Jorge Cruz
Caracas, 26 de abril de 2010
Hace más de dos décadas el gran músico venezolano Diego Silva me dijo una expresión que cada vez que escucho el concepto Socialismo de Siglo XXI, me brota de inmediato. La frase es la siguiente: “Indio cada vez te pareces más a nosotros” acompañada por una palmadita en el hombro.
Aclaro el porqué de esa cita tan añeja. En mis años de estudiante de bachillerato se inició mis estudios del marxismo, que continuaron en la universidad y posteriormente en dos posgrados. Sin embargo, ya desde la universidad, luego de un caer en mis manos la famosa carta del Jefe Seattle, mis derroteros cambiaron de rumbo, mis inquietudes y preguntas tomaron una vía que aún no termino de responder pero si tener claro mis intenciones y proyecto de vida.
Inicio mi perorata con una pregunta que versa sobre un tema para demostrar porque no creo en ello: ¿Qué socialismo ha sido consecuente con el ambiente? La respuesta es evidente: ninguno, ni el soviético, ni el chino, ni el coreano, ni el cubano… han tenido un comportamiento diferente al capitalista con relación a la naturaleza.
¿Por qué? Contesto con otra pregunta: ¿Dónde se “creo” el modelo capitalista y dónde se creó el modelo socialista? En Europa. Otra interrogante más ¿qué une, entonces a ambas propuestas? Una cultura, la occidental. Por lo tanto, todos ellos han respondido a la misma lógica explotadora de la naturaleza, porque detrás está la cosmovisión que la ha creado, nutre y constriñe. Por ello la mejor definición que he escuchado fue la respuesta de alguien, perdí su nombre, que le preguntaron sobre las diferencias del capitalismo y socialismo, a lo cual dijo: el capitalismo es la explotación del hombre por el hombre y el socialismo lo contrario.
Recomiendo la lectura de un texto de otro gran pensado venezolano: Edgardo Lander, su libro: Una Contribución Crítica al Socialismo Realmente Existente, para entender como el pensamiento de Carlos Marx está absolutamente permeado de su cultura occidental.
Es decir, en Venezuela desde nuestro presidente hasta sus loritos están buscando la aprobación de ser integrado a una cultura, la palmadita en el hombro. Hablamos de independencia, pero solamente estamos repitiendo el mandato de una cultura colonizadora y homogenizadora como la occidental.
Por ello seguimos insistiendo como palanca de nuestro desarrollo al uno de los elementos que más contribuye al calentamiento global, a la contaminación, a la extinción de especies: el petróleo.
Quizás algunos me argumentarán que es necesario para lograr el despegue. Yo alego que dese la misma frase de Uslar Pietri: “sembrar el petróleo” está errado el modelo. El petróleo no se puede sembrar, es altamente contaminante y extermina cualquier tipo de vida donde toca un suelo lleno de flora y fauna.
Voy a utilizar otro ejemplo: tampoco creo que para construir un mundo mejor se deba hacer con la siembra de droga, porque de por sí está negando el mundo que se quiere construir, no se puede construir algo mejor con personas adictas.
Lamentablemente hasta ahora el modelo sobre el que estamos basando nuestro futuro es en mayores dosis de energía fósil, somos adictos al petróleo, cada vez somos más dependientes de él; esa es la triste realidad.
Sin embargo, lo más triste de la historia es que seguimos la tónica de nuestros colonizadores, bajo un supuesto cambio radical, de una revolución, que cada vez toma más tintes gatopardianos: Cambiar las cosas para que todo siga igual.
Definitivamente, si queremos hacer un real cambio del país debemos leer menos a Marx y mucho más a Iván Illich.
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