Jorge
Cruz, Caracas 17 de junio de 2019
La
sabiduría popular nos dice que debemos guiarnos más por los hechos
que por lo que se dice que se hace. El chavismo se ha caracterizado
por mencionar una revolución, cambios en la forma de gobernar o
incluso de un nuevo modelo de desarrollo, veamos que tenemos
realmente.
Un
pensador y presidente que ha influido en el devenir de Venezuela ha
sido Rómulo Betancourt. En los años 50 inició un libro que solo en
la década siguiente sería que vería luz como obra impresa, pero lo
allí plasmado ya se había discutido e incluso comenzado a instaurar
desde la década anterior, cuando a mediados de los 40 asume el poder
los adecos, pero especialmente en los 40 años que transcurren desde
la caída de Pérez Jiménez; su título: Venezuela, Política y
Petróleo.
De
varias de sus propuestas voy a rescatar 3 que considero vitales para
entender nuestros días: En lo económico él sostuvo que era
necesario anclar el desarrollo en el petróleo, en la renta
petrolera; en lo político se necesitaba un Estado poderoso y en lo
social, populismo, un Estado dadivoso.
El
ingreso petrolero ha sido el que ha marcado el ritmo de crecimiento o
decrecimiento de dicha nación, los flujos y reflujos. Desde los años
40 ha tenido dos picos de bonanzas, aunque desde la mencionada década
hasta finales de los 70 fue una subida gradual, incluso entre
mediados de los años 40 hasta los 50, la nación ocupaba el 1er.
lugar en producción mundial. Los mayores beneficios al presupuesto
han estado marcados por subidas extraordinarias en los precios, la
primera en el año 1973, gracias a la presión de la OPEP, que fue un
salto de $ 2 y algo de dólar el barril a más de $ 11, hasta finales
de esa década donde tuvo un tope de más de $ 35. La segunda gran
escalada la tiene desde mediado de los años 2000 hasta junio del
2014, donde tuvo una descenso fuerte y luego ha tenido un
comportamiento de subida y bajadas de poca magnitud. En esta última
escalada llegó a estar por encima de $ 100.
Este
comportamiento inestable, especialmente desde principio de los 80, ha
determinado los mejores años de esta república. Hay una excepción,
la crisis que padece actualmente viene desde finales del 2012, que
aún tenía precios altos, los cuales cayeron fuertemente a mediados
del 2014.
En
pocas palabras, la renta petrolera ha sido la guía de los repuntes o
retrocesos de la conducta económica, con un solo momento, señalado
al final del anterior párrafo.
Otro
punto es el Estado centralista. La explotación del oro negro ha
significado que los presupuestos sean abultados. Como la propiedad
del subsuelo es del Estado, es él quien se ha beneficiado. Que
consecuencias ha traído: Se ha sido laxo con los impuestos, es
recientemente que se intenta mejorar la recaudación; Los servicios
han sido subsidiados o controlados sus incrementos, por largos
periodos la electricidad, el agua, el gas, telefonía, educación,
transporte (la gasolina barata, o casi regalada, ha sido uno de los
justificativos) han estado por debajo del costo de su generación;
también podemos incluir aspectos culturales como publicación de
libros de muy bajo costo; por último, que un sector importante es
los que prestan servicios a la industria petrolera. El proceso de
substitución de importaciones, en los años 60 y 70 fue financiado
por las facilidades que brindó el Estado, con algunas empresas
deficientes u otras directamente creadas con dinero público como
todo el complejo de Guayana. Es decir, un Estado regalón, que ha
mantenido hasta cierto punto, de manera ficticia la economía.
El
populismo se deriva de lo arriba señalado. El Estado, al tener un
billetera gigante, los gobiernos la han utilizado como comprador de
conciencias o, como popular mente se le llama: bozal de arepa. Muchos
han sido lo programas que ha adelantado, muchos de ellos de alto
beneficio para la población, pero lo negativo es que se utilizaban
como propaganda política, aunque han sido insuficientes, daban la
ilusión de ser el próximo en tener el billete ganador de un premio.
Otra rémora para la individualidad, es que se creó una cultura de
mendigos, los programas que deberían ser temporales para crear
iniciativas propias, por el largo plazo con que son implementadas, se
convierten en una forma de vida, de esperar que el papá Estado me
solucione todo.
Hemos
visto como han operado los lineamientos cuyo diseñador fue R.
Betancourt y que, en principio, dominaría los gobiernos adecos y
copeyanos, aunque si revisamos cada uno de ellos bajo la "revolución"
chavista, notaremos que solo ha habido una radicalización de los
mismos.
Con
relación al modelo rentista. Antes de subir Hugo Chávez al poder el
presupuesto nacional dependía en un 70% de los ingresos petroleros,
el resto, principalmente era producto de otras exportaciones, ahora
la dependencia es de un 95%, el resto viene principalmente de lo
recaudado en el Impuesto sobre la Renta. En breves palabras, se
incrementó la dependencia en la renta del oro negro. A partir del
año pasado, se intenta diversificar con la explotación de minerales
en el proyecto llamado Arco Minero del Orinoco, especialmente porque
la producción de energía fósil ha caído a números históricos,
estamos casi a lo que era a mediados del siglo pasado. Del proyecto
AMO no deseo extenderme, otros lo han hecho ya, solo afirmar que
significa un atropello a los derechos ambientales de todos los
venezolanos o que moran en su territorio y de los derechos de los
grupos indígenas que se asientan en el área donde se está
realizando dicha actividad. El resultado, entonces, es un Estado que
tiene casi como única fuente de nutrición el excremento del diablo o el neoextractivismos de recursos naturales.
Sobre
un Estado poderoso, lo que hemos visto es un recrudecimiento de
centralismo, los controles son la tónica diaria, las luchas
populares por la descentralización y desconcentración la han
reducido a cero. Por ejemplo, la distribución de alimentos ha sido
uno de los espacios que más ha sufrido esta escalada de control, la
movilización de mercancía o productos agropecuarios deben primero
sacar una guía de movilización, la cual es una bitácora con
información sobre el vehículo, ocupantes del mismo, cantidad y tipo
de objetos transportados, destino, entre otros ítems; con ello, se
supone que pueden saber de dónde sale, hacia dónde se dirige, qué
lleva, por lo cual, el desvió para acaparamiento debería estar
controlado y no existir (no debemos olvidar que por un tiempo fue
prohibido el llevar medicina o alimentos de manera individual de una
ciudad a otra). Aunque no se restringe a ello, también ha habido un
monopolio de los medios de comunicación, casi el 90% de los medios
de comunicación están en manos del Estado, por cercano a altas
figuras o transmiten con censura, ya que de otra forma son penados
por multas exorbitantes o simplemente sacados de circulación. El uso
de la fuerza de las fuerzas represivas ha sido también algo que han
fortalecido, se han hecho grandes inversiones en artilugios para
reprimir, como también la represión en si misma, son cientos de
muertos, decenas de miles de heridos y miles de detenidos que luego
salen, la gran mayoría, con restricciones de hablar a los medios,
régimen de presentación a tribunales o el exilio.
Como
se puede observar, ha sido un Estado más controlador y perseguidor
de disidencias.
Si
damos un vistazo a lo referente a populismo, no encontramos con la
misma tónica, se ha superado lo que los adecos ejecutaron. Las
misiones se han alimentado de necesidades básicas de la gente, tales
como alimento, medicina, techo, entre otras (no voy a desarrollar
cada una de ellas, en especial si tomamos en cuenta que Manfred
Max-Neef y su equipo han presentado una matriz de 9 entradas por fila
y 4 columnas, en su obra Desarrollo a Escala Humana), solo quiero
anotar que por su longitud en el tiempo se han convertido en
financistas de parásitos, mendigos, toda una población que solo
puede sobrevivir de las dádivas que el Estado les brinda, ya sea
gratis o manera subsidiada, donde el emprendimiento más
prestigioso es como poder acceder a la mayor cantidad de esos
“obsequios”. Además, los salarios han perdido su capacidad de
compra que incluso, para un alto número de los que perciben ingresos
por su trabajo, necesitan de tales regalías o descuentos.
Sin
embargo, la parte oscura ha sido que ellas se han utilizado para
mayor control de los habitantes, donde puedes ser execrado por no ser
simpatizantes o manifestar una crítica a cualquier política que el
régimen realice. En resumen, se ha disparado el populismo, usado
como arma de control político y social.
En
conclusión, el paradigma adeco goza de excelente salud, la doctrina
propuesta por RB ha sido fortalecida en los más negativo, que niega
el espíritu democrático que estaba presente en ella: la permanencia
en el poder, con su otra arma: control social. Lo anterior lo vemos
reflejado en varios aspectos: cooptación de los movimientos
sociales, con la creación de nuevas figuras que están más
sometidas a líneas gubernamentales; acoso y persecución a las ONG,
ya sea de manera legal o ilegal; primero intento de sustituir los
sindicatos por nuevos con membresía acolita, pero luego escarnio y
encarcelamiento a líderes de ellos (resulta paradógico, que estos
mismo movimiento entre sus principios está la reivindicación de los
trabajadores y que los sindicatos fuero la punta de lanza hasta casi
la toma del poder, ahora son enemigos acérrimos); y, por último,
control de todos los poderes, en todos ellos sus miembros importantes
han manifestado su militancia en el partido oficialista (la excepción
es la Asamblea Nacional que perdieron hasta la mayoría absoluta en
las elecciones de diciembre 2015, aunque ha sido desvalorizada, de
maneras espurias, y reducida a una figura molesta que pones en el
cuarto del olvido, aunque sabes que está allí, la formas “legales”
e ilegales las he tratado en otros artículos).
Puedo
afirmar que, a pesar de vender un discurso que supuestamente los
diferencia de los adecos, el modelo de desarrollo y las políticas
con similares, aunque más perversas.
Su
discurso ha estado muy afinado a los principios propagandísticos de
nazi Joseph Goebbels, como necesitaban una nueva marca, recogieron un
discurso “subversivo” que han vendido como si fuera un detergente
nuevo, donde nos dicen que es reforzado y lava mejor, pero sus
resultados son similares o peores en ciertos aspectos. Son realmente
unos neoadecos.
Por
ello argumento que el eslogan que deben decir, no es Chávez vive,
sino ¡Rómulo vive!