Jorge Cruz, Caracas, 10 de Mayo de 2013
Una de las estrategias utilizada por el neoliberalismo era
ir cercenando la capacidad del Estado, para luego justificar la privatización
del mismo. Se llegó a tener Estados que eran casi cascarones sin nada dentro.
Recuerdo la frase de Miguel Ronpedrique en una de sus
charlas en contra de la masificación de la educación: “los convertimos en
tontos para después señalarlos como inútiles”. Eso es lo que se planteo el
neoliberalismo con el Estado de muchas naciones y con ello fue cercenando poco
a poco su accionar.
En Venezuela no fuimos ajenos a ello, vimos o sufrimos de un
Estado enano que sus movimientos poco podían hacer contra la arremetida de lo
privado. Medidas que hacía cuesta arriba para un buen número de la población su
simple vivir.
Pasaron los años y penurias y surgió una llamada revolución,
que combatiría al neoliberalismo. Al principio, no eran muchos los cambios, se
era partidario de la “tercera vía”, una ruta que no renegaba del capitalismo y
hacía énfasis en el Estado de Bienestar , muy cercano a lo que dominaba en
Europa (sin llegar o siquiera alcanzar la mitad de ello).
Luego, se empieza a producir un cambio. Se hablaba de
participación, pero se decreta por vía de excepción un conjunto de leyes,
especialmente dos: la ley de tierras y la ley de pesca, que generaron mucho
ruido. Mucho de ese barullo tenía que ver con romper con una de las premisas
propuestas en la Constitución: participación protagónica, las leyes
habilitantes no permiten la participación o discusión de sus contenidos, todo
se hace por vía del ejecutivo.
Voy a hacer un paréntesis para mostrar cuán intolerantes se
actuó en ese momento. Entre las leyes propuestas estaba la Ley de Semilla, la
cual tuvo mucha oposición por parte diversas ONG, muy cercanas a las políticas
del gobierno, que argumentaban que lo propuesto lesionaría la soberanía del país
y daría un duro golpe a la agricultura nacional. Estos grupos intentaron de
diversas maneras hacer llegar sus puntos de vista. Faltando, si mal no recuerdo
como unos cuatro días antes de la aprobación, yo tenía una consultoría con el
Ministerio del Ambiente, se reunieron con mi persona y me expusieron el caso (una
de las labores de la consultoría era el contacto con ONG), a dos días, nos
reunimos con el Director General de la Dirección del ministerio, el cual todo
preocupado por lo expuesto, le llevó sus argumentos a la ministra, quien
finalmente paralizó la ley. Ya en ese momento se estaba gestando la sordera e
introspección, solamente se escucha a su equipo.
Regresando, se radicalizan los ánimos y comienza a gestarse
un proceso de división del país entre los que respaldan al presidente y los que
no.
Este proceso lleva a que el presidente de ese entonces, el
difunto Hugo Chávez, comience a dibujar otro modelo de desarrollo: el cual se
nutrió de mucha improvisación y volatilidad, experimento que bien y pronto desaparece.
Eso sí con unas premisas, crear un Estado paralelo que con el tiempo lo
remplazaría, por ello se crean sistemas de salud (Misión Barrio Adentro),
distribución de alimentos (Mercal), educación (Misiones para los diversos
niveles hasta el universitario), además de nacionalizar empresas para
“competir”, (CANTV fue una de las primeras), entre otras.
También se ha actuado para castigar a victorias de la
oposición en gobernaciones, alcaldía mayor, recintos universitarios o
sindicatos, creado gobiernos paralelos, todo ellos muy “legal”.
De lo anterior quiero resaltar uno de los “mundos”
paralelos: la educación universitaria.
El gobierno creó nuevas universidades y amplió una ya
existente: La UNEFA. Como ha sucedido con la salud o victorias de poderes
locales o regionales contrarios, se inició un recorte o paralización de
incrementos de los presupuestos de esos espacios en manos de la oposición. Las
universidades autónomas e incluso institutos como el IVIC, comienzan a tener un
estrangulamiento que hace difícil su funcionamiento, lo cual como primer
coletazo de ello es la migración al extranjero de su cuerpo de profesores
(también ha sucedido en salud y otros ámbitos).
Lo último que se escucha es que le será reducido el ancho de
banda a las universidades autónomas, ojalá no sea cierto este rumor. Ya basta con el estrangulamiento al que se ha sometido a al cuerpo profesoral de todas ellas, además de premiar a los que han atacado recintos como la UCV, de violentar sus espacios con actos que se imponen porque sí y otros actos más de agresión o muestras de que el gobierno es el Macho Alfa, que castiga, recorta, viola... ¡¡Ya Basta!!
Como las medidas del neoliberalismo, quien paga los platos
rotos es el pueblo, esos recortes o “descuidos” de los sistemas educativos, de
salud, vivienda, producción agrícola y un largo etcétera han golpeado a buena
parte de la población, quienes realmente necesitan de esos servicios. El
discurso ha cambiado su texto; sin embargo, el accionar es el mismo.
Gatopardismo en pleno.
El neoliberalismo buscó crear tontos en diversos entes del
Estado, el chavismo hace lo mismo con múltiples entes del Estado. ¡¡Larga vida
a las formas de actuar del neoliberalismo!!