Jorge Cruz, Caracas 2 de octubre de
2012
La elección presidencial en el país
se ha centrado en dos candidatos que se dicen diferentes. Yo no
concuerdo con ello, si revisamos los poco que han “prometido” en
sus planes de gobierno no hay grandes variantes: incrementar la
producción petrolera, mayor volumen de rubros agrícolas, etc. La
mayor diferencia se encuentra en relación a si se tiene más o menos
Estado. Ambos tienen un visión desarrollista del país.
Algunos me argumentarán que hay una
mayor inversión hacia los pobres, lamentablemente nuestra historia,
para los que deseamos hacer este ejercicio, las bonanzas petroleras
han permitido que el Estado tenga a disposición mayor cantidad de
recursos y con ello que el gobierno de turno realice programas hacia
esos sectores. Pérez Jiménez realizó una modernización del varias
ciudades, en especial Caracas, con grandes construcciones (que generó
mucho empleo) e incluso planes de vivienda para los sectores más
necesitados.
Carlos Andrés Pérez decretó el
“Pleno Empleo”, que bajo la tasa de desempleo a números
irrisorios con lo cual se logro redistribuir una parte del ingreso
petrolero a sectores necesitados.
Llegamos a Luis Herrera Campins, quien
lideró una gama de programas sociales: Corpomercadeo (el progenitor
de Mercal), rehabilitación de zonas populares con participación de
los mismos, el 1 x 1 (para dar cabida a los artistas nacionales en la
radio, principalmente, y conciertos de artistas foráneos),Vaso de
leche escolar, entre otras medidas.
Por ello decir que con Chávez por
primera vez esos sectores están siendo beneficiados es una mentira
del tamaño de un cachalote.
Nuestro Estado fuerte, gracias a los
ingresos que genera el oro negro, permiten hacer redistribución.
Nunca es equilibrada, ni antes ni ahora.
Ante este panorama se podría decir que
votar, en mi caso, puede ser por cualquiera de los dos candidatos:
Chávez o Capriles.
Sin embargo, voy a votar por uno de
ellos. No es porque crea que se va a hacer un cambio de 180º o algo
similar, busco solamente que se aminoren ciertos aspectos nacionales.
Improvisación: que en gobierno
anteriores se improvisaba, es absolutamente cierto, lo que no es
valedero es justificar con ello el extremo en el que actualmente
vivimos. Recientemente conocí a una persona que está cercana al
Metro de Caracas. Aprovechando su presencia le hice algunas preguntas
con relación al deterioro del servicio. Esta persona me afirmó, por
ejemplo, que los recientes atrasos en las estaciones no es debido a
saboteó como se quiere generar como opinión, sino que el sistema
necesitaba reparaciones fuertes por las recurrentes fallas. En vista
de ello las autoridades del Metro tuvieron que decidir entre reparar
los viejos vagones o adquirir nuevos, en ese momento se decidió
compara nuevos (con nueva tecnología incluida). Los franceses, los
que originalmente trajeron los vagones no fueron tomados en cuenta a
pesar de sus propuestas. Se trajeron nuevos trenes que
fundamentalmente tienen problemas con el sistema eléctrico
establecido (producto de la nueva tecnología), lo que en muchos
casos generar que el sistema tenga que estar cambiando de lectura
para cada vez que hay dos trenes de diferente origen, allí se
generan fallas que aún no han podido resolver. Esta improvisación
no se si sea debido a irresponsabilidad o por motivos de convenios
contraídos por el gobierno con los españoles, pero eso es tema de
otro día. Lo real es que como nunca el servicio de Metro no llega a
milímetro.
Con la electricidad, la construcción
ha sucedido lo mismo y así se revisamos la mayoría de los
servicios. Surge la pregunta, realmente se ha beneficiados a los
sectores deprimidos porque se les haya dado ingresos por las
misiones, pero que cuando necesita utilizar los servicios públicos
se encuentra con este tipo de problemas, porque son ellos quienes
usan intensivamente a los mismos. En pocas palabras, yo creo que lo
que se ha hecho con las manos se lo llevan con los pies por tanta
improvisación.
Discurso vacío. Tenemos varios
años escuchando sobre culpar de todo al imperialismo, incluso se ha
señalado que piensa invadirnos. Yo siempre lo he mantenido que no
entiendo como se puede seguir con ese discurso y al mismo tiempo se
le continua vendiendo petróleo; es decir, se le da al asesino serial
un arma. Un amigo me respondió que era porque eso significaba
declarar la guerra, le propuse algo “menos riesgoso” reciprocidad
diplomática: los venezolanos para ingresar a los EE.UU. pasan por un
sin fin de controles, nosotros si somos tan antiimperialistas y
resteaos deberíamos exigir lo mismo para los ciudadanos de dicho
país.
Sin embargo, hay algo que me hace ruido
en este discurso, se habla del imperio o imperialismo y hay otros
países, que yo considero tan imperialistas como el susodicho: China,
Brasil y Rusia principalmente. Pongamos unos ejemplos de como
funcionan. Brasil es un consentido, algo que estoy seguro fue un
compromiso que logró Lula a cambio de apoyar al presidente durante
el paro petrolero: yo te surto de productos que necesitas, a cambio
debe permitir que las empresas brasileña tengan prioridad en
cualquier proyecto. Por ello vemos como Odebecht es ama y señora en
todos lo grandes proyectos de infraestructura; a pesar de tener casi
8 años de instrumentado Mercal sus pollos son brasileños, en
detrimento de la industria avícola nacional, hay más pero eso es un
ejercicio que debe ustedes realizar. Los chino no se quedan atrás,
nos hacen préstamos, por ejemplo, construcción del tren que va
paralelo al Orinoco, obra que pudiéramos suponer importante, pues
ellos hacen un préstamo para comprar su tecnología y se traen a sus
obreros; en pocas palabras, buena parte del préstamo se regresa tal
como vino pero con pagos por Venezuela completos y con intereses,
pura ganancia plena. Negocio redondo el de los chinos. Nuestro
presidente afirmó que era un país posiblemente imperialista pero
diferente porque no invadían, las dependencia no se hacen solamente
por una invasión. Un imperio no es porque tenga tropas en tu
territorio, es por la dependencia que se crea para poder sobrevivir,
eso lo tiene claro todos estas nuevas naciones. Nuevamente, mucho
ruido y pocas nueces.
Centralismo
e impunidad.
Es una combinación fatal, el gobierno ha centralizado toda una serie
de funciones, por ejemplo, los diversos fondos (impuestos indirectos)
que tienen que hacer las empresas. Para ilustrar voy a utilizar los
datos que me dio un amigo socio de una empresa. Entre los diversos
“pagos” que tiene que hacer está el relacionado a la Ley de
Ciencia, Tecnología e Innovación, el monto que le correspondía no
podía ser destinado a quién el deseara, sino que le daban un nombre
y apellido (discresionalidad total) que resultó ser un Consejo
Comunal, el cual solicitaba que le dotaran de ciertos equipos, los
equipos también tenían un distribuidor preseleccionado, que por
cosas del destino el precio individual de cada equipo era mayor a los
precios del mercado. Él se preguntaba por qué no podía el
seleccionar al Consejo Comunal aledaño a su empresa y por qué se le
obligaba a adquirir equipos a un precio mayor, si el podía dotar de
mayor cantidad con otro proveedor. En breve, la centralización de
los recursos se utiliza para fines que desvirtúan el original,
además se actúa con impunidad porque se está “blindado” al
tener los otros poderes: contraloría principalmente, como una ciega,
sorda y muda antes los desmanes del gobierno.
Quiero decir que estoy cansado de ese hoyo
negro en el cual se ha convertido el manejo de los presupuestos,
tenemos de diverso orden y tamaño. Uno muy representativo es el
manejo del presupuesto nacional, se ha tasado siempre por debajo del
precio real de petróleo, solo con la intensión de tener dinero
fresco sin la camisa de fuerza que implica un presupuesto y sin
control sobre su destino.
Es un descaro que luego de 14 años y tres R y
cuantas otras “medida” el presidente exprese ahora esto: “Algunas
personas podrían estar inconformes por fallas de nuestro gobierno,
que no arreglaron la calle, que no llegó la luz, que se fue el agua,
que no hay empleo, que no me han dado mi casa. Eso podrá ser cierto
en muchos casos […] Pero lo que está en juego el 7 octubre es
mayor que eficiencia en la gestión de gobierno camarada, nos estamos
jugando la vida de la patria”, en Maturín. En pocas palabras,
estamos volviendo el país m... pero no es eso de lo que tienes que
preocuparte es votar por mi, para mantenerme en el poder.
No
es beneficio para el pueblo, como se ufanan de vociferar, no son
servicio medianamente aceptables, es mantenerse en el poder a lo que
están realmente apostando.
¡Hay
que ser bien conchudo!
Gobierno
Desastre.
Cuando una orquesta hace un mal show pudiera tener varios orígenes:
instrumentos mal afinados o de mala calidad, interpretes de pacotilla
o un director de orquesta que no sabe lo que debe hacer. Los
instrumentos se puede solucionar con un buen luthier o afinador; los
interpretes si no dan la talla se buscan nuevos, el director sin
embargo es posiblemente la figura de mayor peso en la interpretación,
si tienes buenos interpretes y no sabe dirigirlos suena cualquier
cosa; él debe sacar lo mejor de cada ejecutante y guiarlos marcando
la entrada de cada uno de ellos. Cuando el director tiene un mal
equipo debe busca sangre nueva que le garantice una pieza bien
acabada, pero si pone a un ejecutante que ha sido malo y castigado
con el voto (por ejemplo, Diosdado Cabello) al frente de un macro
ministerio como fue Infraestructura, los resultados esperados no se
hacen esperar. Si lo que hace es puro reciclaje, malos funcionarios
que migran de un instrumento a otro, de las trompetas a los violines,
tenemos ineficiencia por doquier. Eso es lo que hemos estado
sufriendo los venezolanos en este gobierno. Chapucería casi general.
Las buenas intensiones que nos llevan a un infierno.
Hay
otros temas como abuso de poder, ineficiencia, entre otros. No deseo
cansar, solo plantear el porque no voy a votar por el presidente
actual.
Resumiendo,
no voy a votar por alguien he demostrado que su basamento ideológico
no es tal, que se jactan de decir vamos camino a ser soberanos cuando
realmente estamos cambiando de dependencia y ha demostrado que como
gobernante no es ni siquiera la mitad de cualquier otro mortal, que
se ha mantenido por tener disponible presupuestos por muchos años
para más o menos redistribuir. Que es “eficiente” cuando hay una
elección de por medio. Hay que ver la cantidad de obras que están
terminando ahora, con imrpovisación como siempre, (El Metro hacia El
Valle fue inagurado a medias y solamente tres años después fue que
realmente se concluyó.
Quiero
un Estado que no sea monopólico, de todas las actividades porque no
se puede ser juez y parte, porque él no se controla en sus desmanes;
pero tampoco, como intentó el neoliberalismo, un Estado mínimo que
creaba monopolios privados. Es bueno el cilantro, pero no tanto.
Es
tiempo de decir, Ya Basta de tanto pirata al frente, de tanto ciego
al frente de la justicia, de tanto bla, bla, bla vacío. ¡Ya basta!
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