Jorge Cruz, Caracas 20 de noviembre de 2011
Ha habido una campaña publicitaria por parte del gobierno
que me ha causado gracia por su letra pequeña.
El gobierno se ha caracterizado por ser autosuficiente
(llegó incluso a decretar que no necesitaba otro partidos políticos aparte del
PSUV, al cual debían todos replegarse), prepotente (solo el modelo socialista,
que ya ni se menciona si es del siglo XXI o XVI, puede: construir viviendas,
acabar la pobreza, obras de infraestructura,…), excluyente (ellos son los que
se pueden calificar de revolucionarios, el resto son imperialista, pitiyanquis,
oligarcas, burgueses, sin importar su propuesta), burlón (calificativo como
escuálidos, majunches, entre otros a sus “enemigos”), guerrerista (hay que
celebrar el golpe de Estado no exitoso liderado por el actual presidente, que
cada cierto tiempo escuchemos campañas con nombre de batallas o que se enfrente
al imperialismo en encuentros internacionales, pero a las horas de las
chiquitas le sigue vendiendo petróleo al mesmo porque necesita de ese efectivo
para continuar con su verborrea), supermacho (llama Mr. Danger al presidente
del imperio, traslada batallones a la frontera para iniciar una guerra con
Colombia, que por cierto se tuvo la suerte de no quedar en ridículo por
intentar enfrentar un ejército que no ha podido siquiera dar un golpe de
Estado, contra otro que le ha estado dando golpes fuertes a grupos en armas
dentro de su territorio, además de contar con mayor número de fuerzas, equipamiento
y tecnología a su favor), intolerantes (una mal recordada Lista de Tascón que aún funciona para solicitar puestos en entes del gobierno o la peor violación de derechos a los empleados petroleros botados, vamos a aceptar con pinzas que se debió botarlos por su huelga, aunque la Constitución dice que es un dercho, pero robarles las prestaciones y beneficos acumulados por muchos años de servicios es el colmo) y arrogantes (ellos son los únicos que poseen la
verdad y nunca se equivocan, el caso más significativo fue de un funcionario en
una transmisión en vivo en un canal de noticias internacional riéndose
sardónicamente de otros participantes sobre datos de la inseguridad).
Sin embargo, desde hace unos meses nos ha bombardeado con
diversos spot publicitarios en el cual pide cacao.
Quiero aclarar que soy MILITANTE de las causas
ambientalistas, así como lo escribí en mayúscula, algo que pueden aseverar mis
amigos, conocidos o anónimos lectores, que seguían mis escritos en el espacio
Ecolo-Guía, allá por los 90s; que lo que estos cortos intentan promocionar yo
lo práctico desde hace años.
Me imagino que muchos ya tienen pistas de cual campaña me
refiero: la patética que nos llama al ahorro energético, utilizando figuras
nacionales, con mayor o menor reconocimiento.
He llamado patética porque como dije al principio un
gobierno que ha descalificado a todo aquel que no se viste de rojo o grita unas
cuantas consignas, que los declara como antivenezolano o antipatriótico este
ahora promocionando el ahorro con la frase “¡De pana!”; la cual esconde su
incapacidad para solucionar el problema eléctrico que en algún momento achacó a
fenómenos como el Niño y la sequía en el territorio nacional, luego culpó el excesivo
consumo (hay algo de cierto en ello) por ello multó o puso al escarnio público con calcomanías en
sus ventanas a cantidades de usuarios, individuos o empresas, a iguanas o
incendios naturales que causaron cortos circuitos en centrales eléctricas, y
que por último, casi reconoció como fallas por parte de terribles políticas
públicas, todo ello mencionado dentro de un largo discurso que lo hizo pasar
desapercibido o minimizado.
Los apagones no se han solucionado a pesar de que está
crisis lleva más de dos años y estar todo el sistema eléctrico en manos del
gobierno por decisión unos pocos años antes, donde ha reinado la improvisación como
es normal de quien actúa reactivamente: compra de diversas plantas termoeléctricas
con diferentes tecnologías en infinidad de países y lo que es peor, viejas con
uso de energía contaminante como el gasoil e ineficiente en el consumo;
reciclaje de plantas cubanas, que por algo vienen a nuestros lares, mientras
ellos tienen renovadas las suyas; nuevos desembolsos para hidroeléctricas que
se consumieron los presupuestos anteriores con metas escasamente cumplidas y
sin culpables, apelar a la solución individual como aupar a los antipatrióticos
empresarios a la compra de plantas. Pero en resumen, ellos nunca meten la pata,
los culpables somos los otros.
Esta ha sido lo normal durante el gobierno, su incapacidad,
su mala gerencia, es imputada a otros, a pesar de mencionar las tres R: Revisión,
Rectificación y Reimpulso, o que practica la autocrítica.
Si ahora nos llama a un consumo energético racional, muy
loable por cierto, no dudaría que dentro de poco nos dirá: ante sus fallidas
políticas con la vivienda: puedes vivir bajo un puente, ¡de pana!; ante el
deterioro de muchas obras de infraestructura como puente o carreteras: no te
movilices, ¡de pana!; ante la incontrolable inseguridad: no te quejes y deja que
te maten, ¡de pana!
Señores del gobierno que pidan cacao, que escondan su mala
gestión con un llamado a nuestra participación, donde nos han apartado o
descalificados me causa una sonrisa irónica. Dolorosa porque es el país quien
está sufriendo su pésima concepción de cómo se debe dirigir una nación, pero
satisfactoria porque les y nos demuestra que no deben está donde están ¡de
pana!