Monday, July 31, 2017

El tiro por la culata

Jorge Cruz, Caracas, 22/06/17

Hace algo más que una semana se hizo un operativo en los llamados Edificios Verdes en El Paraíso, con un despliegue de película de terror de equipos antiterroristas a un conjunto residencial. Días antes comenzó la preparación sicológica del golpe: por todos los medios de comunicación a manos del gobierno o que actúan como voceros, a pesar de ser privados, que en dicho lugar estaba establecida una célula terrorista que era comandada por una mujer, que en la última protesta, habían herido a 5 funcionarios con armas largas.

La invasión se hizo con seis mil (6.000) miembros de cuerpos represivos (e.g. Guardias Nacionales, policías, cuerpos especiales de seguridad como SEBIN, entre otros). Ingresaron violentando y destruyendo los portones de seguridad, una vez dentro, iniciaron destrozos masivos de vehículos (rompiendo vidrios, disparando a sus cauchos y/o robando lo que en ellos había como baterías o radios); rotura de puertas, cámaras de seguridad, lámparas de emergencia que alumbraban las escaleras o las de los pasillos comunes, ascensores y posteriormente puertas de viviendas, en las cuales iban desde males menores como volar la cerradura con armas de fuego, hasta tirar los que había en ellas, como estantes con adornos de porcelana o vidrio, vajillas o licores, pasando por pantallas de televisores y las vitrocerámica de las cocinas hecha añicos, robos de dinero, celulares, computadoras y alguna que otra cosas que consideraran valiosa.

A las personas, que habían desde niños en edad de lactancia, hasta mayores de edad con dificultades de movilización, cada uno con su trauma pos evento: niños que se despiertan en medio de la noche llorando o se hacen pis en la cama, siendo que ya tenían tiempo que era etapa superada, hasta, por ejemplo, una pareja de ancianos que no se atreven a denunciar por evitar una retaliación (hay otro caso, de una pareja que no denuncian porque, aunque le robaron los dólares y desaparecieron el pasaje, se mudan pronto fuera del país y no quieren que, como ya es conocido, su pasaporte aparezca como robado y no puedan viajar fuera) o, peor aún, una mascota herida en un ojo que tuvo que ser sacrificada y tres perros y un gato “sin dueño” que eran mantenidos por la comunidad.

Lo logrado con esa escandalosa muestra de venganza, saña y castigo es pírrico: 23 detenidos, un escudo de MDF, una pistola, una escopeta vieja y oxidada, y cientos de botellas llenas o con gasolina (para ser utilizadas como bombas molotov).

Pero este balance queda aún más desteñido porque de ellos 19 personas eran menores de edad; es decir, solo cuatro personas son mayores, uno de ellos, una mujer embarazada, fue detenida, golpeada por mujeres de los cuerpos represivos, a pesar de la advertencia que estaba; a otros, dos, uno hijo de una conserje, les sembraron la mencionada escopeta (con toma de fotos incluidas), que, por cierto, no mostraron ni una sola bala para justificar su uso, y el último caso, algo común con la justicia nuestra, pagaron sus padres y está libre. Como vemos la justicia antes y ahora solo es efectiva o se aplica a los que no tienen poder económico o político, no han cambiado las cosas aunque nos intenten vender ello.

Como síntesis, no hay una líder apresada, la mujer que supuestamente tenían identificada no existe; las armas largas que hirieron a los miembros de las fuerzas represivas tampoco y la célula terrorista, se desvaneció como la sal en el agua (solo les dejó un sabor amargo), si, en cambio, les ha dejado una imagen de uso desproporcionado de la fuerza, de mentirosos, de usos de la propaganda para difundir rumores que intentan justificar sus acciones, de violencia gubernamental desbocada, de robos y otras acciones, que no deben hacerse en casos de búsqueda de “terroristas”.

Un vandalismo, saña, ultraje y muestra de odio que deja palidecido a los que cometieron los adecos.

En pocas palabras, si quisieron demostrar que había terroristas es un tiro por la culata ¡de risible a patético resultado!

Nota: El asedio y acoso a los Verdes y otros grupos de vivienda tiene otro matices. Los servicios se han deteriorado de manera impresionante: la basura pasa hasta semana y media sin ser recogida, el ABA o Internet bajó su velocidad a casi cero (que en algunos momentos es similar a ello) y el último castigo ha sido la luz, el pasado 20 de junio, hubo corte de suministro de electricidad, casualmente, en aquellos conjuntos residenciales que han participado activamente en las protestas, la falta de suministro fue desde 18 horas hasta 48.

No se puede negar que los adecos son niños de pecho ante tanta maldad, el odio, venganza y resentimiento superlativo a cualquier gobierno anterior. Aún tienen discursos que llaman a la paz y el amor. Solo el Tartufo es su similar.

No comments:

Post a Comment