Wednesday, March 25, 2015

Resentimiento

Jorge Cruz, Caracas 25 de Marzo de 2015

Esa palabra me ha martillado mis ideas por los últimos días, no creo que sea casual o accidental, nada lo es.

Este término viene acompañado de una anécdota. Cercano a los 20 años, yo lleno de energía, leyendo a La Madre y Así se templó el acero, trabajo político en el Barrio José Félix Ribas, quería propagar en todo la necesidad de cambios.

Conocí a un Sr. que me doblaba en edad y algo más, de color (ahora le dirían afrodescendiente), chofer de una familia de dinero en el Este de la ciudad, de agradable trato y muchas historias. Nuestras conversas iban por muchos rumbos, yo siempre intentaba ganarlo para la causa con comentarios, afirmaciones y datos.

Un día, me imagino que algo cansado de mis peroratas, este amigo me dijo: “Tu eres un envidioso, un resentido”; yo no pude atinar a una respuesta coherente, sólo balbucié: no, yo no soy ni envidioso ni resentido.

Recientemente he terminado de leer un libro: El Rediezcubrimiento de México, de Marcos Almanzan (1971). En él el autor plantea (aclaro es un libro de humor, no por ello menos cierto en retratar a la sociedad) que los que más perseguían a los “gachupines” (palabra que se utiliza en México para mostrar su desprecio a los españoles que pisan territorio mexicano) eran exactamente los hijos de españoles (me imagino que por resentimiento de no ser absolutamente mejicanos o una forma de renegar contra su pasado para demostrar que son más que los meros mejicanos).

Más de 30 años han tenido que pasar para poder entender sus palabras. Luego de ver los que están en el poder en Venezuela, de su intolerancia por la clase social (media) a la que muchos de ellos pertenecen y alabar a una que quieren supuestamente aparentar que pertenecen (baja). Una clase media que ha sido golpeada, torturada, puesta presa, asesinada, deteriorada en su calidad de vida, asesinada económicamente (Lista Tascón o despidos por su forma de pensar y la imposibilidad de que consigan trabajo, aún en empresas privadas que prestan servicios al Estado), obligados a migrar, entre otras.


Entiendo que los que gobiernan son unos envidiosos contra la clase que no pertenecen (alta, por ello se han enriquecido hasta más no poder) y pisotean a la que pertenecen; en pocas palabras, unos resentidos.