Thursday, June 2, 2016

Hipocresía que trae el poder



Jorge Cruz. Caracas 2 de junio de 2016 

Los hechos contradicen los discursos, eso es algo que he vivido en la institución del Estado en la cual laboro.

Hace ya unos años un grupo de trabajadores y empleados propusimos la creación de un Consejo de Trabajadores, tal como la ley del trabajo lo específica, pues las trabas de los que dirigen la institución fue fuerte, hicieron la guerra hasta que los que allí laboran se cansaron de ver que nada se lograba, que no se le daban derechos.

Esto sucedió estando al frente de la institución una persona que alardeaba que su padre fue uno de los fundadores de Tribuna Popular y pregonero por muchos años, hasta que ya su achaques no le permitieron más, él, formado en el Partido Comunista de Venezuela, era uno de esos adalides en contra del imperio, capitalismo y, supuestamente, a favor de la dictadura del proletariado, pero cuando el proletariado o los trabajadores y empleados que estaban bajo su mando buscaban hacer vida propia, los dejaba a un lado, los acosaba y otras prácticas poco acordes con allanar los derechos de ellos.

También se ha intentado el crear un Comité de Seguridad y Salud Laboral, según lo especificado en la ley y que coordina Inpsasel, en dos ocasiones, un primer intento fue con el ya mencionado jefe y otro con un nuevo jefe

Este último no es tan feroz en sus arengas políticas, pero cada cierto tiempo manifiesta que lo mejor es el socialismo, el poder del pueblo y de los trabajadores. En ambos casos se ha contado con un impase principal, luego de vencer las artimañas para no poder realizar una asamblea para elegir a los voceros, como en este caso es imprescindible que las autoridades proponga un número similar de voceros, pues nunca lo han hecho, con lo cual no tiene validez el comité electo en asamblea.
Como podemos ver, en ambos casos su verborrea está peleada con sus acciones, es mucho lo que dicen sobre los derechos de los trabajadores, sobre liberarlos de la opresión a la cual están sometidos bajo el capitalismo, pero al momento de estar en cargos que les permitiría poner en práctica sus propuestas de creación de un nuevo mundo actúan como un explotador más.

Recuerdo que un amigo luchador de la causa ambiental me comentaba una vez: “Durante la IV uno tocaba la puerta, insistía, se sabía que generalmente no te la abrían, con los socialistas de ahora, te abren la puerta, te escuchan, pero con toda seguridad se ríen luego que sale de la habitación, porque nunca obtienes respuesta o peor, te dan una puñalada trapera”.

Pues estos son los hombres que no hablan de cambiar el mundo, se repite a todos los niveles en el país, desde presidente para abajo. Son, como dice la sabiduría popular: Obispos que se olvidan que fueron curas.

Saturday, May 14, 2016

Boicot empresarial




Jorge Cruz, Caracas 14 de mayo de 2016
Estoy totalmente convencido de la guerra económica que han emprendido los empresarios nacionales e internacionales, en complot con el imperio.

Todo comenzó allá por los primeros años de los 90, las grandes corporaciones, con su planificación estratégica (no se si oráculo de por medio), a sabiendas que Chávez asumiría el poder iniciaron el cierre  de sus plantas en el territorio nacional, dejando pocas áreas de producción, por ejemplo, Pocter and Gamble dejó solo una planta para producir jabón en Lara, siendo que antes de esas fechas aquí estaban plantas para producir cada uno de los productos e, incluso, el área administrativa de Latinoamérica.

El resto de productos que veíamos en los estantes de supermercados eran traídos vía Colombia o de ese país vecino (Sí, leyeron bien: COLOMBIA).

Como ya he dicho, estas empresas hacían planificación estratégica, ellas previeron ese gran paso revolucionario que era expropiar, control cambiario y de precios ¡Realmente son unas malvadas!
Lo que si dudo que adivinaron era ese otro gran logro de la revolución: Cerrar la frontera con Colombia (Sí, leyeron bien: COLOMBIA).

Con esto el país ha logrado dos cosas maravillosas: Culpar a los empresarios de un boicot por vaciar los estantes de supermercados y otros similares y, por el otro, no permitir que vengan productos vía Colombia, así combatimos el bachaqueo.

Otro gran éxito ha sido restringir las ganancias de esos explotadores llamados empresarios. Ilustro lo afirmado: Estamos obligando a Polar a producir harina de maíz (con insumos comprados a dólar subsidiado, no el flotante) para que pueda vender a Bs. 20, como en ello no hay pérdida para el empresario, hemos tomado otras medidas, como por ejemplo, no tomar en cuenta que tiene que comprar los empaques, que como podremos imaginarnos están por encima de Bs. 20; en pocas palabras, hemos logrado que esa malévola empresa esté en la obligación de vendernos la harina gratis; además, como parte de nuestra contraguerra, todas las empresas productoras de harina están funcionando a media máquina (no podemos permitirnos que seamos nosotros mismos los explotadores y que tengamos que vender por debajo del precio real) ¡¡Pura ganancia revolucionaria!! ¡Somos unos genios!

Con todo lo anterior podemos decir que estamos venciendo la guerra económica, hemos puesto a vender productos gratis, hemos acabado con la explotación del hombre por el hombre que hace el capitalismo y finalmente hacer lo contrario de ese precepto, como lo exige el socialismo.

¡Socialismo, hambre y suerte! ¡Disculpen se me chispoteó! No recuerdo el eslogan original.

Wednesday, March 30, 2016

Economía, pueblo y mentiras



Jorge Cruz, Caracas 17-03-2016

El que tiene el poder siempre ha utilizado el lenguaje para encubrir acciones, ya sea mediante el eufemismo o la mentira, la lengua, en pocas palabras, es parte de los mecanismos de dominación. Las palabras adquieren nuevos significados, pongamos por ejemplo: escuálido, según la acepción de la Real Academia Española: “(Del lat. squalĭdus). 1. adj. Flaco, macilento. 2. adj. Sucio, asqueroso.”, como podemos notar todas tienen una carga negativa, pero al asumir Chávez al poder adquiere otra connotación: opositor, pero con una carga peyorativa de antipatriota, oligarca, contrario al pueblo, opuesto a la ideología dominante del oficialismo.

Sucede en otros ámbitos. El que ejerce la presidencia actualmente, Nicolás Maduro, y su equipo han seguido la misma línea de pensamiento.

Voy a demostrar como el discurso va por un lado y la realidad por otro, tomando como ilustración el aumento del salario mínimo que se realizó en febrero y entró en vigencia el primero de marzo del año en curso. 

El salario está compuesto, principalmente, por dos montos: el salario en sí y el bono de alimentación o Cestaticket.  El salario mínimo anterior era de Bs. 9.648,2 y el CT Bs. 6.750 para un total de Bs. 16.398,2; si a este monto le aplicamos el valor de cambio oficial de Bs. 6,30, nos daría que un trabajador principiante podría adquirir los productos de la Cesta Básica (importada en su totalidad) $2.602,88. Un pensionado solamente tiene derecho al salario mínimo señalado, por lo que tendría a disposición para comprar productos de la Cesta Básica por el monto de $1.531,46. 

El nuevo salario, en vigencia desde este mes, es de Bs. 11.577,81 y el CT a Bs. 13.275, para un total de: Bs. 24.852,81, si aplicamos la operación de dividirlo por el cambio oficial, ahora de Bs. 10, el mismo nos da que ahora tiene disponible: $2.485,28. Los pensionados tendrían solamente $1.157,78.
Si comparamos el poder adquisitivo de ambos ingresos con relación a los productos de la Cesta Básica, lo primero que salta a la vista es que ha habido una reducción de esa capacidad, para los trabajadores pasó de $2.602,88 a $2.485,28; es decir, que ha perdido $117,6, quiero quede claro que estamos hablando de dólares. Los pensionados salen en peores condiciones: de $1.531,46 pasa a $1.157,78, en breve, ha perdido $373,68.

Otro dato resaltante es que el CT, un bono, es mayor al salario, lo que significa que no cuenta para ninguno de sus beneficios.

Puedo concluir que de esta manera, el salario ha perdido capacidad de compra y además, el bono es el de mayor repunte, que significa a la larga un menor ingreso anual y al largo plazo.

El pueblo o no pueblo, he ahí el dilema
Se utiliza el término pueblo como un comodín, algo que han hecho muchos de los dictadores, desde Hitler hasta Stalin, para nombrar casos supuestamente opuestos. Como dije antes se juega desde el poder con su significado, en Venezuela hay pueblo y escuálidos, es decir, el pueblo sólo es tal cuando apoya el poder, al criticar, pasas la raya de la tolerancia y de tu identidad.

Como se quiere un solo discurso que han intentado copar todos los medios de comunicación: radio, prensa escrita, TV, e incluso las redes sociales, algo que es común en donde existe dictaduras (las socialistas también: China, Corea del Norte o Cuba). Otra forma de este dominio era hablar por horas, encadenado, o interrumpir algún acto de la oposición, con una cadena, que generalmente tiene la duración del acto contrario.

Este control de los medios busca controlar al emitir un solo mensaje y un solo lenguaje, el de la dominación.

Por ellos hemos escuchado, cuando se quiere hablar para seducir o, en otro contexto, ocultar, de manera general de PUEBLO; también se ha utilizado otros términos: soberano, el poder constituyente…, aunque cuando se quiere solamente referir al seguidor se le ha llamado poder popular, que ya de por si es un sometimiento como comunidad organizada bajo la tutela del gobierno (el poder popular está constituido por los Consejos Comunales, Comunas y Comités de Tierras Urbanas, no hay otra forma válida de reconocimiento). Las ONG son proscritas, al igual que las asociaciones de vecinos o cualquier otro tipo de organización, actúan al margen de la ley, se permite a regañadientes su presencia (muchos han sido los artilugios que se han utilizado para intentar desaparecerlas, desde leyes que coartan sus ingresos hasta la persecución abierta).

En pocas palabras, el concepto pueblo existe mientras tenga como significado a la población queme siga, que sea sumisa.

Este concepto ha sido también utilizado de manera similar por las dictaduras de cualquier ideología, desde el nazismo hasta el socialismo.

Mentiras, pararapapan…
La mentira es parte importante del mensaje, quien lo expuso de manera expresa fue Joseph Goebbles, el ideólogo de la publicidad nazi, es famoso uno de sus principios: Repetir una mentira hasta que se convierta en verdad.

La mentira es evidente en el discurso político, arriba señalé como un aumento salarial es vendido como un beneficio, cuando realmente es una desmejora, tampoco se señala que la inflación del año pasado fue de 180% y los incrementos salariales no llegan ni a 120%, este año se hace un incremento de un 20% y la inflación se sabe que ya pasó con creces ese porcentaje. Son mentiras que se camuflan bajo un discurso de ilusión y fragmentación (nunca los datos son expresados en conjunto, sino de manera aislada y diferentes contextos, para evitar que se unan las piezas).


Es mentiroso el gobierno cuando dice que gobierna para el pueblo, en su beneficio, sin embargo, arriba demostré que el ingreso de TODOS los trabajadores ha perdido capacidad de compra, que en el caso de los pensionados la historia es aún más crítica, que si se le sumara el CT, sería menor la disminución capacidad de compra, pero como esta ha sido una bandera que tomó la oposición, pues la posición del gobierno es negar esa posibilidad. Lo peor es que se alega que no hay dinero, cuando al mismo tiempo se sabe que se han hecho compras de armamentos por cantidades dos veces mayor que lo que significaría lo necesario para compensar este bono.

Tenemos así un gobierno que falsea la economía familiar, que intenta mentir sobre la realidad y cuando no la puede esconder apela al sacrificio del pueblo por el bienestar del país.

Con la generalización el mensaje que se intenta trasmitir es que todos somos iguales, cuando en realidad somos diferentes, no es por medio de la igualdad que crecemos sino cuando existe la equidad. El incremento salarial no busca la equidad, tampoco la diferenciación entre pueblo y escuálidos, menos aún con un discurso pleno de mentiras.

Sunday, January 31, 2016

Tender puentes y no la ponzoña



El contacto con los biólogos me ha enseñado mucho, entre ello he aprendido que TODOS somos segregacionistas instintivamente (me incluyo en ello), tendemos a buscar o reunirnos con los similares y señalar al otro. Unos ejemplos que he utilizado muchas otras veces sirven para ilustrar lo afirmado: un gorila albino en la naturaleza no sobrevive, como animal social (viven en grupos) es aislado y condenado a la muerte, los perros y gatos pelean porque conviven en el mismo espacio y son diferentes, no es por predación, para servir de alimento uno al otro. En todas las comunidades indígenas que he tenido contacto tienen esas variantes: ellos son los hombres o humanos y el resto son los extranjeros, los otros.
¡Claro! ¡Existe la educación! La cual permite que podamos suavizar, más no eliminar, esas conductas innatas; en casa podemos criar gatos y perros, no siempre es exitoso, pero pueden mantener una amistad cuando da resultados. En cambio, yo conocí el caso, de dos perros rotwailer machos que se criaron juntos, al llegar a la adultez no podían compartir áreas, tenían que tener barreras que los separaran.
También ese comportamiento lo podemos ver en quienes defienden ardorosamente algún sector o grupo humano, su discurso es segregacionista, supuestamente por buscar o proteger a uno minoritario, excluido o explotado o lo contrario; ya sea oriental contra el central, negro contra blanco, realmadrirista contra barcelonista, venezolano contra colombiano, chavista contra oposicionista y así por el estilo.
La política, el arte de negociar con el otro para poder convivir, no es ajeno a ello, especialmente cuando hay fanatismo o, su grado extremo, polarización.
Por ello me resulta ingenuo, insensato o poco serio el querer utilizar esta actitud como bandera, entre más lo utilices más das armas al contrario y a tus seguidores, la violencia (aunque sea verbal) solo crea más violencia y de allí a la física (con muerte en su ruta) solo hay un paso.
Si realmente queremos que las cosas cambien para la convivencia, si queremos reducir la intolerancia, no es echando más leña al fuego como se apaga. El silencio es de sabios, generalmente es preferible sepultar una matriz de opinión para que ella muera de mengua.