Jorge Cruz, Caracas, 6 de marzo de 2013
Una de las armas preferidas por muchos para devaluar al que critica
es ponerle una etiqueta, algo que es fácil de endilgar pero difícil de
demostrar.
Pongo mi ejemplo, yo no estoy con el gobierno, pero tampoco
con Capriles. Para muchos de los chavista la única opción para poder
simplificar su vida es tildarme de caprilista. Su mundo se ha reducido a dos
elecciones: estás conmigo o con el enemigo. Yo lo he manifestado abiertamente,
voté por Capriles, no porque simpatice o crea que va a solucionar el país,
simplemente para mi es la opción MENOS MALA y, además, no quiero que sigan en
el poder los chavistas porque su visión de país aunque cónsona con la mía en
algunos aspectos, es desechable en la gestión, en el cómo llevar adelante su
visión.
Pueden observar que mi mayor diferencia es en el cómo.
Porque su intención ha sido mantenerse en el poder, algo que comenzó a tomar forma luego de la victoria
presidencial del 2006, el resto de sus acciones han estado marcadas por ello,
de allí la improvisación (aunque tiene otras causas, además de la electoral),
la inauguración de obras básicamente cercana a elecciones.
Porque su énfasis ha
sido en lo político, es destruir cualquier oposición o crítica, por ello una
lista Tascón, que castigaba solamente por manifestar que no estaba de acuerdo,
no era necesario que fuera simpatizante de un partido político, menos aún un
activista o miembro. Solamente por manifestar estar en contra era tu pasaporte
para el exilio de tu lugar de trabajo, sin importar que fueras competente, que
hubieras estado en ese cargo o similar por más de 20 años. NO, era
exclusivamente el manifestar un desacuerdo como se estaban llevando a cabo las
políticas del gobierno suficiente para, primero ser despedido y no poder luego
tener espacio en ningún ente del Estado o que hiciera negocios directo con el
Estado, que posteriormente, llevó a muchas personas a buscar otras latitudes o
el suicidio. (Quien ha vivido en carne propia la migración sabe lo que es tomar
esa decisión, lo que significa dejar atrás tus arraigos, tus seres queridos, el
intentar ingresar a un mercado de trabajo nuevo, el buscar y crear amigos que
puedas confiar con la misma intensidad que los que dejas en tu espacio anterior…,
Por ello cuando alguien dice Qué se vayan, no tiene idea de lo que dice, más
aún cuando el gobierno les ha ROBADO sus justos beneficios laborales, que son
parte de tu salario o ingreso anual, y tienes que buscar recursos para realizar
ese periplo).
He allí una de las muestras de mayor intolerancia (no la
única, por siaca), he allí de la aplicación, como un estudiante avanzado, del legado
del nazi Joseph Goebbles, de varios de sus principios, especialmente el primero
y segundo, como los cito abajo (en esto no se diferencian mucho de la ideología socialnacional).
“Principio de simplificación y del enemigo único: Adoptar
una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único
enemigo.
Principio del método
de contagio: Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.”
El primero me dice que todos los contrarios a mis ideas
tienen que ser unificados bajo un único símbolo: los oligarcas, escuálidos,
apátridas o tantos epítetos más que escuchamos especialmente por boca de su
líder y luego repetido por la manada (aquí, como es común por los que están en
el poder, el lenguaje es transformado y estos términos se convierten en
sinónimos).
El segundo nos habla que las variantes entre ellos debe ser
borrada, como mi caso, yo no puedo tener una posición intermedia, ni con uno o
con lo otro, tengo que ser ubicado en un bando y por obra y gracias del
chavismo me convierto en oligarca (pelabolas realmente) o en apátrida, como mi
estimado amigo Frank Salcedo siempre me endilgó: tú no quieres a Venezuela.
Porque ahora los únicos que quieren al país son los chavistas, el resto rogamos
por una invasión del imperio.
Otra variante, somos inamovibles, no cambiamos, no
maduramos, no aprendemos de los errores, pasan los años y siempre seremos los
mismo oligarcas.
Si señalamos que la política que adelanta el gobierno hacia
los indígenas es funesta, es porque queremos que el imperio nos invada, es
necesaria esa reducción, como lo dice el nazi antes señalado.
Claro, se ponen etiquetas porque al final, muchos de los
seguidores se fanatizan (por lo que les molesta los que no lo somos y nos
tienen que ubicar como fanáticos enemigos, a eso se ha reducido su visión) y
actúan como un MP3 repitiendo y repartiendo etiquetas y eslóganes, que como los
afirma Noam Chomsky, son vacíos, no aceptan el más mínimo análisis.
Es también parte de cómo funciona una cultura (la chavista
en este caso) para mantener a sus borregos formados y que no se atrevan a
saltar talanqueras. El adoctrinamiento funciona y trabaja con mucha sutileza,
tal como el nazi antes citado lo mencionó y comprobó con el pueblo alemán, uno
de los más educados formalmente y, por lo tanto, con una supuesta menor acción
de los instintos o lo emocional.
Ahora, para estar a la par, yo asumo su posición: los
chavistas son des-analistas, (etiqueta con eslogan y todo).
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