Jorge Cruz,
Caracas, 9 de agosto de 2014
Últimamente he estado pensando sobre mis principios y valores. Yo crecí en un hogar de padres católicos, mi primaria estuvo marcada por dos religiones: la católica y la protestante. En bachillerato mis primeros años la protestante y luego laico. Estando en bachillerato, mi mejor amigo era Testigo de Jehová y luego otro que era anglicano. También, con regularidad nos tocaba leer la Biblia.
A todos ellos escuché, cada uno presentándose como la verdad verdadera. El oír sus debates entre las diversas fe y mis lecturas de la Biblia, en la cual, recuerdo claramente, un Dios “justo” destruía unos muro de fortalezas (Jericó) para que su “pueblo” masacrara a otro, por supuestamente ser impíos. El Viejo Testamento está lleno de guerras, de matanzas en nombre de un Dios. Todo ello me hizo entender que
ese Dios, no era tan justo como me lo intentaban vender, no era misericorde, ni tan justo, no prevalecía el perdón, sino el asesinato justificado en su nombre.
Por ello a temprana edad, decidí o me convencí que no existía un Dios, empecé a militar en el ateísmo. Años después aparece el marxismo hablándome de la religión como el opio de los pueblos.
El marxismo me mencionó la explotación del hombre por el hombre, de la lucha de clases. Comienzan mis años universitarios, con una formación básicamente marxista (o de izquierda, para los que les encanta
repartir etiquetas). Al mismo tiempo inicio unas reflexiones que me llevan a dudar del marxismo como teoría para aprehender la realidad. Comienzo mi periplo por estudios de 4 nivel, voy a Santo Domingo, allí, con una mayoría de profesores marxistas, incluso varios formados en la Unión Soviética de los setenta, con más ahínco me convenzo que el marxismo no me puede explicar la realidad que era mi “objeto de estudio” por mi formación.
Ya en mi paso por la universidad había tenido contacto con propuestas ambientalistas, estas se van consolidando y mi militancia en ONG ambientales no se hace esperar. Nuevamente el marxismo no me sirve para explicar mis apreciaciones de la naturaleza, las grandes enseñanzas con mis queridos amigos, biólogos en su gran mayoría. No encajaba eso de la lucha de clases con movimientos “culturales” como el ambientalismo o ese torrente de
nuevas formas de acercarme a la realidad.
Es decir, fui poco a poco configurando mi verdad, la única
que realmente existe para mí, las demás son solo interpretaciones de la realidad en la cual me desenvuelvo.
Es una verdad que me dice que las “luchas” son culturales,
no son clases que se enfrentan, son liderazgos con seguidores de diversas “clases sociales”, líderes que atraen personas que van conformando una comunidad (algunas veces incluso bajo un solo partido político) que a su vez va creando
una cultura (un lenguaje, un discurso, forma de vestir, redes de amistades, entre otras). Siempre hablan de reivindicaciones: recuperar los derechos perdidos o no alcanzados por la acción de una “clase” (capitalista para el
marxismo), una “raza” (nazismo), una religión (cristianismo en todas sus variantes; islamismo, etc.), una cultura (blancos sobre afros, o grupos como los de Le Pen en Francia), una preferencia sexual (heterosexuales sobre homosexuales) ; basados en esas “razones” justifican el arrasar con el “enemigo”. Se les persigue hasta hacerlos desaparecer, sea físicamente (muerte o cárcel) o económicamente (no se les permite conseguir trabajo o fuente de ingresos).
Esa es mi verdad, ya no creo en izquierda o derechas, ni en dioses, ni clases sociales, solamente soy un humilde seguidor del credo de Aquiles Nazoa.
Monday, August 11, 2014
Thursday, July 31, 2014
Una plusvalía para ti y la otra también
Jorge Cruz, Caracas 31 de julio de 2014
Cuando era un niño, las historias de fantasmas me llenaban
de miedo y curiosidad. Me asustaban y entusiasmaban poder escuchar cuentos
sobre sus apariciones, maldades o bondades, uno de mis preferidos fue la de la
mano de Oscar Wilde: El Fantasma de Canterville.
En mi juventud, el miedo desapareció, sólo la curiosidad por
un fantasma que recorría Europa. Me hablaba de la explotación del hombre por el
hombre que existía en el modo de producción capitalista o sistema capitalista.
La propiedad de los medios de producción generaba en que unos pocos (los
propietarios) se apropiaran de la plusvalía que el trabajador creaba. Con lo
cual mientras unos se enriquecían de manera desmesurada, otros vivían al borde
de la pobreza absoluta.
También supe que para eliminar la explotación unos países
(socialistas, se llamaron) decidieron que si el Estado asumía la propiedad de
los medios de producción se lograba ese objetivo; pero nunca se mencionó o tocó
a la plusvalía. El tiempo nos enseñó que la explotación no se eliminó, la
plusvalía que se generaba se concentraba en el Estado y los que estaban en el
poder o cercano a él se apropiaban de ella.
En pocas palabras, el pasar de unos capitalistas (conocidos
en algunos casos) a un ente más etéreo o al cual yo soy parte de, no significó
que la extracción de plusvalía se erradicara, sino que pasó a manos más “desconocidas”,
aunque en muchos casos se conocían de la
corrupción imperante.
La Plusvalía
He estado hablando de la plusvalía sin aclararla. Según
David Ricardo, es un exceso de valor que se genera en la producción, luego de
restar el pago al trabajador, este restante es el que el capitalista aprovecha
para enriquecerse cada vez más.
Carlos Marx la presentó como la forma como unos hombres
toman parte del valor generado para beneficio propio, como los que la toman son
pocos y los que la producen muchos, la riqueza de los pocos se agranda con el
pasar del tiempo.
Supuestamente los regímenes socialistas, tanto del siglo XX
como el actual, buscan extinguir la
explotación. La realidad ha sido otra. Yo voy a mostrar algunas formas de
exacción de plusvalía existente en Venezuela, a pesar de tanto discurso.
Voy a tomar como ilustración el caso del Seguro Social y
utilizar un caso hipotético que me sirva para mostrar mis argumentos. El caso
hipotético no es real, pero pudiera ser.
El Sr. P ha trabajado 11 años en una empresa privada, luego
ingresó a un ente del Estado, en el cual estuvo por 19 años y posteriormente
vuelve a otra empresa privada por 15 años, ahora tiene 65 años y desea
retirarse. Él desde finales de su primer trabajo logró una posición de
supervisión, que pasó a gerencia, por lo que su salario ha sido varias veces superior
al mínimo, su ingreso en los últimos 10 años han sido de 5 veces mayor.
En el país hay una diferencia entre pensión y jubilación, la
primera es la que se logra al cotizar al Seguro Social, al menos casi 15 años y
el monto que se recibe es similar al salario mínimo vigente. La segunda se
tiene por referencia el ingreso del último año, es un porcentaje que comienza a operar desde los 20 años hasta
los 30 de labores, cuando se logra tener un 100%, en una empresa sea privada o
pública.
Veamos que ocurre con el Sr. P:
1)
A pesar de haber estado trabajando por 45 años,
solamente tiene derecho a la pensión; es decir, salario mínimo. Su jubilación
no existe porque no se toma en cuenta la cantidad de años trabajados, sino la
continuidad en un lugar de trabajo. Por cierto, uno de los atractivos de trabajar con la administración
pública es que no importa donde se trabaje, se acumula el tiempo, algo que no
sucede con la empresa privada en Venezuela.
2)
A pesar de haber contribuido más de tres veces
la cantidad de cotizaciones al SS, nunca le es reembolsado la diferencia
(plusvalía acumulada para otros en un ente del Estado)
3)
A pesar de haber contribuido con hasta 5 veces
el salario mínimo por muchos años, su ingreso por la pensión solo le reconoce
el salario mínimo (nuevamente, plusvalía que se acumula para otros en un ente
del Estado).
4)
Otra irregularidad, a pesar de que a los 60 años
se pensionó, por 5 años le han estado debitando cotizaciones de su SS.
No voy a adentrarme en otros tipos de extracción sin
retorno, como por ejemplo, la política habitacional que se descuenta por muchos
años, en algunos casos se utiliza, pero en otros no y nunca es reembolsado, o
el pago por solamente tres meses luego de caer en paro, sin tomar en cuenta que
se pudo estar cotizando para el mismo por uno o decenas de años (se toma en
cuenta desde el primer año). Tampoco voy a adentrarme en el caso de los “bonos”,
una serie de motos que reconocen tu valía
(tales como la antigüedad o profesionalidad), que no son parte “integral” de tu
estipendio, por lo que no son tomados en cuenta al momento de calcular la
jubilación. Ni voy a tocar el tema de la Misión Amor Mayor, que en una gran
cantidad de casos le ha asignado una pensión a una persona que ha tenido
ingresos, pero que nunca ha cotizado. Para los que hablan de justicia, primero
deberían pensar en los que sí han cotizado, que parte de su ingreso se vio
disminuido para que luego uno que no lo hizo tenga igual tratamiento.
Como podemos visualizar, hay una cantidad de plusvalía que,
en este caso, un ente del Estado ha ido acumulando, que, como expresé
anteriormente, no es el Estado el receptor final, sino son grupos minoritarios
de personas que se apropian de ella: los que están en el poder o cercanos a él.
La boliburguesía no es una ilusión, es tan real como estas letras. Sucedió en
el socialismo del siglo pasado y se repite en el actual.
Algunos alegarán que el socialismo aún está en construcción,
por lo que muchos derechos no se han cumplido. Yo solo les recuerdo han sido 16
años, que no estamos hablando de algo superfluo, estamos hablando de la forma
máxima de explotación del hombre por el hombre, no lo digo yo, lo dijo Carlos Marx.
Si solamente haces reformitas en el ingreso, no se está realizando una “revolución”
sino gatopardismo de la mejor especie.
Ahora en mi vida de adulto ya no le tengo miedo, ni curiosidad a los fantasmas, me he
convencido que son puro cuento.
Friday, June 27, 2014
La intolerancia como marca
Jorge Cruz, Caracas 27 de Junio de 2014
En la puerta de un retén de recién nacidos se encuentra un
nigeriano, un alemán y un argentino, la enfermera levanta a un bebe de color
oscuro y pregunta por el padre, el alemán inmediatamente responde que es el
suyo, el nigeriano sorprendido le pregunta ¿cómo que tuyo? A lo que el alemán
responde ¿quieres que me toque el argentino?
Este antiguo chiste, como muchos otro, nos muestran con
humor los estereotipos a los cuales nos hemos acostumbrados, con lo cual
exteriorizamos nuestro segregacionismo. El segregacionismo no es ajeno a los
animales, por ello no debe causar escozor el reconocer que somos participes de
ellos, traigo un ejemplo de unas especies distantes que nos reflejan ello: las hormigas,
está documentado que entre la alta diversidad de ellas no hay compatibilidad,
una hormiga no puede “visitar” un hormiguero que no sea el propio, es repelida
e incluso pueden causarle la muerte, aún dentro de una misma especie esto no es
permitido. Por ello tenemos chistes de homosexuales, gallegos, negros, chinos,
entre otros muchos.
Todos tenemos conductas segregacionistas, ya sean por el
color de la piel, por la edad, por el sexo, por la preferencia sexual, por la
religión, por la cultura, por el origen, por la afición deportiva, entre otros.
La formación o valores dados en casa son los que nos
permiten minimizar este comportamiento, he dicho minimizar, porque nunca
desaparece, es instintivo.
Ahora bien, se puede también exacerbar este instinto, muchos
líderes lo han utilizado para ganar seguidores, para mantener en el redil a los
mismos, para atacar a contrincantes o incluso, como en las hormigas, eliminar,
ya sea física, económica, moral o políticamente.
Una de las formas más violenta de mostrar la intolerancia es
la desaparición física del oponente, la cual puede ser desde la cárcel, con lo
cual logran incomunicarlo con sus seguidores (algunas veces esto puede ser
contrario a los objetivos deseados), hasta la muerte. Pero hay otra forma más
sutil de desaparición, cuyo mayor representante has sido Joseph McCarthy, la
económica: no se le permite trabajar o tener un ingreso, con lo cual puede
generar que el asediado pueda cometer suicidio o migración (exilio) a un lugar
donde pueda ejercer sus conocimiento y ser remunerado por ello.
En Venezuela en los últimos 15 años hemos estado
involucrados en una agudización de nuestros instintos segregacionistas. El
presidente Hugo Chávez (QEPD). Él utilizó su posición y los medios de
comunicación (especialmente por medio de las cadenas nacionales u obligación de
todos los canales de información, ya sea televisivo y radio, de transmitir sus
alocuciones) para insultar, atacar o minusvalorar a todo aquel que no pensara
como él, se uniformizaba cualquier tipo de crítica, se le tachaba de enemigo,
no de crítico, generó diversos apelativos para denigrar: oligarcas,
pitiyanquis, escuálidos, majunches, entre otros.
En pocas palabras, aquí operan dos factores, por un lado la
personalidad del líder determina las conductas de sus seguidores, él es
importante para moldear la conducta de los miembros. Por otro lado, cada grupo
humano (comunidad) genera una cultura: forma de vestir o identificarse por su
atuendos; un lenguaje propio para la comunicación hacia dentro y distinguir o
minusvalorar a los contrarios; una estructura de poder, hay un líder al menos y
posiblemente otros mandos medios; y así por el estilo. Las culturas cumplen un
doble rol: son agrupadoras que permiten a sus miembros crecer dentro de sus
códigos y valores; y es un muro de contención para evitar las fugas, quien
manifieste “valores” diferentes es execrado o se auto execra.
Como resultado, en Venezuela la naturaleza de su líder marcó
el destino de un partido que se apropió del Estado y desde allí utilizó la
intolerancia como forma de poder, aplicando el principio maquiavélico de
dividir para vencer o mantenerse en el poder.
Por ello hemos visto como se han destruidos hogares, peleado
familias, acabado amistades de larga data, un permanente enfrentamiento entre
quienes piensan diferente; así mismo, se ha extendido a otras áreas:
recientemente salió un artículo en aporrea.org en la cual un funcionario del
IVIC casi suplicaba que se le permitiera investigar con recursos biológicos, se
culpan de los errores a los otros y con base en ello se encarcelan a los
supuestos culpables, se persigue, tortura o incluso asesina a quienes
protestan, todo bajo la misma premisa intolerancia, justificada como vendidos
al imperio, antipatriotas o destructores de la ecología nacional.
También hemos sido testigos de la desaparición económica de
muchas personas que vivían en esta república, ya por la famosa lista Tascón o
las subsiguientes caza de brujas en los lugares de trabajo.
Cómo vemos mucho de estos argumentos o discursos son los
mismos que escuchamos a quienes antes estuvieron en el poder, solo cambian los
actores, aunque no se puede negar que la exacerbación que se han experimentado
bajo el régimen chavista no tiene parangón.
Ha sido una intolerancia que funciona como la marca de un
producto, ha sido la forma de gobernar diferente a sus antecesores, muchas de
sus acciones están “legalmente” respaldadas, muchas son de golpe suave.
Yo he vivido en este país por más de 40 años, únicamente
bajo este régimen, en cuatro ocasiones, me han expresado que debo abandonar
este país.
La intolerancia y la segregación son familia, ellas han sido
la marca de estos últimos años.
Friday, April 18, 2014
Las autotrampas de eso llamado izquierda
Jorge Cruz,
Caracas 17 de abril de 2014
Hay caminos que no se deben transitar, excepto si lo hacemos
es por buscar la vía rápida o respuesta fácil, esa que nos saca del atolladero
en el corto plazo, pero que se nos convierte en una carga en el mediano y
largo.
Lo peor es que muchas veces esas respuestas fáciles se
convierten en mitos, esas verdades sagradas; nadie las mira o realiza un escrutinio de ellas, solo se
aceptan y hasta reverencian.
La que se autodenomina izquierda no escapa a esa tendencia,
se ha llenado de mitos que le sirven para atacar los sentimientos, pero son
torpes al ser sometidos a un análisis. Parte de las culpas las tiene el estar
siguiendo a una teoría que surgió en el siglo XIX, que sirvió como herramienta
política para poder justificar las protestas de esos movimientos obreros o
agruparlos bajo un partido, pero que son básicamente propuestas políticas y se
quedan cortas al intentar realizar un razonamiento de la realidad.
Un solo ejemplo, se hace énfasis en los obreros, en nuestros
días el sector servicios se ha multiplicado muchas veces para convertirse en
una fuerza de tamaño considerable, por lo que seguir esgrimiendo la bandera de
obreros del mundo uníos, tal como reza el Manifiesto Comunista, suena, huele y sabe a naftalina.
Voy a describir algunos de los argumentos o conceptos que la
“izquierda” ha utilizado con mucho o poco provecho para alcanzar el poder, pero
que se ha demostrado incapaz de poder lograr el paraíso prometido en el
comunismo. No son todos, solo algunos, como también utilizo algunos que han
tenido mayor éxito en Venezuela.
El enemigo principal
Generalmente cuando leo o escucho a la llamada izquierda me
recuerda a una serie famosa hace ya muchos años: La Isla de la Fantasía;
porque, como si fueran enanos mentales, gritan: el imperio, el imperio, que
genera regocijo entre los espectadores, se reconcilian los descarriados
(historias de amor y odio); luego vuelve la rutina, se baja la temperatura y se
espera por el próximo llamado del imperio. En Venezuela tenemos otras
versiones: El golpe y magnicidio.
Mientras tanto, los guionistas (los que están en el poder) y
titiriteros o reales mandamaces , se ríen y disfrutan.
Quienes son los titiriteros, pues nada más y nada menos que
las transnacionales. Un buen grupo de ellas manejan presupuestos anuales
similares a la suma de varios países africanos y ellas gasta inmensas sumas en
hacer cabildeo (lobbying) para imponer sus intereses en las decisiones de
Estado; en pocas palabras, son las que realmente manejan la economía y
determinan las políticas en los países. Los gobernantes de cada país
(incluyendo a los EE.UU.) solo siguen los dictados de tales corporaciones, más
aún cuando actúan en grupo (Bilderberg, entre otros).
A pesar de ello, los
militantes de la izquierda solo se refieren al imperio (E.UU., e incluso no
reconocen a otros como el alemán, ruso, chino, japonés o Brasilero), es claro
que para fines propagandísticos es preferible tener a un “enemigo”, que algo tan
difuso como las transnacionales; esto no es útil para fines analíticos y menos
aún, para trazar estrategias de lucha.
Por este motivo vemos casos como el venezolano, en el cual
se ha atacado y utilizado hasta la saciedad el imperio, se arrinconado y casi
extinguido a los empresarios nacionales, pero al mismo tiempo se les ruega a
las transnacionales que amenazan con irse, que no lo hagan; se les busca como
aliados en todos los procesos de la producción petrolera o se les dan los
contratos de mayor peso ingenieril.
El último señalado es
digno se resaltar porque ilustra claramente lo que he querido expresar.
Por mucho años los ingenieros venezolanos, generalmente
agrupados en empresas privadas propias, realizaron grandes contratos y obras
para el Estado, por ejemplo, la autopista a La Guaira, construida en los años
50, que cuenta con tres viaductos y dos túneles, eran obras que se elogiaban
hasta internacionalmente. Casi desde el año 2004, cuando el gobierno brasilero
apoyó al difunto presidente Chávez a neutralizar el paro petrolero, Odebrecht
(transnacional con origen en Brasil), de ser una simple prestadora de servicios
más en el Metro de Caracas, pasó a ganarse todas la grandes obras: puentes
sobre el Río Orinoco, construcción de nuevas rutas para el metro, entre otras.
(Yo estoy seguro que esto fue parte de los pactos acordados para el apoyo de
Brasil, como también estoy seguro que esta y otras empresas que han recibido
contratos de diversa índole en Venezuela, han financiado las campañas del Partido
de los Trabajadores, en el cual militaba Lula).
Estado como productor
La segunda autotrampa está relacionada al papel del Estado,
especialmente estar a cargo de áreas estratégicas como alimentos, salud,
educación, entre otras. Me interesa hablar de la primera señalada porque en
ella está presente producción.
Si revisamos la experiencia de este tipo de modelo, notamos
que son contadas las que han sido exitosas y todas ellas en campos
capitalistas. La de los países que en algún momento se llamaron socialistas, en
los cuales todas las empresas pasaron a ser parte del Estado, los resultados
son desastrosos, por ello Rusia, China, Vietnam, entre otros, están en una
etapa de capitalismo bastante agresivo, con sectores privados que están
explotando de la peor manera a sus poblaciones y otras más.
Yo conozco dos ejemplos exitosos, ambas en el área de
servicio: la Empresa Pública de Medellín (que dependen de la Alcaldía), que
actualmente incursiona a escala nacional en Colombia y Embratel (que era
nacional) y una del estado de Río de Janeiro que no recuerdo su nombre; la
competencia entre estas dos era fuerte, por lo que su servicio era eficiente.
Cuando las empresas de producción son manejadas por el
Estado han adolecido de mermas considerables en su producción o deterioro en la
calidad de sus productos, esto generalmente sucede por dos razones: ellas se
vuelven clientelares (emplean más de lo debido, por lo que los costos de
producción se inflan y requiere de subsidio del Estado o se baja la calidad
para compensar su excesivo costo); en otro caso, como es casi garantizado la
permanencia en el trabajo, los empleados
tienen a descuidar su producción; también puede ser que no hay incentivo para
investigar e innovar por lo que sus productos se desactualizan; al no tener
competencia, sino monopolio no interesa la calidad y, por último, los cargos
gerenciales no se nombran por su excelencia sino por su sumisión al partido o
la camarilla de gobierno, que pueden generar deformaciones como, por ejemplo,
no saber manejar los inventarios. Ya mencioné que esto se vivió en varios
países, pero el último es el caso venezolano, que casi todas las empresas
expropiadas están en condiciones de producción deplorables, por lo que sus
productos han desaparecido del mercado y han contribuido enormemente a la
escasez reinante.
Del dicho al hecho hay mucho trecho, lo que puede ser
plausible en lo teórico no necesariamente lo es en su aplicación. Como expuse,
la producción de bienes no ha sido eficiente ni eficaz en manos del Estado, tal
vez deberíamos buscar otras maneras de producir en lo privado (cooperativas,
p.e.) y que el Estado sea lo suficientemente grande para realizar la
supervisión necesaria.
La verdad es la que
dice la izquierda
Los medios de comunicación no dicen la verdad, incluso se
les acusa de guerra mediática. Lo que se esconden en estos tipos de argumentos
es el deseo de controlar la información, que solo la “izquierda” tiene o dice
la verdad. Los medios generan una población de tontos, que no saben disuadir el
bien del mal; sin embargo, lo que sucede es que si la “izquierda” llega al
poder utiliza las mismas artimañas y técnicas de propaganda existentes, como
los principios de Joseph Goebbels. Por ejemplo, simplificar el mensaje, se
habla del imperio y no de las transnacionales.
Se sataniza la educación como formadoras de borregos, cuando
se debe formar es una masa crítica. Entre los factores que ayudan a tener una
masa crítica está la diversidad de información que permita contrastar, la
“izquierda” como poseedora de la verdad intenta monopolizar la información a
impartir; es decir, niega uno de los principios para la existencia de un
pensamiento crítico, que es otra variante de esa autotrampa, solo la
“izquierda” forma el pensamiento crítico.
Soberanía e independencia
del capitalismo
Se habla de independencia cuando en realidad se siguen los
principios del gran capital. Suramérica es un gran ejemplo, varios gobierno se
han declarado progresitas, anti-imperio, pero en realidad se sigue la hoja de
ruta que trazó el Banco Mundial para la gobernabilidad, luego de la aplicación
del shock económico con las medidas del Fondo Monetario Mundial.
Todos los países que se han declarado progresista están en
una carrera por la explotación de recursos mineros, incluso países con una
tradición pobre en ese aspecto, tales como Uruguay y Argentina.
En la nueva redistribución que ha hecho el gran capital de
las ventajas comparativas (dedícate a lo que eres bueno o tienes como ventaja
con relación a otro países) es que los países “menos” desarrollados suplan de
materia prima, especialmente minerales, a los “más” desarrollados. En pocas
palabras, una etapa de neoextractivismo, como le han llamado algunos autores.
Venezuela ha sido el extremo de esa tendencia, desde la
llegada al poder del chavismo, hace más de 15 años, se ha dedicado a destruir
la industria nacional y dedicarse a explotar petróleo; peor aún, hacia los
EE.UU. exporta petróleo que luego compra refinado.
No ha habido intentos de realmente de ser independientes, sino de cumplir con
los designios del gran capital, aunque el discurso pareciera ser lo contario;
porque la propaganda al respecto juega un papel importante: crear la ilusión de
soberanía e independencia.
El modelo que se pregona, socialismo, no tiene una visión
clara de que se busca, ni a lo interno y menos a lo externo, por ello solo
siguen las reglas de juego que marcan las transnacionales y con ello el
capitalismo mundial.
Acabar con la
exclusión sociopolítica y económica
Para el quinto caso voy a utilizar como su mayor exponente a
Venezuela, por estar inmersa en una “revolución socialista”: combatir la
exclusión. Uno de los temas que más se argumentan en la “izquierda” es la
existencia de una exclusión social, hay sectores que no tienen derechos o son violentados
permanentemente, sus reclamos por medio de protestas son la expresión de lo que
llaman Lucha de Clases, que teóricamente debería ser la toma del poder por la
clase explotada, no de un partido o grupo que se autodenomina representante de
la clase obrera (que generalmente vienen de la clase media).
Esto es parte de la teoría política de Carlos Marx, hay un
pequeño grupo de explotadores y una mayoría de explotados, poseedores de los
medios de producción y “manipuladores” de los medios de producción, que al
realizar esta acción generan plusvalía que es acumulada por los dueños de los
medios de producción. Esta apropiación
da pie a una exclusión de los últimos, apenas sobreviven e incluso hay los
lumpenproletariado, que están totalmente marginados de un empleo o de una vida
mínimamente digna.
Supuestamente, al acceder al poder esta gran mayoría se
revertirían los roles y se llegaría a un estado en el cual no habrían clases.
Venezuela ha tenido en el poder por un lapso de 15 años a un
grupito que dirige la revolución socialista (gracias a los ingentes ingresos
petroleros). Son un grupito que se reparten varios puestos de la burocracia (se
pasó de tener 16 ministerios en el 1998 a 36 en 2014) y también entre varios de
la misma familia, ha habido más de dos hermanos en cargos de alto rango en el
Estado.
Pero allí no acaba la historia. Este grupito que
supuestamente ha intentado acabar con las exclusión social (se arguye que no se
ha abolido porque se está en una transición, que es un proceso que está en
construcción), aunque ha generado otro tipo de exclusión: política, todo aquel
que no esté en el partido de gobierno es perseguido o calificado de escoria:
oligarca, pitiyanqui, escuálido, majunche, entre otros. No se aceptan críticas
(tienen la verdad), cualquier pensamiento contrario es calificado de derecha.
Menos aún que proteste, no se tienen derechos políticos, al
menos que digas que estas con la revolución. Las protestas que se han sucedido
en Venezuela desde el 12 de febrero han sido reprimidas de la peor manera:
muertes por balas u otros medios, torturas, envío de los jóvenes que protestan
a cárceles donde se recluyen a personas con historial delictivo o de
asesinatos, destrozo de puertas o rejas para el ingreso a edificios o
viviendas, destrozo de vehículos estacionados en las vías. En otros artículos
que están publicados en el blog: www.jorgecruzo.blogspot.com
se pueden leer artículos que describen en algunos casos la represión.
Si bien es cierto, que el país señalado estaba en una crisis
en la cual la separación entre los sectores poderosos y el resto era cada día
más distante, en la cual si habían dos Venezuelas, una que acudía a la
educación y salud privada y la gran mayoría que no sufría un viacrucis para
poder ser curado o a una educación pública cada vez en peores condiciones; ni
hablar de la desnutrición o alimentación deficiente de los mismos. La llegada
del Chávez fue un respiro en cuanto a programas sociales, se les llamó misiones;
pero su objetivo no era mejorar las condiciones del país, fue acabar con los
partidos políticos contrarios (ver Lo Político Primero, en el blog citado).
Por ello se pasó de una exclusión social a una política;
porque al final, en todos los países que han instaurado el socialismo ha sido
la tónica, tener un solo partido que está en el gobierno y perseguir a
cualquier tipo de oposición. Es decir,
se ha utilizado el pensamiento de izquierda para justificar o mantenerse
en el poder.
En pocas palabras, no
es cuestión de eliminar las clases sociales, es de asumir el poder y permanecer
en él el mayor tiempo posible. Nunca ha estado realmente en la agenda el acabar
con la exclusión social, política o económica, ha sido solamente un excusa para
acceder al poder, ya que es la izquierda la que tiene la verdad.
La participación como
panacea
Por último otra autotrampas: la participación de los
sectores populares. Esta hipótesis alega
que es necesario que TODOS participen en la construcción de su entorno, desde
su vivienda hasta el país. El problema con esta propuesta es que se olvida que
somos animales gregarios y, como tal, tendemos a delegar en el líder la toma de
decisiones, en el macho alfa recae la ruta a seguir.
Otro tema que se relega es la economía energética, las
personas se movilizan en función de obtener mayor cantidad de energía que la
invertida en su obtención (si yo gasto consuetudinariamente más energía de la
que recupero, llega el momento en el cual tengo deficiencia energética); por lo
tanto, si percibo que no voy a tener un superávit energético no me movilizo.
Con ello quiero decir que la participación es diferenciada,
algunos ponen más tiempo y energía en la acciones a seguir, que todos responden
a su interés personal (que generalmente es su primera comunidad: la familia
directa, no necesariamente el trio de padre, madre e hijos, sino que incluye a
otra línea familiar como los padres,
hermanos, entre otros), en primera instancia, luego a su comunidad (aquí
me refiero a la que generalmente se utiliza como concepto en la ciencias
sociales); que quienes invierte más deben estar buscando prebendas, ya sea
acceder al poder o premios.
En Venezuela también se han estado hablando con fruición de
la corresponsabilidad y participación protagónica. Las figuras cumbres de esto
son los consejos comunales y la comuna (un agregado de CC). La ley para los
primeros exige porcentajes de participación en asambleas, que como autoridad
máxima, es la que toma decisiones para el área de influencia. El gran problema
es que se cae en un asambleísmo que cansa tanto a los que fueron elegidos
voceros (delegados por áreas de interés), como el resto de la comunidad. Por
ello, más son los CC que funcionan en el papel que en la realidad.
No voy a profundizar en otros problemas de los CC como
voluntarismo, horizontalidad… porque me llevarían a otros lares.
Conclusiones
Mientras los teóricos y pragmáticos de la “izquierda”
continúe sin preguntarse o reescribir su hipótesis de trabajo, tendremos lo que
hemos tenido: movimientos (realmente partidos) que han dirigidos revoluciones
que al final solo logra que otra camarilla se atornille al poder.
Es más cómodo seguir donde se está, pero al final sólo
obtendrán frustraciones porque únicamente el gatopardismo es el triunfador.
Tuesday, April 1, 2014
Cuando Fuenteovejuna actúa
Jorge Cruz, Caracas 01 de abril de 2014
JUAN ROJO: ¡Rompe, derriba, hunde,
quema, abrasa!
ORTUNO: Un popular motín mal se
detiene.
COMENDADOR: ¿El pueblo contra mí?
FLORES: La furia: pasa tan
adelante, que las puertas tiene
echadas por la
tierra.
Fuenteovejuna, Lope de Vega
La violencia la podemos reducir a cuatro actores:
- De los poderosos, económica y/o políticamente hacia los de abajo
- Entre los de un mismo sector, p.e. los de abajo hacia los de abajo
- La autoinfligida
- La de los de abajo hacia los poderosos
La primera generalmente se ejecuta bajo
el amparo de la ley, legislación que casi creada para el beneficio
de los de arriba, cuando se logra legislar en lo contrario es mediantes luchas,
protestas e incluso muertes.
La segunda puede tener varios orígenes.
Es ejecutada por alguno que tenga o cree que posee mayor fuerza o
respaldo: carga de la policía contra manifestantes, capataces contra
sus súbditos, padres contra hijos, hombre contra mujer, entre otros.
La tercera, no necesita explicación,
el caso extremo es el suicidio.
La última es por lo general rechazada,
principalmente, con violencia por parte de los cuerpos represivos o
paramilitares. Tiene diversos grados, desde la que se hace con
barricadas en la cual se queman objetos y combate a las fuerzas
represivas con insultos, golpes, bombas molotov, entre otras; hasta
la de guerrillas, combates con armas y tácticas de guerra, sean
urbanas o rurales.
Hay muchas probabilidades que estalle la violencia cuando uno o los dos bandos actúan en una carrera de ganador-perdedor, juego suma 0; porque un o los dos no se reconocen en cuanto a interlocutores, es un estado para la aniquilación total como fin último del otro. Especialmente los que están o tienen poder actúan con impunidad bajo la ley o en contra de ella, pero amparados en su poder o les pueden dar el poder a grupos paramilitares para que aparezca más como acción de otros y no de los poderosos; los otros también actúan muchas veces violando la ley, porque es una acción reactiva ante un espacio (aro de seguridad) invadido o cambios que se consideren pueda significar poner en riesgo sus supervivencia.
En pocas palabras, la violencia es un estado que es parte de nuestro ser animal, es una respuesta a un ataque que sentimos que nuestra integridad o vida está en peligro. Las respuestas ante estos ataques pueden ser inmediatas o suavizadas por los valores culturales o educación recibida o aprendida. Muchas veces se acumula y cuando estalla es de mayor intensidad su accionar.
El mayor problema es que cuando estalla, generalmente, se inicia una espiral de toma y dame que puede solamente bajar el volumen cuando alguno de los contrincantes u ambos, por acuerdos mutuos, deciden hacerlo, se aniquilan mutuamente o uno de los participantes (pueden ser individuos o grupos de individuos) mueren. En algunos casos es necesaria la intervención de terceros para bajar la temperatura o ser un facilitador del diálogo.
Philip Zimbardo en su libro The Lucifer Effect (El Efecto Lucifer) menciona que el mal (violencia) es el ejercicio del poder o como lo expresa en una charla que está en (inglés): http://www.ted.com/talks/philip_zimbardo_on_the_psychology_of_evil/, “Es sobre el poder de intencionalmente herir personas sicológicamente, destruir letalmente, o ideas o cometer crímenes de lesa humanidad”
Como el poder está allí presente, sucede algo interesante: la violencia puede ser justificada para bien o para mal; es decir, sus actores pueden ser considerados héroes o villanos, dependiendo de qué lado estés.
El ejemplo más ilustrativo lo tenemos con dos sucesos ocurridos en Venezuela. El primero es el llamado Caracazo (27-29 de febrero 1989), el segundo hasta la fecha de este escrito está en las calles: las protestas en varias ciudades del territorio nacional desde el 12 de febrero. El primero fue loado por la “izquierda” como un levantamiento popular contra un paquete económico aplicado para salir de la crisis; se inició por el incremento del pasaje, en el cual los transportistas no respetaron el aumento acordado con el gobierno, sino que fue al doble del que estaba vigente. Fue algo espontáneo que se fue regando como pólvora desde las localidades de Guarenas y Guatire (ambas ciudades dormitorios de Caracas) hacia Caracas y de allí al país. Hubo saqueos en muchas ciudades, también muchos muertos. El segundo se inicia por una protesta estudiantil, motivada por una violación de una estudiante en el recinto universitario, la protesta se dirigió a la gobernación a entregar un documento, nadie los recibió, sino la Guardia Nacional y la policía, hay detenidos y los mismos son enviados a un penal (cárcel para reos con delitos civiles que van desde el hurto hasta asesinatos) a 700 kilómetros de distancia. Pocos días después hay una marcha hacia el Ministerio Público para pedir justicia, en la ella son asesinados por cuerpos del Estado dos participantes (uno a favor del gobierno y otro en contra), esa misma noche muere otro opositor en las protestas que se inician desde ese día, ya van 37 muertes, un número considerable por armas de fuego. Hay un artículo de mi autoría que describe mejor los hechos del 12F (¿Fue el 12F provocado? En www.jorgecruzo.blogspot.com.
Como mencioné antes, hubo grupos que loaron la primera acción, un número significativo está en el gobierno o el partido del gobierno, ahora sus respuestas son similares a las que argumentó el gobierno para justificar los atropellos durante el Caracazo.
Como bien señala MLM, el Caracazo fue la respuesta a una falta de comunicación absoluta ante las necesidades de el pueblo y los de arriba, que bien claro quedó en ese primer día de aumento, no hubo una voz de los partidos, gobernantes que escucharan el clamor por cumplir con el incremento en los pasajes acordado. Las protestas actuales tienen un origen similar, por mucho tiempo se negó la inseguridad hasta que se hizo tan visible que no se podía ocultar, el desabastecimiento y sus colas llega el momento de cansancio (a pesar de ser un vehículo de intercambio por las charlas improvisadas), la inflación que golpea a los bolsillos de manera permanente, porque si reclamas serás castigado como golpista o tarifado por intereses foráneos.
A los que se oponen al gobierno los tildan de golpista, terroristas cargados de odio o epítetos ofensivos como pagados por el imperio, progringos, etc. La cruzada del gobierno es la de la paz y amor, mientras tiene a miles de detenidos o los liberados con régimen de presentación, torturados, asedio por parte de la GN o sus paramilitares a las viviendas o conjuntos residenciales donde hay mayoría que están en contra con miles de bombas lacrimógenas y gas pimienta, quema de vehículos y daños a las rejas o puertas de acceso a los conjuntos o casas, además de destrozos en general (hay un ejemplo que nos muestra la violación y saña con la que se actúa, cuando asaltaron la casa de una dirigente estudiantil no solo destruyeron sus puertas y otros objetos, sino los vidrios de sus ventanas) y asesinatos por los ambos cuerpos, también es impresionante el ver que los carros-tanques que lanzan chorros de aguas son dirigidos hacia las ventanas para partir sus vidrios. Son tantos los desmanes y muertos que han sucedido en nombre de la paz, que parece más bien una pacificación con la desaparición física de los que se oponen.
Nicolás Toledo en el muro de su Facebook colocó un escrito que narra la falta del gobierno de escuchar los pedidos de grupos de la población, de la falta de interlocutores, de una justicia que no los representa (lo mismo que sucedió en el Caracazo, que se puede revisar en el libro de Margarita Lopéz Maya: Del Viernes Negro al Referendo Revocatorio, Alfadil Editores, 2005). Hago una cita larga pero descriptiva de lo señalado:
“Tu cuentas con la MUD, la unidad de todos los partidos de oposición, la unión de partidos y grupos y personas independientes, tienes diputados a los que votaste. Tienes Gobernadores y Alcaldes, concejales y legisladores regionales y municipales, pero si no son del Psuv, no son escuchados, no les dan la palabra en los órganos de representación popular, les niegan presupuestos, les quitan competencias, los persiguen, les allanan la inmunidad de sus cargos y los apresan sin causa justificada. A la mayor parte de ellos, una vez que fueron elegidos, el Estado les nombró a militares en estructuras paralelas para anularlos.
Tu contabas con medios de comunicación, pero estos han venido desapareciendo, los cierran, los compraron los testaferros del régimen, están siendo censurados o se autocensuran por temor; les niegan el papel que requieren para sus publicaciones. Cierran canales o sacan del aire la señal de canales internacionales. Botan periodistas, censuran a articulistas, enjuician a los editores.
La defensoría del pueblo lleva años sin defender a otro que no sea al Estado mismo. La Fiscalía, utiliza la justicia y la investigación de causas como castigo a los que disienten. A gente como tú, las criminalizan, las encauzan, les inventan delitos contra el Estado. Los Tribunales están en manos de partidarios del Psuv que cantan sus loas al gobernante, se atropellan para agradarle primero o más descaradamente o confiesan sin tapujos que su estabilidad laboral dependen de su sumisión al régimen.”
Este cuadro se ha agravado porque el gobierno, desde su anterior presidente, el difunto Hugo Chávez, ha jugado siempre a la suma 0, un país que se ha desbastado con tal de lograr su objetivo: eliminar cualquier crítica o disidencia, porque como regla del juego suma 0, no importa los medios, importa es el fin, si era necesario acabar con la industria nacional se implementaba acoso, persecución y expropiación; para acabar con los partidos de oposición se creó un cerco judicial o, como menciona Nicolás, nuevas figuras paragubernamentales, presupuestos, competencias, entre otros; para acabar con las protestas se les tilda de terroristas, de golpe de Estado (sin Fuerzas Armadas que son las que lo dan) que justifica las violaciones de sus derechos...
Como vemos es la descripción de una impunidad reinante para aquellos que sea o alegan ser simpatizantes del partido del gobierno. Una impunidad que no te protege en tu lugar de estudio; una impunidad que no permite que reclames tus derechos, tu seguridad; una impunidad que dispara contra tus protestas y luego vocifera que el culpable eres tú; una impunidad que utiliza su represión para ocultar el desastre en el que está sumido el país alegando que es por culpa de los golpistas. Ha sido una impunidad por parte de unos y un resentimiento por el otro, que se ha acumulado por años, hasta que Fuenteovejuna hace aparición. Primero fue en Táchira, luego Caracas (12F) y, por último,un grupo de ciudades.
Un Fuenteovejuna que no avisa cuando aparece, que se ha ido formando con ese sentimiento de desamparo ante la ley, ante tus necesidades, ante tu futuro, ante ese sentir que el país no te pertenece, ante esa frustración que no existes como parte del soberano, de la nación, ante la percepción de estar como un animal atrapado y sin salidas posible y ... das zarpazos, muerdes y causas caos, te defiendes como puedes, aunque ello pueda significar la muerte, pero mueres con las botas puestas.
¿Cuántas muertes serán necesarias para que el “comendador” entienda que ha sido sordo a los reclamos? ¿Cuántas violaciones o mayores grados de violencia son necesarias para que se pase a una negociación, a un juego de ganar-ganar? ¿Cuándo los “amigos” del “comendador” entenderán que están siendo cómplices de tanta arrogancia?
FRONDOSO: ¿Qué es tu consejo?
ESTEBAN: Morir diciendo
"Fuenteovejuna,"
y a nadie saquen
de aquí.
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