Jorge Cruz, Caracas 29 de octubre de 2010
Desde hace varios meses me he estado preguntando por el modelo de desarrollo de Venezuela, ¿hacia donde vamos? ¿Hay algún plan? Me dije entonces que debo volver a las raíces y comencé por las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la nación 2001-2007 hasta el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista (PPS).
En todos ellos encontré una constante, aunque su instauración ha contado con muchos otros intentos, son sus planes o proyectos, que corren paralelos a otras líneas, los que han tenido prminencia.
En las LGPDES encontramos textos como el siguiente:
“Es necesario eliminar los desbalances económicos abatiendo la inflación y alcanzando una tasa de crecimiento económico que incorpore masivamente las fuerza de trabajo desempleada al mercado laboral. También hay que generar mejores salarios, aumentar sostenidamente la inversión y modernizar el aparato productivo. Todo esto en el marco de justicia y equidad social. “
Podemos vislumbrar dos cosas: hay una continuidad, solo se intenta “modernizar” el modelo imperante, pero con variantes sociales: generar empleo y mejores salarios. Esto no nos debe sorprender, el mismo presidente acoge la llamada “tercera vía” propuesta por Anthony Giddens, y “seguida” por Tony Blair; la cual no es más que una propuesta desarrollista con cierto carácter social.
La fractura se da al aprobar un paquete de leyes amparadas bajo la ley habilitante, la cual permite que leyes sean decretadas directamente por la presidencia sin pasar por la Asamblea Nacional y menos aún previa participación popular.
Estas leyes fueron impopulares en sectores como propietarios de tierras o grandes pesqueros, por ejemplo, pero en ningún momento se intentó cambiar el modelo de desarrollo.
Los problemas políticos de los años 2002, 2003 hasta el 2004, incluso, hacen que se profundicen los programas sociales; por ejemplo, las misiones (Barrio Adentro, Mercal, Sucre, entre otras) con tal de reforzar el asidero popular (no puedo negar que eran medidas necesarias) aunque para ello se inicia un proceso de armar un Estado paralelo, que a la larga no tiene frutos porque se agranda la plantilla de empleados sin poder cambiar las estructuras existentes, que al final terminan siendo las misiones e iniciativas similares absorbidas por los entes respectivos del Estado.
A pesar de estos cambios, el modelo sigue intacto, no se ha tocado.
No se han podido llevar adelante programas y proyectos, como por ejemplos los ejes de desarrollo en ciertas zonas del país, propuestas realizadas en el año 2001, que parecían más copias del modelo de desarrollo de la Unión Soviética y sus planes quinquenales.
En el año 2007 aparece el PPS, este plan tiene un basamento desarrollista, muy en la línea antes mencionada soviética: mayor control del Estado, ejes de desarrollo, incremento de la capacidad productora, colectivización del campo (Nucleos Endógenos y fundos zamoranos entre otros). Es decir, a pesar de alegar ser una revolución socialista del siglo XXI sigue las líneas más importantes de la fallida en el siglo pasado.
Quizás las diferencias más resaltante son que la burocracia sigue su curso y con mayor saña; la corrupción se desata, especialmente al incrementarse los ingresos petroleros al Estado; y tal vez el peor error, el equipo con el cual se rodea el presidente es ineficiente, que muchas veces es reciclado de un ministerio a otro, de una ineficiencia menor a otra mayor (el caso más ilustrativo es Diosdado Cabello, perdió una reelección para la gobernación del estado Miranda, por su ineptitud, pero es compensado con el ministerio más importante: Infraestructura, que se le suman el manejo de aeropuertos y puertos marítimos y las telecomunicaciones, en pocas palabras manejaba mas de la mitad del presupuesto nacional, los resultados son evidentes: el metro de Caracas está colapsado, para solo citar un ejemplo, de lo que fue un servicio ejemplar y de gran importancia para la capital).
Como podemos ver se ha intentado copiar un modelo que resultó un fracaso, pero especialmente sus peores vicios: burocracia, mafias (manejan la corrupción), ineficiencia, centralismo, justicia parcializad, etc.
Las consecuencias son terribles para el país: la salud está por el piso, la mayoría de los hospitales funcionan a medias, la misión Barrio Adentro está de capa caída con una eficiencia a medias, hay epidemias que están causando estragos por malas prácticas, dengue y tuberculosis, por ejemplo); la educación, cada vez más devaluada, se ha incrementado la matricula en algunas áreas, por ejemplo la universitaria, pero la masificación ha significado desmejora de la calidad de lo enseñado (voy a poner un ejemplo de bachillerato comentado por mi hija que sucedió en un colegio privado: tres niñas pierden el año escolar, una de ellas demanda ante el ministerio respectivo, el dictamen del ministerio es que el nivel de exigencia es muy alto por lo cual las niñas deben pasar al siguiente año, a pesar de haber pasado casi medio año en el ínterin, como resultado se baja la exigencia y ahora no se raspa a ningún estudiante, cosas veredes); servicios públicos, el transporte no ha sufrido cambios significativos, no hay nuevas vías, no hay incremento o mejoras del transporte público, Buscaracas (transporte superficial con canales exclusivos) es una promesa que ha rondado por más de cinco años y no tiene fecha de conclusión, las extensiones del metro han sido lentas, solo un ejemplo, la ruta El Valle-La Rinconada fue inaugurada en el año 2006 con una estaciones en La Rinconada, tres años después es que se inauguran tres estaciones intermedias, ¡se necesitó un año por estación!
Sin embargo, lo que luce menos prometedor es que el modelo desarrollista sigue campante. Repito una cantaleta que he realizado en otros artículos, el socialismo es una variante más de una cultura que está enferma por las opciones tomadas: la cultura occidental; por ello hemos visto como todo el proceso se ha sentado en la explotación del petróleo, destruyendo casi el resto de la industria nacional y profundizando la dependencia foránea para la alimentación (agricultura de puertos).
Posiblemente para el último punto alguien me diga que se está en transición, que el agro va a ser productivo, yo traigo un solo ejemplo: la industria avícola. Mercal para surtir al mercado nacional de aves recurrió a la importación desde Brasil, principalmente, casi cinco años después la historia no ha cambiado, seguimos importando. Un pollo necesita de dos meses de engorde para ser sacrificado, podemos sumar la construcción de instalaciones otros cinco meses, es decir, una industria que en un corto plazo debería estar abasteciendo, cuatro años después no ha terminado de arrancar.
Al final, el socialismo solo intentó y sigue intentado competir con el capitalismo, no en transformar la vida de la personas, es cuestión de rating no de bienestar para la población lo que está en la mesa.
En resumen, el futuro del país es tan claro como su producto estrella, petróleo. Las áreas en las que éramos eficiente se han destruido o acorralado para disminuir su calidad y el gran cambio que pudo significar la revolución en el país es solamente un espejismo más, es la repetición de un modelo fallido. ¡Esta revolución no va’pal baile!
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