Tuesday, December 3, 2013

Autoabastecimento vs dependencia


Jorge Cruz, Caracas 3 de diciembre de 2013


 La sabiduría popular habla de júzgame por mis hechos no por mis palabras.  Nada más cierto para indicar que el discursos es independiente de la realidad.



En las sociedades hidráulicas, como las llamó Karl Marx, los gobernantes se ocupaban de construir y mantener grandes presas, cuya función principal era un sistema de riegos para la agricultura; también, ellos brindaban protección contra las invasiones de otros pueblos, administraban las cosechas, para distribuir lo que se iba a consumir como alimento como lo que iba a servir como semilla para la siguiente siembra.



Esto generaba un sistema de control de los movimientos de población, como de las reservas alimenticias, por ello el primer sistema de escritura fue para llevar la contabilidad de las cosechas.



El sistema de riego permitía tener cosechas sin el limitantes de las lluvias, con ello se logró que los campesinos dependieran para sembrar de los riegos, que a su vez generó en un control por parte de lo que tenía el poder. La dependencia es la mejor forma de dominio.



En las sociedades actuales, estos niveles de dependencia se logran por la misma vía: dominio de las formas de satisfacer las necesidades básicas.



Vemos así como Monsanto hace que los gobiernos persigan a los productores que tienen semillas propias y que elimines las mismas. Con esto Monsanto obliga a los campesinos a tener que depender de sus semillas híbridas (son estériles) para cada cosecha.



Como vemos el monopolio surge casi de manera natural, cada vez tiene mayor control del mercado de semillas y los insumos necesarios para la cosecha de las mismas. Los gobiernos también se benefician de esa dependencia, ellos promueven la exportación de los alimentos, que es donde en muchos casos pueden nivelar los costos los productores, que significa divisas.



En pocas palabras, los que tienen el poder crean necesidades y controlan por medio de esa dependencia.



Nada es más contrario a ello que el auto abastecimiento. Un campesino que pueda producir sin necesidad de sistemas de regadío, que necesite de poco capital (no recurre a la banca), que guarde por si mismo las semillas para la próxima siembra, que lo poco que posee lo adquiere con la venta de sus excedentes, es un peligro potencial para la estabilidad de los que detentan el poder.



Por este motivo, los gobiernos buscan forma de poder controlar a los “independientes”; ya sea por medio de auspiciar sus formas de organización o controlar las formas de cómo se cubren las necesidades básicas.



Cuando los gobiernos no son lo suficientemente fuertes “delegan” esta labor a la iniciativa privada; sin embargo, hay otros tipos de gobiernos en los cuales el Estado se convierte en el que surte buena parte de las necesidades, en estos casos el gobierno controla e incentiva la dependencia, ella le brinda dividendos para que los que detentan el poder puedan permanecer en él.



Estos gobierno necesitan de MP3 o borregos (aclaro, cuando uso los términos anteriores no tiene nada que ver con nivel intelectual. El MP3 repite discursos sin análisis, el borrego sigue al líder o la manada sin preguntarse hacia dónde se dirige, actúa sin reflexionar; menciono coeficiente, porque el pueblo alemán antes de la Segunda Guerra Mundial tenía un alto nivel de escolaridad, pero eso no fue barrera para seguir al nazismo). No son brutos o idiotas, sólo responden al grito de la masa, la manada, rinden pleitesía al líder, que puede incluso tornarse en una acción de idolatría, religiosa.



Tenemos entonces, que si las formas de organización de las comunidades nacen con nexos de dependencia del Estado (realmente gobierno), partido o un ente privado, su futuro es un bozal de arepa. Igual sucede con los individuos que reciben prebendas, se crean lazos de dependencia, se convierten en mendigos, sin iniciativa propia, son esas personas que solo buscan sobrevivir con el esfuerzo mínimo, ya que el papá gobierno me solventará los problemas mayores a la supervivencia.



En síntesis, todo discurso que grite liberación, independencia, revolución y un largo etcétera es únicamente palabras vacías si no va acompañado por hechos; si la realidad nos señala que lo que ocurre es mayor dependencia de un monopolio, sea empresa privada, otro país, un partido y/o un gobierno, sin importar el tipo de mercadeo que se utilice para seducir, sólo hemos cambiado de amos.