Jorge Cruz,
Caracas 25 de enero de 2011
Hay días en
que al leer una noticia uno no sabe que hacer, ¡Qué hacer, Dios mío!
Me rio o me
pongo a llorar. Reírse por lo fantasiosa o jalabolismo (ambas dos a la
vez, también es válido) de la misma o lloro al pensar que esa declaraciones
fueron dadas por un alto funcionario del gobierno actual. Si esas son sus
apreciaciones que se puede esperar de sus actuaciones.
El Metro de Caracas ha sufrido los embates de una
improvisación y errática gerencia en los 12 años que ha estado en el poder Hugo
Chávez. Ha tenido 13 o 14 presidentes (un promedio mayor a un año), algunos con
breves estadías, como aquel célebre que a los pocos días de estar en el cargo
tuvo el tupe de decir que se debían quitar unas estaciones del proyecto de
extensión del Metro en Las Mercedes (área de comercio y contadas viviendas de
clase media alta) porque sería utilizada por la burguesía. Este presidente nunca
preguntó si existe una ruta del servicio integrado del Metrobus para la zona (realmente
la cubren varios recorridos), la cantidad de usuarios y menos aún el estrato de
los mismos. No se preguntó, menos aún pensó que los trabajadores de los
comercios o casas y apartamentos son básicamente los que se movilizan en él o
estudiantes de algunos centros educativos en la zona. Solamente disparó una
burrada para ganarse la burla y posterior despido (fue tanta el agua al cántaro
…).
Ahora hace pocos días fue el Ministro de Transporte y
Comunicaciones, el jefe del presidente del Metro quien tomo la batuta para dar
unas declaraciones desafortunadas: el Metro antes era del gobierno de Chávez
era utilizado por la clase media alta.
Me vienen a la mente una pregunta: ¿será que este ministro
ha utilizado el Metro antes del gobierno de Chávez? Por su formación no es
clase media baja y menos aún baja, ojalá esté equivocado, de ser cierto que
viene de clase baja, lo que quiere decir es que actúa en contra como
retaliación por algo que no le permitieron disfrutar por su origen.
Sin embargo, yo puedo afirmar que soy clase media, he vivido
en áreas de clase media media y media alta. Lo común es que todos, repito TODOS,
tengan al menos un vehículo para desplazarse, que algunos de ellos NUNCA han
utilizado el metro. Recuerdo al hijo de un amigo que para comenzar a estudiar en
la universidad (privada, por cierto) comentaba de su estreno en un trasporte
público y el regaño del conductor por pagar con un billete de alta
denominación. Esas son la norma de mis vecinos, mientras están en primaria y
bachillerato son transportados por sus padres al colegio o reuniones con los
amigos. Mis amigos contemporáneos, en general, no han utilizado el Metro o lo hicieron en su época de estudiantes
universitarios.
Yo regresé de Bogotá, Colombia, recientemente y utilicé con
bastante frecuencia el Transmilenio. Este servicio es algo más costoso que el
transporte de busetas, sin embargo es utilizado por la clase media y baja para
movilizarse, especialmente para distancias largas y medianas.
Entonces, argumentar que el Metro, por su costo no lo
utilizaba antes sino la clase media alta es una insensatez de marca mayor.
Quienes lo utilizan son los trabajadores o empleados que no tienen un vehículo,
que no pueden darse esos lujos, pero que si pueden buscar que sus
desplazamientos al trabajo o incluso a juergas se realice por un medio que
garantice ganancia de tiempo. Ellos tienen que madrugar para ir de un lugar a
otro y no van a peder el tiempo en un medio que no tiene aire acondicionado
(el Metro lo tuvo hasta esta gestión de gobierno), que puede encontrarse con un carro accidentado
que formó una cola kilométrica, que tiene un poco más de seguridad y que el
comportamiento de todos era más civilizado. Esa es la realidad.
Los usuarios del Metro no son ni han sido clase media alta,
ellos tienen su transporte privado que les garantiza comodidad, independencia y
no codazos, mal olor o aglomeración. Nuca vi en este medio de movilización un
desfile de ropa o accesorios de marcas reconocidas, como acostumbra esa clase a
utilizar, siempre vi a la secretaria o administrador de empresa, a estudiantes,
a plomeros con sus herramientas, a cajeras de supermercados, en fin a simples
empleados que necesitaban de este medio para ir a sus trabajos.
Si esas son sus apreciaciones sobre unas de sus atribuciones
como ministro (transporte), sus diagnósticos serán también de la misma calidad
y sus proyectos tendrán también ese sesgo. Por favor, trabaje y no haga
política de cada acción que quiera hacer, porque el conocimiento técnico es muy
importante.
Quisiera que me asombraran no con rimbombantes expresiones,
sino con hechos que demostraran que aún hay eficiencia en los funcionarios del
gobierno, mientras tanto la tendré en el congelador, para no sufrir de
esquizofrenia o indecisión en mi conducta.