Jorge Cruz, Caracas, 1 de octubre de 2020
Una de las características del
ser humano es que crea narrativas y entes, que posteriormente van a determinar
sus conductas. Este rasgo, según Nuval Yoah Harari en su libro:
Sapiens, Una breve historia del ser humano¹, nos diferenció del resto de los
animales.
Así, hemos creado instituciones
como Nike, que en físico no existe pero tiene “personalidad” jurídica, también
hemos creado papeles que nos sirven para las transacciones o uno en el cual
hemos depositado muchas de nuestras responsabilidades, ya que en su nombre se
administran nuestros recursos; se crean cuerpos armados que nos reprimen, defienden
de foráneos o utilizamos para invadir; hay personas que actúan en su nombre
como intermediarios para solventar disputas, entre otras acciones. Estoy
hablando del Estado.
Todas estas “figuras”
se mantienen mediante acuerdos o consensos, para lo cual es necesario el crear
argumentos que justifiquen su existencia.
No es solamente que
utilizamos herramientas o extensiones de algunos de nuestros órganos, sino que
hay todo un alegato, cargado de símbolos, lenguajes e identidades que se
aceptan como propias; en breve, estoy hablando de cultura en el más amplio
sentido del concepto.
Todo partido político
crea su propio discurso, su narrativa que amalgame a sus simpatizantes, pueda
capturar a nuevos miembros y evite las fugas (saltos de talanqueras, como se le
llama en Venezuela).
Estos discursos,
gracias a la mercadotecnia, cada vez nos vende más ilusiones. Generalmente es
más charlatanería que realidad, como dice la sabiduría popular: “Del dicho al
hecho hay mucho trecho”.
El chavismo prometió la construcción de un
sistema y un hombre nuevo, de llevar a ser una potencia planetaria… ¿Cuáles son
realmente los resultados?
Comencemos por
intentar definir esta corriente.
Tres tipos de chavismo:
Los enchufados, los cuales están respaldando por los beneficios,
especialmente económicos.
Los ideológicos, son los que han militado en partidos simpatizantes
del marxismo, que aún creen que se puede realizar una revolución ¿del
proletariado?, que las posturas anti gringas son reales y definitorias, que el
caos y desgobierno es por culpa de terceros, especialmente el imperio…
Los miedosos, que son los que respaldan o votan a favor por temor a
que les quiten algunos beneficios, tales como las bolsas clap, los bonos en el
carnet de la patria, la pensión…
El venezolano
La cultura del venezolano está muy
enraizada por las bondades de la naturaleza con la nación: petróleo, esta
energía fósil ha permitido que el Estado creciera exageradamente bajo su sombra
y los políticos, empresarios y la población en general se han adaptado a los
vicios que ello crea.
Por este motivo, un alto
porcentaje de la población siempre ha deseado que exista un gran papá dador,
que sea el que reparte y pone orden en la casa; los políticos lo vieron como
una oportunidad de ganar indulgencias con el reparto de muchas cosas, tales
como materiales para vivienda; servicios subsidiados o sin costo alguno;
controles cambiarios en diversos momentos desde los años 70, se puede afirmar
que el precio del dólar dependía de los deseos de los que detentaban el poder,
entre otros.
Quizás la mayor muestra de esta
tendencia se refleja en la seguridad social, la pensión y la jubilación, para muchos parecieran
sinónimos, en Venezuela no lo es. Son cercanos, pero no lo son. La pensión,
adjudicada por el Seguro Social, se lograba con una cotización por apenas 14
años y medio, de forma cumulativa (no importa donde se trabajó) y el pago ha
representado un salario mínimo, hasta el día de hoy. La jubilación se alcanza
por servicios en un ente del Estado por carrera administrativa, a partir de los
20 años, con porcentajes crecientes del salario devengado en los últimos años
de servicio, también dependiendo de la cantidad de años acumulados. En una
empresa privada se puede afirmar que son contados los casos que jubilan, en
muchos casos no se logra porque se tiene que acumular una cantidad de años en
una misma compañía o, en su defecto, que pertenezcan al mismo holding,
normalmente superior a los 25 años, por otro lado, es demasiado oneroso para
una empresa poder sostener un grupo de jubilados por varios años.
Como podemos notar se ha
beneficiado con esta legislación o diferenciación al Estado, si deseas una
jubilación o un ingreso mayor a un salario mínimo, la opción es el Estado.
Al aparecer el chavismo, ninguno
de esos rasgos desaparecieron sino que se radicalizaron: El rentismo del
petróleo se profundizó; el papa Estado creció en un intento de monopolizar o
secuestrar hasta la ciudadanía; el populismo con los “regalos” para comprar
conciencias se acrecentó, se ha jugado con el rol del salvador, se pone a la
población en necesidades extremas y luego aparece el mandatario brindando ayuda; el presidencialismo, otro fuerte arraigo que han aprovechados los partidos que
han estado gobernando, se transformó en idolatría, culto al macho alfa; el
militarismo, variante siempre latente de lo anterior, se hizo presente con
fuerza; actuar en todos los ámbitos como si el oro negro fuera para siempre, el
mito de que es ilimitado o tal vez limitado, pero con las mayores reservas
mundiales (no se menciona que es extrapesado, que la hay cambios que hacen que
este tipo de energía poco a poco se hace menos necesaria), por lo cual se distribuía, tanto dentro como fuera, sin miramientos y robaba a manos llenas.
En pocas palabras, bajo un
discurso de participación y reivindicación de los más necesitados solo se
afianzó la cultura que ha estado presente en el venezolano por casi un siglo y,
para poco bien, lo más nefasto de tales procederes.
El hombre nuevo es una diáspora
que deambula por carreteras en búsqueda
de un porvenir que fue destruido, como también de profesionales que dejan en
alto su nacionalidad; el ser nuevo es un cogollito que pasó décadas intentado
asumir el poder, que ahora en él utilizas para aflorar su resentimiento y vengarse
con las mismas armas y discursos de quienes sustituyó, con un temor profundo de
perder las mieles que ahora disfruta porque sabe que hay una justicia
internacional que le espera en la bajada; el neohumano oficialista es un gran mendigo que espera poder sobrevivir como
nunca, desde el siglo pasado, con las migajas que reparten, muchas veces, con
productos de pésima calidad; en fin, el novel sapiens chavista es un ente que
vive en una narrativa ilusoria, en un edén mental, mientras hace malabares para
poder llegar con vida al día siguiente, no solo por el hambre o una dieta llena
de carbohidratos, sino porque los servicios de salud están en su mínima
expresión.
En resumen, por mucho que los simpatizantes oficialistas intenten revestir su discurso con reivindicaciones, casi todas nunca cumplidas, pero peor es la involución ha etapas anteriores a la aparición del petróleo, porque hasta con este rubro casi han acabado; que los que detenten el poder hagan alardes de estar supuestamente peleando contra el imperio y sus acólitos (nacionales e internacionales), aunque cada cierto tiempo llaman para que los inviten a la Casa Blanca; por respaldar movimientos en pro de la justicia social, las costuras se ven cuando se visualiza hacia lo interno (quizás por ello siempre está la evasiva de hablar de afuera, sin ruborizarse de la viga que tienen en el propio ojo); con sus alocuciones sobre explotación del hombre por el hombre en otras naciones, no comenta que aquí los empleados y trabajadores del Estado ganan un dígito en dólares, mientras que las contadas empresas (capitalistas y extractoras de plusvalía pagan más de 50 veces ese monto); por mucho tiempo acosaron, persiguieron o expropiaron a empresas venezolanas, con el discurso de ser capitalistas, cuando por otro lado se permitía el ingreso de transnacionales como Odebecht, entre varias decenas que tienen su centro de operaciones o nacieron en Brasil especialmente, aunque rusa, chinas y otra nacionalidades; que coptaron gran parte de los movimientos reivindicativos para aplacarlos y poder gobernar sin barreras, ahora ya no hay dinero para callar, como tampoco un verbo que convenza, por lo que se reparte es terror; se han propuesto monopolizar todos los poderes para poder actuar sin controles.
Como se puede percibir ha sido un cháchara cargada de una mentira tras otra, una prosperidad y cambios que no pasaron de ser más que eufemismos para esconder su reales intenciones: acceder al poder y aferrarse a él contra viento y marea, dejando a su paso solo una república destruida.
Una gran lección aprendida es que, no hubo mutaciones, ni transformaciones, ni cambios solo gatopardismo, que no se propusieron cambiar, sino asaltar el poder y como resultado se tiene que: “Aunque la mona se vista
de seda, mona se queda”.
Cita:
¹ Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens,
A Brief History of Human Kind. Vintage Books.
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