Jorge Cruz,
Caracas, 26 de Abril de 2013
Cuando una tormenta se acerca lo mejor es estar protegido en
casa, sellar las ventanas y `puertas para evitar que las ráfagas generen
destrozos en el interior.
Venezuela tiene unos largos años en medio de una tormenta.
Hay vientos fuertes que han arreciado en los últimos meses.
Son vientos de cambio, o medios cambios, que se están
llevando mucha verborrea y poco hecho
(ya sé que algunos dirán que si se han hecho obras, yo respondo, después de 14 años sería el colmo no tener algún logro).
Con un “presidente”, primero como encargado y luego como
embestido (por un vendaval del cual no ha sabido protegerse totalmente y solo
intenta capotear sin éxito).
Son casi 5 meses en
el poder cuyos productos o medidas para
el país son contadas y muchas de ellas fracasos.
Por ejemplo, se creó el SICAD para facilitar la adquisición
de divisas para importar (después de 14 años,
un logro: la soberanía alimentaria depende del exterior con más fuerza
que antes), se realizó una primera subasta y ¡¡Suaz!! ¡¡Sanseacabó!! Nadie sabe quién la ganó, el
monto de dólar y otras incógnitas más. Un mes después vuelven a hablar de
facilitar la adquisición, veremos ¿???
Lácteos Los Andes está en quiebra, recientemente lo manifestaron
los trabajadores. Una empresa que antes de su nacionalización mal que bien
andaba sin números en rojo (si tratan de decirme que Parmalat tenía problemas,
es cierto, pero no era en el país).
Mientras tanto seguimos desabastecidos, sin un rumbo claro en
lo económico.
En lo político, son, como dice un viejo chiste, un paltó de
Clement: de-sastre nacional.
Luego de las elecciones en las cuales se pedía una auditoría
de las mismas, la respuesta fue, si en un principio, luego no, posteriormente
si, con condiciones y ahora no se sabe.
La calle y las redes se llenaron de dimes y diretes: que un
54% es más que suficiente, estadísticamente hablando, que no es conteo, que es
un golpe encubierto…
Recuerdo que el INE hace encuestas de diverso tipo, sin
embargo, cada 10 años hace un censo para corroborar las desviaciones que puedan
tener las encuestas o actualizar de una manera más fehaciente los datos del
país, al incluir (hipotéticamente) todo el universo de personas asentadas en el
país. En pocas palabras, para los que estudiaron estadística se les olvidó que
existe el censo y que es sano
realizarlo, sino que están poniendo en entredicho al INE porque hace algo que
no se debería hacer.
El tema del golpe es otro bien interesante y por ello voy a
dedicarle un poco de espacio.
Luego del anuncio del CNE que daba como ganador a Maduro,
Capriles solicitó una auditoría total de las cajas de votación y que sus
simpatizantes protestaran porque había sucedido un “robo”. La reacción de
Maduro fue: la derecha está tramando un golpe.
¿Un golpe? ¿Solicitar una auditoría es un golpe? ¿Protestar
porque no se aceptan los resultados es un golpe? Claro que no, entonces ¿Cuál
es el fin de utilizar esa estrategia? Si tienes problemas fuera de casa, lo
mejor es buscar refugio y respaldo en casa, esa es una conducta normal, es una
fórmula trillada, pero efectiva.
Era necesario recordar un evento significativo para el
chavismo, era necesario buscar la lealtad de sus simpatizantes, era necesario
cerrar filas contra el ataque de la “derecha”. No por el reclamo de Capriles,
sino para poder recuperar la legitimidad interna, luego de una “victoria con
sabor a derrota” (si es que realmente se ganó).
Los medios de comunicación (incluyendo las redes e internet
en general) se llenaron de improperios, insultos y acusaciones. El fantasma del
golpe había renacido y con ello sus miedos. La primera escena había logrado su
cometido. Ambos bandos están molestos, no hay definición en quien lleva la
delantera.
La oposición sale a la calle, viene represión,
encarcelamiento, amenazas de detención a líderes de la oposición, acusaciones
de ataques a diversos lugares símbolos del chavismo como CDI, sedes del PSUV,
etc. Segunda escena. La oposición esta irritada,
sus líderes llaman a la calma y se inician los cacerolazos, el chavismo está
molesto con ataques a personas principalmente utilizando las fuerzas del orden
público, y denunciando daños, inclusos algunos anunciados por la máxima
autoridad en el país el presidente encargado que luego son desmentidos,
generalmente por gente seguidora de la oposición y luego, por una funcionaria,
que días antes dijo una gran mentira: han quemado un lugar en un 90% y lo
reconstruimos en horas, dos días después tuvo que reconocer que solo era una
mentira. Los dirigentes del chavismo están contra la pared, inventando historias
para luego desdecirse.
Escena tres, se proclama de manera expedita a Maduro
presidente. Se inicia un toma y dame por parte del CNE que si autoriza una
auditoria o no y de la oposición a que no renuncia su solicitud. Se sigue a la
defensiva en el chavismo.
Escena cuatro, hay una calma latente. Tiempo de reflexión
para muchos. Maduro hace movimientos con el nombramiento de nuevos ministros,
la ratificación de otros y los retruques de otros. Los nombramientos es para
lograr cierta legitimidad a lo interno, nombra como ministros a seguidores de
su tendencia (interna al chavismo) y le quita a otros sus fuerzas: Jaua,
Cabello y los Chávez pierden algunos espacios. Pero todo sin tocar lugares
importantes como ministerios que manejan mucho dinero: infraestructura
(carreteras, puertos con sus movimientos o permisería que generan mucho dinero,
sin contar con el mantenimiento, sigue en manos de Cabello) o las hidros que también
manejan real por su mantenimiento en manos de las Farias.
Los movimientos de Maduro a lo interno han intentado
mantener la unidad, evitando el choque directo con las facciones existentes,
busca la legitimidad perdida, reafirmar su liderazgo golpeado; a lo externo, sigue con la capa caída,
Capriles se les ha crecido, es la voz cantante principal de la oposición. Sus llamados
son seguidos al dedillo, es un líder que aplacó todas las divisiones internas;
por ello Maduro no sabe cómo actuar y se va a Cuba a buscar, con una ronda de
estrategas de allá y su equipo cercano, de nuevos escenarios.
Queda en el ambiente una pregunta ¿Qué ha pasado con el país
y sus problemas? Antes lo afirmaba, no hay claridad para donde se va.
Tal como están ahora las cosas en el país solo se sienten
vientos de cambio. Son 5 meses con pocos logros. El protegerse en casa es
transitorio y no ha sabido protegerse totalmente, no tiene toda la credibilidad
o fidelidad de sus seguidores, el chavismo y sus movimientos hacia fuera lo
mantienen tenso, no ha dado pie con bolas. Su legitimidad está cada día más
debilitada. Los huracanes están agarrando forma.