Jorge Cruz, Caracas, 13 de Junio de 2013
Quizás el mayor error conceptual del chavismo es haber intentado
unificar los objetivos del Estado con los del partido.
Así como un empresario (capitalista) tiene como objetivo
central el incrementar sus ganancias, los partidos tienen como objetivo central
el acceder al poder y cuando se está en él, permanecer lo más largo posible.
Los objetivos del Estado es el bienestar de su población (en teoría, claro
está).
Como vemos son diferentes lo buscado y por ello hemos podido
tener en el país diversas acciones que van en contra del buen vivir de la
población.
Voy solamente a señalar dos casos, los cuales profundizaré
un poco en sus consecuencias o manifestaciones:
1. Control
total: Es bien conocido que las empresas buscan el monopolio como el fin último
que les permite maximizar sus ganancias. Los partidos también tienden a procurar
el monopolio del poder, ya que esos le garantiza poder dominar o subyugar al
país, sea por medio de uniformizar los medios de comunicación, justicia,
contraloría, etc.
En el país hemos visto como esto ha operado
de manera casi absoluta, los poderes responden al designo del ejecutivo, que a
su vez es el “jefe máximo” del partido.
Otro de sus expresiones es el monopolio por
pequeño grupo del poder, por ello vemos casi siempre las mismas caras que se
reciclan de ministerio o cualquier organismo público e incluso, otro perversión
mayor en la ostentación de dos o más cargos a la vez.
Otro síntoma es la destrucción o
reformulación de las organizaciones populares, de base o gremiales. Hemos visto
como la mayoría de los sindicatos de las empresas del Estado han pasado a mejor
vida (para peor vida de los que quedan en ellas); como las asociaciones de
vecinos se reformularon en Consejos Comunales pero buscando que solamente sean básicamente
oficiales los subscritos al partido de
gobierno (yo en un anterior artículo comenté el caso de lo tortuoso que fue la
afiliación del CC en el cual participé); igual sucede con las organizaciones de
base de los pueblos indígenas, hay una imposición
de los CC en ellas, destruyendo las formas de gobierno existente en ellas; las
ONG han sido atacadas y mermadas en su accionar al no permitir la financiación,
ya sea nacional (FONACIT es la que decide hacia donde deben ir los dinero que las
empresas destinan a esos fines y los internacionales son tan intrincado sus
vías de ingreso que no existen), esto se cumple para las de todo tipo: sociales,
ambientales inclusive; entre otros
ejemplos.
Como he dicho todo estas medidas solamente
tienen como meta el tener bajo custodia todo el aparato del Estado y sus.
2. Explotación
de los trabajadores. Otro de los aspectos conocidos de las empresas para
alcanzar sus objetivos es la explotación del hombre por el hombre, como
afirmaba Carlos Marx.
Estamos siendo testigos de la protesta de
los profesores de las universidades autónomas que no reciben un incremento
salarial desde 2008, algunos institutos autónomos sufren del mismo mal, yo
conozco uno que tiene dos años con cambio mínimos en sus ingresos, básicamente
para igualarlos al salario mínimo decretado por el ejecutivo nacional, esto es
válido para todos los funcionarios, exceptuado los jefes. Es decir, todas aquellas
personas que tienen años de experiencia y cursos o títulos obtenidos están rasados
con un bachiller que por primera vez obtiene un empleo.
Los logros o incrementos se alcanzan
mediantes luchas o protestas como si fuera una lucha contra la explotación
empresarial.
Hay otros temas, que sirven de ilustración
de esa perversión conceptual, pero creo que con lo aquí señalado tenemos una
visión de cómo funciona, solo mencionaré otra más: destrucción del aparato
productivo tradicional para un supuesto nuevo modelo, bajo la excusa de
perseguir a los capitalistas.
En pocas palabras, esa justificación (discurso)
de construir un socialismo ha dado licencia para controlar el Estado e intentar
convertirse en un solo partido hegemónico. Objetivo que más o menos han logrado
en perjuicio de los que moramos en Venezuela, un socialismo que nos demuestra
que es más discurso que hechos, más destrucción que construcción, más perseguir
o acosar que justicia, más control y menos libertad, más explotación que
beneficio; en fin, mas capitalismo de estado y menos buen vivir para la
población.