Jorge Cruz, Caracas 7 de septiembre de 2016
"Todos creen en las atrocidades del enemigo
y no en las de su bando, sin preocuparse de las pruebas”.
George Orwell
“Por la boca muere el pez”, “En boca cerrada no entran
moscas” son algunos de muchos dichos de la sabiduría popular que nos dicen que
el lenguaje puede ser nuestro verdugo, en especial si somos alegres en su uso o
lo utilizamos basado en las emociones para levantar pasiones.
Las noticias que se hacen dominantes en el ruedo político,
en muchos casos, son creadas por laboratorios de propaganda, algunas pueden
tener algo de cierto, pero son manipuladas, ya sea para arrimar el mingo o
echarle tierra al contendor.
Aunque hay las que son espontáneas, que ahora con las nuevas
tecnologías o masificación de ciertos aparatos que permiten que una foto, video
o comentario pueda ser visto en cuestión de minutos por miles de personas, que
además no están restringida o confinadas en un espacio geográfico específico.
El bombardeo al que estamos sometidos de contenidos
manipulado o generado para cambiar o reforzar la percepción política es
imparable, son cientos de historias que recorren a través de los medios de
comunicación, con gran importancia ahora de las redes sociales.
Todas esas narraciones tienen asidero en los que cambian, si
su grado de realidad es alto, que se puede corroborar lo allí expresado y solo
profundiza su militancia al que es simpatizante. Sin embargo, ese mismo relato
no es aceptado por los contrarios, los otros; su grado de realidad es
diferente, su tamiz hace que los hechos sean percibidos de otra manera. Claro
está que la verdad es individual, principalmente y posiblemente algo más
extensa cuando es comunitaria (su vecindario, cultura o país), pero también más
débil a medida que se amplía el círculo.
Ahora bien, también existe la preparación de un escenario
con el fin de dar credibilidad a lo que se piensa posicionar como matriz de
opinión, tenemos así, que se siembran pruebas incriminatorias para “acusar” con
contundencia a otros, se trasladan personas para demostrar que se tiene apoyo,
se truquean fotos, videos o audios, se contratan “testigos”, entre otras
argucias.
Para ilustrar lo hasta aquí expuesto voy a utilizar un
acontecimiento reciente, un evento que sucedió en Margarita: Villa Rosa.
Los hechos: El viernes 2 de septiembre en la tarde,
aparentemente, Nicolás Maduro fue a inaugurar unas viviendas, durante el acto
se realiza un protesta con cacerolas, una vez terminado, la comitiva se dirige
fuera del sector, los acompañantes de Casa Militar, que son sus cordones de
seguridad, parten primero, quedando NM con otros invitados al final, la
protesta continua y hay un momento en el cual NM se baja del vehículo que lo
transporta y comienza a debatir con los participantes, posteriormente, según
videos que se encuentran en las redes sociales, intenta arrebatar la cacerola a
una Sra. los que protestan se le van encima por lo que para protegerse tiene
que correr hasta que aparece la Casa Militar y evita males mayores. Se menciona
que hay detenidos, que hubo golpes, que se requisaron las viviendas y
celulares, entre otros rumores.
Al poco tiempo aparecen videos en las redes que muestran a
NM agrediendo y corriendo. Se convierte en un tema que como un virus provoca
diversos tipos de manifestaciones, tanto en los que militan en el partido de su
bando como en el contrario.
Un poco más tarde aparece la contraofensiva informativa, se
distribuye por el gobierno un video que muestra a NM trotando y saludando.
Es un hecho que ha creado muchas lecturas.
Los oficialistas afirman que el video mencionado al final es
la realidad. La oposición ha manifestado que las versiones de desorden es la
real.
Como vemos el inicio de circulación de un video, subido por
una persona que administra una página de noticias, que posteriormente a este
hecho es detenido y al día siguiente
anuncian que fue por posesión indebida de unos dólares, genera un matriz de
opinión que luego es desafiada por otro video que sube el oficialismo.
En esta guerra de información pareciera que la versión que
muestra protestas y ataques de NM gana mayor peso, el gobierno insiste en que
no es real. Sin embargo, hay una tercera tendencia: se afirma que todo ello
causa suspicacia, por diferentes datos que no parecen reales: ¿Por qué un acto
cuando ya está oscuro? ¿Cómo es posible que la Casa Militar haya dejado desprotegido
a NM, si se sabe que su séquito de seguridad es uno de los más grandes en Latinoamérica?
¿Por qué sucede esto justo después del 1S o la Toma de Caracas? Que era la
matriz dominante en la cual dejaba mal parado al gobierno por lo masiva de la
convocatoria, entre otras interrogantes.
Pero suceden actos posteriores que demuestran que si sucedió
algo en la zona, como señalaré a continuación y, de ser cierta, la última
posición, ha dejado peor aún al gobierno.
Se menciona que hubo detenidos, al principio se detienen a
personas de la comunidad y luego son liberadas, dejando solamente al que sube
el primer video. Se trata de negar que hay detenidos y ya mencioné que la persona
del video si es detenida por supuestamente otros delitos.
Al día siguiente hay un acto del oficialismo, que moviliza a
personas para tal evento.
El gobernador (de la tolda del oficialismo) da declaraciones
en las cuales manifiesta que las bolsas de comida quedan suspendidas para esa
zona.
Se prohíbe la venta de boletos para miembros de la Asamblea
Nacional (de la oposición) para visitar Margarita o amedrenta a otras personas de
la oposición al arribar al aeropuerto.
En pocas palabras, la realidad, medio turbia por los dimes y
diretes de ambos lados, nos demuestra que uno de los bandos estaba en lo
cierto: Si hubo un cacerolazo a NM, si hubo detenciones y posiblemente otras acciones más caóticas.
Como resultado vemos que algunas veces no nos debemos
solamente guiar por las informaciones dadas en caliente, sino en los hechos
posteriores, ellos nos van a corroborar el grado de realidad de una matriz. El
tiempo desnuda las manipulaciones y los rumores deben ser verificados, analizados
y observar los pasos que siguen.
En este caso el gobierno quedó como dice la historia de mi
infancia y canción: “Pobrecito cocodrilo, por bocón te vas a quedar”.