Kind. Vintage Books.
5 Idem
6 Idem

Monday, July 13, 2020

Fanatismo religioso y laico (III)


Jorge Cruz, Caracas, 10 de julio de 2020

Hace muchos años, luego de un arduo juego, en el cual quedamos campeones, comenzaron los actos de premiación, antes de ello tocaron el himno nacional, yo que estaba más que agotado me había sentado, me obligaron a levantarme, era contra mis deseos, pero no quería más reprimenda.

Esa anécdota pasó a mis recuerdos, hasta que ya adulto, sucedió algo similar. En esta ocasión si me pregunté ¿por qué tanto protocolo o reverencia?  ¿Por qué me trataban como un hereje? Entendí que había algo como una religión en ello.

Años después me topé con un texto de Robert N. Bellah: Civil Religion in America¹, en el cual exponía, entre otros puntos, que los símbolos nacionales se han convertido en algo sacro, una religión civil. Como podemos leer a continuación:

“Aunque las cosa personales como religión, creencias, adoración y asociación son consideradas estrictamente privadas, hay al mismo tiempo ciertos elementos comunes de orientación religiosa que la mayoría de los estadounidenses comparte. Ellos juegan un rol crucial en el desarrollo de las instituciones y aún provee una dimensión religiosa a toda la red de la vida americana, incluyendo la esfera política. Esta dimensión pública religiosa es expresada en un grupo de creencias, símbolos y ritos que yo llamo la religión civil estadounidense.”

Con el pasar del tiempo seguí esporádicamente reflexionando sobre este tema, aunque fue realmente con el chavismo en el poder que inicié más seriamente una investigación. Fue lenta, había otras ocupaciones, en diversos momentos asomé la idea, fue más reciente que decidí que era tiempo de plasmar algo al respecto.

Masticando la idea más concretamente me topé con un texto de Joaquín Villalobos², en el cual él expresa, cosas como esta:

“(…) la idea misma de la revolución entendida como un acontecimiento transformador de la historia es deudora de la religión. Los movimientos revolucionarios modernos son una continuación de la religión por otros medios”.

Más adelante afirma:

“Guevara dio fuerza a la mitología religiosa izquierdista al asociar violencia, sufrimiento y martirio con redención y transformación revolucionaria. Cuestionar esta mitología se convirtió entonces en herejía, no importa que se estuviera frente absurdos evidentes.”

“(…) Sin embargo, las evidencias de guerrillero inepto, cobarde y de hombre sanguinario no impidieron su santificación como ícono revolucionario heroico, representante del bien.”

No quiero con lo anterior resaltar su actuar, sino más bien sobre lo que significó su partida.

Estoy partiendo de un supuesto que debo ahora aclarar, religión. Generalmente la asociamos con una creencia que practica una relación con una divinidad. La conexión que realizo en este ensayo es con la cultura, es un producto cultural, por ello tanta diversidad, por ello he iniciado con un tipo de prácticas que parecieran no ser “religiosas”, aunque si tienen diversos puntos de encuentro.

Son tipos de comportamientos en los cuales hay mitos, ritos, tabús, creencias, dentro de los límites que permite la cultura, para buscar “ayuda” ante situaciones que vemos con insolubles (tales como enfermedades, perdidas, momentos cruciales, entre otros) o ante preguntas que no obtenemos respuestas racionales (origen de la vida, por ejemplo), aunque también ante entes intangibles como el Estado, la ideología de un partido político (segunda variante), o ídolos de la farándula o deportivos y los equipos en los cuales militan (este tercer grupo es el más terrenal, son semidioses en los cuales adoramos sus capacidades y habilidades, las cuales no poseemos).

Como había adelantado, las religiones, sacras o no, están inmersas de la cultura que las alberga. Ella genera símbolos: como la cruz del cristianismo, los patrios de cada nación, el dorsal en la franela del jugador o el peinado de la celebridad; lenguajes: cada comunidad crea metalenguajes, esas especificidades que hace que entre ellos se entiendan, para hacerlo gráfico, el lenguaje técnico de la informática es manejados por quienes estudian esta rama del saber, igual fenómeno sucede entre los adoradores de un culto, yo he anotado en el primer artículo de esta serie sobre ello, quizás lo más representativo son los cantos e himnos; como parte o continuación de lo anterior hay una narrativa que cuenta “epopeyas”, en las cuales hay descripciones de ritos, tabús y hasta éticas, que modelan el actuar de sus miembros (podemos recordar los 10 mandamientos del cristianismo); cuando son con tendencia a ser comunidades cerradas hay circuitos económicos. Es el reino de la imaginación, como lo expone Nuval Yoah Harari en su libro: Sapiens³, ese que nos ha permitido aceptar como real una persona jurídica, es decir, en realidad la CocaCola no existe como ente físico, aunque si interactuamos con sus productos.

Las religiones han jugado un papel fundamental en la integración de comunidades, en especial las mayores a 150 individuos, número tope según este último autor.4 Ellas han sido un buen pegamento del ser humano para crear sociedades o metrópolis como las actuales, esta es la cara positiva, el problema es que la línea divisoria entre esa faceta positiva y una negativa es tan fina que muchas veces no se percibe cuando se cruza, esta última es destructiva, es la que ha producido guerras, tales como las del Islam y su guerra santa, aún en curso, las cruzadas en la Edad Media, la inquisición y otra tantas, en otros planos, tenemos las barras bravas de los equipos, los grupos de choque de partidos políticos o, debemos incluir, las Fuerzas Represivas del Estado.

En resumen, tenemos dioses y no tan dioses, que veneramos como sobrenaturales en los cuales delegamos que cumplan con nuestros deseos “imposibles”. Estas expresiones tienen dos caras, que pueden servir para el beneficio de la comunidad o para su enfrentamiento y hasta aniquilamiento. El sincretismo es una de sus cualidades, hay una narrativa que marca las líneas gruesas y un permeado hacia la cultura donde se asienta o intenta penetrar.

Las iglesias, los Estado, los partidos políticos, los equipos de deportes o representantes de un país en una olimpiada o mundial, un artista de renombre tienen atributos de similitud, como hemos visto; también especificidades, no ha sido esas diferencias mi zona de acción en este escrito.

Quiero finalmente aclarar que no ha sido mi intensión juzgar, solo he estado analizando un fenómeno humano, como tantos otros. Cualquiera de dichas expresiones y sus consecuentes conductas son un espacio individual, el cual respeto. Si espero que se entienda que no deberíamos cruzar la línea positiva de acción porque el resultado ha sido familias y comunidades fracturadas, amigos de larga data que no se pueden ver, grupos que se tratan como enemigos, que en muchos casos solo lleva a la imposición a la fuerza, con sangre derramada para alcanzar dicho fin. Debemos cultivar la empatía, tolerancia y respeto hacia el otro, somos especies sociales, en las cuales la cooperación y competencia son esenciales, si únicamente damos peso a la competencia nos estamos condenando como especie. Las religiones dan espacio para ellas, es nuestra actitud la que decide cual es el rumbo.
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¹ Bellah, Robert N. (1967) Civil Religion in America. En: http://www.robertbellah.com/articles_5.htm Revisado el 5 de marzo de 1985.
² Villalobos, Joaquín (2020) Cuba: final de la utopía.  1 de julio. En: https://www.nexos.com.mx/?p=48573#_ftn3  Revisado el 6 de julio de 2020.
³ Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens, A Brief History of Human Kind. Vintage Books.
4 Idem.

Wednesday, July 8, 2020

Fanatismo religioso y laico (II)


Jorge Cruz, Caracas, 6 de julio de 2020

-¿Viste la nueva camioneta que adquirió Pedro?
-Sí, seguro debe estar en algún guiso, uno de esos negocios sucios.
-No vale, ese ha sido por su trabajo, varias veces lo he ido a visitar y me lo he encontrado con muchos proyectos, algunos andando otros armándolos. Yo he estado cocinando algo también para ver si puedo tener mejores ingresos.

Esa ficticia charla entre dos amigos nos muestras dos tipos de actitudes ante el bien material de otro, son muestras de un sentimiento: envidia.

La envidia puede ser constructiva o destructiva, para el primer caso se intenta imitar o superar al otro; lo contrario es que se intenta denigrar; acosar; quitar lo envidiado, si es un objeto; o eliminar, físicamente.

Que no dicen Wikipedia al respecto:
 “En el ámbito del psicoanálisis la envidia es definida como un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La envidia daña la capacidad de gozar y de apreciar lo que posee uno mismo. Es el factor más importante del socavamiento de los sentimientos de amor, ternura o gratitud. La envidia es un sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseado por el individuo envidioso, quien tiene el impulso de quitárselo o dañarlo.”

“(… ) la envidia, según la psicología evolucionista, sería una emoción que nos motiva a mejorar, y de ahí su lógica en el mejoramiento de la evolución  Así se entiende que la comparación social juega un papel fundamental en la manera en que nos percibimos a nosotros mismos.”

“(…) Tristeza o pesar del bien ajeno.”

“De acuerdo a la primera definición, la envidia es sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.” ¹

Como podemos ver, este sentimiento está casi a flor de piel, siempre tendemos a compararnos y al percibir diferencias, deseamos lo que el otro posee, ya sea su capacidad intelectual, física para el deporte, manual para manipular o crear objetos, monetaria, recursos (territorio, aguas, minerales…), entre otros;  es sentirse desvalido ante las potencialidades y habilidades que tiene el objeto que tomamos como espejo para medirnos, por tal motivo emergen diversos tipos de sentimientos y conductas.

Por otro lado, la envidia es un arma que los líderes manejan a su antojo, les sirve para buscar aliados o crear “enemigos”, para formar una grey y perseguir o saquear al “contrincante”o, en un sentido positivo, producir nuevas metas y logros. En pocas palabras, un líder es exitoso en la medida que sepa manipular la envidia de sus súbditos, puede ser utilizada en los dos sentidos señalados, un buen gerente saca lo mejor de los que tiene a cargo, generando una competencia sana.

En acción…

Envidiamos al exitoso, al que podemos tildar de corrupto o explotador, cuando vemos por el lente de lo destructivo. Este tipo de actitud está muy presente en los partidos políticos, iglesias, partidario de un deporte y en el grupo de fobias relacionadas a los que pertenecemos a la misma especie, aunque diferentes, tales como: xenofobia, homofobia, aporofobia, entre otras.

Generalmente tiene un carácter agresivo contra el envidiado o lo envidiado del otro, puede ser pasiva hasta que hay un disparador o catalizador, desde ese momento puede pasar de acciones “suaves”, como burlas, aunque algunas veces no se puede considerar como suave el ataque verbal, hasta el odio y desprecio que genera actividades físicas como destrucción de propiedades u objetos, robo, expropiación o invasión (las propiedades pueden ser terrenos de siembra, edificaciones de viviendas, galpones dedicados a la producción o incluso cosas menores como un bolígrafo, libro, ropa, utensilios, equipos, etc.) y el caso extremo que es la desaparición física del envidiado.

Aquí aparece un sentimiento poco amigable: odio. Si además, existe impunidad por parte de los que deberían legislar, los resultados pueden ser graduales o finales; de suave, puede saltar rápidamente a violencia. La impunidad es un gran alimento para la envidia y el odio, el sentirse alguien con poder para determinar los objetivos o rutas de otra persona y sin que tenga que rendir cuentas ante nadie, es una mezcla peligrosa, que, en muchos casos, concluye con el asesinato. La más sanguinaria de las opciones.

Tengo que aclarar que muchas veces pareciera que fuera otro el motivo, pero si analizamos a profundidad el origen de tales conductas nos lleva a la envidia como la fuente. De forma natural, siempre tendemos a comparar y en ese proceso puede aparecer la frustración de no ser similar o superior al otro, por lo cual se puede transformar en resentimiento, si es alimentado por discursos anti x.

Ya señalé arriba que también puede ser una actitud positiva, como la barra que debemos superar con mucho entrenamiento y un buen salto.

En el área de gerencia se tiene un término de origen idiomático inglés, benchmarking, que pudiera traducir como tener como faro el mejor en el área en el cual se desempeña una corporación para mejorar el logro, que pudiera ser para alcanzar un estándar de igual medida o por encima de la misma.

En pocas palabras, en este caso nos encontramos con dos términos: reto para superar la situación actual, mediante sus propias habilidades y capacidades y competencia, ese deseo de emular para superar al otro.

Resumiendo, la envidia puede ser un arma que permite destruir o una herramienta para erigir. El uso por los líderes, especialmente los políticos, es hacia lo destructivo, hay que dividir para reinar, tal como ha expuesto Maquiavelo en su famoso libro El Príncipe. Por ello, tenemos que realizar una introspección para determinar nuestras conductas hacia los otros, indagarnos porque tanta intolerancia hacia el otro.

Solo cuando lleguemos a descubrir el origen de nuestra envidia, podemos redirigirla y comenzar un nuevo rumbo que sea para el crecimiento, ser similares o mejores que nuestros maestros o guías.

Dejamos, además, de ser los borregos que seguimos fielmente a la masa y a los líderes podemos ponerlos en su sitio o luchar por cambiar el rumbo.

En ese día Pedro sólo será una meta a alcanzar.
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² Maquiavelo, Nicolás (1999) El Príncipe. El Aleph.com. En: https://mega.nz/file/PYcTABxa#rnXqmWAGWMw6SCYlKUGLESRFuxB5lAxXJofH6g34nWY 

Thursday, June 25, 2020

Fanatismo religioso y laico (I)


Jorge Cruz, Caracas, 22 de junio de 2020

El cielo es azul porque es un reflejo del color del mar.
Esta afirmación podría generar diversos comentarios o reacciones. Desde, yo respaldaría lo planteado porque lo dice una persona con autoridad, hasta los que ni leerán el artículo y sus puntos intermedios, o sea, dirán que es un hablador de paja, no le paren u algunos buscarán confirmar lo cierto de tal frase.

Yo prefiero el último grupo, pero aquí intentaré profundizar sobre el primer grupo.

Antes de iniciar voy a mencionar unos puntos importantes: el ser humano por su naturaleza es gregario, pertenecer a un grupo le sirve para compartir con otros, sentirse parte de una manada, le da seguridad ante un medio “hostil”; a esta membresía los sociobiólogos le llaman tribu. La tribu es un aro de identidad, que va desde la familia, el de menor cantidad de participantes o más inmediato, hasta el de la especie sapiens; con puntos intermedios como la comunidad (vecinos, compañeros de trabajo, practicantes de una iglesia, fanáticos de un equipo de deportes…), la ciudad (caraqueño, valenciano, maracucho…), regional (tachirense, aragüeño…), nacional (venezolano, español, australiano…).

Si nos preguntamos cómo esto opera, es sencillo, en la familia hay tíos que no se reproducen (no tienen hijos) para proteger, ya sea a sus sobrinos o progenitores, “sacrifican” su supervivencia como individuo, por el bien del grupo familiar. Otro ejemplo, al suceder una catástrofe natural, cuando un huracán arrasa con muchas viviendas en una isla del Caribe, un japonés, a cientos de miles de kilómetros de distancia y sin conocer el lugar, se siente identificado con las víctimas y hace donaciones para el bienestar y supervivencia de la especie sapiens.

Como se puede percibir, hay impulsos instintivos para la conservación de la tribu, eso sí, esto opera en mayor grado entre más cercano es el aro de identidad comprometido. Con ello también quiero afirmar que TODOS actuamos a dos niveles permanentemente: el individual y el grupal, algunas veces damos mayor peso a alguno de ellos, dependiendo de la situación. Cuando los dos se unen en nuestro accionar, mucho mejor nos sentimos, la “victoria” es superior.

Segundo, al reunirnos, por ser una especie con imaginación, como forma de cohesión de la asociación se crea cultura: símbolos, lenguajes… Hay discursos y narrativas que justifican y dan validez emocional a nuestras conductas; es decir, se genera una comunidad de fieles que se sienten identificados en lo sensorial, físico e intelectual.

Tercero, a pesar de los cambios que hemos tenido desde la aparición del Homo sapiens, lo animal aún domina nuestro actuar, la emoción ante que el raciocinio, lo instintivo prevalece sobre lo racional. Por ejemplo, somos territoriales, hay guerras, acuerdos, alianzas, asesinatos o construimos sitios inexpugnables para mantenernos a salvo de los otros. Voy a ilustrar con un hecho sucedido en el año 2000, el decreto 1011, que proponía cambios en el sistema educativo, el eslogan fue: “Con mis hijos no te metas”, liderado en un alto porcentaje, creo que más de un 80%, por mujeres; esta protesta pudiera parecer una de tantas, obtuvo una victoria y pareciera totalmente racional. Lo real, aunque fue con textos y movimientos muy “racionales” lo que sucedió fue la mamá leona defendiendo a su cría, es decir, instinto de protección al primer aro de identidad de la tribu.

Cuarto, lo que existe son interpretaciones de la realidad, que al final esta última es construida, es un constructo, cada quien tiene su “verdad” y en función de ella modela su accionar, parte de esa verdad limita o minimiza los instintos, pero nunca los elimina. El conocimiento adquirido a través de la educación (formal e informal, desde las entrañas de la madre hasta la muerte) es quien ordena y da sentido a todas las experiencias humanas, incluyendo las discrepantes y penosas.

Por último, esa pertenencia a una tribu, hace que defendamos nuestro aro contra el “acoso o ataque” de los otros, que pueden ser personas, otra especie (podemos incluir los virus) o fenómeno natural.

También quiero aclarar, que en este texto no intento analizar los fines, sino los disparadores conductuales.

Rechazo o aceptación.
Al inicio he expuesto que una afirmación puede tener diversos tipos de respuestas, esas conductas responden a lo instintivo o a la cultura de un nivel x de la tribu. Tomemos el caso de los que evitan leer la oración, ellos han bloqueado a su interlocutor, porque con anterioridad sus argumentos no son lo políticamente correcto para su verdad o hace tambalear sus dogmas y tabúes, como manera de conservación opta por evadir el contacto.

También está el que cree en lo allí anunciado, no confirma, no analiza, solamente acepta como cierta la afirmación, tiene fe en la fuente.

Estos son los fanáticos, los que pueden llegar a defender sin importar lo que defienden, es una reacción instintiva de tribu.

Analicemos un poco más esto. Comencemos por las características:

Un fanático se considera miembro de una tribu, aunque también la “tribu” tiene que aceptarlo como tal.

Él tiene un grado de identificación con los valores de dicho grupo, generalmente, extremadamente altos.

Disfruta de los logros del grupo y sufre en las derrotas, siente ambas situaciones como propias.

No importar su grado de instrucción, sector social al que pertenece o lugar donde viva.

Responde de manera instintiva ante los estímulos que envía el grupo, si es a marchar, se camina, si es a atacar, se agrede; si es a negar al otro, no se le escucha, lee o ve.

Respeta las jerarquías que se han conformado, aunque haya subgrupos en disputas por el poder y se alinee con alguno de los subconjuntos, siempre va a responder hacia los que lideran aunque sea tapándose la nariz.

Hay dogmas y ritos, los cuales se convierten en entes que son más que la suma de sus miembros.

Hay mucha confianza en la cultura del grupo y en especial en los líderes.

Quizás el rasgo de mayor valor es que para el fanático la verdad del grupo es inamovible, escrita en piedra, es un producto acabado y definitivo y definitorio. La visión que se ha construido dentro del grupo es la que única que puede explicar los fenómenos que acontecen fuera de si mismo. La información que se produce dentro, no es información es formación, es lo verdadero. Por ese motivo podemos apreciar como personas que tenían un tipo de comportamiento, al asumirse como parte de otra congregación devalúa, denigra o blasfema contra su pasado o los herejes que no participan de la nueva luz que guía sus pasos ahora.

Debo afirmar que, como se puede percibir, el fanatismo es una actitud que no distingue si se practica en lo laico o lo religioso, ambos responden a un mismo patrón.

 En pocas palabras se halla inmerso en una narrativa. Una narrativa donde hay victima(s) y victimario(s), y no puede faltar: el salvador.  Estos héroes no actúan solos, tienen apoyos, como también los victimarios.

Voy a terminar esta primera parte con una ilustración sobre este último tema, que además espero sirva para explicar el resto de lo señalado:

De un artículo anterior, titulado: Cuando el discurso es sólo palabras¹, voy a tomar una de las figuras allí resaltadas: los empresarios.

Para ciertos grupos, estas personas son tratadas como los enemigos, explotadores, que se roban la plusvalía, entre otros estigmas que se le han endilgado; es decir, son los victimarios o villanos. Estos villanos no actúan solos, tienen el apoyo del imperio y la oposición. Del otro lado, están las víctimas que hay que apoyar: los trabajadores, que a su vez cuentan con el respaldo, cuando el gobierno es revolucionario, del Estado. Nos falta una de los personajes en la narrativa: el salvador, el cual es el líder o cogollo que está en el poder.

Otro ejemplo nos los presentan las iglesias cristianas. Los practicantes entre si se llaman hermanos, donde no hay lazos sanguíneos o por alianzas nupciales; el líder es pastor o padre; es una forma de marcar que se está en una nueva familia unidos por la narrativa; el libro de cabecera es la biblia, la cual se lee y relee permanentemente, es una forma de refrendar la verdad del grupo, la lectura de puntos de vistas contrarios son anatema, el contacto con los otros (herejes) es básicamente para buscar su conversión o, en el peor de los casos, la agresión.

Como podemos apreciar, hay un discurso reductor, filtrado por la visión, en este caso revolucionaria. No nos menciona los salarios y beneficios que perciben los trabajadores en el área privada, pero esto lo señalaré, con mayor profundidad en la segunda parte.

Se pueden topar con datos que contradice esta narrativa, pero su respuesta es: negación, no cree nada de lo que ve, lee o escucha, se bloquea; si tiene alguna relación, responde con frases fáciles, prefabricadas o repite eslóganes que permanentemente fluyen en su grupo; algunos pocos intentan aprender, pero eso generalmente significa el abandono de ese castillo de naipes de la narrativa en la cual participa.

Por último, debo aclarar que el fanatismo tiene grados, tal como se puede apreciar en lo antes citado, el de mayor militancia bloquea; el de mediana creencia se da sus “visitas” al otro, pero generalmente va bloqueando, es un acercamiento más para conocer que para crecer; y el grupo light es el que menos arraigo tiene, en algunos momentos cierra filas con su feligresía y en otros solo mira los toros desde la barrera, como expuse, es el más propenso a abandonar, a saltar la talanquera.
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Notas: ¹ Cruz, Jorge (2020) Cuando el discurso es sólo palabras. En: http://jorgecruzo.blogspot.com/