Tuesday, November 19, 2019

Policlasista o policultural


Jorge Cruz, Caracas 18 de noviembre de 2019

Las clases de mi MAESTRA, en mayúscula, Itala Scoto, nos generaba una gran ansiedad, cada vez que concurríamos al aula salíamos desbastados, casi en una de sus últimas secciones un estimado colega preguntó: “Usted ha destruido todas nuestras verdades ¿ahora qué hago?” La respuesta fue contundente: “Ese es un problema de ustedes”. Era cierto, cada uno tuvimos que reconstruir aquellos pedazos y armar un nuevo rompecabezas. Claro está luego de pasar por una gran angustia existencial; era un desgarrador dolor descubrir que aquellas verdades no eran únicas, que había otras verdades tan valederas como las nuestras. Tal como nos decía: “Si una cosa tiene una explicación tiene más de una”.

Con el marxismo ha pasado que muchos lo utilizan como verdad, cuando es sólo una aproximación. Se ha usado como muletilla para muchos análisis, pero pocos se percatan que es una teoría política, no es económica, tampoco sociológica, menos aún antropológica.

Ya algunos autores han señalado que está permeada de su época, es positivista, como también se puede percibir que cuando intentó ser sociológica lo hizo de manera tan general que solo redujo su análisis a esquemas, por ello su propuesta es binaria, de opuestos, cuando la realidad es mucho más rica que ello (cito uno de los autores, Edgardo Lander (1)). Ese acercamiento maniqueo es el que ha sido mayormente utilizado para explicar los estudios sociales, aunque sólo quedan en una visión reducida, con alto contenido político pero poco explicativo.

Por ejemplo, el concepto de clases sociales, donde en cada modo de producción hay dos opuestos irreconciliables: explotados y explotadores, proletarios y capitalistas, productor de plusvalía y acumulador de esa plusvalía. Tanto es así que Mao Tse Tung propone un concepto nuevo: pequeña burguesía, para poder acoger allí a protocapitalistas. Incluso el mismo padre de la teoría, CM, planteo una ruptura con su dualismo: lumpemproletariado, pero es algo poco desarrollado y muy incluyente e impreciso.

La realidad era mucho más rica que esa reductora propuesta al momento de su exposición, allí se evadió que existía un sector gerencial y/o supervisores. Con el devenir de la historia se ha ampliado el panorama, ahora ha crecido el área de servicios, donde hay muchos más profesionales y hemos visto como ese proletariado, en el sentido de esta teoría, se ha minimizado, ya que hasta los mismos “proletarios” se han formado y son ahora operadores, con calidad de vida acomodada.

Más traspiés damos aún si intentamos analizar la dictadura del proletariado y la ejecución en naciones que se han declarado socialistas.

Quienes han liderado la revolución socialista no han sido proletarios, sino líderes, generalmente que emergen de sectores medios, que a su vez pertenecen a partidos políticos. Lo partidos son multiclasistas, para utilizar esta misma terminología, allí se pueden encontrar desde sectores cercanos o pertenecientes a la burguesía, sectores medios, “proletarios”, entre otros.

El acercamiento cultural
Voy a utilizar el concepto de cultura de Tomas Austín (2):

“…un proceso (o red, malla o entramado) de significados en un acto de comunicación, objetivos y subjetivos, entre los procesos mentales que crean los significados (la cultura en el interior de la mente) y un medio ambiente o contexto significativo (el ambiente cultural exterior de la mente, que se convierte en significativo para la cultura interior).”

Y agregaré un comentario que está en mi libro: Apuntes para la Interacción con Comunidades (3):

“Las culturas generan, entonces: artefactos, normativas, costumbres, lenguaje verbal, sistemas simbólicos y valores, los cuales se encuentran entremezclados y con distintas intensidades dependiendo de la ocasión y situación.”

Este término nos permite notar que cualquier grupo de dos o más personas generan cultura.

Tenemos así que cultura se está generando permanentemente, ya sea en el grupo familiar, el condominio, la vecindad, el lugar de trabajo, la iglesia a la que asiste…

Algunos de estos grupos se convierten en cómplices de pensamientos ideológicos y allí se da el germen para un movimiento o un partido político. Los PP inician a gestar una teoría que busca asumir poder o el poder a mayor escala, hasta nacional.

Su composición, en un principio, puede ser bastante homogénea, pero al crecer  y con el pasar de los años, sus sectores sociales se diversifican.

Ya señalé que muy frecuentemente son ellos los que asumen el poder de una región o de un Estado. En algunos casos forman proyectos supranacionales con conglomerados afines,

Por todo lo anterior, puedo concluir que no son “clases sociales” las que conforman los procesos políticos, sino grupos culturales reunidos en movimientos o partidos.

Por todo ello, el marxismo no tiene herramientas para comprender a movimientos como los ecologistas, feministas, netamente culturales, entre otros.

Es decir, con el marxismo hemos actuado como las hermanastras de la Cenicienta, queriendo agrandar o achicar su capacidad, pero realmente no sirve para más allá de un análisis, restringido de por si, a la política dentro de una sociedad. Es un discurso de mucha carga emotiva y poco explicativa.

Puedo concluir como expresó el ideólogo de la publicidad, considerado el padre la ella en la etapa moderna, Joseph Goebbles, que fue el creador de la imagen de Hitler: “una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad”, El caso más lamentable es cuando es una hipótesis que se trata como verdadera a pesar que la realidad la niega permanentemente.
Estoy seguro que habrá muchos detractores, todo ello es parte de remover los cimientos, como lo realizó mi maestra, lo importante es rehacerse y crecer en el conocimiento.

Bibliografía
(1)  Lander, Edgardo (2008) Contribución a la Crítica del Marxismo Realmente Existente. Fundación Editorial el Perro y la Rana. Caracas.

(2)  Austin Millán, Tomás R.  Para Comprender el Concepto de Cultura. En http://members.lycos.co.uk/tomaustin/ant/cultura.htm.Revisado el 02/02/2009.

(3)  Cruz Osorio, Jorge Apuntes para la Interacción con Comunidades. En: http:www.jorgecruzantropologo.com (actualmente fuera de servicio)

Thursday, November 14, 2019

Democracia o dictadura, he allí el dilema


Jorge Cruz, 14 de noviembre de 2019

Todas las especies, incluyendo los humanos, utilizamos la energía para obtener casi siempre ganancias, ya que tal operación garantiza nuestra supervivencia. A tal comportamiento yo lo llamo economía energética.

Por esa causa tendemos a crear rutinas y a simplificar nuestras emociones y razonamientos, que, entre otras cosas, nos lleva a un pensamiento binario, de blancos y negros, maniqueísmo tales como izquierda-derecha, yo tengo la verdad y tú estás permanentemente errado, yo estoy con el dios salvador y tu condenado al infierno,…

Los pueblos, sociedades o comunidades tienen derecho a equivocarse, como también a intentar corregir. Eso es algo que los gobiernos de tipo democrático, en todas sus variantes, nos permite o debe permitir; algo que está casi negado con los autoritarios o, en su extremo, las dictaduras.

Hay un libro del biólogo estadounidense Jared Diamond, intitulado Colapso, en el cual nos presenta diversos caminos (de corte ambiental, principalmente) utilizados por sociedades que las pudo llevar a corregir el rumbo, que les garantizó éxito, fracasos (desaparición) o sólo sobrevivir.

En pocas palabras, las sociedades tienen derecho intentar cambiar su devenir, lo lamentable es que muchas veces esto no se logra de forma pacífica sino en una confrontación en la cual se pierden vidas o cosas. Esto se da por la tendencia de grupos humanos a blandir que ellos son los únicos poseedores de la verdad, ese economicismo energético llevado a su máxima potencia.

Son esos fanáticos que practican adoración de ídolos y doctrinas milenaristas, salvadoras de todos los pecados, los que practican cruzadas para limpiar o convertir a los impuros. Hay, aparentemente, dos versiones: las que se consideran laicas, como la militancia de un partido o teoría política o un equipo de fútbol, entre otras; o una  clerical como cualquiera de las tradicionales feligresías adoradora de dioses. Aunque, en términos culturales los comportamientos son similares e incluso existen los que participan en ambos grupos.

En Latinoamérica vivimos en un permanente vaivén político, gracias a fanaticadas de diversos tintes políticos. Estos últimos años son una muestra de ello. Un número importante estuvieron al frente líderes se tenían un discurso de eso llamado “izquierda”, desde mediados primera década de este siglo hasta mediados de esta segunda, todo ello gracias a que minerales y rubros agrícolas tuvieron una escalada de precios, al desinflarse tales productos, el Estado poderoso (se puede profundizar sobre este tema en el artículo: Nada es gratis…, en www.jorgecruzo.blogspot.com ) no pudo mantener el ritmo de subsidios a la economía nacional, por lo que se han iniciado cambios. Veamos algunos casos:

Argentina tenía problemas profundos con el gobierno de Cristina Kirchner, se intenta conseguir un cambio con Macri, que tampoco lo realizó y se vuelve a votar por el peronismo. ¿Se dará la vencida? está por verse.

En Chile se han turnado gobierno de “derecha” e “izquierda“, Piñera está siendo empujado a realizar cambios mayores que esa rutina en la que había caído el país. Aunque en estos momentos reine el caos y vandalismo de fanáticos que creen que la violencia es la forma de lograr cambios, es decir, niegan la política o negociación como una manera más ciudadana de empujar la sociedad hacia un rumbo que satisfaga a la gran mayoría.

Ecuador eligió a un seguidor de Correa, que necesita hacer transformaciones en el rumbo, pero ha contado con oposición para ello, el país está con problemas graves, pero se insiste en la misma fórmula a pesar que ya la economía muestra cansancio.

Brasil estuvo regentada por gobiernos de “izquierda”, con el tiempo vino el desgaste y la pérdida de calidad de vida de la población por lo que apuntaron en otra dirección, lamentablemente hacia el otro "extremo", que, creo, tendrá corta vida.

Bolivia también ha tenido su debate, aún en proceso, un presidente que realizó muchas mejoras, gracias a unos precios internacionales favorables de las materias primas que allí producen o tienen energía fósil (gas), pero al bajar tales rubros, los ingresos merman y la economía comienza a echar aguas, su déficit está creciendo, por ello se busca sustituto a Evo Morales en el Referéndum, algo que él no aceptó, por lo cual se lanza a una nueva ronda presidencial, la cual al saber que no puede triunfar legalmente, realiza un fraude. Se viene un nuevo gobierno, vamos a ver qué sucede, sino realiza políticas para los sectores indígenas su futuro no será largo.

Venezuela, es el peor caso de fanatismo, unos milenaristas que creen tener todas la razón insisten en llevar a dicha nación a inferiores condiciones a las actuales, ya de por si, paupérrimas. Se mantienen apoyados por las fuerzas represivas del Estado, el terror ciudadano, la trampa electoral, fundamentalmente.

Las democracias tienen la posibilidad de la alternatividad, de los pueblos intentar corregir, cuando esa voluntad popular es manipulada (no permitir que contendores de similar peso compitan, fraude en los datos de votación, utilizar organismos y fondos del Estado para campañas, entre otros), se va o está camino a un gobierno autoritario o su versión más extrema: dictadura

En pocas palabras, al coartar los cambios de visiones e insistir, a la fuerza generalmente, en un solo tipo de gobierno, se mata el principal sentido de la democracia y con ello la posibilidad de enmendar las faltas que los ciudadanos perciben como tal. Los colapsos son reales, ellos anuncian su aparición y son causados por repetir en fallas que no funcionan, pero por fanatismo se repiten.

Friday, November 8, 2019

Nada es gratis...


Jorge Cruz, Caracas 8 de noviembre de 2019

Primero hicieron cruzadas contra los huevos, luego fueron por las gallinas. Justificaron esta arremetida argumentando que los huevos producen colesterol y que estaban actuando por bien de la población, que beneficiaba la salud pública.

El párrafo anterior pudiera ser el inicio de una novela, pero realmente esconde las premisas de  algo que pudiéramos convertir en un mito.

Alrededor del mito se crea un cuerpo de creencias, que lo sostienen y justifican. Ellos tienen diversidad de fines y surgen, generalmente, para explicar algo sobre lo que no tenemos un exacto conocimiento; para proteger personas, espacios, ambientes…; para unificar una cultura; entre otros. Por ejemplo, en la cultura occidental por varios siglos se mantuvo que el planeta tierra era plano, posteriormente (Nicolás Copérnico) cambió la percepción hacia redondo, actualmente se sostiene que es elíptico su forma. Como podemos observar ha ido cambiando la percepción del mito hasta que puede llegar a desaparecer como tal.

Eso que llaman izquierda está cimentada en mitos. Voy a señalar unos pocos.

Para iniciar resalto el del estatismo, es decir, un Estado poderoso. A pesar de los fracasos en los diversos lugares donde se ha intentado implementar, se sigue apostado a ello, los ejemplos más representativos son un imperio: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y China, ambos realizaron un viro de 180° hacia la producción privada, donde el más exitoso ha sido este último.

Para tener un Estado poderoso se deben cumplir ciertas condiciones: una buena fuente de ingresos por los impuestos o que sea propietario de empresas eficientes o minas que le garanticen sumas de dinero importante. Más adelante expongo que esto no es tan sencillo, que algunas naciones han podido buscar una forma de mantener a un Estado con cierto poder, pero pocas han logrado un Estado poderoso.

Segundo, el Estado  debe controlar todo o casi todo. Otra ilusión es tener un Estado que posea un músculo financiero importante para que su burocracia sea el fiscalizador de todo el movimiento económico, social y ambiental de la nación, pero más importante es que pueda ser el único que gestione o administre sectores productivos “claves” como alimentación, educación y servicios (agua, luz, salud y energías).

Tercero, la gratuidad de diversos servicios. Otro gran sueño es que la educación y salud, especialmente, sea sin costo para los pobladores de la república.

Aquí debo recordar un adagio de la sabiduría popular: “Nada es gratis”. Lo que aparentemente pareciera  sin valor, tarde o temprano nos demuestra que si lo posee.

Cuando un león se alimenta de una gacela, es ventajoso para el felino, pero una desventaja para los herbívoros, estos últimos pierden individuos para el consumo del otro.

Deshojando

Ya he apuntado que para tener un Estado que cumpla con esos preceptos es necesario, primero, que obtenga suficientes recursos monetarios para poder tener fuelle, que por un lado, mantenga a su burocracia, programas y políticas, y a todas las obras de infraestructura. Ahora debemos preguntarnos ¿de dónde deben venir esos recursos? Una de las vías es convertir al Estado en productor, que sea el mismo o sus actividades productivas quienes puedan generar sus ingresos. Esta ruta ha demostrado que no es muy eficiente, son contadas las empresas que han sido autosuficientes, generalmente se transforman en frentes políticos para emplear a los amigos (se ponen al frente a los que sean leales y no los capaces) o para garantizar votos. En realidad, lo que generalmente sucede es que el Estado se transforma en el explotador, sustituyendo a los “capitalistas” (esto lo desarrollé en otro artículo titulado: Cuando el Estado es el Explotador, en este blog: www.jorgecruzo.blogspot.com ), ya que actúa sin control alguno, convirtiéndose en un monopolio, que puede girar ha oligopolio, que expolia a los trabajadores al no tener quien lo castigue, ya que el mismo es el que dicta  y ejecuta las leyes y sentencias (el caso chino fue el más cercano a esta imagen, luego viene una apertura donde se permite que sean las privadas lideren la producción).

Una variante de la anterior es que se posean grandes recursos minerales, tales como petróleo, cobre, hierro, oro…, que el Estado recaude, ya sea como propietario de las empresas que los exploten o por las regalías que ello genera.

Otra alternativa es por medio de los impuestos. Los países de la Europa nórdica han utilizado con éxito esta vía, los contribuyentes le pagan al Estado un porcentaje alto de los ingresos por su trabajo, más del 50% en algunos casos (incluso se llegó a pagar hasta por encima del 100%). Ello ha garantizado que el gobierno pueda tener a su disposición una cantidad suficiente para pagar los servicios de salud, educación, jubilación, mantenimiento y construcción de carreteras o calzadas (dentro de las ciudades) u otras infraestructuras, para mencionar lo más importante.

Como podemos notar, no se puede exigir o plantear como programa una educación gratuita sino se tienen los recursos para ello. La “izquierda” maneja ello como un mito, es una historia que no tiene asidero de realidad sino hay dinero que pueda asegurar que sea una actividad sostenible en el tiempo, por ejemplo, la educación gratuita en los tres primeros niveles (primaria, secundaria y universidad).

Tal vez se pueda argüir que el Estado tiene suficiente dinero para implementar la educación sin costos hasta un segundo nivel, pudiera ser cierto, pero debemos recordar que nada es gratis, el desvío de recursos para tales áreas, pudiera significar que otras sufren mengua.

En pocas palabras, se está en una encrucijada para hacer realidad esa aspiración: se genera un deterioro en otras actividades propias del Estado para poder suplir algunas de ellas con el dinero que se cuenta u otra, es  permitir una recaudación de impuestos altas.

Tal vez la más loable sea esta última, aunque hay que preguntarse hasta dónde podrá la población aceptar tal pacto, que además, con toda seguridad es larga en el tiempo, en pocas palabras, es un visión estratégica en el cual todos los habitantes deben asumir como una inversión a largo plazo dicho sacrificio.

Los chinos lograron el salto con una restricción de los DD.HH., prácticas productivas altamente contaminantes y muertes en cantidades mientras se alcanzaban las metas.

Venezuela sufre este destino, pero sin que se vean que hay posibilidades de cambio, como sucede en Cuba, ambos países se han convertido en exportadores de una mercancía de alta rentabilidad para el Estado y parte de los ciudadanos: Mano de obra calificada que realiza envíos de remesas por años, pero sin transformaciones reales que apunten hacia un mejoras en la calidad de vida, sino lo contrario: deterioro en muchas áreas y pocos resultados positivos.

Nada es gratis, ni siquiera los mitos en los cuales navega y vende como loables la “izquierda”, por ello vemos como todos esos intentos o promesas de cambio no quedan más que como consignas vacías, al no tener recursos para aplicarlas y sólo hay una repetición de las políticas económicas, sociales y ambientales, que tanto critican como perjudiciales estos mismos sectores.