Jorge Cruz, Caracas, 3 de agosto de 2018
Recuerdo que estaba en los años 80 en
los EE.UU. cuando escuché por primera vez el término: “Políticamente Correcto”,
era la época de Reagan en el poder y hacían alusión a que la “izquierda” no
actuaba de acuerdo a esa forma de ser.
Siempre me causó gracia ello, era
pedir que la oposición, este caso la izquierda gringa, se comportara como los
republicanos deseaban, era pidiendo una oposición que entrara dentro de los
cánones de los republicanos.
El mundo gira y gira…
Años más tarde me vino a la mente tal
concepto ya que José Vicente Rangel en uno de sus programas aludió más o menos
lo mismo: la oposición no era la que el gobierno deseaba; posteriormente otros
más lo repitieron, hasta Chávez estuvo en ello.
Han pasado los años y sigo escuchando
con insistencia el mismo deseo por parte de los que están en el poder: una
oposición a su medida.
Quizás lo más patético viene cuando
piden que las protestas se comporten de dicha manera, siendo que algunos de
esos mismos que alegan ello se cubrían la cara, quemaban cauchos y vehículos,
tiraban piedras, entre otras acciones que no está dentro de lo considerado
buena conducta política. Ahora que han probado las mieles de la victoria y
asentados en lo alto, piden que el comportamiento de quienes los adversan sea
con pulcritud y actividades de niños buenos.
Yo me imagino la agenda que quieren
por parte de los opositores: levantarse a las 5:00 am. (el que madruga el
gobierno mira con buenos ojos), asearse, desayunar, vestirse con paltó y
corbata, ir al trabajo, a eso de las 9:30 am. salir a protestar caminando con
una pancarta hasta las 10:00 am. hora del regreso a sus actividades diarias, a
las 2:30 pm. por media hora, leer el manual de Carreño, a las 5:00 pm. regreso
a casa a descansar.
Yo les recomendaría poner un aviso
clasificado con el perfil que desean: dócil, acrítico, no decir groserías y
sobre todo, por ser, según ellos, únicamente de sectores medios: buena
presencia.
Como
debe esperarse, la oposición es políticamente incorrecta, actúa en función de
su parecer, ello ha conllevado a que sus militantes sean tildados de
terrorista, presentado ante tribunales militares, torturados, heridos en
protestas o asesinados (¡Vaya prontuario de los políticamente correctos!). Todo
con el beneplácito de aquellos, que no hace mucho tiempo tenían entre sus
bandera la defensa de los derechos humanos. Parece que el tener a unos altos
jerarcas, que supuestamente defienden sus ideales, los transforma en Hulk
colorado (rojo rojito) y ese odio asesino e incontrolable, de pensamiento e
incluso obra, contra los que piensan diferente aflora.
Otra
muestra de cinismo es que esos mismos que han defendido el ser críticos, que argumentan
en pro de un hombre nuevo, que persiguen a los centros de estudios en los que
se formaron por formar burgueses, son los mismos que persiguen al que
manifieste ideas diferentes. ¿Será tan cierto su planteamiento que el sistema
educativo sólo formaba y forma mentes capitalistas? (No se, sólo pienso en voz
alta). De allí la necesidad de transformarlo para que todos seamos
políticamente correctos, que poseamos un solo pensamiento, una forma de ser,
como las cocacolas, pues.
En
pocas palabras, el gobierno venezolano, no solamente a absorbido el lenguaje de
sus acérrimos contrincantes (cuando han estado en el poder); también ha creado
neolenguaje, unos ejemplos: escuálidos, terrorista (todo aquel que proteste y
no pronuncie las palabras claves como: socialismo, revolución o ¡Cháves vive!),
sino que también ha asumido la actitud, por ello han gastado miles de dólares
para pertrecharse de equipos antimotines (los mismos que años atrás criticaban
que se gastaba más en armamento que en educación o que esos presupuestos eran
necesario replantearlos para invertir más en otros ítems como salud).
Ya
sabemos que las protestas solo son permitidas por media hora, no se debe
esgrimir frases como ¡Maduro c...o tu madre!, nada de llevar piedras u objetos
contundentes, menos prende cauchos o bombas molotov, hay que portarse como un
niño de bien (ya que todos los que se suman a estas protestas son capitalistas,
pitiyanquis, vende patria, etc.), si se cumple con esas normas nos espera cien
años más de esta maravilla llamada socialismo, donde todos estamos llegando a
ser iguales (claro hay algunos más iguales que otros) en las miserias. ¡¡Opss!!
Me he percatado que este texto es políticamente incorrecto, o sea, soy un
terrorista según el manual de Carreño político.
Excelente reflexión apreciado amigo y colega Jorge. Y pienso que lo más lamentable es que existan personajes y partidos mal llamados de oposición, que acepten el molde que aspiran imponer los rojo rojitos a quienes rechazan este desastre de desgobierno.
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