Jorge Cruz, Caracas 23 de Octubre de 2014
“Si no sabemos para donde vamos cualquier camino nos lleva
allá”, esta frase dicha por el conejo a Alicia, el libro Alicia en el País de
la Maravilla, algo que en términos venezolanos traduciríamos, también en boca
del personaje Eudomar Santos en la telenovela Por estas Calles: “Como vaya viniendo
vamos viendo”.
Esta es quizás una de las facetas que identifica al
venezolano mal acostumbrado por el petróleo, podemos darnos el lujo de estar
experimentando porque el chorro de dólares que el oro negro surte al país
pareciera que nunca se va a acabar.
Por ello no hay generalmente planificación de largo aliento,
nos llenamos de actividades, de acciones, que solucionan el ahora pero no para
crecer como nación.
Recientemente participé en una reunión en la cual se planificaba
realizar unos talleres, allí realice unas preguntas que fueron contestada de la
forma como se mencionaba arriba. La misma era la siguiente: se van a realizar
talleres por diversos puntos del país, en los cuales se dará entrenamiento a un
grupo de personas para realizar un función puntual que pudiera ser completada
en un lapso de unos dos o tres meses ¿y luego qué? ¿Qué otras ocupaciones
podrán tener estas personas con sus nuevas habilidades? La respuesta fue algo
como posiblemente puedan ser necesitadas en otras actividades.
Esto nos muestra lo que ha sido la norma en el país, se
crean cursos, pero en muchos casos no se tiene pensado en el futuro, sino en
resolver algo inmediato, un cómo vaya viendo vamos viendo.
Esto, no es nuevo, ya lo afirmé, pero los años de bonanza
han más que agrandado ello; es parte de la venezolanidad, ese no administrar lo
de hoy porque mañana nunca vendrán las vacas flacas; ese realizar actividades, que llenan los
informes de productos o metas, pero de corta vida; un experimentar para ver que
sale.
Por eso hemos tenido en estos últimos tres lustros cientos
de proyectos y programas, miles de talleres de formación, múltiples organismos
(ministerios, viceministros, institutos, comisiones, misiones, entre otros),
todos ellos han significado grandes sumas; muchos con resultados que dejan que
desear.
Todos ellos no han sido más que búsquedas sin saber para
donde ir, si lo pone en duda, nos tendríamos primero que preguntar hacia donde
ha querido o ha dicho que va el gobierno: el socialismo, es algo
vago; si preguntamos qué socialismo, quien mejor lo ha descrito fue Carlos
Monedero: “No sabemos cuál, pero si sabemos que no queremos”; se imaginan lo
que puede haber en eso de “no queremos”, ¡cuántas posibilidades hay!
Seguimos inventando nuevos cursos, proyectos, estructuras, en
supuestamente invertir en lo social, en un aparente darle poder al pueblo, en
una ilusión de construcción de país; a pesar que la realidad nos ha golpeado,
mostrando que sólo tenemos un grupo de individuos que se han formado para pasar
a ser con el tiempo en analfabetas funcionales, en mendigos por las migajas que
baja el Estado, en un caos donde sólo impera la ley del más vivo, en más
burocracia que pasa su tiempo pintándose las uñas, …
En ello hemos embarcado al país en un proyecto que no se
sabe qué, donde se piensa que con buena voluntad se pueden lograr buenos
resultados o un mejor futuro. Nos hemos caracterizado por ese voluntarismo a
flor de piel, por un como vaya viniendo vamos viendo.