Monday, July 26, 2021

¡Con ellos siempre pierdo!

Jorge Cruz, Caracas 24 de julio de 2021

¡¡Gané!! ¡¡Tomo todo!!

Recuerdo que de infante había un juego de apuestas en la cual se utilizaba un objeto parecido a un trompo, pero con seis caras en las cuales habían inscripciones como pon una, toma una y la de mayor peso: Toma todo. El artefacto se hacía girar y dependiendo que lo que dijera la cara superior se actuaba.

Lo anterior en la teoría de los juegos se le llama: suma cero, uno gana todo y el resto pierde todo.

Aquí no me interesa el juego en sí, sino la actitud que toman algunos personajes cuando asumen el poder, especialmente aquellos que tienen detrás una logia de entusiastas con discursos ideológicos.

Hay una expresión en latín que expone claramente la conducta que me voy a referir en este artículo: Tabula rasa.

Ella significa arrasar con todo, negar la validez de lo anterior, realizar un supuesto arranque desde cero, la nada. Ahora bien, si están presente infraestructuras, personas o historias, es necesario negarlas, destruirlas, desaparecer o incluso asesinar, reescribir.

Ejemplos de ellos hay muchos desde la historia reciente hasta la de siglos antes. Los talibanes hicieron explotar joyas milenarias escultóricas de gran tamaño; el nazismo quiso eliminar a todos aquellos que no eran de su mismo origen germánico, ario y nuevos movimientos están realizando un revisionismo retroactivo, ya sea derribando estatuas, sobrevaluado los pueblos originarios sobre la mezcla posterior, entre otras acciones.

Voy a explayarme un poco en el último punto señalado arriba: sobrevaluación de lo indígena sobre lo grupos humanos posteriores. He recibido un número importante de fotos con leyenda dentro de ellas incluidas y textos en los cuales hablan que los únicos verdaderos habitantes no “extranjeros” en América son los indígenas, los negros fueron traídos a la fuerza y los invasores son los blancos europeos. Ello es parcialmente cierto por dos razones: la primera, las migraciones de seres humanos no es nueva, ni fue exclusiva a América, los estudiosos afirman que el homo sapiens apareció en África, de allí se esparció a otros continentes; y, segundo, en esa movilización extinguió a otros grupos, se menciona a los Neandertales, por ejemplo. Es decir, no son fenómenos nuevos las movilizaciones geográficas, las conquistas de otros espacios, como tampoco la competencia y depredación, subordinación o explotación de otras especies o, en este caso, de otros humanos.

En otras palabras, si se quiere ser retroactivo, tendríamos que alegar por los neandertales, lo que sabemos ¡es una barbaridad!

 Además, una de las características importantes de la naturaleza es la diversidad, ella permite que las variedades de una especie pueda sobrevivir en caso de un tipo de extinción aparezca, cuando se homogeniza, lo que empieza a dominar es el desierto, la desaparición de la vida, tal como vemos en el actuar del ser humano, como en la explotación minera a cielo abierto.


En Venezuela

Hablando de ilustraciones, tengo dos ejemplos en Venezuela, estoy seguro que habrá una para cada localidad. Han sido comentarios de amigos, ambos simpatizantes del oficialismo (chavismo): “Antes no podían estudiar los pobres”, esta frase la soltó un amigo, colega quien además se orgullecía de haber crecido en una zona popular. Yo me lo quedé mirando por unos segundo, sabiendo de sus orígenes y le pregunté ¿me imagino que tus padres eran clase media? Inmediatamente respondió que no, que todo lo contrario, él había nacido y crecido en un sector pobre, a lo que yo riposté: Tú te graduaste en los 80 ¿cierto? Entonces tu eres la negación absoluta de lo que acabas de expresar, eres un pésimo ejemplo, se niega totalmente lo que le deseas endilgar a solamente este periodo de gobierno, antes hubo posibilidades, posiblemente era más selectivo por lo de la meritrocracia, pero si se podía. Luego de ello, esa persona no me ha vuelto a contactar.

El otro caso es algo similar, una conversación de diversos temas, entre tantos emergió lo relacionado a lo deficiente de la construcción para los sectores populares. El amigo afirmó alegremente que antes no existían políticas de Estado tan consecuentes como ahora, que antes no se había apoyado a los de bajos recursos. Yo le concedí parcialmente la razón, no ha sido suficiente, pero si se han hecho obras bajo los diferentes gobiernos  anteriores al chavismo. Yo te respaldaría si me hubieras dicho que mucha de esa población fue castigada con una vivienda mucho más costosa que la realizada en conjuntos residenciales, ya que tienen que adquirir la arena, el cemento, las cabillas, ventanas, puertas, etcétera al detal, de a poco, por ello con precios superiores que las compras al mayor, además que debido a ello tienen que realizar múltiples viajes llevando materiales, que incrementa los costos. No tu punto no es ese, tú niegas que se haya hecho algo antes, aunque si mal no recuerdo tú te criaste en Caricuao, una gran cantidad de bloques de vivienda construidos por el Estado para personas con recursos restringidos, así hay otras más regadas por toda la geografía nacional, no fue suficiente, pero si se construyó.

Pudiera traer al tapete más ilustraciones, de similar tenor, en otros ámbitos, pero no voy a caer en esa tentación, ya que todas ellas marcadas por una perorata que vende ilusiones, hechos no hechos, paraíso que nunca se construyen, utopías que crean expectativas imposibles e irrealizables, mesianismo a toda prueba en un líder o partido, una fervorosidad en los simpatizantes que no razonan, analizan, menos aún critican, solo repite cual traganíqueles (aunque puede ser en algunos casos dinero lo que recibe como beneficio, en otros es simplemente promesas de un futuro magnánimo). En pocas palabras, es un discurso sensiblero que ataca las emociones, para aflorar lo instintivo, aunque pareciera racional.

Como su megalomanía es tomar todo, acaparan los poderes existentes: el judicial, el legislativo, y entre ello se incluye los medios de comunicación, porque hay que difundir un solo mensaje, “el verdadero”.

Al asaltar este último, sea a la fuerza o a través de medidas intimidatorias que llevan a la autocensura o subyugación, es un paso de peso, con ello garantiza una caja de resonancia de alto poder para que sucedan casos como los comentados arriba, sucedidos en la nación caribeña.


A manera de conclusión

Como podemos percibir, hay un discurso de aparente innovación, la venta de que nunca se había hecho antes políticas de Estado hacia ciertos sectores, se presenta como si fueran programa novedosos, tal como sugería un logo usado por el régimen venezolano: “Sólo en revolución”, lo que realmente nos muestra es una maquinaria de publicidad y propaganda bien aceitada. De allí lo último señalado.

Lo terrible de la historia es que se va creando un metalenguaje, tal como lo expresó George Orwell en su novela 1984, que intenta homogenizar, banalizar y reducir el idioma. Todo se llena de lemas, eslóganes y propaganda, donde la justicia queda detenida por un grupo que solo cacarea los deseos del grupo en el poder, repitiendo lo mismo, las leyes sirven para legalizar y si saltan dudas el supremo de justicia lo ratifica y refrenda.

En el siguiente párrafo está retratado casi todo lo por mi expresado:

Aquello de labrar consensos mínimos en torno a ciertas ideas en aras de permitir acuerdos que favorecen al pueblo, no aparece en su manual. Este se nutre de una realidad alterna, construida evocando mitos épicos que dividen a la sociedad –su campo de batalla—entre un “nosotros”, patriotas y “revolucionarios”, y un “ellos”, formado por la chusma de traidores contrarios a su dominación. Esta visión maniquea la alimenta incesantemente con nuevas fabricaciones. La mentira es un arma de guerra. El fascismo tiene que mantener siempre la ofensiva, tensando la confrontación con consignas sencillas que alebresten las pasiones de partidarios, prestos al combate, no su apego a la razón.”*

Los gobiernos que actúan de esta manera se les ha llamado totalitarios, lo que esta generalización esconde es que hay algunos tipos de gobierno que aparentan no ser del toma todo, sino que juegan a la estrategia de la zanahoria y el garrote, porque utilizan fuerzas “civiles”, correligionarios armados para violentar los DD.HH., no en nombre del gobierno, sino de la ideología que profesan (que es la misma que profesan quienes están en el poder). Luego entran en juego los otros poderes y las fuerzas represivas para reafirmar.

No hay nada más perverso que esas dictaduras, eliminar la diversidad, hasta la naturaleza nos enseña que no es lo acertado. Pareciera ser rentable para sus seguidores, en el corto plazo, pero a la larga son mayores los daños

En el toma todo gana una minoría, el soberano o pueblo pierde.

 

Nota:

*García Larralde, Humberto (2021) Está en su naturaleza. El Nacional, julio 19. En: https://www.elnacional.com/opinion/esta-en-su-naturaleza/ . Consultado el 19 de julio de 2021.

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