Jorge Cruz, Caracas 14 de enero 2020
Un buen amigo seguidor incondicional del Club de fútbol
Barcelona, tuvimos un día una conversación que reproduzco en parte: Yo le
pregunté si estaba de acuerdo con el salario que percibía Messi, dudo por un
momento y luego respondió que si, que él era el mejor jugador del mundo, a lo
cual yo le repregunté: “¿Crees entonces que un empresario como Lorenzo Mendoza
no debe ganar lo que gana?”; su reacción inmediata y automática fue expresar
con contundencia: “No, es injusto, él es un explotador”; luego de esta conducta
instantánea, pensó un poco y me insultó: “¡Eres una mierda!” y me dejó con una
frase buscando salida de mi boca.
Cuando actuamos guiados por la intuición, dejando
estacionando a la vera del camino la razón, tenemos comportamientos como el
descrito.
El fanatismo se caracteriza por ello, no pensamos sino
actuamos. Mi amigo al menos luego caviló un poco y se percató que había caído
en una trampa que el mismo se cavó; sin embargo, su agresión contra mi persona
es parte del mismo esquema: cuando no se tienen respuestas, cuando los dogmas
quedan al desnudo, su ADN lo hace emitir ofensas o disparar golpes,
literalmente.
A pesar de esos inicios del vocablo no se restringe a ello,
hay fanatismo religioso, aunque también por un deporte o equipo; como mi amigo;
por un juego virtual; por una saga, ya sea de televisiva o texto; por un
partido político o ideología, por una celebridad, como un artista…
Esa fijación en un tipo de creencia o
filiación tiene diversos anclajes, todos ellos relacionados a lo sensorial, que
es una búsqueda de pertenecer a una tribu, donde el gran sacrificado es la
identidad individual por una colectiva; una tesis que ha sustentado Edward O. Wilson en La Conquista Social de la
Tierra (2012, Editorial Debate).
Esto nos explica comportamientos como participar en una
guerra, por ejemplo, donde dejamos de ser independientes o sacrificamos nuestra
individualidad y nos comportamos como masa.
En Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Fanatismo
) encontramos las siguientes características:
·
"Dogmatismo falaz: creencia
en una serie de convicciones que no se cuestionan ni razonan y cuya
justificación lo es por su propia naturaleza;
·
Intransigencia:
no acepta los análisis críticos de sus ideas o comportamientos;
·
Maniqueísmo:
las diferencias son consideradas de manera radical; no se admiten los matices.
·
Reduccionismo doctrinal
o simplicidad de análisis interpretativo: la diversidad categorial suele
encerrarse en pocas categorías contrapuestas: "buenos" y
"malos"; "arios" y "no arios";
"fulanos" y "menganos" "del mundo" e "hijos
de Dios";
·
Discriminación o intolerancia
a la diferencia: rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y
etiquetas;
·
Autoritarismo:
afán de imponer la propia cultura, estilo o creencias y de forzar a que los
demás se adscriban a lo mismo.”
Otro punto, es
que, como parte de reforzar su militancia, se lee, mira u escucha lo que está
en sintonía con sus creencias o simpatías, una reverencia a la posverdad. Donde
la propaganda u eslóganes son aceptados como la verdad irrefutable, el faro que
guía sus conductas, por ello, el análisis o verificación de tales mensajes es
soslayado. El caso más gráfico de este actuar lo vemos en los religiosos que
andan con una Biblia, la cual leen y releen como la fuente de sabiduría, sin
detenerse en las contradicciones que hay en ella, por ejemplo, el esclavismo es
tratado como normal en varios pasajes, que es practicado por varios de sus
patriarcas.
Esta participación en acciones grupales hace que se puedan
cometer actos que van en contra de los propios principios o valores, que se
pueda evitar contacto con personas con la cuales se tienen filiaciones
sanguíneas, que se rompan convivencias de parejas o amistades.
Quien mejor ha
interpretado como funciona y a que responde el fanático ha sido
Joseph Goebbels, teórico de la propaganda nazi; son aplicables a la
propaganda, a lo sensorial, los cuales se pueden resumir en 11
principios
(https://www.altaveu.com/opinio/1597/los-11-principios-de-la-propaganda-nazi-de-joseph-goebbels
):
“1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar
una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en
un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios
en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de
constituirse en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los
propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si
no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan”.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir
cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser
popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a
los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más
pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad
receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además,
tienen gran facilidad para olvidar”.
6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a
un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente,
presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre
convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De
aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite
suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente
informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el
adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las
respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel
creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir
de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de
informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones
sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que
favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de
medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda
opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una
mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios
tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en
actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente
que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de
unanimidad.”
Quizás lo
más llamativo es que quien es participe de una de tales afiliaciones no
reconoce que es parte de un grupo, de una masa que actúa por sus genes más que
por su raciocinio.
Como podemos percibir se aferran a dogmas, ritos y
“verdades”, donde se le anula, no se reconoce o desaparecen al otro, se le
transmuta en cualquier cosa, muchas veces comienza con un simple apelativo: escuálido,
por ejemplo, pero que puede mutar hasta desconocerlos como seres humanos: son
unas cucarachas, monos, o cualquier otras especie; y, como ya apunté, esto
puede llevar a exclusión, forma suave hasta el asesinato o, peor aún, genocidio,
la más violenta, pasando por escarnio público y agresiones físicas, entre
otras.
He comentado algunas de experiencias que ilustran lo
afirmado en este texto, hay muchas más, especifico otras pocas: Tanto el
nazismo, fascismo, como el supuesto extremo opuesto, los socialismos de la Unión
Soviética, China, Vietnam y un largo etcétera, aunque hay casos actuales:
Nicaragua, Cuba, Venezuela, en los cuales prima un discurso arraigado en el
fanatismo de tinte político todos se presentan como los superiores (¿raza?),
los que deben permanecer en el poder porque manejan el destino hacia la felicidad,
algo similar al paraíso Edén que promete el catolicismo o el cielo para el
cristianismo.
Voy a revisar rápidamente la última mencionada.
Inicio con un robo instigado por el presidente en ese
momento: Hugo Chávez a los obreros y empleados de PDVSA. Luego de un paro de
dicha empresa, secundada por buena parte de los empresarios, al terminar el
paro se procedió a botar a los que laboraban en tal compañía, hasta aquí todo
bien, aunque se hizo de manera bochornosa, que demostraba desprecio por las
personas que habían participado en el mismo; pero lo cumbre fue que no se les
reconoció las prestaciones que por ley le correspondían, en pocas palabras, fue
la “legalización” de un asalto.
Ese fue un antecedente que va a dominar buena parte de su
gobierno y el posterior; dicho precedente marcó las expropiaciones, invasiones,
despidos con la única justificación era no ser simpatizante del gobierno,
encarcelamiento por similar motivo y asesinato. Algunas de estos hechos fueron
dirigidos por el gobierno directamente, en los diversos niveles; en otras eran
los que alegaban ser simpatizantes y que cumplían con la justicia social.
En tales acciones se confiscaron equipos, dinero u otras
pertenencias como terrenos o viviendas, todas estas iniciativas estaban
respaldadas por un fanatismo extremo, actuaban como si fueran guiados por una
justicia divina.
Las características arriba descritas se cumplen a cabalidad,
varios de estos puntos han sido desarrollados en anteriores artículos de mi
persona: se aúpan las diferencias para dividir amigos, familias y comunidades,
en donde no se escucha, porque lo que viene del otro es anatema, dogmas que no
pueden ser rebatidos, menos escuchar los que lo puedan hacer tambalear,
intolerancia y maniqueísmo van de la mano, de un lado está el pueblo, el bueno,
el escogido por (¿Dios?), del otro lado los impuros, paganos, que desprecian la
nación y sus impolutos gobernantes y finalmente autoritarismo, todos deben ser
convertidos (en todo su sentido sacro), para luego ser rebaños.
En conclusión, cuando mandan los sentimientos, los
espacios, ya sean comunidades, vecindades, estados, Estados, es la geografía
donde se debe, primero separar, posteriormente, hacer limpieza, perseguir, insultar,
menospreciar, castigar…, sin embargo también “educar”, generar simbología, una
historia, un discurso y unión entre sus seguidores.
Yo admiro Messi, como también de los productos Polar y no
me pregunto si ambos no son explotadores ¡solo disfruto!