Monday, December 17, 2012

El show debe continuar


Jorge Cruz, Caracas 17 de diciembre de 2012
Recientemente mi querido amigo Frank Salcedo opinando sobre el porqué no ha ganado o ganaría en las elecciones la oposición expresó que era su falta de un programa convincente. Ello me pareció una afirmación ingenua.
Los candidatos ganan por su relación emocional con los electores no por tener un programa, plan de trabajo o eficiencia, la muestra más fehaciente es la del presidente Chávez.
Hemos escuchado a lo largo de sus 14 años en el poder que debe aprender a gobernar, que debe ser eficiente, que deben aplicar las 3 erres, de incluso crear más burocracia para tal fin: un ministerio (uno se pregunta ¿y la Contraloría?), del reciclaje de ministros (te saco de aquí por ineficiente y te pongo en otro lugar donde continuas igual, por ello vuelvo a cambiarte).
Es decir, el mismo presidente de palabra y por hechos reconoce que no ha sido eficiente en su mandato.
Posiblemente se argumentará que la culpa es del equipo. Lo he dicho en varias ocasiones el líder es quien dirige la manada, si un gobierno es ineficiente es por culpa de su líder que no sabe marcar el rumbo o corregirlo a tiempo, su equipo es escogido (o reciclado) por él, solamente él tiene la potestad de decidir quién lo acompaña.
Sin embargo, hemos visto que se ha “inventado” cantidad de programas: gallineros verticales, cooperativismo, empresas de producción social, fundos zamoranos y un largo etcétera, que nos muestra que no hay plan, únicamente experimentación.
Incluso uno de sus gurus: Juan Carlos Monedero lo expresó de esta manera: no sabemos hacia dónde vamos pero si sabemos que no queremos.
Voy ahora a hablar de hechos para que se vea que no son solamente disquisiciones.
Voy a tomar como ejemplo el transporte.
Este es otro de los sectores improvisados, que funciona por elecciones, generalmente, y con visones parciales.
En el año 2006 se “inauguraron” dos líneas del metro: la extensión de la vía de El Valle-Rinconada con una estación solamente construida: La Rinconada, las intermedias tuvieron que esperar tres años más y por otro lado, la de Zona Rental hasta Capuchinos (luego se habla de su extensión hasta Las Adjuntas), con estaciones a medio terminar.
En el año 2011 se inicia un metrocable y un cable tren que no se terminan de construir para la elección presidencial, pero si se inaugura antes de las de gobernaciones, claro está con estaciones a medio construir como nos tienen acostumbrados.
Pero allí no está lo grave, sino que ahora se incrementa la velocidad con la cual bajan unas personas creando un efecto embudo, se facilita en unos puntos pero en otros se incrementa la cantidad de pasajeros sin haber incrementado la capacidad para esta demanda, pues aguas abajo seguimos con el mismo sistema que presenta problemas de congestionamiento y paralización con regularidad.
Además, se debe agregar que estas son las pocas obras en términos de movilización, se han creado, por ello el caos vial es permanente en buena parte de Caracas.
No olvido el servicio de Metrobus que se ha incrementado en unidades, pero uno se pregunta por qué el maltrado a sus usuarios, en un país tropical con temperaturas altas y un tráfico infernal no se adquirieron con aire acondicionado. Pareciera más bien que fue una de esas compras baratijas que la empresa brasilera se quiso deshacer de unas unidades y nuestros intermediarios prestamente compraron o tal vez otro de los “acuerdos” obligatorios a nuestro país por el apoyo de Lula a la huelga del 2003, más que pensadas para nuestro servicio.
Por otro lado, ha habido políticas que promueven la movilización individual sin incremento de las vías, de allí el mencionado caos.
En resumen, las mejoras del transporte generalmente se han inaugurado cerca de elecciones, que nos demuestra que no se han hecho con planificación sino con fines electorales; que cuando se tiene la voluntad o “incentivo” de ganar, se pueden construir; que se inauguran a medio concluir para vender la ilusión de mejoras, algo que ha sido muy común en este gobierno; que no se toma en cuenta todo el sistema, sino son soluciones parciales que trasladan los problemas; que hay un maltrato y desconsideración hacia los usuarios, claro muchos con una mejora se aferran al aunque sea fallo; y que la ineficiencia reina, a dos años de un servicio de metro con deficiencia en sus climatización interna, aún se tienen muchas unidades donde el calor es la tónica normal (para sólo nombrar uno de esos síntomas).
Hemos sido también testigos de otra constante, se deja que se deterioren los servicios para luego cerca de elecciones actuar y ser visto como un salvador, como un político que se preocupa por su gente.
Otro punto, se habla de socialismo (antes era del siglo XXI, pero parece que se sinceraron y regresamos al del siglo XX) pero nunca se ha definido que es. No hay hay un pistas que digan cual es el camino o programa a seguir.
Como podemos percibir, no hay planes o programas que convenzan, sino ilusiones de mejoras que se venden. Seguimos siendo esclavos de un nuevo jabón mejorado que lava mejor que el anterior, a pesar que los eslóganes del socialismo o revolución digan lo contrario, seguimos siendo tan IV República, pero para nuestra desgracia nunca antes se había aplicado la política de la confrontación con tanto ahínco (por cierto, si nos ponemos a revisar en la historia quienes han utilizado la división, el menosprecio, la denigración del otro como línea política nos sorprenderemos, por ejemplo, Uribe un reconocido hombre de derecha, nunca lo hizo en Colombia, quienes sí lo han hecho han sido dictadores como Hitler).
En pocas palabras, es mercadeo del duro, una de las formas de dominación que utiliza el capitalismo. ¡Solo hecho en Socialismo!

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