Jorge Cruz, Caracas 13 de agosto de 2021
En el campo del
magnetismo los polos opuestos se atraen, eso lo dice la física.
Yo como no se
mucho de física, creo que más bien se imitan.
Traigo a colación
un ejemplo, unos dicen que el liberalismo (libertad económica) es lo mejor y el
otro que el estatismo (control estatal), en realidad ambos apuntan por un
monopolio, más claro en el último caso. Los liberales afirman que el mercado
debe reinar sin interrupción, ya que él se autoregula y trae soluciones para
todos. Los partidarios del poder absoluto del Estado sugieren que lo mejor es
que sea el Estado quien coordine y produzca para con ello garantizar la
justicia para todos. Para unos debe desaparecer o minimizarse a su casi desaparición
el Estado, una especie de anarquismo promovido por empresarios, el problema es
que ello puede tender a que sean pocas o una empresa la que va eliminando al
resto para dominar el mercado, en términos económicos le llaman Competencia
Imperfecta. Del otro lado, la némesis es cuando se ha nacionalizado todo,
cuando el haber económico, social y ambiental es dominio de un solo supraente:
el Estado, aquí también la experiencia nos ha enseñado que no funciona, el
monopolio solo lleva a un deterioro de todo: servicios, productos y del resto
de la calidad de vida.
Veamos otro caso
antagónico, con mayor profundidad que lo anterior: competencia y mutualismo.
Algunos satanizan
la competencia, la consideran casi como pecado, una maldición; lo real es
que ella es parte de nuestra vida, competimos con otros de nuestra misma
especie, otras especies e incluso con la naturaleza en general.
Desde que Charles
Darwin propuso que la supervivencia del más apto en la naturaleza era una “ley”,
mucho se ha especulado con esas premisas. Unos para alabarla, otros para repudiarla,
un me gusta-no me gusta, mucho de sentimiento poco de razonamiento.
La competencia da
ventajas a quienes participan si tienes las aptitudes y capacidades, es posible
que puedas vencer a tus contrincantes, esas superioridad te da puntos a favor
que pueden hacer que la balanza de decida hacia tu lado.
Ella se ha
definido de esta manera: “(…) la aptitud que
tiene una persona, formada por capacidades,
habilidades y destrezas con las que cuenta para realizar una
actividad o cumplir un objetivo dentro del ámbito laboral, académico o
interpersonal.
El término competencia, es usado también para
referirse a ciertos contextos en los que dos personas, equipos o empresas
se relacionan en un medio e intentan superar una a la otra. Por ejemplo: una
competencia deportiva en la que cada competidor intentará llegar a la meta
antes de que otro lo haga.
Además, la competencia puede ser de tipo biológica
cuando se enfrentan uno o más individuos de igual o diferente especie para
obtener un mismo recurso.”
Tomada de la siguiente fuente: https://concepto.de/competencia/
Revisemos ahora
el otro término, mutualismo.
Su definición: “El mutualismo es un tipo de relación entre
especies o relación interespecífica, en el cual los dos individuos involucrados
obtienen un beneficio mutuo, o sea, se benefician ambos de su asociación. Este
tipo de vínculo no ocasiona daños a ninguno.
Las relaciones de mutualismo son muy importantes
en las dinámicas ecológicas del medio ambiente, sobre todo en el incremento de
la biodiversidad y en el aprovechamiento máximo de los recursos naturales
disponibles, así como en los caminos que toma la evolución.
Este tipo de asociaciones entre especies puede comprenderse
como una especie de trueque o canje biológico, en el que cada especie da y gana
algo.”
Fuente: https://concepto.de/mutualismo/
El primer autor
que habló de ello como concepto fue Piotr Kropotkin en su libro La
Ayuda Mutua*.
Lo hemos titulado de diversas maneras: solidaridad, cooperación,
colectivismo (en oposición a individualismo)…, en todos ellos está presente un
sentido de reciprocidad: “hoy por ti, mañana por mi”, aunque no significa que
se actúa esperando la recompensa, sino por instinto de ayuda que convalida mi
supervivencia.
No debemos olvidar que somos especies gregarias, que hemos
tenido ventaja ante otras especies gracias al grupo, al trabajo conjunto, a la
cooperación.
¿Opuestas o
complementarias?
Hay variados puntos de vistas sobre estos dos conceptos,
como he asomado; si me acojo a uno sólo niego el otro, es la visión de algunos,
otros, como mi caso, diría que no son excluyentes, que ambas conviven en nosotros,
son necesarias y permanentemente interactúan.
Ya apunte que somos animales que disfrutamos de la “compañía”
de otros, que pueden ser seres humanos como otras especies domesticadas (mascotas)
o incluso réplicas como son las muñecas o el mundo virtual, pero al mismo
tiempo somos individuos que intentamos vivir y trascender, ya sea mediante la
reproducción de nuestros genes como de nuestras enseñanzas, transmitir nuestras
experiencias (conocimientos acumulados en la ruta de nuestra estadía en el
planeta). Es decir, nos encanta compartir y competir (consiente e inconscientemente).
Permanentemente actuamos en ambos niveles: procuramos construir un mejor futuro
para nuestro(s) hijo(s), competimos con otros en la obra que estamos edificando,
aunque en este mismo acto ya estamos mostrando que deseamos el bienestar de
otros (nuestra descendencia).
No existe por separado, si intentamos hacer hincapié en uno
de ellos, cojeamos, pocos pasos podremos dar sin que la realidad nos golpee en
la cara.
Una ilustración de lo que he afirmado. Recientemente culminaron
los Juegos Olímpicos de Tokio, tomemos el caso del país con mayor cantidad de
medallas, tanto en total como en la de mayor prestigio y puntuación (oro): los
EE.UU., una característica peculiar es que en casi todas las naciones que
participan, los atletas son financiado por los gobiernos, los estadounidenses
no, son exclusivamente empresas privadas; sin embargo, cuando hay un ganador
sabe que ha sido por mérito propio, a su trabajo, a vencer a los otros rivales
y, al mismo tiempo, que representa a esa república norteña. Competencia y
mutualismo presentes en un mismo momento.
Todos nuestros actos, instintivamente, están guiados por
tales palabras, pueden revisar cualquier acción y notarán que se está intentando
demostrar superioridad a otros y cooperación o actuar en nombre de cercanos.
Debo aclarar que la cooperación muchas veces va más allá de
nuestro círculo cercano, yo he llamado aros de identidad, esos espacios en los
cuales tenemos mayor afinidad, que los que están más próximos son mayores los “compromisos”
que sentimos que tenemos con ellos. Voy a graficar rápidamente para que se
comprenda mejor: mi primer aro es mi familia, el segundo aro puede ser los
vecinos o comunidad (esta última opera más en zonas rurales, aunque no niega lo
urbano), pudiera seguir con el barrio o urbanización, la ciudad, el estado, la
nación, el continente, hasta llegar al planeta. El que he mencionado como
final, pareciera medio extraño, pero es una realidad, para los ambientalistas su
lucha es el planeta, también no encontramos casos como cuando ocurre una
tragedia de grandes dimensiones en un lugar y vemos como aparecen envíos desde
lugares distantes, que fueron recogidos y remitidos por personas que no conocen
a los receptores.
Para finalizar quiero argumentar que si buscamos el
equilibrio, al sentir que hemos acentuado uno de ellos, sabremos que nuestra conducta
será recompensada con un provenir más brillante. También que es intrascendente
esa competencia para demostrar que una de ellas es la que domina, por ejemplo
en el plano político, al decir que el capitalismo hace énfasis en la
competencia y el socialismo en la mutualidad, porque es falso ese discurso.
Cuando un gobierno hace elocuencia de que se debe cooperar o
colectivizar está condenando a su población al fracaso, lo mismo sucede si
solamente se intenta exponer que la competencia hace todo. El mercado auspicia
la competencia, pero el exceso de mercado anula la competencia al permitir el
monopolio u oligopolio. Por el otro lado, el mutualismo lleva a la inoperancia,
ya que al eliminar (discursivamente) la competencia, se pierde el sentido de
mejorar, sino trabajo para los mios, llega el momento que me pregunto si es
valedero el esfuerzo.
Como dice la sabiduría popular: “Es bueno el cilantro, pero
no tanto”
Notas:
* Kropotkin, Piotr (2009) La Ayuda Mutua. Monte
Ávila editores latinoamericana C.A.
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