Jorge Cruz, Caracas 7 de noviembre de 2014
Gracias a mi querido amigo y colega Manuel Lizarralde me he topado con
un libro escrito con algo de humor, pero muy interesante: El hombre del
impacto cero, Las aventuras de una persona culpable que trata de salvar
el planeta y el descubrimiento que él hace acerca de si mismo y nuestra
forma de vida, durante el proceso, por Colin Beavan, (Picador,2009).
En él describe muchas preguntas que quienes hemos estado inmerso en eso
del ambientalismo nos hemos hecho en múltiple ocasiones, desde ¿qué puedo
hacer para “salvar” al planeta (yo diría más bien salvarnos nosotros
como especie, porque el planeta puede seguir con o sin nosotros)? Hasta
¿lo estoy haciendo bien? ¿He hecho lo más posible que pueda hacer?
Pero lo más interesante es como llegar a ser una persona que produzca
cero impacto en el ambiente, proeza o epopeya imposible, aunque loable,
especialmente por su cultura citadina, tal como podemos ver en los
siguientes párrafos:
“Por el contrario Michelle y yo apelamos por los números de Big
Enchiladas y pedimos un arroz con caraotas, Japonica por suchi, Bagel
Bob’s para el desayuno (cuando queremos cambiar de The Adore) Soue
Macrobiotic si nos sentimos culpable por toda la basura que comemos o Two
Boots Pizza cuando somos realistas y nos preguntamos a quién engañamos
con eso de comer sano. No me quejo de ello, porque salirte de ese círculo
vicioso, los elementos que estoy describiendo son de una vida bella, con
“alto estándar de vida”. La pregunta es si el círculo vicioso se detiene
¿Los “altos estándares de vida” son igual a una buena calidad de vida?
Pero ¿quién hace preguntas por los estándares de unos padres nuyorkinos?
nuestro ajetreado típico día parece normal. Podríamos pararnos en el
parque de Washington Square Park y preguntar a nuestros amigos cuándo fue
la última vez que cocinaron para los hijos y una sonrisa irónica será la
respuesta; si, la broma pudiera seguir así: una vez que tu hijo de dos
años ha aprendido a pedir calamares o ensalada de mango ya pasaste el
punto de no regreso.
Realmente la rutina de la bolsa plástica para llevar comida en mi
familia es parte de la gran cubierta de salsa de ajo que cubre la masa
de carbohidratos y otros petroquímicos que, después de veinte minutos de
uso, terminará en el basurero o incineradores, para botar químicos en el
agua que bebemos o se evapora en el aire que respiramos.
Sin embargo, mucho de los fantasmas de mis abuelos se sorprenderán de mi
forma de vida, no es que mi familia sea la única que se ha convertido en
una monstruosa máquina de hacer basura, no es que sea un pobre diablo
que tomó la senda equivocada o que me he transfigurado después de 25 años
desde que mis abuelos me influenciaron. No es que sea un ingrato
perezoso, que pensé que era, pero pudiera ser que como miembro del grupo
de este gran barco que es nuestra cultura, yo he asumido algunas decisiones
que causa que el barco completo tome una vía equivocada y posiblemente se
hunda.”
Sus reflexiones van más allá, que más de uno nos la habremos hecho: esa serpiente que se muerde la cola:
“Continuando, toda esta comida empacada ayuda a recortar el tiempo que
tengo que utilizar para mantener a mi familia y lo que me permite tener más
tiempo de ocio, pero no es lo que realmente sucede, en mi familia ese
recorte no significa más tiempo para compartir, sólo significa
más trabajo. Realmente muchos gastamos cantidad de horas de transporte
entre dos trabajos y rompernos las espaldas por 12 horas al día para
tener más tiempo de “ocio”.
Por ejemplo mi esposa Michelle, ella en su trabajo en el centro, en cada
hora de almuerzo se une a cientos de miles de personas que, como
hormigas de un hormiguero, bajan de sus rascacielos para comprar sus
comidas para llevar de 15 dólares.
Michelle, como muchosotros empleados, regresan en sus ascensores a sus
puestos de trabajo a comer porque no se puede perder el tiempo. Ella
necesita seguir trabajando para poder logar un mayor ingreso, ella
necesita un mayor ingreso para poder invertir 5000 dólares en
almuerzos que tiene que comprar para poder regresar a su escritorio que
le permite obtener un incremento que le permita comprar sus almuerzos que
le permitan regresar a su escritorio…”
Es una forma de hacer la vida, de ver el mundo (o no verlo) que nos ha
sometido a un ritmo de consumo, usa una vez y bota de una vez; generando
con ello alta contaminación en todo el proceso de un producto o ciclo de
vida: impacto de donde viene, en su procesamiento y cuando nos
deshacemos de los mismos. Su fase final, botar, son inmensas cantidades
de empaques de los cuales no deshacemos en un dos por tres, pero que suman y
suman en nuestra bolsa de basura.
Quizás nos suene pesimista, no es para menos, aunque también hay
alternativas, muchas de ellas adelantadas en la cuna del consumo
desmedido, los EE.UU.; las cuales van desde el autor del libro a otros
libros en su página web: http://colinbeavan.com/ , a otros autores más
recientes como: Amy Korst y su texto: The Zero-Waste Lifestyle; el cual
intenta guiarnos por diversas experiencias, algunas de ellas señaladas
seguidamente: http://zerogarbagechallenge.info/alternatives,
http://www.motherearthliving.com/healthy-home/green-living/zero-waste-lifestyle-ze0z1305zpit.aspx,http://www.motherearthliving.com/healthy-home/green-living/zero-waste-lifestyle-e0z1305zpit.aspx#axzz3GiYATGupy
http://trashfreeliving.com/
Todas ellas han intentado reducir el impacto que producimos diariamente,
cada uno lo hace a su manera, a su forma de ser. Lo interesante es que
hay experiencias de parejas solas, con hijos, con mascotas y sin hijos,
con ambos, entre otros. Lo importante de estas prácticas es que
han reducido considerablemente la cantidad de desechos, que generalmente
producen sus propios alimentos o tratan de abastecerse de los mismos de
productores cercanos (para reducir los kilometrajes que recorren nuestros
productos en el traslado), de reusar los envases en los cuales compran y
almacenas sus consumos.
El impacto cero no es posible, nos lo cuentan los experimentos
mencionados, pero si lograr que podamos reducir a cantidades mínimas,
algunos mencionan hasta generar solamente un kilo al año.
Debemos imitar esas iniciativas, son provechosas para nosotros y nuestros hijos
Saturday, November 8, 2014
Thursday, October 23, 2014
Sin plan no hay pan
Jorge Cruz, Caracas 23 de Octubre de 2014
“Si no sabemos para donde vamos cualquier camino nos lleva
allá”, esta frase dicha por el conejo a Alicia, el libro Alicia en el País de
la Maravilla, algo que en términos venezolanos traduciríamos, también en boca
del personaje Eudomar Santos en la telenovela Por estas Calles: “Como vaya viniendo
vamos viendo”.
Esta es quizás una de las facetas que identifica al
venezolano mal acostumbrado por el petróleo, podemos darnos el lujo de estar
experimentando porque el chorro de dólares que el oro negro surte al país
pareciera que nunca se va a acabar.
Por ello no hay generalmente planificación de largo aliento,
nos llenamos de actividades, de acciones, que solucionan el ahora pero no para
crecer como nación.
Recientemente participé en una reunión en la cual se planificaba
realizar unos talleres, allí realice unas preguntas que fueron contestada de la
forma como se mencionaba arriba. La misma era la siguiente: se van a realizar
talleres por diversos puntos del país, en los cuales se dará entrenamiento a un
grupo de personas para realizar un función puntual que pudiera ser completada
en un lapso de unos dos o tres meses ¿y luego qué? ¿Qué otras ocupaciones
podrán tener estas personas con sus nuevas habilidades? La respuesta fue algo
como posiblemente puedan ser necesitadas en otras actividades.
Esto nos muestra lo que ha sido la norma en el país, se
crean cursos, pero en muchos casos no se tiene pensado en el futuro, sino en
resolver algo inmediato, un cómo vaya viendo vamos viendo.
Esto, no es nuevo, ya lo afirmé, pero los años de bonanza
han más que agrandado ello; es parte de la venezolanidad, ese no administrar lo
de hoy porque mañana nunca vendrán las vacas flacas; ese realizar actividades, que llenan los
informes de productos o metas, pero de corta vida; un experimentar para ver que
sale.
Por eso hemos tenido en estos últimos tres lustros cientos
de proyectos y programas, miles de talleres de formación, múltiples organismos
(ministerios, viceministros, institutos, comisiones, misiones, entre otros),
todos ellos han significado grandes sumas; muchos con resultados que dejan que
desear.
Todos ellos no han sido más que búsquedas sin saber para
donde ir, si lo pone en duda, nos tendríamos primero que preguntar hacia donde
ha querido o ha dicho que va el gobierno: el socialismo, es algo
vago; si preguntamos qué socialismo, quien mejor lo ha descrito fue Carlos
Monedero: “No sabemos cuál, pero si sabemos que no queremos”; se imaginan lo
que puede haber en eso de “no queremos”, ¡cuántas posibilidades hay!
Seguimos inventando nuevos cursos, proyectos, estructuras, en
supuestamente invertir en lo social, en un aparente darle poder al pueblo, en
una ilusión de construcción de país; a pesar que la realidad nos ha golpeado,
mostrando que sólo tenemos un grupo de individuos que se han formado para pasar
a ser con el tiempo en analfabetas funcionales, en mendigos por las migajas que
baja el Estado, en un caos donde sólo impera la ley del más vivo, en más
burocracia que pasa su tiempo pintándose las uñas, …
En ello hemos embarcado al país en un proyecto que no se
sabe qué, donde se piensa que con buena voluntad se pueden lograr buenos
resultados o un mejor futuro. Nos hemos caracterizado por ese voluntarismo a
flor de piel, por un como vaya viniendo vamos viendo.
Saturday, September 27, 2014
La ilusión de soluciones
Jorge Cruz, Caracas 25-09-2014
No puedo negar que yo disfruto enormemente de los actos de
los magos. Puedo permanecer por horas viendo como descubren la carta que
pensantes, aparecen animales de la nada, cambian de ropa en solo un tris,
cortan a personas en partes que se mueven independientemente, y así por el
estilo. Son posiblemente una de mis mayores debilidades. ¡Nunca termino de
asombrarme!
Claro está, yo sé que
estoy viendo un show, algo que no afecta mi devenir, al terminar la función,
todo regresa a su normal ajetreo. No hay secuelas, su presentación solo me deja
sonrisas y recuerdo gratos de sus artilugios.
Caso contrario cuando mi vida, mi realidad se quiere manejar
con actos de ilusionistas. Esos si generan problemas, peor aún si son para buscar
soluciones, que al final solo potencias los anteriores, son, el decir popular:
“Pan para hoy, hambre para mañana” o “Pan y circo”.
He iniciado estas letras con lo anterior, porque es lo que
me trae a la memoria un titular del periódico; Ciudad Caracas en el día 25 de
septiembre de 2014 en su página 6: “Optimizan abastecimiento de agua en Ciudad
Caribia”.
Recuerdo que en una reunión previa a su fundación, cuando se
estaba discutiendo su viabilidad, un experto en el tema del agua preguntó:
“¿Con qué agua se va a abastecer ese proyecto habitacional?”, afirmando luego
que, solo había disponible unos miles de litros de dos manantiales que no iban
a ser suficiente para tantas personas. Tras esos argumentos se planteó como una
alternativa traer una abducción desde la represa de Petaquire, que en principio
se pensó pero casi descartó porque era costosa y significaba quitar agua
destinada para la agricultura. La conclusión fue que ese proyecto era ya
definitivo, que no se debía discutir sobre su viabilidad, era necesario
construir en un área de la Zona Protectora de Caracas, cerca del Parque
Nacional Ávila (ahora Wairara Repanao).
Es decir, no se tomaron en cuenta los argumentos técnicos,
solo la voluntad política (debería afirmar: politiquería) de vender una ilusión
de solución para un grupo de incautos, que como a Caballo regalado no se le
mira el colmillo. Las penurias vienen después.
De eso se ha tratado el gobierno, vender propaganda sobre
soluciones que no solventan nada, solo son medidas de corto plazo, de mucha
improvisación, de no respetar los conocimientos o sugerencias técnicas, de
perseguir o estigmatizar a todo aquel que levante la voz como pitiyanqui,
antipatriota.
Como ahora el hombre-imagen no es tan fuerte como el
anterior, la ilusión (y el pase de factura de una terrible gestión) han hecho
que se tenga que utilizar otros medios: se convierte en un acto de terrorismo
las protestas, se censura a quienes están presente en los medios de
comunicación y se ridiculiza y persigue a cualquier persona que exprese medidas
a tomar: por ejemplo, la emergencia sanitaria, se ha hostigado al presidente
del Colegio Médico de Aragua, se anuncia que era un plan biológico, pero se
hace fumigación a última hora en los colegios, se inicia una campaña para prevención,
entre otras medidas ,que no dice que sí hay un problema grave de salud.
Han sido tantos los proyectos o ideas manifestadas no
concretadas o concluidas. Hace un tiempo atrás dos periódicos se hicieron eco
de ello: Las Verdades de Miguel a mediados de octubre de 2010, señaló:
“NÚMEROS. La década perdida. A Chávez le dijeron que en el
área de Fuerte Tiuna se pueden construir 50 mil viviendas. Pues bien, que se
sepa, las tres etapas de la urbanización 2 de Diciembre (rebautizada 23 de
Enero) se construyeron en apenas 3 años y en una superficie mayor a la de
Fuerte Tiuna. En el complejo se levantaron 56 superbloques de 15 pisos, unos
con 150 y otros con 300 y 400 apartamentos para un total de 9.176; además de 42
bloques pequeños, así como también 17 preescolares, 8 guarderías, 25 centros
comerciales, 5 escuelas primarias, 2 mercados, 2 centros culturales,
estacionamientos, áreas verdes y de recreación para una población aproximada de
60 mil habitantes. Se trata del más grande de 10 complejos habitacionales (los
otros son Urdaneta, Pro Patria, Cútira, Diego de Losada, Cotiza, Atlántico
Norte, Simón Rodríguez y las unidades residenciales La Vega, Paraíso y
Artigas). Todos construidos en 3 años. La pregunta: ¿adónde piensa el Gobierno
meter 50 mil viviendas en Fuerte Tiuna? Vale recordar que obras como la Ciudad
Socialista de Santa Rosa (avenida Libertador) y muchas otras se encuentran
paralizadas.
EFICACIA. Domingo Alberto Rangel llegó a decirme que Pérez
Jiménez fue el mejor ingeniero de nuestra historia. Para muestra un botón:
algunas de las obras concluidas durante el trienio 1954-1957: Asistenciales: la
Maternidad Concepción Palacios, la Clínica Santa Ana, Casa de Observación de
Menores Retén de prematuros, la Emergencia de Salas; los Centros Pediátricos de
El Valle y Salas; los hospitales Vargas (ampliación a 600 camas), J.M. de los
Ríos, Rísquez, El Valle, Catia, Maiquetía, J. M. España, Eudoro González,
Pediátrico de Catia, Vargas de la Guaira (con servicio pediátrico y de
adultos), Universitario de Caracas y el Banco de Sangre. Avenidas: Andrés
Bello, El Cementerio, Nueva Granada, Sucre, Victoria, Bolívar, Urdaneta, Este
Oeste 6 y Oeste 8, Cota 905, Morán, San Martín, Cota Mil (primera etapa), Páez,
Fuerzas Armadas, Libertador (primera etapa), Maripérez, Francisco de Miranda,
España, México, Los Próceres, Los Ilustres y Paseo La Nacionalidad; la Ciudad
Universitaria, el Centro Simón Bolívar; los teleféricos Maripérez/El
Ávila/Macuto y Mérida; el Hipódromo de La Rinconada; los distribuidores El
Pulpo y todos los de la autopista del Este. La avenida Soublette, en Vargas;
las autopistas Caracas-La Guaira y la Regional del Centro (primera etapa); las
carreteras Panamericana, El Junquito-Colonia Tovar-Carayaca. Los balnearios:
Los Caracas, Playa Lido y el Club Puerto Azul. Los mercados populares: Quinta
Crespo, La Pastora, Guaicaipuro, Prado de María, el Almacén Central de Coche,
Punta de Mulatos y Maiquetía. Parques y plazas: Parque del Este, El Pinar;
Plaza Venezuela y Los Símbolos. Hoteles: Maracay, Tamá, Llano, Alta Vista,
Prado Río, El Moruco, Cumanagoto, Humboldt y Tamanaco; y muchas otras obras de
interés nacional. Hubo unas que no pudieron ser inauguradas por el
derrocamiento de MPJ, pero sí proyectadas e iniciadas durante su gestión: la
Siderúrgica del Orinoco, el Puente sobre el Lago de Maracaibo Rafael Urdaneta,
la Represa del Guri, los planos trazados para el Metro de Caracas, el cual
estaba proyectado para construirse durante el periodo 1957-1962. ¿Qué ha pasado
con la revolución cuyas obras públicas, en el mejor de los casos andan a paso
de morrocoy, mientras que buena parte de ellas permanece inconclusa y
abandonada? ¿La década pérdida? “
Posteriormente en el mes de abril publicó 61misterios, es
decir, obras inconclusas de este gobierno, promesas no cumplidas (si desea
saber más sobre esto puede revisar en: http://yavenezuela.com/miguel-salazar-61-misterios-por-resolver-en-el-gobierno-chavista/)
.
En el Bloomberg News del 28 de abril de 2014 se hace un
listado de 4.381 proyectos, de diversa índole, que no se ha concluido, sin
mencionar los que nunca pasaron de ser ideas (si desea saber más sobre esto
puede revisar en: http://www.finanzasdigital.com/2014/04/bloomberg-utopia-agricola-de-chavez-se-marchita-como-un-proyecto-abandonado/
) .
Como podemos ver ha sido un gobierno que en más de década y
media ha hecho menos que Pérez Jiménez en un poco más de 6 años, tal como se
puede notar en la primera reseña del semanario Las Verdades de Miguel y con
menos recursos por el petróleo.
Cuando los vendedores de ilusiones asumen el poder, luego no
lo quieren soltar; tener a millones de seguidores, reales o no, es el mejor
público, aunque la realidad golpee a ambos.
Yo deseo que los prestidigitadores se queden en los
espectáculos, no que gobiernen un país, porque como el humo, luego queda todo
como antes o peor, porque han pasado unos años; más rudo aún si la línea es
destruir para supuestamente construir. Es preferible ¡qué se vayan con su circo
para otra parte!
Por ello cada vez que se encadenan solo suena en mi esa
canción cantada por Héctor Lavoe: ¡Mentiras! Tararatara..
Monday, September 8, 2014
¡¡Es el líder, es el liderazgo!! ¡¡Estúpido!!
Jorge Cruz, Caracas,
3 de septiembre de 2014
Algunas veces nos
ponemos tan creativos que intentamos preparar una tortilla sin
huevos, para después justificarnos buscando culpables porque no es
una. La política y los políticos en Venezuela son una gran muestra
de ello.
Nuestra oposición
se ha caracterizado por criticar, muchas veces con razón, pero en un
alto porcentaje sin argumentos reales. El oficialismo, por su lado,
no se queda atrás en esta competencia al más inepto: siempre tiene
a mano un chivo expiatorio, el o los culpables de sus desaciertos.
Últimamente se
escucha con bastante insistencia que la culpa es porque no se ha
seguido el dogma marxista de la necesidad de acabar con el Estado
(burgués) y darle el poder al pueblo.
Para mi esta es una
tesis errada de principio a fin.
El instinto manda
Voy a empezar
aclarando que nos olvidamos de un principio fundamental: somos
animales sociales y que tenemos comportamientos que se repiten en
todas esas especies (insectos como abejas, hormigas…; mamíferos
como primates, felinos, etc.), reseño dos de importancia para este
tema: tendemos a construir estructuras de poder, las hormigas tienen
reina, obreras, soldados, entre otras y, segundo, un líder que
comanda el equipo (macho alfa).
Otro dato
importante, hay líderes diversos y no todos son aptos en todos los
ámbitos. Traigo un ejemplo para ilustrar. Creo que muchos recordarán
el caso de los sobrevivientes de los Andes, del equipo de rugby
uruguayo que tuvo un accidente aéreo en unos picos de los Andes.
Ellos comentan que a pesar de que uno de los que quedó con vida fue
el capitán del equipo, para esta nueva situación no dio la talla,
como necesitamos de líderes, otro de los integrantes del equipo tomó
las riendas y fue él quien armó la estrategia que los pudo sacar
del entuerto.
Otra premisa a
resaltar es la que he titulado economía energética; la cual
consiste en lo siguiente: todos los animales se movilizan o hacen un
desgaste de energía con tal de obtener a cambio una cantidad similar o mayor a la invertida en dicha acción. Si algún animal actúa en
contra de ello, por largo tiempo, sólo garantiza su muerte por
desnutrición.
Coprotagonistas
que no participan
Para entrar en
materia voy ahora a tocar la participación. La participación
coprotagónica se ha convertido en un eslogan que vende mucho, pero
que funciona poco; da caché político, pero los hechos son renuentes
a demostrar tal dogma, que solo llega a ser un lema más.
Para analizar
debemos observar a los Consejos Comunales, uno de los puntales de la
revolución socialista que se ha intentado presentar como meta
fundamental y base de la nueva Venezuela en construcción: hacia el
Estado comunal.
Voy a aclarar que no
voy a atacar todos los aspectos sobre este tema, solo algunos que son
indispensables para mi planteamiento aquí.
El primer problema
que encontramos, su estructura es horizontal, por lo arriba señalado,
que nos demuestra la realidad de ellos, debe haber un liderazgo; más
sincero sería tener una tendencia hacia lo horizontal, pero la ley
es clara al respecto. Los CC que han funcionado o siguen
funcionando es gracias a un líder fuerte y consecuente, las vocería
cumplen más un papel legal que real, el líder necesita de algunos
ayudantes que son su apoyo para llevar adelante los proyectos, aunque
se debe señalar que siempre son pocas las manos amigas y
voluntarias. En pocas palabras, los CC que han funcionado lo han
hecho en contra de la ley, con una estructura ligeramente o altamente
vertical.
El segundo punto es
que los CC son electos por asambleas, como una forma de combatir el
esquema de la representatividad, pero las vocerías también son
formas de delegar, es decir, representatividad. Se puede esgrimir que
son electos para ser vocero, pero quien, legalmente, dirige es la
asamblea; caemos en otro punto, el asambleísmo. Quienes hemos estado
inmersos en organizaciones de diversos tipo sabemos que las asambleas
son numerosas en un principio y decrece la asistencia con el tiempo,
aquí comienza a influir la economía energética, al inicio se
tienen altas expectativas, si los logros no son inmediatos decrece la
motivación y con ello la inversión energética, al final quedan
unos pocos voceros presentes y con deseos de seguir trabajando, hasta
notar que si no se logra nada reina la apatía incluso para los más
proactivos. El asambleísmo desgasta, haciendo que cada vez se
concentre más la toma de decisiones en los voceros (reales líderes),
que también son contados. Esto sucede de manera instintiva, no es
que los participantes van o sacan sus calculadoras para medir la
cantidad de energía invertida menos la obtenida. Para algunos sus
mediciones son de mayor alcance o lapsos de tiempo, eso son
generalmente los líderes, el resto “realiza” mediciones de
mediano y corto plazo, de ello depende su presencia. La gran mayoría
de la población vive el día a día y no hacen planes tan largo en
el tiempo.
Otra limitante que
tiene la ley, que nos muestra el idealismo en ella presente, que es
parte del punto anterior: las vocerías son voluntarias, tenemos dos
condicionantes: si es voluntario, lo realizo en mi tiempo libre,
primero está lo que implica mis ingresos, mi manutención y de mi
familia y, luego, lo voluntario; el segundo, nuevamente aparece la
economía energética. La realidad es, conozco de diversos casos en
los cuales se viola la ley, los líderes, para poder garantizar una
dedicación mayor a “mi tiempo libre”, son contratados por entes
del Estado, especialmente Fundacomunal.
Tenemos otra
variante de ese mismo fenómeno, lo voy a ilustrar con un ejemplo que
conozco. En el lugar donde trabajo se han dado al menos 6 iniciativas
organizativas desde abajo, promovida por los trabajadores, en lucha
por sus derechos: laborales, seguridad industrial, ocio, entre otras,
en todas ellas se encuentran cerca de 15 personas que han estado en
su promoción y son participantes activos, algunos de ellos están en
hasta cinco de ellas; el resto de personas, casi 400, hace
apariciones puntuales, son apenas un 10% de todo el personal activo
el que realmente se involucra en estas actividades que son para el
beneficio de todos. Es decir, son pocos, que se repiten en las
actividades. Yo propongo que se revise a los miembros de los CC y
veremos que muchos de ellos eran desde tiempos de la IV participantes
activos, con nuevas incorporaciones, pero muchos de ellos han sido
luchadores y líderes por largo rato.
Un líder o los líderes de las comunidades son el motor de ellas, pero el liderazgo tiene límites, señalo uno, está
demostrado que un líder que puede ser bueno para promover luchas
reivindicativas, por un servicio, no necesariamente es bueno para
administrar proyectos u otro tipo de labores comunitarias, son
contados los casos en los cuales, por ejemplo, se puede encontrar un
líder que es bueno como gerente o administrador y tenga un excelente
conocimiento técnico sobre el área en la cual se desempeña; ellos
son la excepción no la regla.
En pocas palabras,
la participación o esa nueva estructura de gobierno donde es el
pueblo el que manda, es un sofisma; lo real es que ella va a estar
mediatizada por los logros, por las metas que se van alcanzando en el
corto plazo para la gran mayoría, ha sido la historia de todos los
movimientos sociales y seguirá siendo.
Estos problemas se
magnifican con la propuesta del Estado Comunal, tal como lo señala
María del Pilar García en su artículo El
Estado Comunal y las divergencias alrededor del legado del Presidente
Chávez (en:
http://www.aporrea.org/ideologia/a194418.html). No es entonces el Estado Comunal o el poder popular los que deben asumir el poder para solucionar los problemas en Venezuela.
Realidad
caprichosa
Me pregunto si
alguien, de los proponente de estas iniciativas, ha revisado porqué
se cayó la USRR, porque los chino o vietnamitas, entre otros, han
cambiado sus estrategias de desarrollo; incluso los cubanos, se ha
dado una apertura que está atrayendo a cubanos-estadounidenses para
realizar negocios. Se tiene que revisar que factores internos
hicieron que los movimientos de participación entraran en picada. Se
necesita de un análisis serio sobre las causas de esa merma en la
participación, posiblemente terminarán (yo tampoco lo he estudiado,
por ello no puedo afirmar fehacientemente) por encontrar que la
economía energética fue una de las causales.
Todos ellos han
terminado en un centralismo, en una élite que gobierna, en un
partido que se enquista en el poder, en algunos casos en su peor
versión: dictaduras.
Por tal motivo,
expreso que no se puede seguir apostando por utopías que están
distante de nuestra naturaleza: animales, instintivos, que buscamos
sobrevivir como comunidad e individuos, que necesitamos de líderes
en los cuales delegar buena parte de nuestro futuro y expectativas.
Aceptemos que no va
a ser el soberano quien masivamente tome el poder y que desde ese
momento va a asumir su porvenir. Necesitamos de estructuras de poder
y de líderes, cualquier otra elucubración sirve como ejercicio
mental, pero para tenerla en el papel. El alto número de CC y
Comunas me da la razón, son pocas las operativas realmente y no es
por falta de reglamentos o por iniciativas individuales o incluso
colectivas, es por la naturaleza de ese animal llamado ser humano.
Monday, August 11, 2014
Creo en mí mismo, creador…
Jorge Cruz,
Caracas, 9 de agosto de 2014
Últimamente he estado pensando sobre mis principios y valores. Yo crecí en un hogar de padres católicos, mi primaria estuvo marcada por dos religiones: la católica y la protestante. En bachillerato mis primeros años la protestante y luego laico. Estando en bachillerato, mi mejor amigo era Testigo de Jehová y luego otro que era anglicano. También, con regularidad nos tocaba leer la Biblia.
A todos ellos escuché, cada uno presentándose como la verdad verdadera. El oír sus debates entre las diversas fe y mis lecturas de la Biblia, en la cual, recuerdo claramente, un Dios “justo” destruía unos muro de fortalezas (Jericó) para que su “pueblo” masacrara a otro, por supuestamente ser impíos. El Viejo Testamento está lleno de guerras, de matanzas en nombre de un Dios. Todo ello me hizo entender que
ese Dios, no era tan justo como me lo intentaban vender, no era misericorde, ni tan justo, no prevalecía el perdón, sino el asesinato justificado en su nombre.
Por ello a temprana edad, decidí o me convencí que no existía un Dios, empecé a militar en el ateísmo. Años después aparece el marxismo hablándome de la religión como el opio de los pueblos.
El marxismo me mencionó la explotación del hombre por el hombre, de la lucha de clases. Comienzan mis años universitarios, con una formación básicamente marxista (o de izquierda, para los que les encanta
repartir etiquetas). Al mismo tiempo inicio unas reflexiones que me llevan a dudar del marxismo como teoría para aprehender la realidad. Comienzo mi periplo por estudios de 4 nivel, voy a Santo Domingo, allí, con una mayoría de profesores marxistas, incluso varios formados en la Unión Soviética de los setenta, con más ahínco me convenzo que el marxismo no me puede explicar la realidad que era mi “objeto de estudio” por mi formación.
Ya en mi paso por la universidad había tenido contacto con propuestas ambientalistas, estas se van consolidando y mi militancia en ONG ambientales no se hace esperar. Nuevamente el marxismo no me sirve para explicar mis apreciaciones de la naturaleza, las grandes enseñanzas con mis queridos amigos, biólogos en su gran mayoría. No encajaba eso de la lucha de clases con movimientos “culturales” como el ambientalismo o ese torrente de nuevas formas de acercarme a la realidad.
Es decir, fui poco a poco configurando mi verdad, la única que realmente existe para mí, las demás son solo interpretaciones de la realidad en la cual me desenvuelvo.
Es una verdad que me dice que las “luchas” son culturales, no son clases que se enfrentan, son liderazgos con seguidores de diversas “clases sociales”, líderes que atraen personas que van conformando una comunidad (algunas veces incluso bajo un solo partido político) que a su vez va creando una cultura (un lenguaje, un discurso, forma de vestir, redes de amistades, entre otras). Siempre hablan de reivindicaciones: recuperar los derechos perdidos o no alcanzados por la acción de una “clase” (capitalista para el marxismo), una “raza” (nazismo), una religión (cristianismo en todas sus variantes; islamismo, etc.), una cultura (blancos sobre afros, o grupos como los de Le Pen en Francia), una preferencia sexual (heterosexuales sobre homosexuales) ; basados en esas “razones” justifican el arrasar con el “enemigo”. Se les persigue hasta hacerlos desaparecer, sea físicamente (muerte o cárcel) o económicamente (no se les permite conseguir trabajo o fuente de ingresos).
Esa es mi verdad, ya no creo en izquierda o derechas, ni en dioses, ni clases sociales, solamente soy un humilde seguidor del credo de Aquiles Nazoa.
Caracas, 9 de agosto de 2014
Últimamente he estado pensando sobre mis principios y valores. Yo crecí en un hogar de padres católicos, mi primaria estuvo marcada por dos religiones: la católica y la protestante. En bachillerato mis primeros años la protestante y luego laico. Estando en bachillerato, mi mejor amigo era Testigo de Jehová y luego otro que era anglicano. También, con regularidad nos tocaba leer la Biblia.
A todos ellos escuché, cada uno presentándose como la verdad verdadera. El oír sus debates entre las diversas fe y mis lecturas de la Biblia, en la cual, recuerdo claramente, un Dios “justo” destruía unos muro de fortalezas (Jericó) para que su “pueblo” masacrara a otro, por supuestamente ser impíos. El Viejo Testamento está lleno de guerras, de matanzas en nombre de un Dios. Todo ello me hizo entender que
ese Dios, no era tan justo como me lo intentaban vender, no era misericorde, ni tan justo, no prevalecía el perdón, sino el asesinato justificado en su nombre.
Por ello a temprana edad, decidí o me convencí que no existía un Dios, empecé a militar en el ateísmo. Años después aparece el marxismo hablándome de la religión como el opio de los pueblos.
El marxismo me mencionó la explotación del hombre por el hombre, de la lucha de clases. Comienzan mis años universitarios, con una formación básicamente marxista (o de izquierda, para los que les encanta
repartir etiquetas). Al mismo tiempo inicio unas reflexiones que me llevan a dudar del marxismo como teoría para aprehender la realidad. Comienzo mi periplo por estudios de 4 nivel, voy a Santo Domingo, allí, con una mayoría de profesores marxistas, incluso varios formados en la Unión Soviética de los setenta, con más ahínco me convenzo que el marxismo no me puede explicar la realidad que era mi “objeto de estudio” por mi formación.
Ya en mi paso por la universidad había tenido contacto con propuestas ambientalistas, estas se van consolidando y mi militancia en ONG ambientales no se hace esperar. Nuevamente el marxismo no me sirve para explicar mis apreciaciones de la naturaleza, las grandes enseñanzas con mis queridos amigos, biólogos en su gran mayoría. No encajaba eso de la lucha de clases con movimientos “culturales” como el ambientalismo o ese torrente de nuevas formas de acercarme a la realidad.
Es decir, fui poco a poco configurando mi verdad, la única que realmente existe para mí, las demás son solo interpretaciones de la realidad en la cual me desenvuelvo.
Es una verdad que me dice que las “luchas” son culturales, no son clases que se enfrentan, son liderazgos con seguidores de diversas “clases sociales”, líderes que atraen personas que van conformando una comunidad (algunas veces incluso bajo un solo partido político) que a su vez va creando una cultura (un lenguaje, un discurso, forma de vestir, redes de amistades, entre otras). Siempre hablan de reivindicaciones: recuperar los derechos perdidos o no alcanzados por la acción de una “clase” (capitalista para el marxismo), una “raza” (nazismo), una religión (cristianismo en todas sus variantes; islamismo, etc.), una cultura (blancos sobre afros, o grupos como los de Le Pen en Francia), una preferencia sexual (heterosexuales sobre homosexuales) ; basados en esas “razones” justifican el arrasar con el “enemigo”. Se les persigue hasta hacerlos desaparecer, sea físicamente (muerte o cárcel) o económicamente (no se les permite conseguir trabajo o fuente de ingresos).
Esa es mi verdad, ya no creo en izquierda o derechas, ni en dioses, ni clases sociales, solamente soy un humilde seguidor del credo de Aquiles Nazoa.
Thursday, July 31, 2014
Una plusvalía para ti y la otra también
Jorge Cruz, Caracas 31 de julio de 2014
Cuando era un niño, las historias de fantasmas me llenaban
de miedo y curiosidad. Me asustaban y entusiasmaban poder escuchar cuentos
sobre sus apariciones, maldades o bondades, uno de mis preferidos fue la de la
mano de Oscar Wilde: El Fantasma de Canterville.
En mi juventud, el miedo desapareció, sólo la curiosidad por
un fantasma que recorría Europa. Me hablaba de la explotación del hombre por el
hombre que existía en el modo de producción capitalista o sistema capitalista.
La propiedad de los medios de producción generaba en que unos pocos (los
propietarios) se apropiaran de la plusvalía que el trabajador creaba. Con lo
cual mientras unos se enriquecían de manera desmesurada, otros vivían al borde
de la pobreza absoluta.
También supe que para eliminar la explotación unos países
(socialistas, se llamaron) decidieron que si el Estado asumía la propiedad de
los medios de producción se lograba ese objetivo; pero nunca se mencionó o tocó
a la plusvalía. El tiempo nos enseñó que la explotación no se eliminó, la
plusvalía que se generaba se concentraba en el Estado y los que estaban en el
poder o cercano a él se apropiaban de ella.
En pocas palabras, el pasar de unos capitalistas (conocidos
en algunos casos) a un ente más etéreo o al cual yo soy parte de, no significó
que la extracción de plusvalía se erradicara, sino que pasó a manos más “desconocidas”,
aunque en muchos casos se conocían de la
corrupción imperante.
La Plusvalía
He estado hablando de la plusvalía sin aclararla. Según
David Ricardo, es un exceso de valor que se genera en la producción, luego de
restar el pago al trabajador, este restante es el que el capitalista aprovecha
para enriquecerse cada vez más.
Carlos Marx la presentó como la forma como unos hombres
toman parte del valor generado para beneficio propio, como los que la toman son
pocos y los que la producen muchos, la riqueza de los pocos se agranda con el
pasar del tiempo.
Supuestamente los regímenes socialistas, tanto del siglo XX
como el actual, buscan extinguir la
explotación. La realidad ha sido otra. Yo voy a mostrar algunas formas de
exacción de plusvalía existente en Venezuela, a pesar de tanto discurso.
Voy a tomar como ilustración el caso del Seguro Social y
utilizar un caso hipotético que me sirva para mostrar mis argumentos. El caso
hipotético no es real, pero pudiera ser.
El Sr. P ha trabajado 11 años en una empresa privada, luego
ingresó a un ente del Estado, en el cual estuvo por 19 años y posteriormente
vuelve a otra empresa privada por 15 años, ahora tiene 65 años y desea
retirarse. Él desde finales de su primer trabajo logró una posición de
supervisión, que pasó a gerencia, por lo que su salario ha sido varias veces superior
al mínimo, su ingreso en los últimos 10 años han sido de 5 veces mayor.
En el país hay una diferencia entre pensión y jubilación, la
primera es la que se logra al cotizar al Seguro Social, al menos casi 15 años y
el monto que se recibe es similar al salario mínimo vigente. La segunda se
tiene por referencia el ingreso del último año, es un porcentaje que comienza a operar desde los 20 años hasta
los 30 de labores, cuando se logra tener un 100%, en una empresa sea privada o
pública.
Veamos que ocurre con el Sr. P:
1)
A pesar de haber estado trabajando por 45 años,
solamente tiene derecho a la pensión; es decir, salario mínimo. Su jubilación
no existe porque no se toma en cuenta la cantidad de años trabajados, sino la
continuidad en un lugar de trabajo. Por cierto, uno de los atractivos de trabajar con la administración
pública es que no importa donde se trabaje, se acumula el tiempo, algo que no
sucede con la empresa privada en Venezuela.
2)
A pesar de haber contribuido más de tres veces
la cantidad de cotizaciones al SS, nunca le es reembolsado la diferencia
(plusvalía acumulada para otros en un ente del Estado)
3)
A pesar de haber contribuido con hasta 5 veces
el salario mínimo por muchos años, su ingreso por la pensión solo le reconoce
el salario mínimo (nuevamente, plusvalía que se acumula para otros en un ente
del Estado).
4)
Otra irregularidad, a pesar de que a los 60 años
se pensionó, por 5 años le han estado debitando cotizaciones de su SS.
No voy a adentrarme en otros tipos de extracción sin
retorno, como por ejemplo, la política habitacional que se descuenta por muchos
años, en algunos casos se utiliza, pero en otros no y nunca es reembolsado, o
el pago por solamente tres meses luego de caer en paro, sin tomar en cuenta que
se pudo estar cotizando para el mismo por uno o decenas de años (se toma en
cuenta desde el primer año). Tampoco voy a adentrarme en el caso de los “bonos”,
una serie de motos que reconocen tu valía
(tales como la antigüedad o profesionalidad), que no son parte “integral” de tu
estipendio, por lo que no son tomados en cuenta al momento de calcular la
jubilación. Ni voy a tocar el tema de la Misión Amor Mayor, que en una gran
cantidad de casos le ha asignado una pensión a una persona que ha tenido
ingresos, pero que nunca ha cotizado. Para los que hablan de justicia, primero
deberían pensar en los que sí han cotizado, que parte de su ingreso se vio
disminuido para que luego uno que no lo hizo tenga igual tratamiento.
Como podemos visualizar, hay una cantidad de plusvalía que,
en este caso, un ente del Estado ha ido acumulando, que, como expresé
anteriormente, no es el Estado el receptor final, sino son grupos minoritarios
de personas que se apropian de ella: los que están en el poder o cercanos a él.
La boliburguesía no es una ilusión, es tan real como estas letras. Sucedió en
el socialismo del siglo pasado y se repite en el actual.
Algunos alegarán que el socialismo aún está en construcción,
por lo que muchos derechos no se han cumplido. Yo solo les recuerdo han sido 16
años, que no estamos hablando de algo superfluo, estamos hablando de la forma
máxima de explotación del hombre por el hombre, no lo digo yo, lo dijo Carlos Marx.
Si solamente haces reformitas en el ingreso, no se está realizando una “revolución”
sino gatopardismo de la mejor especie.
Ahora en mi vida de adulto ya no le tengo miedo, ni curiosidad a los fantasmas, me he
convencido que son puro cuento.
Friday, June 27, 2014
La intolerancia como marca
Jorge Cruz, Caracas 27 de Junio de 2014
En la puerta de un retén de recién nacidos se encuentra un
nigeriano, un alemán y un argentino, la enfermera levanta a un bebe de color
oscuro y pregunta por el padre, el alemán inmediatamente responde que es el
suyo, el nigeriano sorprendido le pregunta ¿cómo que tuyo? A lo que el alemán
responde ¿quieres que me toque el argentino?
Este antiguo chiste, como muchos otro, nos muestran con
humor los estereotipos a los cuales nos hemos acostumbrados, con lo cual
exteriorizamos nuestro segregacionismo. El segregacionismo no es ajeno a los
animales, por ello no debe causar escozor el reconocer que somos participes de
ellos, traigo un ejemplo de unas especies distantes que nos reflejan ello: las hormigas,
está documentado que entre la alta diversidad de ellas no hay compatibilidad,
una hormiga no puede “visitar” un hormiguero que no sea el propio, es repelida
e incluso pueden causarle la muerte, aún dentro de una misma especie esto no es
permitido. Por ello tenemos chistes de homosexuales, gallegos, negros, chinos,
entre otros muchos.
Todos tenemos conductas segregacionistas, ya sean por el
color de la piel, por la edad, por el sexo, por la preferencia sexual, por la
religión, por la cultura, por el origen, por la afición deportiva, entre otros.
La formación o valores dados en casa son los que nos
permiten minimizar este comportamiento, he dicho minimizar, porque nunca
desaparece, es instintivo.
Ahora bien, se puede también exacerbar este instinto, muchos
líderes lo han utilizado para ganar seguidores, para mantener en el redil a los
mismos, para atacar a contrincantes o incluso, como en las hormigas, eliminar,
ya sea física, económica, moral o políticamente.
Una de las formas más violenta de mostrar la intolerancia es
la desaparición física del oponente, la cual puede ser desde la cárcel, con lo
cual logran incomunicarlo con sus seguidores (algunas veces esto puede ser
contrario a los objetivos deseados), hasta la muerte. Pero hay otra forma más
sutil de desaparición, cuyo mayor representante has sido Joseph McCarthy, la
económica: no se le permite trabajar o tener un ingreso, con lo cual puede
generar que el asediado pueda cometer suicidio o migración (exilio) a un lugar
donde pueda ejercer sus conocimiento y ser remunerado por ello.
En Venezuela en los últimos 15 años hemos estado
involucrados en una agudización de nuestros instintos segregacionistas. El
presidente Hugo Chávez (QEPD). Él utilizó su posición y los medios de
comunicación (especialmente por medio de las cadenas nacionales u obligación de
todos los canales de información, ya sea televisivo y radio, de transmitir sus
alocuciones) para insultar, atacar o minusvalorar a todo aquel que no pensara
como él, se uniformizaba cualquier tipo de crítica, se le tachaba de enemigo,
no de crítico, generó diversos apelativos para denigrar: oligarcas,
pitiyanquis, escuálidos, majunches, entre otros.
En pocas palabras, aquí operan dos factores, por un lado la
personalidad del líder determina las conductas de sus seguidores, él es
importante para moldear la conducta de los miembros. Por otro lado, cada grupo
humano (comunidad) genera una cultura: forma de vestir o identificarse por su
atuendos; un lenguaje propio para la comunicación hacia dentro y distinguir o
minusvalorar a los contrarios; una estructura de poder, hay un líder al menos y
posiblemente otros mandos medios; y así por el estilo. Las culturas cumplen un
doble rol: son agrupadoras que permiten a sus miembros crecer dentro de sus
códigos y valores; y es un muro de contención para evitar las fugas, quien
manifieste “valores” diferentes es execrado o se auto execra.
Como resultado, en Venezuela la naturaleza de su líder marcó
el destino de un partido que se apropió del Estado y desde allí utilizó la
intolerancia como forma de poder, aplicando el principio maquiavélico de
dividir para vencer o mantenerse en el poder.
Por ello hemos visto como se han destruidos hogares, peleado
familias, acabado amistades de larga data, un permanente enfrentamiento entre
quienes piensan diferente; así mismo, se ha extendido a otras áreas:
recientemente salió un artículo en aporrea.org en la cual un funcionario del
IVIC casi suplicaba que se le permitiera investigar con recursos biológicos, se
culpan de los errores a los otros y con base en ello se encarcelan a los
supuestos culpables, se persigue, tortura o incluso asesina a quienes
protestan, todo bajo la misma premisa intolerancia, justificada como vendidos
al imperio, antipatriotas o destructores de la ecología nacional.
También hemos sido testigos de la desaparición económica de
muchas personas que vivían en esta república, ya por la famosa lista Tascón o
las subsiguientes caza de brujas en los lugares de trabajo.
Cómo vemos mucho de estos argumentos o discursos son los
mismos que escuchamos a quienes antes estuvieron en el poder, solo cambian los
actores, aunque no se puede negar que la exacerbación que se han experimentado
bajo el régimen chavista no tiene parangón.
Ha sido una intolerancia que funciona como la marca de un
producto, ha sido la forma de gobernar diferente a sus antecesores, muchas de
sus acciones están “legalmente” respaldadas, muchas son de golpe suave.
Yo he vivido en este país por más de 40 años, únicamente
bajo este régimen, en cuatro ocasiones, me han expresado que debo abandonar
este país.
La intolerancia y la segregación son familia, ellas han sido
la marca de estos últimos años.
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