Saturday, May 2, 2020

Cuando el discurso es sólo palabras


Jorge Cruz, Caracas, 2 de mayo de 2020

Si en algo fue eficiente Chávez fue en instigar a la confrontación, al odio, algo que estaba en el ambiente y él aprovechó.

Los tres temas fueron: antiempresarios, antigringo y antipolítica.

Los dos primeros son de larga data, el último era temporal, los ciudadanos nos hemos acostumbrado a una relación de amor-odio hacia las organizaciones políticas.

Los preceptos de eso que han dado en llamar izquierda, asumió lo que dijo uno de sus teóricos: Antonio Gramsci: penetrar desde la base, desde la cultura, crear acólitos que sin saberlos eran utilizados. Por ello, en casi todas las universidades públicas y algunas privadas, lo que dominaba era el marxismo, con lo cual encausaban desde esa  etapa de Rito de Pasaje, en la cual los jóvenes son irreverentes, en búsqueda de su ubicación social al estar prontos a ingresar al mercado de trabajo y su rebeldía; por ello, inculcaban o potenciaban un odio contra los diferentes, especialmente los adinerados, que fundamentalmente, en Venezuela se referían a los empresarios (en otras naciones pueden ser los oligarcas, ese sector que viene por tradición, incluso desde la nobleza, cercanos al poder, tanto político como económico). Se les tilda como burguesía y explotadores de la clase trabajadora. Son el objetivo a eliminar, por medio de la colectivización de las empresas al ser tomadas por los obreros.

El segundo término es relacionado con parte del anterior, hay un enemigo que siempre está afuera que es el que sabotea nuestra economía, ya sea robándose nuestros recursos naturales, vendiéndonos formas de vida (colonialismo cultural), convirtiéndonos en meros consumistas y gobernándonos, ya que ese ente foráneo es el titiritero. Le han llamado imperio.

El último es ese fantasma  que aparece y desaparece cada cierto tiempo. En esta república caribeña, en los 90 venían de capa caída por los problemas que aquejaba la nación y, que ahora está nuevamente flotando en el entorno, ya que por un lado, hay descontento con el chavismo, gracias al desacertado rumbo en el cual se haya el país y tampoco simpatizan con la oposición por no sacar al chavismo del poder.

Chávez y su sucesor han sacado provecho de esos estereotipos con los cuales se habían alimentado por años a la población venezolana, para simular un ataque a ellos, hay otros temas más pero no son de este artículo,.

Se cimentó en ese principio de Maquiavelo: "Divide y reinas", por ello atizó el odio o desprecio contra los empresarios, contra EE.UU. (permitiendo la injerencia de Brasil, Cuba, China…), los partidos políticos; puedo agregar entre chavismo y opositores, entre sectores sociales.

Su gran aliado han sido los medios de comunicación con sus interminables cadenas (obligación de todos los medios de comunicación en unirse a su transmisión), de horas despotricando contra todos esos OTROS, burlándose, minusvalorándolos, condenándolos, acusándolos de culpables de sus errores y desaciertos, de la destrucción que ha estado sufriendo la nación. Debo agregar, que bajo la premisa de que los medios privados solo trasmiten mentiras, se tiene buena parte de las televisoras y las radios, las que nos están directamente bajo su mando, están con una espada de Damocles, censura; los medios impresos casi totalmente desaparecidos, solo unos pocos afectos circulan. A las RRSS han intentado, hay un casi total monopolio de parte de la compañía del Estado (CANTV) que es la que distribuye internet, incluso a las privadas, hay bloqueos intermitentes o permanentes de acceso a páginas, hay leyes que penalizan con cárcel a quienes exponen textos que disgustan al establishment.

La realidad

El resultado real es que si bien atacó ciertos grupos, solamente era un “Quítate tú pa’ponerme yo”. Por ejemplo, se compró lealtad, en especial a los cuerpos castrenses; se atacó a Polar como capitalista y las empresas de ingeniería nacionales para dar contratos a transnacionales como Odebretch, entre otras; se gritaba a los cuatro vientos que se eran antimperialista, condenaba su maquinaria de guerra y acusaba de sus intereses injerencistas e invasionistas, pero nunca dejó de vender petróleo, ya que era la principal fuente de recursos (divisas) para el presupuesto nacional; por último, persiguió y vociferó hasta más no poder en contra de los partidos políticos (su intención real era la existencia de un solo partido, para garantizar su permanencia en las miles del poder), aunque hasta antes de su muerte pudo ver como crecían y sobrepasaban en elecciones al Polo Patriótico (PSUV, PCV y otros menores).

Resumiendo, el chavismo ha cumplido a cabalidad el decir popular: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”. Se aprovechó de un terreno que había sido abonado por años desde los centros educativos; por artistas o celebridades, en sus críticas a la situación del momento; del malestar general por la condiciones económicas; de los movimientos reivindicativos de diversas índoles como: indígenas, ambientalistas, vecinales, DD.HH., feministas, nueva Constitución, democracia participativa, las diferencias sociales..., todos ellos fueron promesas de campañas que poco a poco fueron dejados al abandono a la vera del camino. Se experimentó un gatopardismo impresionante, mucho de ello obnubilado por la bonanza petrolera más larga en la historia nacional y con la mayor cantidad de dinero.

Hubo una bacanal de discursos que al día siguiente es cuando se padece la resaca o hechos, la cual parece interminable, porque cada día es peor que el anterior.

PD: He estado analizando el discurso del chavismo, algunos me van a masacrar con epítetos tales como proempresario o pitiyanqui. 

Les advierto, si vamos a hablar de propietarios de empresas, tendré que señalar que hay de todo, sino deben preguntarse dos cosas: ¿Por qué son los trabajadores de Polar los que  principalmente se han opuesto a que el chavismo tome sus instalaciones? ¿Cuál es la empresa, tanto privada como pública, que tiene mejores beneficios para todos sus trabajadores y empleados?

Segundo, todos los gobiernos de todos los países defienden sus intereses (incluyo al llamado imperio), que ha existido una exacción de recursos, no es falso, pero también hay que reconocer que los tiempos cambian, así como ha existido el esclavismo (aún ahora está presente, pero no es el tema aquí), ahora hay otra manera de obtener ganancias, son las transnacionales las que se encargan de ello, muchas de ellas tienen buenos beneficios para sus trabajadores, otras explotan donde los gobiernos les dan facilidades. En fin, no se puede generalizar que todo es blanco y negro, porque hay muchos colores intermedios.

Friday, May 1, 2020

Confianza y expectativas, dueto económico


Jorge Cruz, Caracas, 30 de abril de 2020

En economía hay dos términos que son directamente proporcionales, es decir, si uno sube, el otro sube y lo contrario. Tales conceptos son: confianza y expectativas.

Cuando la confianza en una nación es alta las expectativas son también altas. Si yo soy un productor y tengo confianza en el gobierno de turno invierto porque mis expectativas son que se va a crecer sin molestias por parte de los que están en el poder.

Voy a poner otro ejemplo que ilustra claramente ello: Si tengo un trabajo, el cual veo que tengo posibilidades de permanecer por largo tiempo, que mis ingresos mejoraran con el tiempo por las posibilidades de ascenso (en pocas palabras, tengo alta confianza en el futuro en dicha empresa), mis expectativas son altas y, por ello, es probable que realice inversiones (compra) en vivienda, vehículo u otras artículos para garantizar una mejor calidad de vida. Lo contrario es estar en un lugar que no te la llevas bien con el jefe, que tu ambiente de trabajo no es el preferido; como resultado, puede que, busques trabajo; si puedes ahorras para evitar una sorpresa de desempleo… Tu confianza y expectativas son bajas.

La confianza es bivalente, es decir, se tiene o no confianza, no hay confianza a medias. Yo creo que eres un hombre de palabra o no.

Las expectativas, en cambio, si tienen una gradación, puedo tener altas, bajas, medias, de corto plazo, de largo o mediano aliento…

Qué sucede cuando un gobierno permite invasiones a propiedades y robos o empresas; realiza expropiaciones; tiene una legislación que limita el actuar, como por ejemplo despedir a personal no productivo; la justicia es discrecional… pues, nadie confía en ese régimen, por ello, los empresarios no invierten, si lo hacen es con el mínimo para no arriesgar mucho, y la población en general, cada cierto tiempo aparecen ajusticiamientos, la toma de la ley por sus manos, Fuenteovejuna en acción o protestas con alta frecuencia, entre otras conductas.

Como he dicho esto algo común en nuestra vida y de ello van a depender decisiones, que no son exclusivamente económicas. En pocas palabras, determinan nuestra conducta de vida a seguir.


Un país, una desesperanza

Vamos ahora a un caso concreto, un país: Venezuela. Desde hace más de 20 años un “nuevo”  gobierno asumió el poder.

Empezó con cierta confianza y expectativas, con el tiempo se fue incrementado, hasta las elecciones del 2006, desde allí comienza un vaivén, sube y baja, hasta las presidenciales del 2012, último triunfo de Chávez. Debemos recordar que en el 2007 pierde el referéndum y en el 2010 pierde ante la oposición, en términos de votos, en las elecciones parlamentarias, aunque por un reciente cambio en el reglamento interno se queda con la mayoría de la AN.

Al perecer el comandante y aparecer su escogido en escena, los números siguen bajando, su victoria en el 2013 estuvo en entredicho, no se quiso realizar una auditoría profunda de los votos, en la última confrontación, donde participó abiertamente la oposición, se dio una derrota aplastante al escoger diputados (2015).

Esto es en términos políticos, en lo económico, se puede decir que las dos palabras han contado con poca suerte.

Ya por el año 2001 se inician los conflictos con el sector empresarial. Desde esos años no ha parado en acosar a los propietarios de compañías y haciendas, muchas de ellas han sido expropiadas, se dice que solamente Chávez lo hizo en más de 1600, se suma a ello invasiones, incluso a propiedades del Estado como tierras que eran zonas experimentales para instituciones tanto académicas como entes dedicados a la investigación agrícola. Todo este clima hizo que la confianza en producir se fuera a pique; que empresas productivas, manejadas por el Estado, terminaran siendo una carga, ya que su producción no era suficiente o nula; que haciendas con cultivos o ganaderas bajaran sus cosechas a números íngrimos o que buena parte su ganado desaparecieran por los robos o sacrificios para comer de sus invasores.

Para mostrar cuan profunda es la desconfianza, una investigación realizada en el año 2018 dio como resultado que de 526 empresas de propiedad del Estado, 467 estaban acusadas por corrupción, malos manejos, permanentes conflictos laborales… Es decir, casi un 90% de las empresas en manos públicas estaban reprobadas.

En pocas palabras, la economía es un fantasma que divaga sin rumbo conocido, se habla que el Producto Interno Bruto, más conocido como PIB, esté a niveles parecidos a los de los años 40 del siglo pasado. Nadie quiere invertir, nadie confía en la moneda nacional y apela a otras más duras como dólar, Euros o, incluso, pesos colombianos. Nadie o muy pocos ven con buenos ojos el futuro, por lo cual más de 5 millones han emigrado.

Lo más terrible de la historia es que por más que intente comprar conciencias, que soborne con comida (bolsas clap) hacia los sectores de menores recursos (que ahora es una gran mayoría según se puede percibir por el sueldo, el último incremento del salario mínimo integral equivale a cerca de $6, un ingreso que es considerado como de los más pobres en el mundo). Pero, entre los dueños de compañías el recelo es aún mayor, lo cual augura que el futuro, mientras los mismos sigan en el poder, no va a cambiar el panorama.

Ha sido un barbarazo que ha dejado solo tierra yerma y continuará hasta tanto no abandonen.

Donde no hay confianza, no hay expectativas y donde la ausencia de ambos existe, solo hay desesperanza. No se puede negar que la realidad pide un cambio a gritos.