Friday, October 2, 2020

Aunque la mona se vista de seda…

Jorge Cruz, Caracas, 1 de octubre de 2020

Una de las características del ser humano es que crea narrativas y entes, que posteriormente van a determinar sus conductas. Este rasgo, según Nuval Yoah Harari en su libro: Sapiens, Una breve historia del ser humano¹, nos diferenció del resto de los animales.

Así, hemos creado instituciones como Nike, que en físico no existe pero tiene “personalidad” jurídica, también hemos creado papeles que nos sirven para las transacciones o uno en el cual hemos depositado muchas de nuestras responsabilidades, ya que en su nombre se administran nuestros recursos; se crean cuerpos armados que nos reprimen, defienden de foráneos o utilizamos para invadir; hay personas que actúan en su nombre como intermediarios para solventar disputas, entre otras acciones. Estoy hablando del Estado.

Todas estas “figuras” se mantienen mediante acuerdos o consensos, para lo cual es necesario el crear argumentos que justifiquen su existencia.

No es solamente que utilizamos herramientas o extensiones de algunos de nuestros órganos, sino que hay todo un alegato, cargado de símbolos, lenguajes e identidades que se aceptan como propias; en breve, estoy hablando de cultura en el más amplio sentido del concepto.

Todo partido político crea su propio discurso, su narrativa que amalgame a sus simpatizantes, pueda capturar a nuevos miembros y evite las fugas (saltos de talanqueras, como se le llama en Venezuela).

Estos discursos, gracias a la mercadotecnia, cada vez nos vende más ilusiones. Generalmente es más charlatanería que realidad, como dice la sabiduría popular: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.

 El chavismo prometió la construcción de un sistema y un hombre nuevo, de llevar a ser una potencia planetaria… ¿Cuáles son realmente los resultados?

Comencemos por intentar definir esta corriente.

Tres tipos de chavismo:

Los enchufados, los cuales están respaldando por los beneficios, especialmente económicos.

Los ideológicos, son los que han militado en partidos simpatizantes del marxismo, que aún creen que se puede realizar una revolución ¿del proletariado?, que las posturas anti gringas son reales y definitorias, que el caos y desgobierno es por culpa de terceros, especialmente el imperio…

Los miedosos, que son los que respaldan o votan a favor por temor a que les quiten algunos beneficios, tales como las bolsas clap, los bonos en el carnet de la patria, la pensión…


El venezolano

La cultura del venezolano está muy enraizada por las bondades de la naturaleza con la nación: petróleo, esta energía fósil ha permitido que el Estado creciera exageradamente bajo su sombra y los políticos, empresarios y la población en general se han adaptado a los vicios que ello crea.

Por este motivo, un alto porcentaje de la población siempre ha deseado que exista un gran papá dador, que sea el que reparte y pone orden en la casa; los políticos lo vieron como una oportunidad de ganar indulgencias con el reparto de muchas cosas, tales como materiales para vivienda; servicios subsidiados o sin costo alguno; controles cambiarios en diversos momentos desde los años 70, se puede afirmar que el precio del dólar dependía de los deseos de los que detentaban el poder, entre otros.

Quizás la mayor muestra de esta tendencia se refleja en la seguridad social, la pensión  y la jubilación, para muchos parecieran sinónimos, en Venezuela no lo es. Son cercanos, pero no lo son. La pensión, adjudicada por el Seguro Social, se lograba con una cotización por apenas 14 años y medio, de forma cumulativa (no importa donde se trabajó) y el pago ha representado un salario mínimo, hasta el día de hoy. La jubilación se alcanza por servicios en un ente del Estado por carrera administrativa, a partir de los 20 años, con porcentajes crecientes del salario devengado en los últimos años de servicio, también dependiendo de la cantidad de años acumulados. En una empresa privada se puede afirmar que son contados los casos que jubilan, en muchos casos no se logra porque se tiene que acumular una cantidad de años en una misma compañía o, en su defecto, que pertenezcan al mismo holding, normalmente superior a los 25 años, por otro lado, es demasiado oneroso para una empresa poder sostener un grupo de jubilados por varios años.

Como podemos notar se ha beneficiado con esta legislación o diferenciación al Estado, si deseas una jubilación o un ingreso mayor a un salario mínimo, la opción es el Estado.

Al aparecer el chavismo, ninguno de esos rasgos desaparecieron sino que se radicalizaron: El rentismo del petróleo se profundizó; el papa Estado creció en un intento de monopolizar o secuestrar hasta la ciudadanía; el populismo con los “regalos” para comprar conciencias se acrecentó, se ha jugado con el rol del salvador, se pone a la población en necesidades extremas y luego aparece el mandatario brindando ayuda; el presidencialismo, otro fuerte arraigo que han aprovechados los partidos que han estado gobernando, se transformó en idolatría, culto al macho alfa; el militarismo, variante siempre latente de lo anterior, se hizo presente con fuerza; actuar en todos los ámbitos como si el oro negro fuera para siempre, el mito de que es ilimitado o tal vez limitado, pero con las mayores reservas mundiales (no se menciona que es extrapesado, que la hay cambios que hacen que este tipo de energía poco a poco se hace menos necesaria), por lo cual se distribuía, tanto dentro como fuera, sin miramientos y robaba a manos llenas.

En pocas palabras, bajo un discurso de participación y reivindicación de los más necesitados solo se afianzó la cultura que ha estado presente en el venezolano por casi un siglo y, para poco bien, lo más nefasto de tales procederes.

El hombre nuevo es una diáspora que deambula  por carreteras en búsqueda de un porvenir que fue destruido, como también de profesionales que dejan en alto su nacionalidad; el ser nuevo es un cogollito que pasó décadas intentado asumir el poder, que ahora en él utilizas para aflorar su resentimiento y vengarse con las mismas armas y discursos de quienes sustituyó, con un temor profundo de perder las mieles que ahora disfruta porque sabe que hay una justicia internacional que le espera en la bajada; el neohumano oficialista es un  gran mendigo que espera poder sobrevivir como nunca, desde el siglo pasado, con las migajas que reparten, muchas veces, con productos de pésima calidad; en fin, el novel sapiens chavista es un ente que vive en una narrativa ilusoria, en un edén mental, mientras hace malabares para poder llegar con vida al día siguiente, no solo por el hambre o una dieta llena de carbohidratos, sino porque los servicios de salud están en su mínima expresión.

En resumen, por mucho que los simpatizantes oficialistas intenten revestir su discurso con reivindicaciones, casi todas nunca cumplidas, pero peor es la involución ha etapas anteriores a la aparición del petróleo, porque hasta con este rubro casi han acabado; que los que detenten el poder hagan alardes de estar supuestamente peleando contra el imperio y sus acólitos (nacionales e internacionales), aunque cada cierto tiempo llaman para que los inviten a la Casa Blanca; por respaldar movimientos en pro de la justicia social, las costuras se ven cuando se visualiza hacia lo interno (quizás por ello siempre está la evasiva de hablar de afuera, sin ruborizarse de la viga que tienen en el propio ojo); con sus alocuciones sobre explotación del hombre por el hombre en otras naciones, no comenta que aquí los empleados y trabajadores del Estado ganan un dígito en dólares, mientras que las contadas empresas (capitalistas y extractoras de plusvalía pagan más de 50 veces ese monto); por mucho tiempo acosaron, persiguieron o expropiaron a empresas venezolanas, con el discurso de ser capitalistas, cuando por otro lado se permitía el ingreso de transnacionales como Odebecht, entre varias decenas que tienen su centro de operaciones o nacieron en Brasil especialmente, aunque rusa, chinas y otra nacionalidades; que coptaron gran parte de los movimientos reivindicativos para aplacarlos y poder gobernar sin barreras, ahora ya no hay dinero para callar, como tampoco un verbo que convenza, por lo que se reparte es terror; se han propuesto monopolizar todos los poderes para poder actuar sin controles.

Como se puede percibir ha sido un cháchara cargada de una mentira tras otra, una prosperidad y cambios que no pasaron de ser más que eufemismos para esconder su reales intenciones: acceder al poder y aferrarse a él contra viento y marea, dejando a su paso solo una república destruida.

Una gran lección aprendida es que, no hubo mutaciones, ni transformaciones, ni cambios solo gatopardismo, que no se propusieron cambiar, sino asaltar el poder y como resultado se tiene que: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

Cita:

¹ Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens, A Brief History of Human KindVintage Books.

Saturday, July 18, 2020

Fanatismo religioso y laico (y IV)


Estando en una reunión dos amigos simpatizantes del oficialismo en Venezuela expresaron que NINGÚN gobierno había construido viviendas para sectores populares, NINGÚN presidente había realizado algo como la Gran Misión Vivienda, yo sólo les pregunté donde se habían criado, uno en los bloques del Cementerio y el otro en Caricuao, a lo cual repliqué nuevamente: ¿Entonces, nunca se habían construido viviendas de interés social? Obnubilados por el discurso, donde la envidia juega un rol importante, niegan las obras de los que son los adversarios de su militancia o fanatismo, para sólo señalar un punto de sus expresiones. Su fanatismo es del tipo religión civil, que desarrollé en el anterior texto.

Es decir, se tiende a cometer el error de escuchar un discurso y luego, lanzar sin analizar, se actúa como los MP3, reproducir lo que está grabado hasta el cansancio.

Se compran narrativas, como si fuese un producto adquirido en un mercado. Como se confía en el producto (les recomiendo leer una artículo anterior de mi pluma: Confianza y expectativas: dueto económico)¹ no se mira las recomendaciones, ingredientes…  solo se usa.

Lo que describo arriba se da por algo que los sicólogos han llamado distorsión cognitivas. Explico lo que ello significa: “Las distorsiones cognitivas son aquellas maneras erróneas que tenemos de procesar la información, es decir, malinterpretaciones de lo que ocurre a nuestro alrededor, generando múltiples consecuencias negativas.” ² Por este motivo, estos amigos olvidaron sus orígenes, las narrativas adoptadas provocan esas deformaciones de lo percibido o experimentado.

Otro aspecto a rescatar o resaltar del primer ensayo es que el fanatismo existe cuando hay una explicación finalista, no es un medio que se adapta o cambia. Los procesos pueden variar, las metas no, el fanático no percibe esos pasos intermedios, sino solo conclusiones, su creencia es la explicación de todo y es única e irrevocable, no hay medias tintas.

¿Quiénes son presas fáciles del fanatismo?
Todas aquellas personas que se sienten vulnerables y sin poder, proyectan esas deficiencias en los que lideran su tribu, en los cuales se endorsa el rol de salvador(es). La vulnerabilidad puede aparecer en un momento de la vida de alguien: muerte de un ser querido, crisis económica, pérdida de trabajo, una gran incertidumbre, mezcla de las anteriores…, posteriormente esta etapa o hecho puede desaparecer, aunque ya el permanecer en la zona de confort que ha creado el nuevo estado o pertenencia, el pertenecer a una tribu provoca un costo moral alto abandonarlo, por ello es una decisión cuesta arriba. El sólo pensar en la pérdida de ese estado, hace brotar el luto. El cambio, a su vez, es una fuente de angustia y ansiedad. Sucede lo que Rodolfo Izaguirre expone: “La perplejidad plantea la tensión que una persona siente cuando se encuentra entre dos opciones y ambas están totalmente sujetas a su moralidad.”³

Nuval Yoah Harari en un libro citado en el anterior artículo no señala: “(…) Un orden natural es un orden estable. No hay ninguna probabilidad de que la gravedad deje de funcionar mañana, aunque la gente deje de creer en ella. Por el contrario, un orden imaginado se halla siempre en peligro de desmoronarse, porque depende de mitos, y los mitos se desvanecen cuando la gente deja de creer en ellos.” 4; es decir, los fanatismos siempre están en la cuerda floja, en un equilibrio riesgoso.

Sin embargo, cuando la narrativa comienza a fallar, se utiliza la cultura del miedo y en última instancia el terror para mantener el control y la feligresía. El terror es aceptado a regañadientes, pero mientras no se vean claras otras alternativas será la forma de control. Tal como nos afirma este mismo autor: “(…) Los ejércitos, las fuerzas policiales, los tribunales y las prisiones trabajan sin cesar, obligando a la gente a actuar de acuerdo con el orden imaginado.” 5 y nos culmina, más adelante en este mismo texto diciendo: “(…) un orden imaginado solo puede mantenerse si hay grandes segmentos de la población (y en particular grandes segmentos de la élite y de las fuerzas de seguridad) que creen realmente en él.” 6

Porque al final los fanáticos tienen creencias, no ideas o razonamientos. Las explicaciones están inmersas en un cúmulo de credos y dogmas.

Se puede superar ese miedo, sí, pero se debe estar consciente que ello significa salir de esa zona de confort que da la militancia, sea religiosa (laica o escolástica), es replantearse que les han vendido la ilusión de un adversario que posiblemente sea un AMIGO, en mayúscula, porque el mundo en realidad no está hecho de blanco y negro, de enemigos y aliados, sino de amigos que tienen diferentes puntos de vista. El mundo es mucho más complejo que un maniqueísmo ideologizado.
Para mejor precisión conceptual lo que he nombrado en el inicio de esta serie como fanatismo lo voy a identificar así: el de menor arraigo lo podemos llamar: simpatizante, el de mediano como militante y el extremo como fanático en sí.

Sintetizando
A manera de conclusión de este grupo de reflexiones en capítulos he querido demostrar que el fanatismo, para responder a por qué y cómo necesita una narrativa, ese discurso unificador y justificador de sus acciones, en el primero. En la segunda entrega presenté como uno de los sentimientos más importantes en la unificación es la envidia, la cual puede ser para beneficios de los miembros en su empatía con el afuera o como pegamento que refuerza su sentido de grupo y ataca el otro. La tercera tuvo como objetivo mostrar que para el accionar del grupo es necesario algo más que un discurso o un sentimiento, es explotar el imaginario por medio de un sentir de grupo: la tribu, donde el todo es más que la suma de sus partes, un conglomerado que busca medio responder a sus miedos o preguntas sin respuestas, las cuales he unido bajo el concepto de religión (valga la aclaratoria, se puede pertenecer a más de una “religión”, como pertenecemos a más de una tribu: la del vecindario, la de la iglesia, la de los compañeros de trabajo…). En este último he querido señalar que tanto la narrativa, el sentimiento de envidia, como esa masa de feligreses comienza a transformar su visión de la realidad, la llamada distorsión cognitiva.

Como podemos visualizar el rol fundamental del fanatismo es jugar con los sentimientos, buscar respuestas innatas, explotar lo instintivo o animal que hay en nosotros.

Quiero aseverar que el último estado del fanático, el extremo, es el más peligroso, en él las narrativas forjan eso que llaman distorsión cognitiva en su máxima expresión, es un finalista a ultranza, cuando habla es para ser eco de lo escuchado por sus partidarios, es un consumidor neto de la “propaganda” que adentro se genera, su ceguera puede desembocar en masacres.

Sin embargo, los otros dos niveles no se pueden descartar porque al sentir “ataques” en alguno de sus aros de identidad van a responder con similar encono. Ninguno está inmune a participar en actos contrarios a los que sus principios dictan. Quizás el ejemplo más ilustrativo es el nacionalismo, los liderazgos saben que la envidia contra el otro manejada de manera acertada puede hacer que todos esos fanáticos “descarriados” o medianamente distantes vuelvan al redil al tocar la tecla de una invasión, entre otras opciones venidas del otro, el “extranjero” o apatrida.

Tal como mencioné en el anterior texto, lo importante es entender que no hay enemigos dentro de la nación o cualquier otro espacio del aro de identidad, sino visiones diferentes; que las críticas de esos otros son valiosas para poder avanzar, muchas veces señalan alternativas, errores, amplían el espectro de acercamiento…

Por último, he querido demostrar que el fanatismo nutre las religiones y lo contrario, es un círculo de mutua retroalimentación; como también que hay religiones en el estricto sentido del término, pero que hay otros ámbitos no adoradores de divinidades que realizan conductas similares, que los disparadores son de similar origen, tales como la envidia, sostenida por narrativas que justifican sus actos y crean el orden imaginado que menciona HNY y, a su vez perversiones en la forma de asumir la realidad.

Está de cada uno de nosotros el tender puentes y reconstruir lo destruido, con  un fanatismo cercano a cero y alta empatía. Debemos limpiarnos de la contaminación o entropía que las narrativas, la envidia, las religiones, en fin, el fanatismo generan en nuestra vidas; debemos reusar, reciclar y reconstruir nuestras creencias para convivir mejor.
__________

Notas:

¹ Cruz, Jorge (2020) Confianza y Expectativas: Dueto Económico. En: www.jorgecruzo.blogspot.com

² La mente es maravillosa (2019) ¿Qué son las distorsiones cognitivas?  07-01. En:

https://lamenteesmaravillosa.com/que-son-las-distorsiones-cognitivas/

³ Izaguirre, Rodolfo (2020) Incertidumbre. El Nacional, 14-06. En: https://www.elnacional.com/opinion/incertidumbre/  Revisado el 14-06-2020.

4 Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens, A Brief History of Human Kind. Vintage Books.
5 Idem
6 Idem

Monday, July 13, 2020

Fanatismo religioso y laico (III)


Jorge Cruz, Caracas, 10 de julio de 2020

Hace muchos años, luego de un arduo juego, en el cual quedamos campeones, comenzaron los actos de premiación, antes de ello tocaron el himno nacional, yo que estaba más que agotado me había sentado, me obligaron a levantarme, era contra mis deseos, pero no quería más reprimenda.

Esa anécdota pasó a mis recuerdos, hasta que ya adulto, sucedió algo similar. En esta ocasión si me pregunté ¿por qué tanto protocolo o reverencia?  ¿Por qué me trataban como un hereje? Entendí que había algo como una religión en ello.

Años después me topé con un texto de Robert N. Bellah: Civil Religion in America¹, en el cual exponía, entre otros puntos, que los símbolos nacionales se han convertido en algo sacro, una religión civil. Como podemos leer a continuación:

“Aunque las cosa personales como religión, creencias, adoración y asociación son consideradas estrictamente privadas, hay al mismo tiempo ciertos elementos comunes de orientación religiosa que la mayoría de los estadounidenses comparte. Ellos juegan un rol crucial en el desarrollo de las instituciones y aún provee una dimensión religiosa a toda la red de la vida americana, incluyendo la esfera política. Esta dimensión pública religiosa es expresada en un grupo de creencias, símbolos y ritos que yo llamo la religión civil estadounidense.”

Con el pasar del tiempo seguí esporádicamente reflexionando sobre este tema, aunque fue realmente con el chavismo en el poder que inicié más seriamente una investigación. Fue lenta, había otras ocupaciones, en diversos momentos asomé la idea, fue más reciente que decidí que era tiempo de plasmar algo al respecto.

Masticando la idea más concretamente me topé con un texto de Joaquín Villalobos², en el cual él expresa, cosas como esta:

“(…) la idea misma de la revolución entendida como un acontecimiento transformador de la historia es deudora de la religión. Los movimientos revolucionarios modernos son una continuación de la religión por otros medios”.

Más adelante afirma:

“Guevara dio fuerza a la mitología religiosa izquierdista al asociar violencia, sufrimiento y martirio con redención y transformación revolucionaria. Cuestionar esta mitología se convirtió entonces en herejía, no importa que se estuviera frente absurdos evidentes.”

“(…) Sin embargo, las evidencias de guerrillero inepto, cobarde y de hombre sanguinario no impidieron su santificación como ícono revolucionario heroico, representante del bien.”

No quiero con lo anterior resaltar su actuar, sino más bien sobre lo que significó su partida.

Estoy partiendo de un supuesto que debo ahora aclarar, religión. Generalmente la asociamos con una creencia que practica una relación con una divinidad. La conexión que realizo en este ensayo es con la cultura, es un producto cultural, por ello tanta diversidad, por ello he iniciado con un tipo de prácticas que parecieran no ser “religiosas”, aunque si tienen diversos puntos de encuentro.

Son tipos de comportamientos en los cuales hay mitos, ritos, tabús, creencias, dentro de los límites que permite la cultura, para buscar “ayuda” ante situaciones que vemos con insolubles (tales como enfermedades, perdidas, momentos cruciales, entre otros) o ante preguntas que no obtenemos respuestas racionales (origen de la vida, por ejemplo), aunque también ante entes intangibles como el Estado, la ideología de un partido político (segunda variante), o ídolos de la farándula o deportivos y los equipos en los cuales militan (este tercer grupo es el más terrenal, son semidioses en los cuales adoramos sus capacidades y habilidades, las cuales no poseemos).

Como había adelantado, las religiones, sacras o no, están inmersas de la cultura que las alberga. Ella genera símbolos: como la cruz del cristianismo, los patrios de cada nación, el dorsal en la franela del jugador o el peinado de la celebridad; lenguajes: cada comunidad crea metalenguajes, esas especificidades que hace que entre ellos se entiendan, para hacerlo gráfico, el lenguaje técnico de la informática es manejados por quienes estudian esta rama del saber, igual fenómeno sucede entre los adoradores de un culto, yo he anotado en el primer artículo de esta serie sobre ello, quizás lo más representativo son los cantos e himnos; como parte o continuación de lo anterior hay una narrativa que cuenta “epopeyas”, en las cuales hay descripciones de ritos, tabús y hasta éticas, que modelan el actuar de sus miembros (podemos recordar los 10 mandamientos del cristianismo); cuando son con tendencia a ser comunidades cerradas hay circuitos económicos. Es el reino de la imaginación, como lo expone Nuval Yoah Harari en su libro: Sapiens³, ese que nos ha permitido aceptar como real una persona jurídica, es decir, en realidad la CocaCola no existe como ente físico, aunque si interactuamos con sus productos.

Las religiones han jugado un papel fundamental en la integración de comunidades, en especial las mayores a 150 individuos, número tope según este último autor.4 Ellas han sido un buen pegamento del ser humano para crear sociedades o metrópolis como las actuales, esta es la cara positiva, el problema es que la línea divisoria entre esa faceta positiva y una negativa es tan fina que muchas veces no se percibe cuando se cruza, esta última es destructiva, es la que ha producido guerras, tales como las del Islam y su guerra santa, aún en curso, las cruzadas en la Edad Media, la inquisición y otra tantas, en otros planos, tenemos las barras bravas de los equipos, los grupos de choque de partidos políticos o, debemos incluir, las Fuerzas Represivas del Estado.

En resumen, tenemos dioses y no tan dioses, que veneramos como sobrenaturales en los cuales delegamos que cumplan con nuestros deseos “imposibles”. Estas expresiones tienen dos caras, que pueden servir para el beneficio de la comunidad o para su enfrentamiento y hasta aniquilamiento. El sincretismo es una de sus cualidades, hay una narrativa que marca las líneas gruesas y un permeado hacia la cultura donde se asienta o intenta penetrar.

Las iglesias, los Estado, los partidos políticos, los equipos de deportes o representantes de un país en una olimpiada o mundial, un artista de renombre tienen atributos de similitud, como hemos visto; también especificidades, no ha sido esas diferencias mi zona de acción en este escrito.

Quiero finalmente aclarar que no ha sido mi intensión juzgar, solo he estado analizando un fenómeno humano, como tantos otros. Cualquiera de dichas expresiones y sus consecuentes conductas son un espacio individual, el cual respeto. Si espero que se entienda que no deberíamos cruzar la línea positiva de acción porque el resultado ha sido familias y comunidades fracturadas, amigos de larga data que no se pueden ver, grupos que se tratan como enemigos, que en muchos casos solo lleva a la imposición a la fuerza, con sangre derramada para alcanzar dicho fin. Debemos cultivar la empatía, tolerancia y respeto hacia el otro, somos especies sociales, en las cuales la cooperación y competencia son esenciales, si únicamente damos peso a la competencia nos estamos condenando como especie. Las religiones dan espacio para ellas, es nuestra actitud la que decide cual es el rumbo.
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¹ Bellah, Robert N. (1967) Civil Religion in America. En: http://www.robertbellah.com/articles_5.htm Revisado el 5 de marzo de 1985.
² Villalobos, Joaquín (2020) Cuba: final de la utopía.  1 de julio. En: https://www.nexos.com.mx/?p=48573#_ftn3  Revisado el 6 de julio de 2020.
³ Harari, Nuval Yoah (2015) Sapiens, A Brief History of Human Kind. Vintage Books.
4 Idem.

Wednesday, July 8, 2020

Fanatismo religioso y laico (II)


Jorge Cruz, Caracas, 6 de julio de 2020

-¿Viste la nueva camioneta que adquirió Pedro?
-Sí, seguro debe estar en algún guiso, uno de esos negocios sucios.
-No vale, ese ha sido por su trabajo, varias veces lo he ido a visitar y me lo he encontrado con muchos proyectos, algunos andando otros armándolos. Yo he estado cocinando algo también para ver si puedo tener mejores ingresos.

Esa ficticia charla entre dos amigos nos muestras dos tipos de actitudes ante el bien material de otro, son muestras de un sentimiento: envidia.

La envidia puede ser constructiva o destructiva, para el primer caso se intenta imitar o superar al otro; lo contrario es que se intenta denigrar; acosar; quitar lo envidiado, si es un objeto; o eliminar, físicamente.

Que no dicen Wikipedia al respecto:
 “En el ámbito del psicoanálisis la envidia es definida como un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La envidia daña la capacidad de gozar y de apreciar lo que posee uno mismo. Es el factor más importante del socavamiento de los sentimientos de amor, ternura o gratitud. La envidia es un sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseado por el individuo envidioso, quien tiene el impulso de quitárselo o dañarlo.”

“(… ) la envidia, según la psicología evolucionista, sería una emoción que nos motiva a mejorar, y de ahí su lógica en el mejoramiento de la evolución  Así se entiende que la comparación social juega un papel fundamental en la manera en que nos percibimos a nosotros mismos.”

“(…) Tristeza o pesar del bien ajeno.”

“De acuerdo a la primera definición, la envidia es sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.” ¹

Como podemos ver, este sentimiento está casi a flor de piel, siempre tendemos a compararnos y al percibir diferencias, deseamos lo que el otro posee, ya sea su capacidad intelectual, física para el deporte, manual para manipular o crear objetos, monetaria, recursos (territorio, aguas, minerales…), entre otros;  es sentirse desvalido ante las potencialidades y habilidades que tiene el objeto que tomamos como espejo para medirnos, por tal motivo emergen diversos tipos de sentimientos y conductas.

Por otro lado, la envidia es un arma que los líderes manejan a su antojo, les sirve para buscar aliados o crear “enemigos”, para formar una grey y perseguir o saquear al “contrincante”o, en un sentido positivo, producir nuevas metas y logros. En pocas palabras, un líder es exitoso en la medida que sepa manipular la envidia de sus súbditos, puede ser utilizada en los dos sentidos señalados, un buen gerente saca lo mejor de los que tiene a cargo, generando una competencia sana.

En acción…

Envidiamos al exitoso, al que podemos tildar de corrupto o explotador, cuando vemos por el lente de lo destructivo. Este tipo de actitud está muy presente en los partidos políticos, iglesias, partidario de un deporte y en el grupo de fobias relacionadas a los que pertenecemos a la misma especie, aunque diferentes, tales como: xenofobia, homofobia, aporofobia, entre otras.

Generalmente tiene un carácter agresivo contra el envidiado o lo envidiado del otro, puede ser pasiva hasta que hay un disparador o catalizador, desde ese momento puede pasar de acciones “suaves”, como burlas, aunque algunas veces no se puede considerar como suave el ataque verbal, hasta el odio y desprecio que genera actividades físicas como destrucción de propiedades u objetos, robo, expropiación o invasión (las propiedades pueden ser terrenos de siembra, edificaciones de viviendas, galpones dedicados a la producción o incluso cosas menores como un bolígrafo, libro, ropa, utensilios, equipos, etc.) y el caso extremo que es la desaparición física del envidiado.

Aquí aparece un sentimiento poco amigable: odio. Si además, existe impunidad por parte de los que deberían legislar, los resultados pueden ser graduales o finales; de suave, puede saltar rápidamente a violencia. La impunidad es un gran alimento para la envidia y el odio, el sentirse alguien con poder para determinar los objetivos o rutas de otra persona y sin que tenga que rendir cuentas ante nadie, es una mezcla peligrosa, que, en muchos casos, concluye con el asesinato. La más sanguinaria de las opciones.

Tengo que aclarar que muchas veces pareciera que fuera otro el motivo, pero si analizamos a profundidad el origen de tales conductas nos lleva a la envidia como la fuente. De forma natural, siempre tendemos a comparar y en ese proceso puede aparecer la frustración de no ser similar o superior al otro, por lo cual se puede transformar en resentimiento, si es alimentado por discursos anti x.

Ya señalé arriba que también puede ser una actitud positiva, como la barra que debemos superar con mucho entrenamiento y un buen salto.

En el área de gerencia se tiene un término de origen idiomático inglés, benchmarking, que pudiera traducir como tener como faro el mejor en el área en el cual se desempeña una corporación para mejorar el logro, que pudiera ser para alcanzar un estándar de igual medida o por encima de la misma.

En pocas palabras, en este caso nos encontramos con dos términos: reto para superar la situación actual, mediante sus propias habilidades y capacidades y competencia, ese deseo de emular para superar al otro.

Resumiendo, la envidia puede ser un arma que permite destruir o una herramienta para erigir. El uso por los líderes, especialmente los políticos, es hacia lo destructivo, hay que dividir para reinar, tal como ha expuesto Maquiavelo en su famoso libro El Príncipe. Por ello, tenemos que realizar una introspección para determinar nuestras conductas hacia los otros, indagarnos porque tanta intolerancia hacia el otro.

Solo cuando lleguemos a descubrir el origen de nuestra envidia, podemos redirigirla y comenzar un nuevo rumbo que sea para el crecimiento, ser similares o mejores que nuestros maestros o guías.

Dejamos, además, de ser los borregos que seguimos fielmente a la masa y a los líderes podemos ponerlos en su sitio o luchar por cambiar el rumbo.

En ese día Pedro sólo será una meta a alcanzar.
__________

² Maquiavelo, Nicolás (1999) El Príncipe. El Aleph.com. En: https://mega.nz/file/PYcTABxa#rnXqmWAGWMw6SCYlKUGLESRFuxB5lAxXJofH6g34nWY 

Thursday, June 25, 2020

Fanatismo religioso y laico (I)


Jorge Cruz, Caracas, 22 de junio de 2020

El cielo es azul porque es un reflejo del color del mar.
Esta afirmación podría generar diversos comentarios o reacciones. Desde, yo respaldaría lo planteado porque lo dice una persona con autoridad, hasta los que ni leerán el artículo y sus puntos intermedios, o sea, dirán que es un hablador de paja, no le paren u algunos buscarán confirmar lo cierto de tal frase.

Yo prefiero el último grupo, pero aquí intentaré profundizar sobre el primer grupo.

Antes de iniciar voy a mencionar unos puntos importantes: el ser humano por su naturaleza es gregario, pertenecer a un grupo le sirve para compartir con otros, sentirse parte de una manada, le da seguridad ante un medio “hostil”; a esta membresía los sociobiólogos le llaman tribu. La tribu es un aro de identidad, que va desde la familia, el de menor cantidad de participantes o más inmediato, hasta el de la especie sapiens; con puntos intermedios como la comunidad (vecinos, compañeros de trabajo, practicantes de una iglesia, fanáticos de un equipo de deportes…), la ciudad (caraqueño, valenciano, maracucho…), regional (tachirense, aragüeño…), nacional (venezolano, español, australiano…).

Si nos preguntamos cómo esto opera, es sencillo, en la familia hay tíos que no se reproducen (no tienen hijos) para proteger, ya sea a sus sobrinos o progenitores, “sacrifican” su supervivencia como individuo, por el bien del grupo familiar. Otro ejemplo, al suceder una catástrofe natural, cuando un huracán arrasa con muchas viviendas en una isla del Caribe, un japonés, a cientos de miles de kilómetros de distancia y sin conocer el lugar, se siente identificado con las víctimas y hace donaciones para el bienestar y supervivencia de la especie sapiens.

Como se puede percibir, hay impulsos instintivos para la conservación de la tribu, eso sí, esto opera en mayor grado entre más cercano es el aro de identidad comprometido. Con ello también quiero afirmar que TODOS actuamos a dos niveles permanentemente: el individual y el grupal, algunas veces damos mayor peso a alguno de ellos, dependiendo de la situación. Cuando los dos se unen en nuestro accionar, mucho mejor nos sentimos, la “victoria” es superior.

Segundo, al reunirnos, por ser una especie con imaginación, como forma de cohesión de la asociación se crea cultura: símbolos, lenguajes… Hay discursos y narrativas que justifican y dan validez emocional a nuestras conductas; es decir, se genera una comunidad de fieles que se sienten identificados en lo sensorial, físico e intelectual.

Tercero, a pesar de los cambios que hemos tenido desde la aparición del Homo sapiens, lo animal aún domina nuestro actuar, la emoción ante que el raciocinio, lo instintivo prevalece sobre lo racional. Por ejemplo, somos territoriales, hay guerras, acuerdos, alianzas, asesinatos o construimos sitios inexpugnables para mantenernos a salvo de los otros. Voy a ilustrar con un hecho sucedido en el año 2000, el decreto 1011, que proponía cambios en el sistema educativo, el eslogan fue: “Con mis hijos no te metas”, liderado en un alto porcentaje, creo que más de un 80%, por mujeres; esta protesta pudiera parecer una de tantas, obtuvo una victoria y pareciera totalmente racional. Lo real, aunque fue con textos y movimientos muy “racionales” lo que sucedió fue la mamá leona defendiendo a su cría, es decir, instinto de protección al primer aro de identidad de la tribu.

Cuarto, lo que existe son interpretaciones de la realidad, que al final esta última es construida, es un constructo, cada quien tiene su “verdad” y en función de ella modela su accionar, parte de esa verdad limita o minimiza los instintos, pero nunca los elimina. El conocimiento adquirido a través de la educación (formal e informal, desde las entrañas de la madre hasta la muerte) es quien ordena y da sentido a todas las experiencias humanas, incluyendo las discrepantes y penosas.

Por último, esa pertenencia a una tribu, hace que defendamos nuestro aro contra el “acoso o ataque” de los otros, que pueden ser personas, otra especie (podemos incluir los virus) o fenómeno natural.

También quiero aclarar, que en este texto no intento analizar los fines, sino los disparadores conductuales.

Rechazo o aceptación.
Al inicio he expuesto que una afirmación puede tener diversos tipos de respuestas, esas conductas responden a lo instintivo o a la cultura de un nivel x de la tribu. Tomemos el caso de los que evitan leer la oración, ellos han bloqueado a su interlocutor, porque con anterioridad sus argumentos no son lo políticamente correcto para su verdad o hace tambalear sus dogmas y tabúes, como manera de conservación opta por evadir el contacto.

También está el que cree en lo allí anunciado, no confirma, no analiza, solamente acepta como cierta la afirmación, tiene fe en la fuente.

Estos son los fanáticos, los que pueden llegar a defender sin importar lo que defienden, es una reacción instintiva de tribu.

Analicemos un poco más esto. Comencemos por las características:

Un fanático se considera miembro de una tribu, aunque también la “tribu” tiene que aceptarlo como tal.

Él tiene un grado de identificación con los valores de dicho grupo, generalmente, extremadamente altos.

Disfruta de los logros del grupo y sufre en las derrotas, siente ambas situaciones como propias.

No importar su grado de instrucción, sector social al que pertenece o lugar donde viva.

Responde de manera instintiva ante los estímulos que envía el grupo, si es a marchar, se camina, si es a atacar, se agrede; si es a negar al otro, no se le escucha, lee o ve.

Respeta las jerarquías que se han conformado, aunque haya subgrupos en disputas por el poder y se alinee con alguno de los subconjuntos, siempre va a responder hacia los que lideran aunque sea tapándose la nariz.

Hay dogmas y ritos, los cuales se convierten en entes que son más que la suma de sus miembros.

Hay mucha confianza en la cultura del grupo y en especial en los líderes.

Quizás el rasgo de mayor valor es que para el fanático la verdad del grupo es inamovible, escrita en piedra, es un producto acabado y definitivo y definitorio. La visión que se ha construido dentro del grupo es la que única que puede explicar los fenómenos que acontecen fuera de si mismo. La información que se produce dentro, no es información es formación, es lo verdadero. Por ese motivo podemos apreciar como personas que tenían un tipo de comportamiento, al asumirse como parte de otra congregación devalúa, denigra o blasfema contra su pasado o los herejes que no participan de la nueva luz que guía sus pasos ahora.

Debo afirmar que, como se puede percibir, el fanatismo es una actitud que no distingue si se practica en lo laico o lo religioso, ambos responden a un mismo patrón.

 En pocas palabras se halla inmerso en una narrativa. Una narrativa donde hay victima(s) y victimario(s), y no puede faltar: el salvador.  Estos héroes no actúan solos, tienen apoyos, como también los victimarios.

Voy a terminar esta primera parte con una ilustración sobre este último tema, que además espero sirva para explicar el resto de lo señalado:

De un artículo anterior, titulado: Cuando el discurso es sólo palabras¹, voy a tomar una de las figuras allí resaltadas: los empresarios.

Para ciertos grupos, estas personas son tratadas como los enemigos, explotadores, que se roban la plusvalía, entre otros estigmas que se le han endilgado; es decir, son los victimarios o villanos. Estos villanos no actúan solos, tienen el apoyo del imperio y la oposición. Del otro lado, están las víctimas que hay que apoyar: los trabajadores, que a su vez cuentan con el respaldo, cuando el gobierno es revolucionario, del Estado. Nos falta una de los personajes en la narrativa: el salvador, el cual es el líder o cogollo que está en el poder.

Otro ejemplo nos los presentan las iglesias cristianas. Los practicantes entre si se llaman hermanos, donde no hay lazos sanguíneos o por alianzas nupciales; el líder es pastor o padre; es una forma de marcar que se está en una nueva familia unidos por la narrativa; el libro de cabecera es la biblia, la cual se lee y relee permanentemente, es una forma de refrendar la verdad del grupo, la lectura de puntos de vistas contrarios son anatema, el contacto con los otros (herejes) es básicamente para buscar su conversión o, en el peor de los casos, la agresión.

Como podemos apreciar, hay un discurso reductor, filtrado por la visión, en este caso revolucionaria. No nos menciona los salarios y beneficios que perciben los trabajadores en el área privada, pero esto lo señalaré, con mayor profundidad en la segunda parte.

Se pueden topar con datos que contradice esta narrativa, pero su respuesta es: negación, no cree nada de lo que ve, lee o escucha, se bloquea; si tiene alguna relación, responde con frases fáciles, prefabricadas o repite eslóganes que permanentemente fluyen en su grupo; algunos pocos intentan aprender, pero eso generalmente significa el abandono de ese castillo de naipes de la narrativa en la cual participa.

Por último, debo aclarar que el fanatismo tiene grados, tal como se puede apreciar en lo antes citado, el de mayor militancia bloquea; el de mediana creencia se da sus “visitas” al otro, pero generalmente va bloqueando, es un acercamiento más para conocer que para crecer; y el grupo light es el que menos arraigo tiene, en algunos momentos cierra filas con su feligresía y en otros solo mira los toros desde la barrera, como expuse, es el más propenso a abandonar, a saltar la talanquera.
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Notas: ¹ Cruz, Jorge (2020) Cuando el discurso es sólo palabras. En: http://jorgecruzo.blogspot.com/

Saturday, May 2, 2020

Cuando el discurso es sólo palabras


Jorge Cruz, Caracas, 2 de mayo de 2020

Si en algo fue eficiente Chávez fue en instigar a la confrontación, al odio, algo que estaba en el ambiente y él aprovechó.

Los tres temas fueron: antiempresarios, antigringo y antipolítica.

Los dos primeros son de larga data, el último era temporal, los ciudadanos nos hemos acostumbrado a una relación de amor-odio hacia las organizaciones políticas.

Los preceptos de eso que han dado en llamar izquierda, asumió lo que dijo uno de sus teóricos: Antonio Gramsci: penetrar desde la base, desde la cultura, crear acólitos que sin saberlos eran utilizados. Por ello, en casi todas las universidades públicas y algunas privadas, lo que dominaba era el marxismo, con lo cual encausaban desde esa  etapa de Rito de Pasaje, en la cual los jóvenes son irreverentes, en búsqueda de su ubicación social al estar prontos a ingresar al mercado de trabajo y su rebeldía; por ello, inculcaban o potenciaban un odio contra los diferentes, especialmente los adinerados, que fundamentalmente, en Venezuela se referían a los empresarios (en otras naciones pueden ser los oligarcas, ese sector que viene por tradición, incluso desde la nobleza, cercanos al poder, tanto político como económico). Se les tilda como burguesía y explotadores de la clase trabajadora. Son el objetivo a eliminar, por medio de la colectivización de las empresas al ser tomadas por los obreros.

El segundo término es relacionado con parte del anterior, hay un enemigo que siempre está afuera que es el que sabotea nuestra economía, ya sea robándose nuestros recursos naturales, vendiéndonos formas de vida (colonialismo cultural), convirtiéndonos en meros consumistas y gobernándonos, ya que ese ente foráneo es el titiritero. Le han llamado imperio.

El último es ese fantasma  que aparece y desaparece cada cierto tiempo. En esta república caribeña, en los 90 venían de capa caída por los problemas que aquejaba la nación y, que ahora está nuevamente flotando en el entorno, ya que por un lado, hay descontento con el chavismo, gracias al desacertado rumbo en el cual se haya el país y tampoco simpatizan con la oposición por no sacar al chavismo del poder.

Chávez y su sucesor han sacado provecho de esos estereotipos con los cuales se habían alimentado por años a la población venezolana, para simular un ataque a ellos, hay otros temas más pero no son de este artículo,.

Se cimentó en ese principio de Maquiavelo: "Divide y reinas", por ello atizó el odio o desprecio contra los empresarios, contra EE.UU. (permitiendo la injerencia de Brasil, Cuba, China…), los partidos políticos; puedo agregar entre chavismo y opositores, entre sectores sociales.

Su gran aliado han sido los medios de comunicación con sus interminables cadenas (obligación de todos los medios de comunicación en unirse a su transmisión), de horas despotricando contra todos esos OTROS, burlándose, minusvalorándolos, condenándolos, acusándolos de culpables de sus errores y desaciertos, de la destrucción que ha estado sufriendo la nación. Debo agregar, que bajo la premisa de que los medios privados solo trasmiten mentiras, se tiene buena parte de las televisoras y las radios, las que nos están directamente bajo su mando, están con una espada de Damocles, censura; los medios impresos casi totalmente desaparecidos, solo unos pocos afectos circulan. A las RRSS han intentado, hay un casi total monopolio de parte de la compañía del Estado (CANTV) que es la que distribuye internet, incluso a las privadas, hay bloqueos intermitentes o permanentes de acceso a páginas, hay leyes que penalizan con cárcel a quienes exponen textos que disgustan al establishment.

La realidad

El resultado real es que si bien atacó ciertos grupos, solamente era un “Quítate tú pa’ponerme yo”. Por ejemplo, se compró lealtad, en especial a los cuerpos castrenses; se atacó a Polar como capitalista y las empresas de ingeniería nacionales para dar contratos a transnacionales como Odebretch, entre otras; se gritaba a los cuatro vientos que se eran antimperialista, condenaba su maquinaria de guerra y acusaba de sus intereses injerencistas e invasionistas, pero nunca dejó de vender petróleo, ya que era la principal fuente de recursos (divisas) para el presupuesto nacional; por último, persiguió y vociferó hasta más no poder en contra de los partidos políticos (su intención real era la existencia de un solo partido, para garantizar su permanencia en las miles del poder), aunque hasta antes de su muerte pudo ver como crecían y sobrepasaban en elecciones al Polo Patriótico (PSUV, PCV y otros menores).

Resumiendo, el chavismo ha cumplido a cabalidad el decir popular: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”. Se aprovechó de un terreno que había sido abonado por años desde los centros educativos; por artistas o celebridades, en sus críticas a la situación del momento; del malestar general por la condiciones económicas; de los movimientos reivindicativos de diversas índoles como: indígenas, ambientalistas, vecinales, DD.HH., feministas, nueva Constitución, democracia participativa, las diferencias sociales..., todos ellos fueron promesas de campañas que poco a poco fueron dejados al abandono a la vera del camino. Se experimentó un gatopardismo impresionante, mucho de ello obnubilado por la bonanza petrolera más larga en la historia nacional y con la mayor cantidad de dinero.

Hubo una bacanal de discursos que al día siguiente es cuando se padece la resaca o hechos, la cual parece interminable, porque cada día es peor que el anterior.

PD: He estado analizando el discurso del chavismo, algunos me van a masacrar con epítetos tales como proempresario o pitiyanqui. 

Les advierto, si vamos a hablar de propietarios de empresas, tendré que señalar que hay de todo, sino deben preguntarse dos cosas: ¿Por qué son los trabajadores de Polar los que  principalmente se han opuesto a que el chavismo tome sus instalaciones? ¿Cuál es la empresa, tanto privada como pública, que tiene mejores beneficios para todos sus trabajadores y empleados?

Segundo, todos los gobiernos de todos los países defienden sus intereses (incluyo al llamado imperio), que ha existido una exacción de recursos, no es falso, pero también hay que reconocer que los tiempos cambian, así como ha existido el esclavismo (aún ahora está presente, pero no es el tema aquí), ahora hay otra manera de obtener ganancias, son las transnacionales las que se encargan de ello, muchas de ellas tienen buenos beneficios para sus trabajadores, otras explotan donde los gobiernos les dan facilidades. En fin, no se puede generalizar que todo es blanco y negro, porque hay muchos colores intermedios.

Friday, May 1, 2020

Confianza y expectativas, dueto económico


Jorge Cruz, Caracas, 30 de abril de 2020

En economía hay dos términos que son directamente proporcionales, es decir, si uno sube, el otro sube y lo contrario. Tales conceptos son: confianza y expectativas.

Cuando la confianza en una nación es alta las expectativas son también altas. Si yo soy un productor y tengo confianza en el gobierno de turno invierto porque mis expectativas son que se va a crecer sin molestias por parte de los que están en el poder.

Voy a poner otro ejemplo que ilustra claramente ello: Si tengo un trabajo, el cual veo que tengo posibilidades de permanecer por largo tiempo, que mis ingresos mejoraran con el tiempo por las posibilidades de ascenso (en pocas palabras, tengo alta confianza en el futuro en dicha empresa), mis expectativas son altas y, por ello, es probable que realice inversiones (compra) en vivienda, vehículo u otras artículos para garantizar una mejor calidad de vida. Lo contrario es estar en un lugar que no te la llevas bien con el jefe, que tu ambiente de trabajo no es el preferido; como resultado, puede que, busques trabajo; si puedes ahorras para evitar una sorpresa de desempleo… Tu confianza y expectativas son bajas.

La confianza es bivalente, es decir, se tiene o no confianza, no hay confianza a medias. Yo creo que eres un hombre de palabra o no.

Las expectativas, en cambio, si tienen una gradación, puedo tener altas, bajas, medias, de corto plazo, de largo o mediano aliento…

Qué sucede cuando un gobierno permite invasiones a propiedades y robos o empresas; realiza expropiaciones; tiene una legislación que limita el actuar, como por ejemplo despedir a personal no productivo; la justicia es discrecional… pues, nadie confía en ese régimen, por ello, los empresarios no invierten, si lo hacen es con el mínimo para no arriesgar mucho, y la población en general, cada cierto tiempo aparecen ajusticiamientos, la toma de la ley por sus manos, Fuenteovejuna en acción o protestas con alta frecuencia, entre otras conductas.

Como he dicho esto algo común en nuestra vida y de ello van a depender decisiones, que no son exclusivamente económicas. En pocas palabras, determinan nuestra conducta de vida a seguir.


Un país, una desesperanza

Vamos ahora a un caso concreto, un país: Venezuela. Desde hace más de 20 años un “nuevo”  gobierno asumió el poder.

Empezó con cierta confianza y expectativas, con el tiempo se fue incrementado, hasta las elecciones del 2006, desde allí comienza un vaivén, sube y baja, hasta las presidenciales del 2012, último triunfo de Chávez. Debemos recordar que en el 2007 pierde el referéndum y en el 2010 pierde ante la oposición, en términos de votos, en las elecciones parlamentarias, aunque por un reciente cambio en el reglamento interno se queda con la mayoría de la AN.

Al perecer el comandante y aparecer su escogido en escena, los números siguen bajando, su victoria en el 2013 estuvo en entredicho, no se quiso realizar una auditoría profunda de los votos, en la última confrontación, donde participó abiertamente la oposición, se dio una derrota aplastante al escoger diputados (2015).

Esto es en términos políticos, en lo económico, se puede decir que las dos palabras han contado con poca suerte.

Ya por el año 2001 se inician los conflictos con el sector empresarial. Desde esos años no ha parado en acosar a los propietarios de compañías y haciendas, muchas de ellas han sido expropiadas, se dice que solamente Chávez lo hizo en más de 1600, se suma a ello invasiones, incluso a propiedades del Estado como tierras que eran zonas experimentales para instituciones tanto académicas como entes dedicados a la investigación agrícola. Todo este clima hizo que la confianza en producir se fuera a pique; que empresas productivas, manejadas por el Estado, terminaran siendo una carga, ya que su producción no era suficiente o nula; que haciendas con cultivos o ganaderas bajaran sus cosechas a números íngrimos o que buena parte su ganado desaparecieran por los robos o sacrificios para comer de sus invasores.

Para mostrar cuan profunda es la desconfianza, una investigación realizada en el año 2018 dio como resultado que de 526 empresas de propiedad del Estado, 467 estaban acusadas por corrupción, malos manejos, permanentes conflictos laborales… Es decir, casi un 90% de las empresas en manos públicas estaban reprobadas.

En pocas palabras, la economía es un fantasma que divaga sin rumbo conocido, se habla que el Producto Interno Bruto, más conocido como PIB, esté a niveles parecidos a los de los años 40 del siglo pasado. Nadie quiere invertir, nadie confía en la moneda nacional y apela a otras más duras como dólar, Euros o, incluso, pesos colombianos. Nadie o muy pocos ven con buenos ojos el futuro, por lo cual más de 5 millones han emigrado.

Lo más terrible de la historia es que por más que intente comprar conciencias, que soborne con comida (bolsas clap) hacia los sectores de menores recursos (que ahora es una gran mayoría según se puede percibir por el sueldo, el último incremento del salario mínimo integral equivale a cerca de $6, un ingreso que es considerado como de los más pobres en el mundo). Pero, entre los dueños de compañías el recelo es aún mayor, lo cual augura que el futuro, mientras los mismos sigan en el poder, no va a cambiar el panorama.

Ha sido un barbarazo que ha dejado solo tierra yerma y continuará hasta tanto no abandonen.

Donde no hay confianza, no hay expectativas y donde la ausencia de ambos existe, solo hay desesperanza. No se puede negar que la realidad pide un cambio a gritos.