Jorge Cruz, Caracas 31-12-2016
Decir mentiras, nos enseñan nuestro padres, es una mala
conducta, es antisocial; sin embargo, hay algunas profesiones que parece ser
que ello es lo normal, entre más ilusiones propongas mayores los resultados que
podrás obtener.
Recientemente el Ministro del Trabajo afirmó que el ingreso
actual nos permite adquirir más que antes (http://www.noticiasaldiayalahora.co/ministro-del-trabajo-ahora-el-venezolano-compra-mas-que-antes/
), una breve revisión de nuestro reciente pasado nos señala lo contrario. Voy a
tomar varios años sin una razón real, solo para mostrar la variación.
Primero voy a mostrar como el salario mínimo ha decrecido en
relación al dólar, luego comentaré otros aspectos que hacen que sea aún más
profunda la diferencia con nuestra capacidad de compra a hace unos años antes y
otros temas económicos.
En el año 1990 el SM era de Bs. 6.000, el dólar inició con
un valor de cambio de Bs. 46,34 y culminó en 49,74; es decir, que tuvo una
variación de $129,47 a 120,62.
En 1999 el SM fue de Bs. 120.000, voy a agregar el Cesta
Ticket, para estos años era variable por lo que voy a tomar como faro el valor
máximo permitido: Bs. 4.800, lo que me da un total de ingreso al trabajador de
Bs. 124.800, el dólar-bolívar en Bs. 599,75 – 649,25, para una relación de: $
200,08 a 184,82.
En el año 2004 hubo dos incrementos salariales, voy a
presentar el último, Bs. 321.235, sumando el CT (Bs. 12.350) tenemos un gran
total de Bs. 333.585, el dólar oficial (hay control cambiario y un dólar
paralelo) anclado en Bs. 1.920 para una relación de $167,30.
En el año 2008 comienza a circular un nuevo cono monetario
con el Bolívar Fuerte y los salarios están en Bs. F. 799,23, más CT Bs. F. 529,
que nos da un total de 1.305,23, el dólar en 2,15, para una relación de $
607,08.
En el 2012, el salario estaba en Bs. F. 2.047,52, incluyendo
el CT Bs. F. 990, un total de 3.037,52, el dólar en Bs. F. 4,30 (también existe
oficialmente el SITME a Bs. F. 5,30) para una cambio a $ 706,40 (según SITME a
$ 573, 11).
En el 2016 hay varios incrementos salariales, el primero de
ellos, a partir de marzo, lleva el SM a Bs. F. 11.577,82, aquí sucede algo
novedoso, por primera vez desde que aparece el bono de alimentación o CT,
sobrepasa al salario mínimo (posteriormente hablaré sobre ello) en Bs. F.
13.275, para un ingreso de 24.852,82 y el último incremento en el mes de
noviembre dejó al SM en 27.092,10, el CT en Bs. F. 63.720 para un total de Bs.
F. 90.812,10, el dólar en una triada oficial: Bs. F. 6,30, DIPRO en Bs. F. 10,
DITCOM cerró en aproximadamente Bs. F. 674,81. Para el cambio voy a utilizar el
último señalado, DITCOM, $ 134,57.
Podemos notar que el poder de nuestra moneda en dólares ha
tenido variaciones altas, con un tope más bajo en el año 1990 ($ 129,47), en
segundo lugar actualmente a $ 134,57 y el más alto en el 2012 $ 706,40 y el
segundo más alto reseñado es en el 2008 ($ 607,08).
Lo anterior tiene varias lecturas. La primera es que estamos
en el casi peor año de relación de cambio. Una segunda, es que esta relación se
hace favorable al bolívar cuando hay ingresos petroleros altos y merma al bajar
los precios, lo que nos dice claramente cuan dependientes somos del oro negro
y, por último, la subida del CT por encima del SM representa un deterioro del
ingreso al largo plazo.
Hay otros puntos indirectos, nuestro poder adquisitivo no se
encuentra reflejado en lo anterior pero es el peor de los momentos. En el año
1990 tuvimos una relación de cambio más baja que la de estos días, pero con una
diferencia, en aquel momento nuestros platos se llenaban aún con una parte
importante de producción nacional, algo que ahora es solo un deseo, tampoco
existía tanta especulación por parte de revendedores (los mal llamados
bachaqueros) que hacen una distorsión de los precios y el mercado en general;
al depender de la importación, se han disparado las comisiones de los terceros
que hacen jugosas ganancias al abultar los precios originales de compra; el
ocultamiento o la opacidad por parte del gobierno de los datos económicos hace aún más especulativo el mercado; entre
otros factores; esto se nota en el poder adquisitivo del bolívar, nunca como
antes sentimos que el salario no alcanza sino para comprar comida, que la
capacidad de ahorro se diluyó, claro está que para sectores profesionales, los
de menores recursos las están viendo negras como nunca en su historia.
Al estar por primera vez desde su incorporación al ingreso
como bono, los CT, y llegar a estar más de dos veces por encima del SM, toda
aquella población que no lo percibe, aunque por ley deberían haberlo hecho, ya
que salió en Gaceta Oficial este mismo año (2016) en el mes de abril, los pensionados
viven con un ingreso de miseria, muchos de ellos no solo no tienen un seguro
que les garantice una salud adecuada, que el servicio sanitario ha decaído a
niveles solo comparables a los de los peores momento en los años 90, sino que
al negárseles ese bono su mismo alimento está en la zona roja de precariedad
casi absoluta.
Tampoco voy a profundizar
sobre el pago a los pensionados en el exterior, que desde hace un año o
algo menos no reciben su paga, a ellos el gobierno los está condenando a la
mendicidad fuera del territorio y por ello es poco lo que les importa.
Otro dato a recordar, el Estado ha sido el mayor receptor de
empleo en estas casi dos últimas décadas, por un lado, al tener un músculo
poderoso por su grandes ingresos; por el clientelismo que se ha creado, muchos
de los líderes de los Consejos Comunales o Comunas, son empleados de los
diferentes niveles de gobierno, locales, regionales y nacionales, ahora tenemos
que sumar a los CLAP, entre otras figuras; la empresa privada ha decrecido a menos
de la mitad, quizás una cuarta parte de lo que era antes de la llegada al poder
del chavismo; y es exactamente en estas áreas donde más se siente la
diferencia, son los mayores ministerios o entes del Estado, por su número de
empleados, los que menores recursos están recibiendo, con ingresos paupérrimos
la inmensa mayoría de sus trabajadores.
El gobierno por un lado alega que estamos bien, escasamente
reconocen que vivimos la peor de las peores crisis que ha sufrido el país en
esta historia moderna y por el otro, no solo casi lo niega, sino que afirma que
estamos mejor que antes, tal como lo afirma el ministro antes mencionado. Por
último, le echa la culpa de todo a una guerra económica que está montada en el
enemigo principal: el imperio gringo y por la industria nacional. Su discurso
ha variado poco pero si tiene matices, ha dicho que es por saboteo de los
productores o por la especulación de los mismo sumando a los comerciantes,
ahora reciente expresa que necesita controlar o generar una red propia de distribución
porque los empresarios desvían los rubros hacia otros lugares.
Lo que nunca manifiesta es que sus esfuerzos por crear su
propia red de abastecimiento, distribución y venta ha sido un fracaso tras
otro. Múltiples han sido los experimentos para producir y abastecer la mesa del
venezolano: Núcleos endógenos, gallineros verticales, fundos zamoranos, Misión
vuelta al campo, Gran Misión Agro Venezuela, un ministerio para la agricultura
urbana, Agropatria (expropiada a una empresa llamada Agroisleña), Lacteos Los
Andes, CAAEZ, el fiasco de producción agrícola en los márgenes dela Autopista Regional
del Centro, entre otros tantos; también se han creado grandes empresas para
importar o ser centros de acopio, especialmente la Corporación de Abastecimiento y Suministros
Agrícolas (Casa) o Mercal (otra Misión con diversos centros de distribución,
además de operativos), PDVAL, los Comité Locales de Abastecimiento y
Producción, CLAP, sin contar la “expropiación” de Éxito que se convirtió en la
Red de mercados Bicentenario o Día a Día, este último ya extinto y el anterior
agónico. Casi todos esos proyectos han fracasado, hay una exigua producción
agropecuaria, la agroindustria del Estado es mínima, el control de silos de
buena parte de los silos existentes es inoperante porque no hay que guardar
allí, las centrales azucareras no han sido concluidas, caso CAAEZ, o trabajan
por debajo de su capacidad, pero ante todos estas acciones fallidas el
argumento principal es que hay un saboteo.
La producción, de los pocos que quedan, está casi totalmente
supervisada, al saber la cantidad de insumo que ingresa y el producto acabado
que se despacha se conoce los montos generados.
La distribución está casi totalmente controlada, hay una
Guías de Movilización, sin las cuales no puede circular ningún vehículo que
transporte alimentos, esta quía es una bitácora que informa sobre el vehículo,
propietario, origen y destino de la carga, cantidad de la misma, entre otra
información. Más de una vez han sido
desviadas por las fuerzas represivas sus destinos originales.
En resumen, tenemos un gobierno que ha pulverizado el mayor
ingreso por la venta de petróleo en la historia venezolana, con unos ingresos
salariales que han estado llevando a la población a la indigencia; el ataque a
la industria nacional ha creado un clima que hace que cada vez sean menos los
que quieran invertir, además del cierre de muchas de ellas; han destinado
cuantiosos recursos para crear centros de producción, acopio, distribución y
venta, que han terminado siendo abandonados (ahora la forma de distribución son
los CLAP, porque ese nombre de producción le queda grande, no hay ni asomo de
ello); han condenado a penurias a los pensionados (un grupo importante que fue
incorporado por la Misión Amor Mayor)) al negárseles el bono CT; aunque lo más
patético de la historia es que nos andan vendiendo, por un dominio casi total
de medios de comunicación (según los números del propio gobierno, tienen
control de casi el 80% de medios, ya sea por compra, expropiación o amenazas de
cierre sino cumplen con censura o vigilancia de la información que se debe divulgar)mentiras
como las del ministro o que hay una guerra económica, cuando lo arriba nos
demuestra que no hay producción, que hay centros de acopio y distribución (una
gran flota de vehículos de diversa capacidad de movilización), que los
supermercados expropiados no han funcionado, Bicentenario es un alma en pena y
Día a Día desapareció.
No Sr. ministro, el ingreso no nos permite compara más que
antes, menos aún nos queda un sencillo para adquirir sus mentiras ¡ustedes han hecho que caigamos en un abismo económico del cual solo podremos salir cuando dejen que otro tome las riendas del gobierno!