Jorge Cruz, Caracas 27 de enero de 2017
Yo pecador me confieso que he dudado que el socialismo es el
mejor sistema político, en especial el venezolano.
Yo pecador me confieso que he tambaleado ante la tentación
de no creer que la dirigencia que tenemos en la nación es la ideal, la que nos
está enrumbando a ese paraíso que tanto hemos soñado.
Yo pecador confieso que tengo orgasmos diarios, en algunos
días hasta tres, producto de las colas, que incluso cuando no encuentro un
producto en una hago como la presto barba: ¡repaso! En otra cola.
Yo pecador confieso que el imperio es el diablo mismo, que
me tienta con sus mercancías y forma de vida (American way of life) pero yo
resisto,
Yo pecador confieso que algunas veces no entiendo que como país tengamos nuestros deslices como seguir vendiéndole
petróleo para la maquinaria de guerra del imperio, pero asumo que ustedes los que mandan son infalibles.
Yo pecador me confieso que la corrupción es un invento de
los medios, los robos, peculados, tráfico de influencias, malversación de
fondos, los gestores solo existieron en la IV.
Yo pecador me confieso que he pecado de pensamiento por
haber deseado tener una calidad de vida burguesa: una casita, un carrito y una
nevera llena con algunas cosas exóticas como: empanadas de cazón, caraotas con
chorizo, hallaquitas de chicharón, una arepa bien resuelta con …
Yo pecador me confieso que el socialismo me está enseñando
que luego de varias colas y solo tener agua en la nevera es una prueba más de
mi ascetismo y solo los ascetas llegaran llegarán a la batalla final contra el
capitalismo. Nunca estuvo mejor dicho: ¡Ser que ser rico es malo!
Yo pecador me confieso que estudiar es insano, puede convertirme en un oligarca de pensamiento y posiblemente de obra.
Yo pecador confieso que nuestra justicia es la más objetiva
en el planeta y posiblemente en el universo, sus sabias sentencias serán ejemplos para los gobiernos de otros países en un futuro, bloquear las decisiones de la Asamblea Nacional es acertado, ellos representan al pueblo y no al proletariado.
Yo pecador confieso pecadillos como pensar que el tener
salarios mínimos, que los pensionados no reciban bono de alimentación o que los
pensionados en el exterior no reciban su estipendio desde hace más de un año
como política del gobierno es inhumano; pero luego he entendido que es una muestra más de
la magnanimidad del gobierno, porque es preferible que seamos dependiente del
ustedes los supremos, que de nuestro trabajo ¡Trabajar es un fastidio!
Yo pecador me arrepiento de haber discutido con vehemencia
sobre el socialismo sin haber nunca leído a los hermanos Marx y menos aún a ese
tal Carlos y su sagrado libro El Capital.
Yo pecador confieso que he tenido mis pecadillos como
desconfiar de tu poderosos poder y en
algunos momentos ser tentado por saltar la talanquera.
Yo pecador imploro que me libres del mal y tentación, de
adorar al imperio, de respaldar a los especuladores empresarios, los
boquisuelta de los medios de comunicación y en especial mantenme alejado de los
impíos de oposición. Todos ellos quieren deshacer tus obras, sabotean los
precios realizando pingues ganancias luego que reciben dólares subsidiados y
hablan pestes de los logros
Solo te pido ¡Oh gobierno todo poderoso que me pongas onde
haiga!